Capítulo 14
— “Gime como puta mientras tiene sexo con un Dios gato embarazado”, excelente etiqueta para cuando suba el video a las redes.
—Duérmete, Jimin.
— Puta… —susurra TaeHyung.
JungKook, aún intentando recobrar el aire, arrastra al castaño más cerca de él y lo rodea con sus brazos. Este se encuentra tan exhausto, que en cuanto siente la tibieza del cuerpo de su novio, enseguida cierra sus ojos y cae en un sueño profundo.
—Joder, eso estuvo tan excitante, fue porno en alta definición, la próxima puedo llamar a YoonGi y los cuatro…
—Jimin, cierra la boca —se queja JungKook mientras da un largo bostezo.
Jimin no logra sacar aquellas imágenes de su mente, cierra sus ojos e intenta dormir, pero a los cinco minutos abre sus ojos nuevamente y siente una fuerte presión en su entrepierna, maldice mientras se incorpora de la cama y camina para encerrarse en el baño.
El día llega muy de prisa, por obvias razones ni JungKook ni Jimin planean despertarse mínimo hasta las diez. Pero TaeHyung siente su estómago rugir, está hambriento y sabe que el pelinegro le ha prohibido bajar en busca de comida sin supervisión.
Ya ha estado esperando por más de media hora y la paciencia se le acaba. Comienza a despertarlo con suaves movimientos y palabras al oído, pero JungKook se gira dándole la espalda y continúa durmiendo.
Plan B.
—Jimin…
— ¿Uhm?
—Tengo hambre.
—Que raro que tengas hambre después de lo que te comiste anoche.
TaeHyung se queda pensando en el por qué Jimin ha dicho algo como eso, no ha comido tanto, JungKook lo envió a la cama tan solo con una pequeña presa de pollo.
Jimin ríe debido a la ingenuidad del contrario mientras se talla sus ojos cansados. Luego de un largo y sonoro bostezo, se sienta y busca su abrigo.
— ¿Vamos en busca de un lugar para desayunar?, yo invito —dice mientras chequea si tiene dinero suficiente.
TaeHyung se ha incorporado de un salto tras escuchar la palabra desayuno y con prisa busca la ropa de su novio y se viste en torpes movimientos.
— ¿JungKook irá con nosotros? —pregunta deteniéndose por un segundo a observarlo dormir plácidamente a los largo de toda la cama, la cual ahora dispone solo para él.
—Ja, tan solo míralo, no abrirá los ojos mínimo hasta las doce, vamos nosotros, volveremos antes que despierte.
Ambos bajan las escaleras procurando no hacer ruido. Cuando abren la puerta de salida, miran a un costado y ven a Jin en la sala regando una pequeña flor depositada sobre la mesa. Jimin empuja a TaeHyung hacia afuera antes de ser vistos y una vez en la vereda, comienzan a buscar un lugar dónde desayunar.
— ¿JungKook no se va a preocupar si despierta y no nos ve?
TaeHyung se encuentra algo intranquilo, no está seguro si es correcto hacer algo así.
—Vamos, no eres un bebé, necesitas salir de vez en cuando y qué mejor que tu amigo Jimin como acompañante.
TaeHyung asiente con la cabeza y lo observa dedicándole una amplia sonrisa. Jimin tiene razón, necesita salir más, tomar un poco de sol y ver cómo está el mundo fuera de aquella aburrida habitación. ¿Qué hay de malo en ello?
Cruzan la plaza a pasos rápidos, Jimin chequea algo en su teléfono mientras TaeHyung observa asombrado todo a su alrededor. Un hombrecillo de piedra que arroja agua por la boca llama su atención.
— ¿Qué es ello? —pregunta señalándolo mientras detiene sus pasos.
—Es una fuente de agua en forma de ángel.
— ¿Qué es un ángel? —TaeHyung da un paso más cerca y estira su mano para tocarlo.
—Seres alados que viven entre las nubes.
TaeHyung abre sus ojos sorprendido, nunca ha escuchado algo como aquello.
— ¿Cómo obtienen sus alas? —pregunta frunciendo el ceño.
Jimin lo toma de la mano tras un resoplido y lo incita a seguir caminando, pues si TaeHyung se detiene y hace mil preguntas ante todo lo que ve, no llegarán a tiempo para cuando JungKook despierte y eso, sería un problema.
Caminan unos pocos metros más y TaeHyung se vuelve a detener, esta vez una vidriera le ha llamado la atención, allí hay dulces de toda clase, sabores y formas.
—Esa cafetería es para niñas —se queja Jimin.
—Yo quiero —musita señalando una bandeja que gira lentamente mostrando varios chocolates de envoltorios llamativos.
—Bien, si me ve algún conocido entrando a este lugar, date por muerto —se queja mientras observa a su alrededor procurando que nadie lo esté viendo, tiene una reputación que cuidar. Y sí, aquella cafetería “El cupcake rosado” es donde suele reunirse el sexo femenino a parlotear, chismosear y engullir toda clase de dulces hasta reventar.
En seguida se ubican en una mesa apartada, lejos de las ventanas. Tanto los manteles como las cortinas, son de color rosa. Las sillas tienen formas de panquecitos y en las paredes hay cientos de dulces pintados. TaeHyung observa todo a su alrededor con la boca abierta y tiene tanta hambre que babea tan solo al observar la cereza pintada en su mantel.
En seguida se acerca una jovencita en patines y con una amplia sonrisa les toma el pedido. Jimin, quien ha estado varios minutos mirando el menú con forma de cono de helado, chequea el desayuno más barato y pide por ambos.
—Queremos el menú número cuatro.
— ¿Arcoíris centellante?
—Sí, el cuatro —Jimin frunce el seño, ¿por qué tenían que ponerle esos nombres tan cursis a los menús?
TaeHyung mueve sus dedos nervioso, detesta sentirse tan hambriento, ve en las mesas de al lado cómo las personas degustan sus deliciosos postres y se le hace agua la boca, por más que desconozca el sabor de casi todo lo que allí se encuentre.
—Aquí tienen su pedido —dice la jovencita mientras deposita la fuente en la mesa y les sirve—. Es un smoothie de varios sabores, con una porción de pastel arcoíris y chocolate con fresa.
TaeHyung en seguida toma una abundante porción de pastel con su mano y se lo mete a la boca. Jimin lo observa sorprendido, en primer lugar; porque no sabía que este tuviese tanta hambre y en segundo lugar, porque desconocía que el castaño tuviese los mismos modales que un cerdo.
TaeHyung degusta cada sabor e intenta diferenciarlo, adora la textura y los colores de cada ingrediente, pero sus ojos se iluminan cuando prueba aquel delicioso manjar al que llaman: Chocolate.
Toma la cuchara para correr la fresa a un lado con disgusto y comienza a deshacer el pastel para comer solo lo que está bañado en chocolate, es delicioso, lo más delicioso que ha probado en su vida.
Jimin come delicadamente con su cuchara y observa atentamente lo que TaeHyung hace y la forma en que come.
—Veo que te ha gustado el chocolate —musita mientras sonríe disimuladamente. El castaño tiene toda la cara manchada.
— ¡Quiero más! —exige enérgicamente.
Lo dice de una forma tan desesperada que Jimin da un respingo de su silla.
—Ten, puedes sacar el chocolate de mi pastel —dice mientras le alcanza el plato.
TaeHyung saca el chocolate del borde del pastel sin siquiera haber probado el relleno, cada vez que su papila gustativa siente la textura y el sabor intenso de aquel mágico postre, cierra los ojos con una inevitable sonrisa y no deja de murmurar un: “Uhm” de completa satisfacción.
Luego de terminar el desayuno, convencer a TaeHyung de que ya no pueden pedir más y limpiarle la cara y las manos, Jimin deja dinero sobre la mesa y van rápidamente hacia la salida.
TaeHyung choca con un pequeño niño quien distraídamente va caminando por la vereda con un enorme globo y comiendo un helado.
A lo lejos pueden escuchar una musiquita bastante tétrica que le provoca dolor de cabeza a Jimin, pero que llama mucho la atención de TaeHyung. Este se gira para ver de dónde proviene la música y otra vez su mirada se ilumina. Frente a ellos, a pocas cuadras de allí, se puede ver una rueda gigante y colorida que gira lentamente.
— ¿Qué es ello? —pregunta sin quitarle la mirada de encima.
—Es una rueda de la fortuna, la feria abre temprano en estos días.
TaeHyung comienza caminar como si estuviese hipnotizado, se puede ver muchísimas cosas coloridas que llaman mucho su atención, ¿cómo nunca ha visto tales cosas?
—Vamos otro día, hay que regresar —insiste Jimin mientras lo retiene de un extremo de su abrigo.
—Quiero ir tan solo a echar un vistazo, dijiste que era bueno salir y conocer cosas buenas.
—Bien, pero mándale un mensaje de texto a JungKook y dile que estamos en el parque, no quiero que despierte y se preocupe, podría llegar a matarme.
TaeHyung asiente y sigue caminando, siguiendo los pasos rápidos de Jimin quien pretende llegar pronto para no demorarse más de la cuenta.
Por un momento, el castaño se queda pensando, ¿qué significará enviar un mensaje de texto? Encoge sus hombros y sigue avanzando.
Al llegar, TaeHyung se queda parado frente a un hombre muy peculiar con el cabello naranja y la cara pintada de blanco, el pintoresco hombrecillo lo mira con mala cara.
— ¿Vas a comprar un globo o no? —pregunta con un notorio disgusto.
— ¿Globo? —pregunta señalando aquellas extrañas figuras flotando en el aire sostenidas tan solo por unos pequeños hilos.
—Que día, primero un niño me vomita el zapato y ahora tengo que lidiar con un chico bobo.
Jimin busca con su mirada rápidamente a TaeHyung y lo encuentra observando al payaso.
—¡Ven aquí!, tengo dos tickets para subir a la rueda de la fortuna —grita desde su posición.
TaeHyung está experimentando tantas cosas nuevas que se siente emocionado y feliz, ama todo lo que lo rodea, desde allí a lo alto siente como si fuese un ave y pudiese volar, cierra sus ojos y extiende sus brazos mientras siente el viento chocar contra su rostro.
Jimin le ha tomado varias fotografías con su teléfono, es admirable ver a alguien disfrutar de cosas tan simples como aquellas, TaeHyung está conociéndolo todo por primera vez.
En su anterior vida, las pocas veces que tomaba forma humana, sólo veía pirámides, estatuas y arena, mucha arena. El mundo estaba tan diferente.
Mas tarde compraron un copo de nieve y entraron a la casa de los espejos.
Sí, ambos están teniendo un grato momento, tanto que ya no piensan en la hora. Todo parece ser un día increíble, pero TaeHyung, tras comerse todo el copo de nieve, comienza a sentir nauseas y corre hacia el baño donde apenas si ha logrado llegar. Mientras espera, Jimin toma su teléfono y llama a YoonGi. Aquello hace que se distraiga y no logre ve a TaeHyung, quien acaba de salir del baño. Este camina directo hacia donde se encuentra un hombre disfrazado de oso.
—Oye, chico, ven aquí.
El castaño se da la vuelta y ve a dos adolescentes sentados bajo un árbol. Estos están bebiendo y lo observan sonrientes. TaeHyung camina hacia ellos mientras agita sus manos en señal de saludo.
— ¿Te estás divirtiendo? —pregunta el más alto.
— ¡Mucho!, todo es tan colorido, nunca antes había visto a hombres de cabello naranja y osos gigantes —exclama con suma inocencia.
El chico, codea a quien tiene al lado y ambos ríen.
— ¿Quieres un trago? —pregunta estirando el brazo y entregándole la bebida.
— ¡Muchas gracias! —musita TaeHyung entusiasmado.
Mientras tanto Jimin sonríe al escucha la voz ronca de YoonGi diciéndole todo lo que quiere hacerle cuando se vean.
🎈
JungKook siente un fuerte dolor de cabeza, sus párpados le pesan y detesta sentir la luz del sol en el rostro. Se remueve inquieto pero hay algo que llama su atención, ¿desde cuando hay tanto espacio en su cama? Abre los ojos apresuradamente y cae en la cuenta de que se encuentra completamente solo. Lo primero que hace, es mirar la puerta del baño, esta se encuentra abierta de par en par. Busca su ropa desesperadamente, pero no está. Al menos sabe que TaeHyung no está desnudo, en cierto punto eso le da una pizca de alivio. Busca ropa limpia en su cajón y se viste con prisa. Baja las escaleras prácticamente corriendo y se encuentra con Jin sentado en la mesa bebiendo café.
— ¿Quieres desayunar?, dile a tu novio que venga también así lo conozco…vestido —musita con sarcasmo.
—N-no, ahora no, debo irme…TaeHyung ya se ha ido también.
JungKook sale de la casa y mientras camina desesperadamente buscando con la mirada todo alrededor, toma su teléfono y marca el número de Jimin, pero la línea está ocupada.
Insiste varios minutos, comienza a alterarse, ruega que TaeHyung se encuentre con Jimin, y si es así, ¡pobre de Jimin lo que le espera!
Mientras JungKook camina enloquecidamente alrededor de toda la manzana, Jimin camina hasta el baño aún en llamada con YoonGi y se da cuenta que el castaño ya ha salido. Lo busca con la mirada pero este no está.
— ¿YoonGi? Dejemos el joteo para más tarde, se me ha escapado el gato.
— ¿No que tu madre es alérgica?
Jimin corta la llamada y comienza a buscar a TaeHyung, sabe que debe encontrarlo cuanto antes o no podrá sentarse por un mes y no a causa de YoonGi, sino de la patada que JungKook le dará.
Comienza a desesperarse en cuanto los minutos pasan, ha ido a todos los lugares posibles donde TaeHyung podría estar pero este no aparece.
Decide llamar a JungKook para pedirle el número del celular del castaño, no se le ocurre qué más hacer. El teléfono suena y es atendido al instante, aquello le llama la atención, JungKook jamás atiende rápido su teléfono, corrección, JungKook jamás atiende su teléfono.
—JungKook, ¿podrías pasarme el número de TaeHyung? —inquiere enseguida intentando sonar casual.
—TaeHyung no tiene celular, imbécil. ¿Dónde están? Dime ya mismo para ir a darte la paliza de tu vida.
Jimin comienza a sudar frío, dudoso le dice a JungKook que están en la feria y corta la llamada, tiene tan solo unos minutos para encontrar a TaeHyung antes de que JungKook llegue, pero no le es suficiente, el pelinegro, en su desesperación, ha comenzado a correr y termina en la entrada de la feria en menos de cinco minutos. Apresuradamente busca con la mirada a Jimin y a TaeHyung pero solo logra ver a Jimin, este se encuentra buscando algo desesperadamente.
—Dime ya dónde está TaeHyung y pobre de ti si le ha ocurrido algo —musita JungKook tras de Jimin, lo que provoca que este último pegue un salto.
—TaeHyung estaba en…en el baño y yo, no sé que sucedió, simplemente se fue y…
JungKook no espera a que este termine con las explicaciones, camina completamente alterado con los nervios a flor de piel buscando en cada rincón del parque, el enfado se convierte en angustia a medida que los segundos pasan y no hay rastro de su novio.
De hecho está tan dolido por la situación, que unas lágrimas comienzan a caerle inconscientemente por su rostro.
Las piernas le tiemblan, él ve en TaeHyung a alguien demasiado inocente como para que esté solo, se lo imagina tal vez perdido, llorando, asustado, ya no puede seguir, vuelve sobre sus pasos sin saber dónde buscar y se sienta en un banco de madera, el único que está libre. Se agarra la cabeza y encorva la espalda pensando con desespero en dónde pudo haber ido TaeHyung, la cosa es, que sabe muy bien que su novio es demasiado curioso y todo le llama la atención, pudo haber ido a un sinfín de lugares. De pronto, escucha unas risas tras de sí, risas que llaman su atención, al darse la vuelta y fijar la vista, logra ver aliviado que TaeHyung se encuentra allí, pero no está solo, hay dos jóvenes a su lado y ríen mientras el castaño se lleva un cigarrillo a la boca.
JungKook se levanta del banco en menos de un segundo y corre hacia él, no sabe qué hacer primero, si romperle la cara a aquellos dos o quitarle a su novio el cigarrillo de la boca que para su alivio, aún no está encendido. Al llegar, no hace ninguna de las dos cosas, se limita a aferrarse a TaeHyung en un abrazo mientras siente cómo le regresa el alma al cuerpo.
—Nunca más vuelvas a irte así, estaba tan preocupado.
—Mira, estos son cómo los que tú tienes sobre el escritorio, también lanzan humo —dice TaeHyung entusiasmado enseñándole lo que tiene en la mano.
JungKook le quita el cigarrillo y lo arroja al suelo, sin decir ni una palabra, le propicia un golpe en el ojo a uno de los jóvenes, a lo que el otro, con el afán de defender a su amigo, se arroja sobre JungKook y comienza a propiciarle golpes en el rostro. TaeHyung despide un grito ahogado, lo que hace que Jimin se acerque corriendo y los separe, provocando que los chicos salgan corriendo al verse en clara desventaja.
JungKook se incorpora del suelo y mira a Jimin furioso. Este se limita a agachar la cabeza en señal de disculpas, prefiere no decir nada hasta que su amigo se tranquilice.
Los tres caminan en silencio, JungKook aferra a TaeHyung de su mano y no piensa soltarlo, por un segundo había pensando que lo perdía y aún tiene esa sensación amarga.
En cuanto llegan a la puerta de su casa, Jimin musita un «lo siento» por lo bajo.
JungKook suspira.
—Sé que no tuviste malas intenciones, descuida Jimin, luego hablamos —El pelinegro se gira y busca las llaves para entrar.
—Nos vemos, hasta luego TaeHyungie —Jimin se despide agitando su mano y camina de regreso a su casa.
JungKook abre la puerta y camina directo a la cocina, piensa que TaeHyung puede tener hambre. Debido a la hora sabe que Jin ya no se encuentra en la casa, este trabaja hasta tarde.
Abre el refrigerador, saca un filete y comienza a cocinar.
— ¿No tienes chocolate? —pregunta TaeHyung mientras se sienta en una de las sillas torno a la mesa.
—No —responde el pelinegro fríamente.
— ¿Estás… —TaeHyung hace un breve silencio intentando recordar cómo se dice la palabra para describir ese sentimiento—… ¿emputado?
—Sí.
— ¿Por qué? —TaeHyung se incorpora de la silla y camina hacia su novio.
—Deberías saber el motivo.
—He salido sin ti, es por ello, ¿verdad?
—Creí que te había perdido, que ya no regresarías a mí, no sabes la cantidad de cosas horribles que pasaron por mi mente en un segundo. —JungKook deja lo que está haciendo y se aferra una vez más al castaño, quien lo observa con ojos tristes.
—Eso nunca va a suceder.
—No lo sé. Tan solo sé que me he dado cuenta cuánto te amo en verdad, y siendo sincero…eso me asusta. ¿Qué me has hecho?
TaeHyung abre los ojos asustado. —Yo no te he hecho nada, ¡lo juro!
JungKook sonríe y lo toma del rostro con suavidad para propiciarle un corto beso en los labios.
Luego se separa para concentrarse en la comida.
— ¿Sabes que aquello que tenías en tu mano podría haberle hecho mucho daño a tu bebé? —dice mientras pone el filete en el horno.
—N-no lo sabía, yo…he visto que tú tienes unos y sentía curiosidad. ¿Por qué están allí en tu habitación si pueden causarle daño a nuestro bebé?
—Porque no hacen daño si están apagados. Pero si te los metes a la boca y los enciendes, puede causar mucho daño. A esa acción, se la llama fumar.
— ¿Fumar?
—Sí, fumar cigarrillos.
— ¿Y por qué fumas?
—Porque soy un idiota. Pero tú no tienes que hacerlo.
TaeHyung frunce el ceño y sin decir nada, sube las escaleras. A los minutos, baja con los cigarrillos de JungKook en la mano. Con un evidente puchero de completo disgusto, los saca del paquete y comienza a romperlos, arrojándolos finalmente al cesto de la basura.
JungKook se lamenta por haber hablado de más, en momentos tan tensos como los que está pasando, solo encuentra serenidad en sus cigarrillos, más de una vez ha salido afuera a fumar uno mientras TaeHyung duerme. Pero si este ha decidido que fumar es algo malo, sabe que se le complicará seguir con el hábito, porque su novio, todo lo que tiene de inocente, lo tiene de terco y obstinado.
—Bien…no fumaré— dice resignado.
TaeHyung sonríe pero aquella sonrisa se borra de su rostro en cuanto siente una fuerte patada en su vientre. Se levanta la camisa y se queda viendo expectante. JungKook lo nota y lo mira con evidente preocupación.
—No puedo creer que tu vientre esté creciendo tan de prisa, espero que hayas disfrutado la salida, porque no podrás salir así al menos por varios meses más.
—Dudo que por varios meses, no falta mucho para que el bebé nazca, puedo sentirlo.
JungKook siente un cosquilleo recorrerle la espina dorsal, y es que acaba de darse cuenta de dos cosas. Una, que debe pensar cuanto antes en lo que hará cuando el crío nazca. Y dos, si tarda menos de nueve meses en gestarse, sea lo que sea lo que está allí dentro del vientre de TaeHyung…no es humano.
—
Capítulo un poco más largo, espero lo hayan disfrutado.
¡Gracias por leer! ¡os amo!
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