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Capítulo 08

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En cuanto Jin los ve, deja su taza de café a un lado y se incorpora para hacerle una leve reverencia al invitado.

—Buenos días —dice cortésmente—, no sabía que JungKook tuviese visitas.

—Voy con mi amo a la adversidad.

Jin frunce el ceño y JungKook comienza a toser.

—Le gusta bromear —musita el pelinegro fingiendo una sonrisa —. Él es Tae, va conmigo a la u-ni-ver-si-dad —dice con lentitud y enfatizando cada sílaba, para que TaeHyung se aprenda la palabra.

— Ven, siéntate y come algo —dice Jin sin dejarlo de analizar.

TaeHyung obedece y se sienta junto a JungKook.

—Sírvete lo que desees, no seas tímido.

JungKook, con movimientos rápidos, le acerca un recipiente con leche y vierte cereales en él, luego le alcanza la cuchara y se la deposita en la mano.

TaeHyung se pone nervioso, él no sabe utilizar aquel objeto extraño sobre su mano, así que observa a JungKook e intenta imitarlo. Su mano le tiembla y es más lo que cae fuera del recipiente de lo que llega a su boca, aún así lo sigue intentando hasta que finalmente, lo logra. Ama el sonido crujiente del cereal en su boca y sonríe feliz a causa de ello. Entusiasmado, vuelve a llevarse un bocado. ¡Crunch! ¡Crunch! Nunca pensó que comer pudiese ser tan placentero y divertido al mismo tiempo.

El timbre suena y JungKook, intuyendo de quien se trata, traga con prisa, se incorpora de un movimiento y arrastra a TaeHyung hasta la entrada.

—Ya nos vamos, es tarde —dice. Y en cuanto abre la puerta, se encuentra con Jimin.

— ¿Quién… —Jimin quiere preguntar respecto al apuesto muchacho tras de JungKook, pero no logra concluir su pregunta, pues el grito de su amigo lo interrumpe.

—¡Gracias por el desayuno Jinie, nos vemos más tarde! —vocifera. Seguido, cierra la puerta vigorosamente tras de sí.

—Jimin, él es Tae. Tae… él es Jimin.

— ¿Vienes con nosotros a la u-ni-ver-si-dad? —Pregunta TaeHyung deletreando orgulloso la palabra que acaba de aprender.

—Sí. Es-toy en-la mis-ma cla-se que Jung-kook —responde Jimin imitándolo.

—Eso es estupendo, me alegra conocerte —musita el castaño sin percatarse de la broma.

Jamás pensó que existieran palabras y expresiones que él no conociera, comenzaba cada vez más a manifestar interés y curiosidad por la vida humana. 

—JungKook… —susurra Jimin.

—¿Sí?

—Tu amigo es lindo.

—Tócale un pelo y te agrando los ojos con mi puño.

— JungKook celoso, creí que no viviría para ver esto. Cómo crecen de rápido —bromea secándose una lágrima imaginaria.

—No son celos.

Jimin ríe, pues encuentra de lo más divertido el semblante serio de su amigo.

En cuanto llegan y cruzan la puerta de entrada, sienten la mirada inquisidora de casi todos los presentes de aquel pasillo, precedido de un fuerte bullicio. Muchas chicas miran a TaeHyung y se sonríen entre ellas comentando lo guapo que es el chico nuevo.

Incluso algunas intentan acercársele y saludan amigablemente a JungKook, algo muy poco habitual, la mayoría no se le acerca debido a su mala reputación. Este las ignora, sujeta posesivamente a TaeHyung de la cintura y lo encamina hacia el aula correspondiente.

El castaño siquiera nota las miradas sobre sí, está maravillado observando todo a su alrededor. Qué cambiado está el mundo.

La última vez que había adquirido forma humana con el tiempo suficiente como para salir a inspeccionar, fue hace casi cien años, le sorprende en lo mucho que ha avanzando la sociedad y de todo lo que se ha perdido siendo un gato.

De pronto, un colorido cuadro en el pasillo llama su atención. Esto provoca que detenga sus pasos en seco. Se lo queda mirando asombrado, pues le resulta de lo más fascinante.

JungKook ve lo que tanto curiosea el castaño y se detiene a su lado, poniéndose a observar el cuadro también, cuadro que ha estado en aquel pasillo de su salón durante más de dos años y que nunca le ha prestado atención.

— ¿Te gusta?

—Sí ¡mucho! La forma de aquellos humanos es tan peculiar, aparentan estar sufriendo, es la miseria humana plasmada en un lienzo.

—No estás errado. Ese cuadro se llama Guernica, es de Picasso. No sé si haz oído hablar de él. Allí en Guernica hubo una guerra. Él pintó a las victimas de un bombardeo alemán.

— ¿Cómo sabes tanto? —Pregunta TaeHyung admirado.

—Ni puta idea, lo estaba leyendo en la descripción de abajo.

JungKook toma a TaeHyung del brazo y lo lleva hasta su clase. Se ubican en el fondo y ven como poco a poco comienzan a llegar los demás estudiantes. Estos se quedan viendo al castaño, quien observa todo a su alrededor, hasta lo más insignificante le llama la atención.

A medida que el aula se va llenando, es cada vez más evidente la cantidad de curiosos que observan a TaeHyung. Muchos se susurran entre sí y sonríen, acto que a JungKook le está comenzando a molestar.

Algunos se han acercado a saludarlo y TaeHyung está siendo de lo más amable con todos ellos.  

—Soy amigo de JungKook, me llamo TaeHyung —responde cada vez que alguien pregunta.

El profesor de trigonometría entra arrastrando los pies, suspira con pesar y se sienta detrás de su escritorio. Luego les da a todos la bienvenida y comienza a entregar los resultados del examen que hicieron la semana pasada. A juzgar por su cara, no les ha ido muy bien.

La clase transcurre demasiado rápido para JungKook, quien ha tenido que explicarle a TaeHyung cada palabra que no comprendía.

Al finalizar, ambos caminan hasta la cafetería y se sientan en la mesa donde se encuentra Jimin, aunque este no está solo, hay un chico de tez pálida sentado junto a él.

— TaeHyung, te presento a YoonGi —dice Jimin mostrando una amplia sonrisa en su animado rostro, expresión totalmente opuesta a la de aquel pálido muchacho de cabello verde.

—Hola —musita YoonGi, este siquiera ha quitado la vista de su libro, la portada dice Neufert y es de color rosado. A TaeHyung le llama la atención y se queda mirándola en silencio.

—Voy a pedir algo para comer, quédate aquí —susurra JungKook mientras se dirige a hacer la fila. TaeHyung observa el cómo los estudiantes caminan con un objeto plano de color azul sobre sus manos y lo llenan de alimentos. Aquella imagen le recuerda a su vida pasada, cuando los esclavos hacían sus interminables filas y caminaban a pasos lentos con sus pies amarrados a cuerdas y se les entregaba a cada uno una pequeña ración de pan.

 Mientras, YoonGi permanece en silencio sumergido en su lectura y Jimin concentrado observando a YoonGi leer. Este mantiene una leve sonrisa y observa al pálido con admiración.

—Jimin, ¿qué significa puta? —Pregunta TaeHyung, con el ceño fruncido.

YoonGi detiene su lectura y observa al castaño con el ceño fruncido.

— ¿En serio no sabes lo que significa? Pues, una puta es una mujer que actúa de forma imprudente, que no tiene moral, alguien… ¿Cómo decirlo?, alguien promiscuo.

TaeHyung asiente con la cabeza, aún sin comprenderlo del todo. No sabe por qué JungKook ha utilizado la palabra puta con la palabra idea, pero tampoco es algo que le importe demasiado. El mundo actual es extraño. 

Los tres se quedan en silencio hasta que llega el pelinegro con la bandeja de comida. Allí se puede ver dos pequeñas cajitas de leche, una manzana y dos bandejas con pasta mezclada con vegetales de intensos colores.

—Espero que te guste —dice Jungkook mientras le extiende la bandeja. No está seguro si TaeHyung es capaz de comer pastas sin tirar casi todo el contenido fuera de la bandeja, pero no encontró otra cosa. 

Este se apresura a comer primero, mostrándole así como es la forma correcta de hacerlo. Enrolla la pasta en el tenedor y luego lo lleva a su boca, de una forma que parece sencilla. Pero cuando TaeHyung intenta repetir aquello, enrolla tantas veces el tenedor, que le ha quedado el contenido de todo el plato enrollado al rededor del cubierto.

JungKook decide mostrarle la otra forma de comer tallarines, se inclina levemente sobre la mesa, levanta algunos con el tenedor de plástico y lo lleva a su boca, luego los succiona. Aquello TaeHyung lo logra imitar a la perfección. Luego de tragar el primer bocado, busca la mirada de JungKook y le sonríe feliz con toda su boca y barbilla repletas de salsa de tomate.

En ese instante, una chica camina hacia él, se inclina levemente y con una servilleta, le limpia a TaeHyung los restos de tomate.

—Mucho mejor, ahora se ve bien tu hermoso rostro —dice dedicándole una sonrisa coqueta.  

TaeHyung agradece y ambos se quedan mirándose muy de cerca. JungKook los observa molesto, sabe que no hay razones para sentirse celoso pero no lo puede evitar.

— ¿Cómo te llamas? —pregunta la muchacha, ignorando por completo a todos los demás presentes en la mesa.

—TaeHyung, ¿y tú?

—Gigi, estoy con YoonGi en Arquitectura, ¿qué carrera estás estudiando tú?

—Soy amigo de JungKook —responde el castaño, aún sin comprender a que se refiere Gigi con carrera.

—Es mi novio —interrumpe JungKook cortante— ,¿nos dejas terminar nuestra comida?, gracias.

La chica lo observa molesta y se marcha hacia donde están sentadas sus amigas. Jimin mira a JungKook perplejo, ¿desde cuándo este tiene novio? Eso es demasiado extraño viniendo de él, nunca antes ha sucedido, de hecho JungKook siempre ha dicho que eso de tener pareja estable es una tontería, porque no tiene sentido estar con una sola persona cuando puedes estar con muchas. Jimin comprende que quizá esa sea la razón por la que JungKook ha estado actuando tan extraño.

YoonGi deja de leer, se incorpora de su silla y tras hacer una corta reverencia a los allí presentes, se marcha.

—Risitas se te escapa —dice JungKook a un Jimin que lo observa con los ojos entrecerrados debido a aquella broma sarcástica.

—Nos hablamos luego, cuídense chicos —Jimin toma lo que quedó de su bebida y se aleja corriendo tras de YoonGi.

—JungKook… —inquiere TaeHyung casi susurrando.

— ¿Qué sucede?

— ¿Qué es un novio?

—Es cuando dos personas quieren estar juntas. Uhm, se pertenecen una a la otra. Por ejemplo, lo que tú hiciste conmigo en la cama, solo lo puedes hacer conmigo y con nadie más, y yo igual, ello incluye también besos y caricias.

TaeHyung medita en aquello que JungKook ha dicho, “se pertenecen una a la otra”, piensa que entonces, así como él pertenece a JungKook, de igual manera JungKook pertenece a él, eso es tan diferente a tener un amo, comienza a adorar esa palabra, sin duda le gusta más tener un novio, que un amo. Aquella grata sensación, le provoca un pequeño respingo en el corazón que lo hace sonreír. 

Luego de terminar la comida, caminan hasta la salida, JungKook no está dispuesto a asistir a su clase de idioma. Pero cuando están caminando hacia la parada del bus, un joven de acento extraño los detiene.

— ¿Ahora sales con él? ¿Es por ello que no me volviste a llamar? —Pregunta el joven enojado.

JungKook sigue caminando ignorándolo pero este lo vuelve a detener.

— Entonces se trataba solo de sexo ¿verdad?

—JungKook es mi novio —dice TaeHyung sonriendo levemente y sujetando al pelinegro de la mano. No entiende cuál es la situación con aquel muchacho, lo que ha dicho no ha sido mal intencionado, simplemente moría por comentarle a alguien que ahora tiene un novio.

El muchacho observa al castaño furioso y se marcha echando tumbos.

Ambos caminan aún sujetados de la mano y se sientan en la parada del bus. Desde allí pueden ver a un hombre que viene caminando hacia ellos con un carro de brochetas de pescado y les ofrece, a lo que JungKook rechaza, pues acaban de comer. Sin embargo TaeHyung se queda observándolas curioso.

— ¿Quieres una? —Le pregunta el hombre mientras ve a TaeHyung observando las brochetas con admiración y con un destello en sus ojos mientras se relame.

—Sí.

En cuanto el hombre se la entrega, TaeHyung se termina el pescado en menos de escasos segundos, dejando solo el palito de madera.

—Quiero más —dice. Y sin siquiera esperar a que el hombre se la entregue, toma varias con la mano y comienza a comerlas con desesperación.

—Uhm —esto sin duda es mucho más delicioso que las galletas de miel y los gusanos blancos con verduras que he comido hoy.  

—Lo sé, pero TaeHyung, ya haz comido suficiente, termina esa y vamos —JungKook saca dinero de sus bolsillos, busca el precio en el cartel y paga el monto suficiente. Luego arrastra a TaeHyung por la vereda. Si este sigue comiendo de esa manera, va a tener que buscarse un empleo, tan solo para darle de comer.

Por suerte el bus llega de prisa así que se suben y se sientan en el asiento del fondo. El castaño va del lado de la ventanilla observándolo todo con suma fascinación.

Al llegar, JungKook lee la nota de su hermano pegada en la heladera, y suben hasta la habitación.

Ahora el semblante de TaeHyung ha cambiado y no luce nada bien, lamentablemente JungKook ya sabe como va a terminar todo ello. Y exactamente eso es lo que sucede, en pocos minutos, está TaeHyung inclinado sobre la taza del baño vomitando todo el almuerzo, las brochetas de pescado y hasta el cereal del desayuno.

—Me siento mareado, ¿por qué la comida humana te provoca ello?, ya no la comeré —se queja mientras camina tambaleándose y se deja caer en la cama.

—Solo a ti te cae mal, por lo general, no nos provoca ello a nosotros.

Entonces JungKook repasa los síntomas en su cabeza.

《Gran apetito, vómitos y mareos》

Se queda pensando en aquello y su semblante cambia de preocupación a espanto.

— ¿Qué estás pensando? —pregunta el castaño al observar el rostro de JungKook.

—Nada, nada —dice negando con su cabeza y sonriendo.

— Puedes decirme.

—Que tu aumento de apetito, tus vómitos y los mareos, son como si estuvieses embarazado —JungKook ríe por lo bajo, no cree que ello sea posible.

TaeHyung abre sus ojos como platos y se toca el vientre con ambas manos.

—Oh, no.

— ¿Qué está mal?

TaeHyung no le responde, simplemente se queda acariciando su vientre.

—TaeHyung… solo lo dije en broma, dudo que…

—Ya te he dicho, mi cuerpo es un tanto diferente al de los hombres humanos, yo tengo un útero, capaz de concebir vida, en la etapa del celo, es cuanto más fértil soy.

Ahora es JungKook quien se siente mareado y con nauseas. Se acuesta en la cama, sintiendo un sudor frío recorrerle la frente. Claro que recuerda aquello que el castaño le ha dicho, pero nunca lo ha tomado en cuenta, él ve a TaeHyung como un chico y la mera idea de imaginarlo embarazado, le resulta descabellado, jamás ha imaginado algo así, ni en sus sueños más absurdos, mejor dicho, ni en sus peores pesadillas. 

— ¿JungKook? ¡Reacciona!

— L-lo hemos hecho u-un montón de veces, ¿cómo no me di cuenta?

—Estabas cegado por mi celo y yo fui irresponsable, me encontraba demasiado aturdido, nunca había intimado con un ser humano antes.

— Y en caso de que estés… ¡Joder! Siquiera puedo mencionarlo en voz alta.

— Embarazado.

— Lo que sea, si lo estás, no saldrá un gato, ¿o sí? — Y la verdad es que JungKook desea que salga cualquier cosa menos un bebé humano.


JungKook en estos momentos:

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