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Capítulo 02

Atención: contenido delicado》

Aquel chico es tan apuesto que no parece real. Es como un Dios. Al menos, en eso piensa JungKook mientras delira con dioses gato del antiguo Egipto.

Lejos de estar asustado y salir corriendo, desea acercarse y tocar a ese muchacho, pues no se ve peligroso en lo absoluto, más bien, luce completamente indefenso y vulnerable.

Muy en el fondo, JungKook piensa que quizá se trate solo de un sueño, y si en verdad lo es ¿cuál es la prisa por despertar? Es que ¡joder!, aquel muchacho es tan sexy, su cuerpo parece esculpido a mano, su rostro es como el de un ángel; sus ojos avellana son profundos y muy tiernos, su abdomen está levemente marcado y ni qué hablar de su miembro viril.

JungKook traga con dificultad y con su temblorosa mano, comienza a acercársele, solo quiere tocar el cabello castaño del joven, quiere sentirlo real. Pero en ese momento, es el muchacho quien lleva su cabeza a la mano estirada de JungKook y en el instante que siente el contacto, comienza a ronronear como si de un gatito se tratase.

—  ¿Chispitas? —Pregunta JungKook de nuevo, mirando al chico absorto. No puede dejar de contemplar su belleza, prácticamente se encuentra babeando.

—  Odié ese nombre desde la primera vez que lo oí salir de tu boca. —Responde el jovencito con evidente disgusto.

—  ¿Mau? —El pelinegro hasta se siente idiota por pensar de que se trata del Dios egipcio.

—  ¡Miau! —Responde el chico juguetón mientras se acerca nuevamente para recibir las caricias del pelinegro.

El contacto le produce al joven felino una felicidad imposible de describir. Luego de unos segundos disfrutando de los mimos, rompe el silencio.

—  Mi nombre es TaeHyung —dice.

Seguido de ello, camina hasta la cocina y comienza a beber agua del pequeño plato.

JungKook tiene la boca abierta y es que se encuentra alucinado. En cuanto lo ha visto caminando desnudo, tan seguro de sí mismo, su miembro se le ha endurecido. Es de no creer lo sexy que se ve “TaeHyung”. Su lengua es tan provocativa, tan sensual, JungKook comienza a sentirse zoofílico y ni siquiera lo ha tocado.

Cuando el chico termina, se seca sus labios rozagantes y sonríe. En ese instante, JungKook reflexiona. Es imposible que se trate de un sueño, pues nunca ha tenido tan buena imaginación y su cerebro no podría crear a alguien tan perfecto como ese ser que tiene en frente. De pronto, siente que cree en Dioses, en leyendas y hasta en hadas, pero el único sonido de aplauso que quiere hacer, es el de su pene erecto chocando contra ese culo perfecto que se carga el muchacho.

TaeHyung se acerca caminando hasta donde el pelinegro se encuentra y se dirige hacia el sillón, donde hace una pequeña vuelta y se acuesta cómodamente.

—  ¿No quieres hacerme ninguna pregunta? —musita.

Pero JungKook se encuentra en trance pensando en cada pose del Kama Sutra existente.

—  ¿Eres un gato? —pregunta impaciente. De pronto ha dejado de sentir curiosidad respecto a la verdadera naturaleza del joven, aquella belleza frente a sus ojos no le permite pensar con claridad.

—  No en este momento, ¿a caso parezco un gato? —En ese instante TaeHyung estira uno de sus brazos y comienza a lamer toda su extensión.

—  Pero puedes convertirte en gato...

—  Ah entonces, ¿quieres que vuelva a ser uno?

—  ¡NO! —JungKook no pretendía oírse tan desesperado, pero no puede evitarlo—. ¿Debo tratarte como a un Dios? —pregunta con una pequeña sonrisa ladina.

—  No, en estos tiempos no recibo ese tipo de trato. He estado escondido por muchos años y es agradable poder convertirme en humano de nuevo y disfrutar aunque sea un instante de todos los placeres que ello implica. —El pelinegro ha estado perdido en la mirada de TaeHyung y solo ha escuchado lo último. ¿A que se referirá con placeres?, porque él en ese instante, solo puede pensar en la clase de placer que incluye a ese magnifico ser jadeando contra la pared.

Por un momento, JungKook recobra un poco su cordura y mira a la puerta de entrada, no sabe cuando va a llegar su hermano y el presentarle a TaeHyung como “Chispitas” no es opción. Así que se voltea hacía donde el chico se encuentra y le dice que suba las escaleras. Este le obedece y sube sigilosamente mientras el pelinegro intenta acomodar todo sin quitar la vista de ese glorioso cuerpo desnudo, moviéndose grácilmente mientras sube.

Con rápidos movimientos, intenta ordenar el desastre, mete las plumas de la almohada bajo la alfombra, tira los vidrios rotos del florero y levanta la silla caída, luego se dirige derecho a su cuarto.

Cuando abre la puerta, ve a TaeHyung jugueteando con un ovillo de lana y por un momento, solo por un momento, JungKook se replantea lo que quiere hacer. Pero en ese instante, el chico sonríe y le hace perder la cordura nuevamente. Al diablo, después de todo, TaeHyung ya ha dejado muy en claro que ahora es humano. Ya habrá tiempo de lamentaciones.

JungKook se quita la playera y la arroja al suelo, luego mira fijamente al castaño mientras se relame los labios secos, muy lentamente se sienta sobre la cama y se desabrocha el pantalón.

—  Ven aquí, gatito —le dice con una mirada repleta de lujuria.

El chico obedece al instante. Como está sentado en el suelo va hacia JungKook gateando en cuatro patas y se detiene a sus pies. El pelinegro lleva su mano hasta los cabellos de TaeHyung y este instintivamente cierra sus ojos, en seguida comienza a ronronear.

El pelinegro se encorva un instante y le da al contrario un beso en la comisura de sus labios. Ante aquel repentino contacto, TaeHyung se emociona y tras incorporarse del suelo, se inclina sobre JungKook haciendo que este caiga de espaldas en la cama, se pone a horcajadas de él y saca su rozagante lengua para comenzar a lamerle el rostro. Inevitablemente, el pelinegro piensa en cómo se sentirá esa lengüita juguetona moviendose sobre su erección y ello solo ocasiona que se ponga aún más duro.

—  No debiste hacer ello —musita con voz ronca.

—  Tú me cuidas, me alimentas y me haces caricias, yo solo quiero agradecerte.

—  Hay una forma en la que me puedes agradecer.

—  ¿En serio? ¿Cuál es?

—  ¿Lo harás?

—  Pídeme lo que sea y lo haré.

—  Contra la pared, ahora.

TaeHyung ve la mirada centelleante de JungKook y se siente intimidado, nunca en toda su existencia le ha ocurrido algo como ello. Siempre se doblegaron ante él por nada. Pero, el pelinegro, con firmeza le está demostrando quién es el amo ahora y no puede evitar acatar sus ordenes, quiere hacer todo lo que él le ordene.

TaeHyung tiene los sentidos más desarrollados que un humano promedio y puede sentir fuertemente las feromonas masculinas de JungKook ser liberadas por su piel, sus fosas nasales se mueven levemente mientras las perciben e instintivamente comienza a excitarse.

El castaño se pregunta para sí mismo si JungKook sabrá el motivo por el cuál se siente tan excitado, y es que está en celo. Esos días despide un olor característico que los machos pueden captar fácilmente. Sin duda ello es lo que está enloqueciendo al pelinegro. Aunque, tiene la duda del efecto que puede ocasionar en los hombres, ya que nunca antes estuvo en celo siendo un humano, esta es su primera vez con uno.

De un rápido movimiento y aún sobre la cama, el castaño se dirige contra la pared. JungKook se sorprende ante tal acto de obediencia y sumisión, relame nuevamente sus labios secos y observa aquella escena perfecta. TaeHyung pone ambas manos contra la pared y se inclina, no sabe exactamente qué es lo que le harán pero está atento para acatar todas las ordenes que se le designe.

—Abre levemente tus piernas —le ordena.

Este, obedientemente las entre abre dejando ver una pequeña entrada rozagante entre sus apretados y redondeados glúteos.

De pronto, siente una lengua recorriéndolo por su cuello, bajando a sus omóplatos y deteniéndose en la parte baja de su espalda. Pega un leve gritito al sentir una fuerte nalgada y apoya su rostro contra la pared fría.

JungKook se pone de rodillas en el suelo y lleva su lengua hasta la pequeña entrada frente a él. Primero la rodea haciendo círculos con su lengua y luego la mete poco a poco. En ese instante siente como el cuerpo del castaño se tensa y comienza a moverse involuntariamente.

—No tienes permitido moverte, quédate quieto —le ordena nuevamente antes de seguir jugueteando con su lengua en aquella rozagante entrada, la cual va dilatándose poco a poco.

JungKook sostiene fuertemente los muslos del joven.

—¿Qu-que haces? —Pregunta TaeHyung en un hilo de voz.

Nunca ha sentido algo como ello, está experimentando sensaciones que ni siquiera sabía que podía experimentar, todo es nuevo para él. Deja que JungKook le haga cuánto desea, sabe que no le hará daño, él bien puede recordar cuánto cariño le mostró al encontrarlo solo y desamparado bajo la lluvia.

El pelinegro chasquea su lengua con deseo y siente la suavidad de la piel de aquel chico.

—Uhm, rico... —TaeHyung gime bajo con su respiración agitada contra la pared.

—Ya es hora de pasar al siguiente nivel —susurra JungKook. Este se va incorporando lentamente, mientras deja castos besos en la espalda del castaño, quién se desespera ante cada roce.

Al llegar a su cuello, comienza a succionar la suave piel para dejarle sus marcas, quiere hacerlo completamente suyo, llenarlo de sí en todos los sentidos.

—Lámelos. —JungKook tiene dos dedos a escasos centímetros de la boca del contrario, TaeHyung primero los mira confundido y luego se acerca para sentirlos en su boca, los lame, los chupa y juguetea con ellos, no sabe por qué, pero le encanta hacerlo.

El pelinegro lo sujeta de sus cabellos y los jala hacia atrás, quita sus dedos de aquella boca y los dirige hasta abajo.

Primero tantea y luego introduce un dígito muy lentamente pero sin detenerse. El castaño se retuerce y cierra sus ojos con fuerza ante la intromisión, siente un leve ardor por tratarse de la primera vez, pero a medida que los segundos pasan se va mezclando con una sensación que lo enloquece.

JungKook mete un segundo dedo y comienza a moverlo en el interior del joven, TaeHyung siente sus piernas debilitarse y aferra sus uñas en la pared.

—¡Ah! —Gime bajito mientras siente su miembro duro chocar suavemente contra la pared. No entiende el por qué este le duele, nunca antes lo había tenido así. Tras mirar hacia abajo, se sorprende por lo hinchado que está. Desconoce la sexualidad de los seres humanos. Lo único que sabe, es que comienza a ser su favorita.

De pronto siente la mano de JungKook acariciándole los pezones, los soba con insistencia y ello le produce que libere otro gemido. El pelinegro sigue acariciando y baja poco a poco por el vientre del castaño, quien ahora se encuentra inclinado levemente hacia atrás, con la cabeza en el hombro del contrario.

Las caricias que recibe le provocan una leve electricidad que recorre todo su cuerpo y se concentra en su pene. JungKook sonríe lascivamente por cómo lo ha puesto a TaeHyung en menos de cinco minutos. Aún así, planea llegar aún más lejos con el joven que poco a poco lo está despojando de su inocencia.

Sin aviso, sujeta firmemente el miembro del castaño y juguetea con la punta de sus dedos en aquel glande húmedo.

—¿Qu-qué me sucede? —Pregunta TaeHyung fuera de sí, no puede concebir tanto placer y no es para menos, se encuentra en compañía de un experto.

JungKook no responde, la desesperación del castaño solo lo excita aún más, comienza a bombear aquel pene que está siendo tocado por primera vez, lo hace lento, no quiere que se corra, no aún.

El pelinegro ya no aguanta y siente que ya ha sido más que generoso, así que se detiene y gira a TaeHyung de un movimiento brusco, luego lo toma del collar y lo guía hasta situarlo de nuevo en el suelo. JungKook se sienta en la cama, toma la base de su pene con firmeza, lo inclina levemente hacia la boca del contrario y ordena en voz firme:

—Chúpalo, gatito.


¿Alguna lo está leyendo por primera vez? :)

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