Capítulo 01
Es importante que sepan lo siguiente:
Esta historia no es omegaverse, no trata de cambia formas, no es male pregnant, no es de híbridos, no es zoofilia. O tal vez... es un poco de todo.
A lo que voy, no pensé en ninguna etiqueta a la hora de escribir, lo que leerán será producto de mi imaginación volando durante las noches de insomnio.
No busquen lógica, no busquen realismo, porque esto, amiguitos, ES FICCIÓN.
¡Ah! Y lo más importante: El gato de esta historia, no es como los gatos normales, esos que tienen de mascota ahí en sus casas (por mucho que lo deseen) así que no busquen comparar lo que hace o no un gato real, porque este NO lo es.
Ahora que ya nos entendemos, y sin más preámbulos, disfruten la lectura.
PD: Ningún gatito ha sido maltratado durante el rodaje de esta película.
—Frente a ustedes, tienen una de las esfinges más antiguas halladas por Lord Carnarvon. Para muchos será un simple gato, pero este felino fue un Dios en el imperio egipcio. En la expedición que financió Carnarvon, se descubrió la tumba de Tutankamon, donde se encontraron varios gatos en sarcófagos egipcios. Se cree, que dentro de la esfinge, aún se haya el alma de Mau, el Dios gato.
Los Egipcios, creían que este gato los libraba de los malos espíritus y les aportaba protección durante las noches. Decían que poseía grandes poderes y que tenía la particularidad de convertirse en humano. Es por ello, que solían hacer incontables esculturas de gatos con cuerpos de hombre. También, utilizaban máscaras con el fin de que el espíritu de Mau entrase en ellos y les brindase poder, sigilo y la astucia necesaria para poder ganar sus batallas. Lamentablemente, si bien los egipcios tenían a los gatos en alta estima y hasta los adoraban, fueron los europeos quienes condenaron a dichos felinos hasta casi su desaparición por motivos de superstición; ignorancia y maldad.
Muchos creen que el espíritu de Mau aún sigue estando dentro de esta esfinge, esperando poder salir algún día… si es que ya no lo ha hecho.
— Ojalá también salga el espíritu de Tutankamon y nos mate a todos, así no tengo que entregar este aburrido proyecto —dice JungKook a su mejor amigo Jimin en susurros, denotando fastidio en su tono de voz.
Jimin comienza a reir fuertemente, tanto, que llama la atención de la guía del museo de historia.
— ¿Alguno quiere agregar algo? —pregunta la mujer en voz alta mirando específicamente hacia donde JungKook y Jimin se encuentran. Ambos están haciendo un gran esfuerzo para no reir.
— No, no —responden a coro y se aclaran la garganta.
— Bueno sigamos avanzando, en este otro lado se encuentra una roca particularmente rara hallada en la antigua ciudad de Bubastis, dicha roca...
— Pss, pss. —JungKook intenta captar la atención de su amigo que sigue avanzando tras la guía del museo. En cuanto este se da la vuelta, ve al pelinegro haciéndole señas—, yo me largo — susurra.
— Pero JungKook, aún no han dicho la respuesta de las tres últimas preguntas, sobre todo la más importante, ¡la ubicación del baño!
— Vamos, yo te diré las respuestas que anoté y puedes ir al baño de mi casa.
— ¡¡JungKook!! —musita Jimin cerrando fuertemente sus temblorosas piernas y aferrándose las rodillas con sus manos— ¡No me aguanto! Me urge ir.
— Ya, ve y haz en la arena del gato Mau, no creo que su espíritu se enoje.
— Basta de bromas JungKook, espérame afuera y yo luego te sigo —dice Jimin mientras se aleja corriendo, rogando que esa sea la dirección correcta del baño o terminará haciendo en el Jarrón de la dinastía Min.
JungKook resopla fuertemente y se dirige a la salida del gran museo, aún está lloviendo asi que saca su paraguas de la mochila y toma un cigarro del bolsillo de sus jeans. ¡Qué escándalo haría su hermano Jin si supiera que fuma!, estaría regañándolo fuertemente en ese instante, pues reiteradas veces le ha dicho que el cigarrillo es un vicio terrible.
Los padres de JungKook y SeokJin, habían fallecido en un accidente de tránsito cuando el mayor, estaba por ingresar a la universidad. Lejos de poder seguir estudiando, el desafortunado suceso, obligó a Jin a trabajar día y noche. A causa de ello, no le pudo brindar a su hermano menor la atención necesaria. A JungKook no le faltó nada, pero se crio como pudo, en casa de sus amigos y sin la correcta supervisión.
Ante los ojos de su hermano, era un chico bueno que no le daba problemas en lo absoluto. Un joven estudioso y responsable con sus deberes. Pero eso era solo una fachada, JungKook no era precisamente un "chico bueno". Él fumaba, bebía y tenía altercados en cada bar que asistía, la mayoría de sus peleas, era por meterse con chicas que ya tenían pareja, y no se conformaba solo con mujeres, también lo hacía con hombres, no le importaba el género a la hora de echarse un buen polvo.
JungKook, libera lentamente el humo del cigarrillo haciendo que esa grata sensación que la nicotina le produce, dure un poco más.
En ese instante, el maullido de un gato le interrumpe en su trance y abre los ojos sobresaltado.
Frente a él, un adorable gatito de color beige y de grandes ojos color avellana, lo observa bajo la lluvia. JungKook se agacha y le acaricia la cabecita mojada, acto que hace ronronear al pequeño felino.
— ¿Qué haces aquí solito? —Le pregunta.
— Pero si no estoy solo, vine contigo —responde Jimin que se viene acercando aliviado, luego de tanto aguantar.
— No te pregunte a ti, idiota. —JungKook toma al felino en brazos e intenta secarlo con el puño de su sudadera.
— Oye JungKook, ten cuidado, puede ser el espíritu de Mau, el Dios gato —bromea Jimin.
— Ojalá lo fuese, sería mucho más interesante que un gato normal.
— Mira su rostro, es tan tierno, ¿quién te quiere? —Tontea Jimin mientras lo levanta por el aire.
— Ya déjalo, lo vas a marear —JungKook mira alrededor y tras no ver a nadie cerca, prosigue—, deberíamos llevarlo con nosotros, evidentemente no tiene dueño.
— Sabes que yo en mi casa no puedo tener gatos, mi madre es alérgica.
— Con razón estornuda cuando le andas cerca —dice JungKook tras liberar un sonoro estallido de risa.
— Ja, Ja, muy gracioso.
Así es que ambos terminan en el bus con el gato escondido en la mochila.
Al llegar, JungKook busca la llave entre el arbusto situado junto a la puerta y entran apresuradamente, pues la lluvia no ha cesado.
Jin se encuentra trabajando, pero JungKook está acostumbrado a estar solo en aquella casa. Así que como de costumbre, se dirige derecho hasta la nevera y toma la nota que su hermano le deja cada día.
"La cena está en el microondas, también horneé cupcakes de chocolate, espero los disfrutes. Dile a Jimin que no se los coma todos".
El pelinegro ríe y deja la nota a un lado mientras busca algo de comida para su nueva mascota.
Al darse la vuelta, ve a Jimin que se ha introducido en la cocina y tiene ambas mejillas repletas de cupcakes, su boca está completamente manchada con chocolate.
— No te podías esperar, ¿no?
— Pero ¡Es chocolate! —Dramatiza metiendo otro pedazo a su boca.
JungKook resopla y lleva al gato hasta el platito con comida. Mientras este se alimenta, piensa qué nombre ponerle.
— Uhm...creo que te llamaré Chispitas.
— ¿Le pondrás el mismo nombre que tu anterior gato? Que creativo JungKook. Espero que este no termine como el primer Chispitas —dice Jimin acongojado.
— Cierra la boca.
Ambos cenan, terminan su tarea y juegan videojuegos hasta tarde. Luego, Jimin da un largo bostezo y agotado por el largo día que ha tenido, se va a su casa a dormir.
JungKook decide hacer lo mismo, así que tras una relajante ducha, se mete a la cama.
Segundos después, Chispitas se sube ronroneando en busca de cariño y atención. El pelinegro, estira su brazo hasta el cajón de su mesa de luz, saca el pequeño collar de su antiguo gato, y se lo coloca.
— A ti no te dejaré jugar con el perro del vecino —musita en voz baja y apaga la luz somnoliento.
Al otro día, JungKook abre los ojos, mira la hora y de un solo movimiento salta de la cama, se pone lo primero que encuentra y se peina con los dedos frente al espejo. Luego toma su abrigo, la mochila y corre escaleras abajo hasta la cocina donde se encuentra con el desayuno servido. La mañana es el único tiempo que tiene para estar con su hermano y el desayuno es lo único que comparten, así que lamenta haberse quedado dormido, ya que no podrá pasar más tiempo con Jin.
— ¿Qué son esas ojeras?, te dije que durmieras temprano anoche —dice el mayor examinando al pelinegro de arriba a abajo.
— Lo hice, solo que dormí mal, estuve preocupado por mi tarea de historia, la que debo entregar hoy —miente descaradamente.
— Oh, te irá muy bien, eres muy capaz y lo sabes. —Jin despeina los cabellos del menor y le sonríe cariñosamente.
— Por cierto, tenemos un nuevo integrante en la familia, es un gatito, se llama Chispitas. ¡Ya tengo que irme! —musita el menor a medida que se aleja corriendo por la puerta de entrada. A penas ha bebido un sorbo de jugo de naranja y se lleva consigo una tostada a medio comer.
No es que sea responsable con el horario, su intención de estar unos minutos antes es para revolcarse en el baño con Justin, el chico que ha llegado hace unas semanas de Canadá como estudiante de intercambio. JungKook se ha tomado muy bien su papel e intercambia con él su saliva, manoseadas y chupones.
Sus intenciones no son serias, seguramente estará con el muchacho hasta aburrirse de él, como hace con cada persona. Las utiliza y luego las desecha, como chicles que uno mastica y arroja a la vía pública. Sí, así es JungKook.
Luego de varios minutos, entra a su clase de historia un tanto desalineado y los botones de la camisa mal prendidos. Nadie le dice nada, siquiera voltean a verlo. Están acostumbrados.
JungKook camina directo al fondo y se sienta junto a Jimin, quien lo mira con expresión ladina y lo codea cómplice.
Luego de una extensa y aburrida charla respecto a las pirámides egipcias, el profesor pide las tareas correspondientes y se despide.
JungKook, quien se ha quedado dormido, despierta y se da cuenta que ya todos se han ido. ¿Por qué Jimin no lo ha despertado? Bien, no lo puede culpar, este vive en la luna desde que YoonGi, el chico apuesto de arquitectura, ha puesto los ojos en él. No son novios pero ya han tenido varios encuentros apasionados en cuartos de hotel.
Jimin suele contarle a JungKook todo lo que hace con YoonGi, a lo que deja al pelinegro deseoso de poder conseguir a alguien así. De todas formas, nadie es suficiente para él, por una cosa u otra se termina alejando. Le teme a los compromisos, moriría si tuviese que estar atado a una persona. De hecho, hace varios meses que no tiene sexo con mujeres, porque ¿qué pasaría si por un descuido alguna quedase embarazada? Ni pensarlo.
Luego de un agotador viaje en bus, JungKook regresa a su casa. Busca las llaves en el arbusto y se apresura para poder echarse en el sofá.
Pero, tras ingresar, se encuentra con el living hecho un lío. Los cojines están desplumados, las cortinas caídas, hay vidrios rotos y varias cosas tiradas en el suelo. Al principio cree que han entrado a robar, ya que es imposible que su hermano Kim “don pulcro" Jin, haya hecho algo así. Pero al voltear, pega un grito despavorido.
Un muchacho increíblemente apuesto, está sentado entre las plumas del cojín. Su cabello está despeinado y se encuentra completamente desnudo. Sin siquiera notar la presencia de JungKook, el candente jovencito, lame su mano mientras hace tintinear el cascabel del collar que cuelga en su cuello.
— ¿Chi-chispitas?, ¿eres tú?
—
1- Al volver a publicar, se des-seleccionaron todos sus hermosos comentarios, así que solo se verán los comentarios de los nuevos lectores. LO SIENTO MUCHO, lloro.
2-Hice cambios. Algunos muy leves, otros no tanto.
3-Denle amor a la personita que hizo ese precioso fanart de "Kitten" que vieron al inicio de la historia.
https://www.instagram.com/sin_de_pat_art/
¡Acepta comisiones!
4- ¿Saben que Lali los ama mucho? 💕💕
5- ¡Gracias!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro