🐈 ' : capítulo uno .
Kim HongJoong y Song Mingi eran catalogados como una de las parejas más envidiadas y admiradas del medio, tanto por hombres y mujeres, a la par que algo extraña y sumamente única.
No era para menos puesto que ambos eran completamente polos opuestos. HongJoong era un terróncito de caramelo andate, un chico de facciones hermosas que causaba demasiada ternura a cualquiera por su personalidad amable, adorable e inocente. Era un chico un tanto ingenuo y confianzudo que rápidamente lograba robarte el corazón.
En cambio Mingi era un hombre serio y sumamente atractivo, un empresario que siempre mantenía su postura recta e intachable. Song Mingi era conocido por ser algo cruel con algunos de sus empleados, si alguno no cumplia bien su trabajo, Mingi no tenía pelos en la lengua para hacerle ver sus errores sin tacto u amabilidad.
Si, ambos eran completamente diferentes. Como agua y aceite, entonces... ¿Cómo es que ambos terminaron siendo una de las parejas más envidiadas y seguidas del medio?
Por supuesto todo dio inicio a la carrera que estudiaba HongJoong, diseño de modas.
Durante una de sus prácticas, HongJoong al ser el más destacado de su clase tuvo la gran oportunidad de diseñar un traje a medida para un famoso. Instantáneamente HongJoong dio a dar saltitos en su lugar ante la gran oportunidad que se le había dado.
Con mucho nerviosismo y emoción se preparó para estar prefecto el día de su cita para tomar las primeras medidas de aquel apuesto y joven hombre que nadaba en dinero. Había tomado todos su materiales y el boceto que previamente había hecho puesto que por alguna extraña razón al ver una foto de Mingi en una revista “Jóvenes empresarios” su inspiración había salido instantáneamente.
Cuando llegó al lugar, su impresión ante el gran y lujoso edificio fue mayor. Todo era tan lindo y aparentemente costoso, tanto que temía que su torpesa se activara y romper algo que en cien años creía el pagar.
Su primera impresión al ver a Mingi fue... Intimidante. Toda su aura y persona lo fue, tan intimidante que HongJoong se sintió aún más chiquito. Pero también no quiso juzgar al hombre frente a él, así que con una de sus más tiernas sonrisitas se presentó al empresario como su diseñador.
Si bien el empresario se comportó amable, sacándole uno que otro suspiro y sonrojo puesto que debía admitir que Mingi era sumamente apuesto, digno de un príncipe de cuentos de hadas... Seguía con su semblante serio, no sonreía, no hacía tan siquiera un mínimo gesto de desagrado.
No fue hasta una semana después que fue a mostrarle el resultado final de su boceto, con uno leves cambios que el empresario le había pedido y el no había tenido problemas de ajustar. El hombre le había felicitado por su boceto, causando que su más brillante y tierna sonrisa saliera a flote, sonrisa que contagió a Mingi y este de igual manera sonrió sorprendiendo a HongJoong.
—¡Usted sonrie!
Soltó inocentemente tapando su boquita con sus manitas como señal de su asombro. Aquello no sólo le causó risa a Mingi, si no también ternura.
Y ahí fue donde HongJoong se dio cuenta que el más grande a pesar de su apariencia y aura intimidante, era solo eso... Apariencias. Y en cambio, el más grande portaba un hermosa sonrisa que logró acelerar su corazoncito.
El resto fue historia, Mingi había caído flechado por aquel jovencito diseñador que poseía un talento nato desde el primer instante. Le había encantado su diseño, en realidad no hubiera pedido un cambio de no ser porque quería ver al más bajito lo antes posible. Por ende pido un mínimo cambio en el diseño y programó una cita en una semana.
Desde ese día el joven empresario había comenzado a pretender a HongJoong, poco a poco ganándose el dulce corazón del tierno diseñador, hasta que finalmente se hicieron novios. Mingi al ser un empresario muy reconocido rápidamente salió en los medios de noticias y revistas su amorío con HongJoong, su relación era pública pero aquello no afectaba su vida como pareja.
O hasta el momento no le había dado problemas.
Si bien HongJoong reconocía que si, Mingi si era muy serio y estricto con sus empleados, en realidad no era un ser cruel que se mofaba de sus empleados como muchas veces había leído sobre él.
Mingi era muy dulce, amoroso y cariñoso con él. Cumplía cada pequeño y tal vez sus algo tontos caprichos, si HongJoong quería algo, Song Mingi se lo daría de inmediato.
Si el diseñador quería mimos Mingi se los daría, si HongJoong quería un castillo, Mingi estaría dispuesto a construir uno y exclusivamente para él.
No hay nada en el mundo que Song Mingi no le daría a su lindo duraznito.
Porque Kim HongJoong tenía a sus pies al gran millonario e intimidante empresario Song Mingi. Porque con el solo conocía la palabra “Si” y el “No” no era parte de su vocabulario cuando de su pequeño novio se tratara.
El tierno rubiecito daba libremente tiernos saltitos mientras caminaba por el parque, llevando de la mano a Mingi quien simplemente le seguía tranquilamente vigilando sus pasos para asegurarse de que no tropieze.
Una de sus manitas sujetaba la áspera mano de su novio, mientras que con la otra sostenía el panquecito de chocolate que degustaba en pequeñas mordidas. Un panqueque que se le había antojado al pasar frente a una pastelería que se toparon camino al parque.
Mingi había decidido tomarse la tarde libre, con la intención de darle una sorpresa a su caramelito y pasar la tarde juntos.
Fue a recogerlo a su universidad y por supuesto que no fue con las manos vacias. En sus manos portaba un hermoso ramo de tulipanes (sus flores favoritas), y un lindo peluche de ardillita. HongJoong claramente no contuvo su emoción al salir corriendo hasta él y lanzarse a sus brazos mientras que era recibido con muchos besitos por su rostro.
Luego de eso Mingi los llevó hasta su hogar donde el mayor le preparó un rico almuerzo que definitivamente HongJoong disfrutó al ser preparado por su amado novio. En el transcurso de la tarde al menor se le antojó dar un paseo por el parque que se encontraba cerca de la residencia y como siempre, Mingi no se negó ante su deseo.
Así fue como actualmente se encontraban caminado en ese hermoso parque verde lleno de hermosa flora.
—Príncipe... ¿Nos sentamos un rato?— preguntó al menor.
—¿Estás cansado Gigi?
—No, pero no me agrada la idea que comas parado tu panque— explicó a lo que HongJoong asintió de acuerdo.
Así que juntos, con su manos bien unidas caminaron hacia la banca más cercana y ahí tomaron asiento, uno al lado del otro.
Mingi solo se dedico a observar con admiración el lindo perfil de HongJoong, quien comía el último trozo de su panqueque. Cuando finalmente dio el último mordisco el menor miró con un tierno pucherito en sus labios y ojitos brillantes.
—¿Qué pasa mi amor? ¿Quieres otro panque? Voy por el— Mingi hizo el ademán de pararse, pero HongJoong rápidamente le detuvo.
Mingi le miró confundido y HongJoong le dio una leve sonrisita parándose de la banca para después tomar nuevamente asiento pero esta vez en sus piernas. Mingi sonrió y rápidamente abrazó su cintura, ensanchado su sonrisa al sentir el besito que HongJoong le había dado en los labios.
—¿Qué pasa, mi amor?
Preguntó al notar que aún un pucherito se mantenía en su lindos y apetecibles labios.
—Gigi... Quiero un gato.
En automático el menor junto sus manitas y le miro con ojitos suplicantes, cosa que sabía que siempre funcionaba ante Mingi para convencerlo.
—¿Un gato?— el menor asintió con entusiasmo —No prefieres algo más pequeño... ¿Tal vez un pez?, esos no se ahogan.
—¡Gigi, por favor!
HongJoong puchereo y frunció las cejas, el mayor sabía que HongJoong ya se imaginaba su respuesta puesto que él nunca pensaba demasiado sus pedidos, en realidad nunca.
—Lo siento mi amor, pero esta vez me temo decirte que no...
—¡Prometo cuidarlo! ¡Será como nuestro hijo! Me levantaré temprano para darle su comida y limpiar sus gracias, ¡también le puedo hacer ropita! ¡Si Gigi, le haré ropita que combine con la nuestra!— trató de convencer.
—Eso suena lindo, pero HongJoong... Tener una mascota es una gran responsabilidad y no estoy diciendo que no seas responsable, pero no tenemos tiempo, tu te vas a la universidad y yo al trabajo, finalmente no estarías mucho en casa y por ende con el gato y no sería justo para ambos.
—Pero... Saldré pronto de la universidad y mi estudio lo tengo en casa, por favor Gigi— rogó.
—Además los gatos sueltan muchos pelos, ¿sabes lo costoso que son los muebles?— Mingi negó —Tal vez cuando tengamos tiempo libre y termines la universidad podremos hablar sobre el gato.
—Torpes muebles...
Murmuró el menor dando un suspiro aceptando su derrota, puesto que sabía que el mayor no cambiaría de opinión, o al menos no por el momento.
—Perdoname mi amor, prometo que tal vez más adelante podamos adoptar un gato o los que quieras...
HongJoong simplemente asintió y Mingi solo atinó a tratar de compensar a su precioso novio. Vaya que le había resultado difícil decirle que no, odio el momento en el que sus ojitos dejaron de brillar y su aura pasó de feliz a triste.
No era el momento de tener una mascota en casa, no cuando esta necesitaba de mucha atención y tiempo y lamentablemente ambos no poseían de él. No sería justo adoptar una mascota para que al final lo dejen solo en casa y encerrado, no le parecía justo.
hi, acá el primer capítulo corazones míos. Espero que les haya gustado ♡
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