Las promociones de su álbum más reciente habían llegado a su fin, por lo que tenían el día libre  y ahora se encontraban sentados en el sofá de cuero que se hallaba en la sala de estar del apartamento que los siete jóvenes compartían.

Jay tenía el control del televisor y sólo se dedicaba a cambiarle a los canales sin mucho interés en lo que había.

— Ya déjale en un canal — se quejó Ni-ki.

— No hay nada bueno — replicó Jay exhausto, pero acatando lo que el maknae le había dicho.

Estaban pasando un programa de variedades, donde estaba un grupo de idols jugando con los MC. 

— ¡Juguemos algo! — exclamó Ni-ki poco después llamando la atención de los miembros, quienes lo miraban atentos.

A orden de Ni-ki, todos se sentaron en el suelo de madera del apartamento, esperando a que el maknae explicara a qué jugarían.

— Nosotros te besaremos y tú tratarás de adivinar los sabores — dijo Ni-ki, mirando a Sunoo quien estaba sorprendido ante lo que proponía.

Tenían una muy buena relación y debido a ello, una gran confianza para contarse cualquier cosa. Sunoo sabía que los miembros le tenían un gran cariño, casi como si él en realidad fuera el menor.
Claro que se preocupaban entre ellos, sin embargo, había algo que lo hacía sentir un poco diferente a su relación que tenían hacia él.

Lo único que Sunoo alcanzó a ver fueron distintos bols con frutas o golosinas y poco después, Heeseung le colocó una venda en los ojos antes de empezar su juego.

Sólo escuchaba a los chicos murmurar algunas cosas, por lo que supuso que se trataba de que estaban escogiendo el orden en el que irían.

El primero finalmente se acercó y Sunoo podía sentir sus respiraciones mezclarse, sintió una mano fría en su mandíbula y poco a poco fueron acortando la distancia, para después unir sus labios en un beso.

Fue un beso inocente y lleno de ternura, casi inexperto incluso cuando sintió que los dientes ajenos chocaron levemente con los suyos.

Le pareció lindo.

— ¿Y bien? — preguntó Jake.

Sunoo se mantuvo en silencio un rato pensando con detenimiento el sabor de los labios — Vainilla.

— ¡Correcto! — exclamó esta vez Sunghoon con sorpresa.

Para la segunda ronda no sintió las respiraciones mezcladas y el beso era muy diferente al que le habían dado anteriormente. Fue un beso más largo y besaba bastante bien, incluso lo tomaron de la nuca para que no se separara.

Cuando se vieron obligados a hacerlo, los chicos se mantuvieron en silencio esperando su respuesta.

— Cereza — habló finalmente Sunoo, deseando estar en lo correcto.

— ¡Acertaste! — respondió Jungwon — Eres muy bueno, Sunoo — le halagó y el aludido no pudo evitar sonreír tímido, sintiendo los colores subir a su rostro.

El siguiente beso también fue largo, pero lleno de fervor, casi le saca un jadeo incluso. Antes de separarse su labio inferior fue ligeramente mordido y pensó que eso había sido bastante caliente.

— ¿Acaso es frambuesa? — Sunoo no estaba seguro, se había concentrado más en el beso que olvidó prestar atención al sabor de los labios ajenos.

No escuchó ninguna respuesta, sólo sintió como se acercaban a él con brusquedad a su cuello, chupando este con fuerza y supo que aquella marca se iba a quedar por algunos días.

Sunoo jadeó.

— No, era fresa — le dijo Jay.

En la cuarta ronda, el beso era tierno, y de vez en cuando se separaba antes de unir sus labios nuevamente, escuchando los chasquidos provenientes de sus bocas. Hasta que fue detenido.

— Oye, no puedes hacer eso — se quejó Ni-ki, separándolos.

Escuchó algunos murmuros, seguro estaban teniendo una pequeña discusión.

— Adivina, Ddeonu — habló Jake después de un rato.

El aludido asintió un poco y pensó en el sabor de los labios que había besado — Chocolate.

— ¡Correcto! — exclamó Ni-ki.

El siguiente beso era hambriento, apenas podía seguirle el paso, incluso mordieron su labio con fuerza, provocando que soltara un leve jadeo antes de introducir su lengua, explorando su boca.

Cuando se separaron, Sunoo necesitó un par de minutos para concentrarse en el sabor y no en el caliente beso que le habían dado.

— ¿Es piña? — aún después de haberlo pensado detenidamente no logró hallar el sabor.

Supo que se había equivocado cuando lo empujaron levemente, así que colocó una mano detrás de su espalda para poder apoyarse y con una mano subieron su camisa. Luego sintió una lengua húmeda pasar por su abdomen, provocándole una corriente en su espina dorsal, para después dejarle otra pequeña marca.

— Es plátano, Sunoo — le corrigió Sunghoon con la voz ronca. No pudo evitar pensar que aquello había sido caliente. 

Finalmente, había llegado el último beso aunque no supo si eso era bueno o malo.

Esta vez, el beso empezó lento, casi tierno pero pronto se volvió lleno de fervor. Sunoo no podía seguirle el paso tampoco pero vaya que le gustó. Antes de separarse, su labio inferior fue mordido levemente y se preguntó si sus labios terminarían hinchados.

— Mango — aventuró Sunoo, realmente no estaba seguro de si estaba en lo correcto.

— ¡Acertaste! — replicó Heeseung y supo que estaba sonriendo.

Sunoo, algo dudoso, se quitó la venda que le habían puesto en los ojos y vio a los chicos frente a él sentados en círculo con una gran sonrisa.

— Oye, — habló Jay, mirando al chico de pecas — eres muy bueno. 

— Quizás hubiera acertado todas, — replicó Sunoo, casi seguro que lo hubiera hecho — pero había unos besos que me distrajeron y no podía pensar en otra cosa. 

— Cualquier día puedes tener esos besos otra vez — intervino Sunghoon, guiñándole el ojo con una sonrisa ladina. 

Sunoo abrió sus ojos ampliamente, girando la cabeza hacia un lado, queriendo evitar que los chicos lo mirasen. 

— ¡Sunghoon, no digas esas cosas! — exclamó Jungwon, provocando una carcajada en el aludido. 

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