Veintiuno
Hyunjin estaba sentado en las gradas del gimnasio, tarareando una canción, distraído, mientras Jisung hablaba sobre algún videojuego que había probado recientemente. Aunque Hyunjin asentía de vez en cuando, su atención estaba parcialmente en la conversación y parcialmente en observar cómo el sol iluminaba los árboles fuera del gimnasio, con su mente estaba en otra parte. No era raro que su pensamiento gravitara hacia Seungmin, no obstante, se esforzaba por no vivir solo pensando en él.
—Hyunjin —murmuró Jisung, tocándole el hombro. Hyunjin parpadeó y siguió la dirección de la mirada de su amigo. Ahí estaba Seungmin, subiendo las gradas con pasos lentos y una expresión tensa. El castaño apenas levantó la mirada, pero Hyunjin sintió que su corazón comenzaba a latir más rápido.
—Seungmin —Hyunjin se puso de pie automáticamente. Jisung, que ya tenía una idea de cómo funcionaban las cosas, levantó las manos en señal de rendición.
—Bueno, creo que voy a... buscar algo para beber. Nos vemos, Hyunnie. —Jisung se retiró con una sonrisa traviesa, dejándolos solos.
Seungmin se detuvo frente a Hyunjin, apretando los puños con fuerza.
—Jeongin me dijo que debería hablar contigo... —murmuró, sin mirarlo directamente.
El solo nombre de Jeongin hizo que Hyunjin apretara los dientes, aunque intentó no mostrarlo. Se obligó a sentarse de nuevo y señaló el espacio a su lado.
—Puedes contarme lo que sea, Seungmin —murmuró—. Estoy aquí para eso.
El castaño se sentó con un suspiro, todavía sin mirarlo.
—No sé cómo decir esto —murmuró, jugando nerviosamente con el dobladillo de su sudadera.
Hyunjin se inclinó hacia adelante, esforzándose por mantener la calma.
—Está bien, tómate tu tiempo —respondió, tratando de sonar tranquilo, aunque su pecho estaba apretado.
Seungmin asintió lentamente y respiró hondo antes de hablar.
—Cuando termine con Chan... Tuve un sueño... o algo así. Pero fue diferente. No era solo un sueño. Fue como —hizo una pausa que tenso mucho a Hyunjin—. Una pesadilla que se sintió demasiado real.
Hyunjin esperó pacientemente, aunque cada palabra parecía hacer que su propio nerviosismo creciera.
—Estaba en mi cuarto, pero no podía moverme. Había algo oscuro, una sombra que me miraba. Y luego... todo cambió —Seungmin apretó las manos sobre sus rodillas—. Era el instituto, pero estaba destruido. Había fuego, humo, y Chan estaba allí. Me miraba y me culpaba... me decía que todo era mi culpa.
Hyunjin sintió un escalofrío recorrerle la espalda, pero lo que Seungmin dijo después lo dejó sin aliento.
—Y tú también estabas ahí —Seungmin lo miró por fin, sus ojos oscuros llenos de miedo—. Estabas llorando, Hyunjin. Gritabas algo, pero no podía entenderte. Parecías... roto. Y yo no podía hacer nada.
Hyunjin se quedó en silencio, procesando las palabras. El imaginarse llorando en esa situación lo desconcertó «¿Qué tengo que ver en todo esto?» Pensó, pero el miedo en la voz de Seungmin era lo que más lo afectaba.
—Por eso Jeongin me dijo que hablara contigo. Pensó que... tal vez deberías saberlo. Dijo que podrías ayudarme a entenderlo, o al menos... hacerme sentir menos loco.
Hyunjin asintió lentamente, obligándose a hablar, aunque su garganta se sentía seca. Tragó saliva. Por un lado, estaba agradecido de que Seungmin hubiera acudido a él, pero la mención de Jeongin lo irritaba de una manera que no podía controlar del todo.
—Seungminie... no sé qué significa ese sueño, pero no estás loco. Si Jeongin cree que puedo ayudarte, entonces haré lo que pueda —se esforzó por sonar seguro, aunque sentía que sus manos temblaban ligeramente—. No importa qué tan aterrador haya sido, no es real aquí, ni ahora —su voz se suavizó, buscando tranquilizarlo—. Y si vuelves a soñar algo así, házmelo saber, ¿sí?
Seungmin lo miró, y sus hombros relajaron un poco.
—Gracias, Hyunjin. En serio. No sabía si decírtelo sería una buena idea, pero... creo que me siento un poco mejor.
Hyunjin esbozó una pequeña sonrisa, a pesar de la inquietud que sentía.
«Chan, Jeongin, pesadillas... Pero también soñó conmigo. Seungmin vino a mí. Me necesita a mí. ¿Soy yo quien está durmiendo?»
—Siempre puedes contar conmigo. No importa lo que pase —su voz era firme, como si intentara demostrarle a Seungmin que no necesitaba depender de nadie más, mucho menos de Jeongin o alguien más.
Seungmin esbozó una leve sonrisa, y por primera vez en todo el día.
Hyunjin sintió que su presencia realmente había marcado la diferencia, por al menos, una vez.
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feliz añooooooooooooo 2025,
(primera act del año)
Gracias por leer~
~OurTheStars~
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