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Veintidós

Ambos se quedaron en silencio. Seungmin bostezo del cansancio, pero no se levantó de la grada. Sus manos descansaban sobre sus rodillas, todavía tensas, y su mirada se perdía en el suelo. Hyunjin lo observó de reojo, luchando contra el impulso de decir algo torpe e impulsivo para llenar el silencio.

—¿Quieres quedarte aquí un rato? —preguntó Hyunjin, finalmente, con voz suave.

Seungmin levantó la mirada, sorprendido por la pregunta.

—¿No tienes nada que hacer?

Hyunjin se encogió de hombros.

—Nada que no pueda hacer después. Además, quiero asegurarme de que estás bien —sus palabras salieron más sinceras de lo que esperaba, y de inmediato miró hacia otro lado, sintiendo cómo sus orejas se calentaban.

Seungmin parpadeó, desconcertado por las palabras de Hyunjin. No estaba acostumbrado a que alguien, fuera de Jeongin o Chan, le dijera cosas así, y que lo cuidaran de esa manera, aparte de sus padres.

—Gracias, de nuevo —murmuró, bajando la mirada otra vez. Pero esta vez, sus labios formaron una pequeña sonrisa, apenas visible. Su corazón se sentía cálido.

Hyunjin notó el gesto y sintió que algo se aligeraba en su pecho. Sin pensar demasiado, sacó una botella de agua de su mochila y se la ofreció.

—Toma. No sé si la necesitas, pero siempre ayuda, ¿no?

Seungmin dudó antes de aceptar la botella. Sus dedos rozaron los de Hyunjin al tomarla, y aunque el contacto fue breve, sintió un cosquilleo. Seungmin apartó la mirada rápidamente, fingiendo concentrarse en abrir la tapa.

—Tienes todo planeado, ¿eh? —bromeó Seungmin suavemente, tomando un sorbo.

Hyunjin se rascó la nuca, nervioso.

«No soy muy obvio. ¿Verdad?»

—Bueno, no es que ande cargando botellas para todos, pues. Solo... —se interrumpió, dándose cuenta de que estaba sonando más ridículo de lo que pretendía—. Es porque creo que es importante estar preparado. Siempre traigo agua.

Seungmin lo miró de reojo, su sonrisa creciendo un poco más.

—Eso es —observó la botella por un momento antes de mirarlo con una ceja levantada—... lindo.

Hyunjin se encogió en su lugar con un leve sonrojo. Su corazón latía muy rápido. Los ojos cafés de Seungmin contenían un millón de las más brillantes estrellas, y él solo quería contarlas una a una el resto de su vida.

—¿Así que me ofreces agua justo cuando Jisung se fue a buscar algo para beber? —preguntó Seungmin, rompiendo el silencio y fingiendo una expresión seria.

Hyunjin parpadeó, confundido al principio, pero luego soltó una pequeña risa nerviosa.

—Bueno... —se rascó la nuca—. No lo había pensado, pero supongo que ahora suena un poco mal —admitió, removiéndose en su sitio.

—Pobre Jisung. Seguro está dando vueltas por todo el instituto buscando algo mientras tú tienes esto guardado —respondió burlón, tomando otro sorbo de la botella sonriendo. Su tono era relajado, y, por fin, sus hombros ya no se veían tensos.

Hyunjin rodó los ojos, aunque su sonrisa fue suave.

—Jisung sabe cuidarse. Además, él no me preguntó. Tú lo necesitabas más que él.

Seungmin dejó escapar una pequeña risa, algo que hizo que Hyunjin sintiera como si hubiera ganado un premio. Sintió el revoloteo de miles de mariposas desde los pies a la cabeza.

El silencio que siguió no era incómodo, tenía un peso diferente. Hyunjin no podía apartar la vista de Seungmin, notando lo vulnerable que aún parecía, pero también la forma en que sus labios se curvaban suavemente después de la broma. Fue entonces cuando Seungmin levantó la mirada y sus ojos se encontraron.

—Sabes, no pensé que alguien como tú... —se detuvo, buscando las palabras correctas—. No pensé que fueras tan... atento.

Hyunjin parpadeó, sorprendido.

—¿Alguien como yo?

Seungmin asintió, girando la botella entre sus manos.

—Siempre te ves... distante. Como si prefirieras estar solo. Pero creo que eres más cálido de lo que dejas ver.

Hyunjin no pudo evitar sonrojarse ante las palabras de Seungmin. Carraspeó y bajó la mirada, tratando de ocultar su reacción.

—Bueno, creo que tú también eres diferente a lo que pensaba.

Seungmin levantó una ceja, divertido.

—¿Y qué pensabas de mí?

Hyunjin se encogió de hombros, tratando de actuar casual.

—Que eras... no sé, perfecto, quizás —confesó, con el corazón latiéndole a mil—. Pero ahora veo que eres más humano de lo que suponía.

Seungmin soltó una risa breve, y Hyunjin volvió a sentir que estaba ganando un premio.

—Perfecto, ¿eh? Creo que tienes que bajar tus expectativas.

—No lo creo —Hyunjin contestó sin pensar, y cuando se dio cuenta de lo que había dicho, quiso tragarse sus palabras. Pero el sonrojo en las mejillas de Seungmin le hizo sentir que, tal vez, no había sido un error después de todo.

—Gracias por esto, Hyunjin —dijo, su voz más baja pero cargada de sinceridad—. Realmente significa mucho para mí que te hayas tomado el tiempo de escucharme...

Hyunjin ya no podía ni escuchar sus propios pensamientos por lo ruidoso que era su corazón contra su pecho, su mente había quedado en blanco. Seungmin se había inclinado ligeramente hacia él. No estaba seguro de quién dio el primer paso, pero sus cabezas se acercaron más, hasta que sus labios se rozaron en un beso suave y tímido. Hyunjin sintió un calor recorrerle el cuerpo, acompañado de un susurro en su mente.

«Y cuidar de mí.» Escuchó la suave voz de Seungmin en su cabeza, tan clara como si la hubiera dicho en voz alta. Hyunjin se quedó inmóvil, procesando lo que acababa de suceder, mientras el beso terminaba tan rápido como había comenzado.

Seungmin abrió los ojos lentamente, su rostro enrojecido, pero con una expresión dulce. Se alejó apenas lo justo para que sus labios ya no se toquen. A esa distancia pudo detallar los lunares de Hyunjin y sintió ternura.

Fue breve, apenas un susurro de contacto, pero suficiente para hacer que ambos corazones latieran desenfrenados. Hyunjin sentía su rostro arder, y cuando miró a Seungmin notó que el contrario estaba igual de sonrojado.

—Yo —comenzó Hyunjin, pero antes de que pudiera decir algo más, la voz familiar de Jisung resonó desde abajo.

—¡Hey, Hyunjin! —gritó Jisung, entrando al gimnasio con una bolsa de papas fritas en una mano y una botella de agua en la otra—. Volví con refuerzos. ¿Cómo te fue con-?

Ambos se separaron rápidamente, mirando en direcciones opuestas mientras Jisung llegaba con una sonrisa satisfecha.

—Ah, hola, Seungmin —saludó Jisung como si nada mientras subía las gradas—. No sabía que seguirías aquí —se sentó junto a Hyunjin, observando cómo ambos parecían incómodos—. ¿Por qué están tan callados?

—No estamos... —Hyunjin comenzó, pero se detuvo, sin saber cómo continuar. No sabía ni que decir.

—Solo hablábamos —dijo Seungmin rápidamente, mirando hacia su botella.

—Ajá. Seguro —Jisung arqueó una ceja, pero no insistió. En lugar de eso, abrió la bolsa de papas y se recostó contra las gradas—. Qué raro. Creí que escucharían mi regreso desde lejos, pero parece que estaban... ocupados.

Hyunjin frunció el ceño, tratando de ignorar el tono insinuante de Jisung, mientras Seungmin escondía una pequeña sonrisa detrás de su botella de agua.

—¡No digas tonterías! —Hyunjin respondió demasiado rápido, apartando la mirada hacia su mochila.

Jisung miró a ambos, claramente sospechando algo.

—¿Entonces, de qué estaban hablando? —preguntó casualmente, metiendo la mano en la bolsa.

Seungmin y Hyunjin intercambiaron una mirada rápida, pero ninguno respondió de inmediato. Finalmente, Hyunjin carraspeó.

—Nada importante. Ya sabes... cosas.

—Cosas, claro. Muy específico —Jisung arqueó una ceja, pero no insistió.

Mientras Jisung continuaba hablando de algo irrelevante, Hyunjin y Seungmin compartieron una mirada más. Aunque no dijeron nada, el leve sonrojo en ambos rostros y la pequeña sonrisa que Seungmin le dedicó solo lo hizo suspirar.

🏵🏵🏵

viva el hyunmin.

este es uno de los cap mas largos diomiooo, también caí en cuenta recientemente de que esta historia va pa largo jsjs

Gracias por leer~

~OurTheStars~

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