OO6
❇ smut del puerco ; dirty talk
❇ 1862 palabras
[✏] ; —Perrita, dime cómo quieres que te penetre.
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¿Cómo carajos Yoon Gi se metió ahí? Buena pregunta, ni él tenía puta idea de cómo terminó en aquella fiesta. Pero vaya que gozó tener al chico tatuado y musculoso, llorando por su verga.
Jeon Jung Kook es el nombre de su chico -porque en realidad lo volvió su chico después de la tercer cogida-.
Sabe que es malo para él, pero, aun así, es inevitable.
Besarlo, tocarlo y hacerlo suyo es adictivo, como una taza de café puro después de no haber dormido por varias noches. Esa es la magnitud de Jeon Jung Kook sobre Yoon Gi. pero, aun así, le fascina. Es algo de lo que nunca imaginó, pues cuando lo conoció, pensó que lo golpearía. aunque para sorpresa de muchos -y de sí mismo- terminaron follando en el baño de aquella fiesta clandestina. Sí, clandestina, donde drogas, armas y culos dulces abundaban en ese lugar.
Aquella fiesta fue realmente una locura; iniciando con personas que, sin vergüenza alguna se manoseaban en la entrada -y ni se diga los que se encontraban dentro de aquel lugar-, siguiendo que muchas personas no se encontraban en sus cinco sentidos, ya sea por una gran borrachera o porque se habían drogado con algo, o por ambas cosas. Algo que realmente Yoon Gi no tenía intenciones de averiguarlo. Además de que había muchos motociclistas en aquel lugar... Ah, ¿también ya había mencionado las armas?
Bueno, el punto es que ahí fue donde conoció a Jung Kook y lo que realmente significaba la palabra: adicción.
En verdad, Yoon Gi lo puede jurar por su vida, realmente nunca pensó que tendría un amante como Jung Kook -un chico que siempre lo pone al cien y lo hace llegar a sus mejores orgasmos-.
Jung Kook es un chico alto, cabello largo y negro, tatuajes y un culo de puta madre. Yoon Gi realmente ama fallárselo; escuchar sus suplicas interrumpidas por sus gemidos y sobre todo aquel pectoral con gran volumen que posee el menor.
Y podría decirse que Jung Kook es una fantasía andante con aquella cintura pequeña y grandes muslos. Pero el único que puede tener a ese chico es Min Yoon Gi, el único que puede hacerlo gemir y hacer que suplique por más.
—Estás tan apretado, amor.
Jung Kook gime con fuerza y los músculos de su abdomen se contraen. Yoon Gi está metiendo sus dedos de manera deliciosa en su culo, estirándolo y frotando la punta en sus paredes. El menor chilla con los ojos llorosos, sintiendo como su pene le duele por la falta de atención, además de que Yoon Gi había encontrado su próstata.
—Mgh... A-amo... Por favor, entre en mí —suplica con un hilo de voz.
Yoon Gi sonríe de medio lado y observa la saliva escurrir por el mentón del menor. Jung Kook abre un poco más las piernas y entierra sus uñas en las sábanas de aquel motel barato, mordiéndose los labios para no gemir tan fuerte. Yoon Gi detiene todo movimiento al darse cuenta, frunciendo el entrecejo y sacando sus dedos del interior de Jung Kook.
—Si quieres que te folle tendrás que hacer mucho ruido y no callarte, amor —Yoon Gi lo mira fijamente, con su semblante serio. Jung Kook enseguida deja de morder su labio y asiente a su pedido—. Que perrita tan obediente tengo.
Yoon Gi sonríe lascivamente y toma las piernas del menor, abriéndolas para observar mejor aquel nudo de músculos chorrear, necesitado por él. Se relame los labios y su verga salta emocionada por ya querer enterrarse ahí.
—Perrita, dime cómo quieres que te penetre.
—¡Duro! ¡Lo quiero duro, Amo! —Jung Kook mueve sus caderas, invitando al mayor de -al menos- meter de nuevo sus dedos en él.
—Bien, vamos a destrozar aquel pequeño culo que tienes.
Yoon Gi escupe en su mano y embarra su saliva en su verga, gimiendo un poco con el contacto, ya que es rudo y rápido. Jung Kook lo mira con sus ojos dilatados, haciéndole agua la boca por tener ese trozo de carne moliendo su interior.
Y Jung Kook podrá ser un tipo que a la vista se vea rudo e intimidante, pero en realidad es alguien que le gusta que lo dominen; así como lo hace Yoon Gi. Además de que adora que lo llamen de forma sucia mientras se lo cogen.
Cuando Yoon Gi cree que es suficiente, deja de acariciarse y alinea la punta de su pene en la entrada irritada del menor. Al comienzo solo frota, amando la forma en como el ano de Jung Kook se abre para tragarlo; pero él simplemente se mantiene a fuera, haciéndolo sufrir.
—A-amo, p-por favor —chilla Jung Kook, dejando que sus gruesas lágrimas por fin caigan.
—Calma, culo dulce —acerca su mano al rostro del menor y limpia las lágrimas que caen en su mejilla derecha, pareciéndole de las imágenes las calientes que haya visto—. Tenemos toda la noche, no te desesperes.
Jung Kook hace pucheros en sus labios y sigue llorando, a causa de la frustración. Yoon Gi lo mira desde arriba, pareciéndole tierna la forma de manipulación del menor, por lo que cede un poco.
—Vamos, perrita, ya no llores —de nuevo acaricia su mejilla, haciendo que Jung Kook lo vea a los ojos—. Te voy a chupar tus hermosas tetas, pero a cambio de que ya no llores. ¿Es un trato?
Yoon Gi podrá ser todo un cabrón, pero cuando se trata de Jung Kook, puede tener un poco de compasión; porque al final de todo, sigue siendo su chico.
Jung Kook enseguida asintió con la cabeza, provocándole una gran sonrisa al mayor, quien -lo más rápido que pudo- se metió entre las piernas del menor y dejó su rostro entremedio de los pectorales de Jung Kook, aspirando su aroma.
Oh, realmente ama chupar y besar aquellas tetas, porque son realmente grandes, además de que Jung Kook es extremadamente sensible en esa zona.
Jung Kook comienza a jadear, frotando su pene con el estómago de Yoon Gi; mientras que el mayor se concentra en chupar un pezón, mientras que con el otro lo pellizca con sus dedos.
Mueve con su lengua aquel botón, succionando y metiendo en pequeñas ocaciones sus dientes. Jung Kook gime y siente como su ano se contrae y chorrea otro poco, se está calentando demasiado.
Yoon Gi sigue con su labor, chupando y besando las tetas del menor, dejándolas totalmente sensibles y con mucha saliva. Segundos después, comienza con las marcas. Primero ataca los pezones, dejándolos rojos y brillantes; sigue a su alrededor, dejando marcas que fueran duraderas y que cualquier hijo de puta que se atreviera a tocar a Jung Kook, supiera que él ya tiene a alguien que lo coge duro.
—¡Ah~! Yoon Gi~ —gime agudo el menor, corriéndose entre sus cuerpos, ya no soportando la sobreestimulación.
Yoon Gi para todo movimiento y mira al menor, quien tiene sudada la frente y sus cabellos largos se pegan a ésta. Baja su mirada al pene, el cual sigue chorreando esperma, y sorprendentemente sigue duro.
Min regresa a su lugar, entremedio de las piernas de Jung Kook. Su pene salta y se relame los labios, viendo fijamente al menor.
—Pequeña puta... —dice entre dientes el mayor, sintiendo como sus bolas de tensan—. Te corriste solo frotándote conmigo.
Jung Kook se recupera de su orgasmo y mira al mayor, quien tiene sus brazos cruzados y su majestuosa polla aún dura chocando con su estómago.
—L-lo siento...
Es lo único que puede decir con su voz quebrada.
—Oh, claro que lo lamentarás.
Toma con su mano el esperma esparcida en el abdomen de Jung Kook y lo esparce por todo su falo. Da movimientos rápidos y bruscos, sintiendo su sangre hervir.
Jung Kook se asusta un poco con gruñidos que suelta el mayor, pero aun así su entrada no puede evitar chorrear otro poco.
Cuando Yoon Gi se enoja, es jodidamente sexy y se lo folla tan rico, que Jung Kook -algunas veces- lo hace enojar a propósito.
—Ahora sí sabrás lo que es tener un orgasmo, perrita.
Y Jung Kook abre los ojos en demasía y el aire se atora en su garganta, Yoon Gi entró en él en una sola estocada.
El mayor lo toma de los muslos y lo penetra con fuerza, generando en el espacio un sonido de chapoteo, combinado con los ruidosos gemidos de Jung Kook.
Pronto el golpeteo de la cama resuena en la habitación, incitando a Yoon Gi que siga con sus penetraciones y -quizá- hasta rompa la cama.
—M-muy duro...
Jung Kook se aferra a la almohada en su cabeza y pone los ojos en blanco; Yoon Gi está martillando su próstata con la punta de su verga.
Yoongi sonríe y pasa su lengua por sus dientes, viendo como la polla de Kook salta de un lado a otro. La toma con su diestra y la comienza a acariciar de arriba hacia abajo, para después bajar y apretar sus bolas. Jung Kook chilla y arquea su espalda, sintiendo como el pene del mayor acaricia todo su interior.
El cuerpo del menor tiembla y siente que de nuevo está a punto de correrse. Su respiración se vuelve ruidosa e irregular y sus mejillas y hombros adquieren un tono carmín. Yoon Gi nota que Jung Kook está cada vez más apretado y gime más agudo.
—Oh, no, perrita —Yoon Gi rápidamente pone su mano en la polla de Jung Kook, colocando su pulgar en la hendidura, la cual chorrea presemen—. No te vas a correr. Tendrás un orgasmo seco.
Jung Kook jadea desprendido y lo mira suplicante, sintiendo como su ano se contrae aún con las penetraciones.
—Por favor —jadea las palabras, viendo fijamente a Yoon Gi—. No me hagas esto.
Yoon Gi lo mira serio, sintiendo como sus bolas se tensan y una presión se crea en la base de su pene. Penetra con más fuerza y aprieta la polla de Jung Kook.
Jeon siente que ya no puede y su cuerpo tiembla cuando llega a su orgasmo seco; su ano se aprieta y los músculos de su abdomen se contraen, todo al mismo tiempo que grita con placer. Sin duda, los orgasmos secos son dolorosamente sus favoritos.
Min gime, tirando su cabeza hacia tras, sintiendo como las paredes del menor lo aprietan con fuerza y casi evitan que siga penetrando. Pero toma con fuerza las caderas de Jung Kook y solo da dos estocadas más, corriéndose en el interior de menor y dejándolo totalmente destrozado.
—Mierda —dice entre dientes el mayor, cayendo sobre el pecho de Jung Kook, intentando regular su respiración—. Eres tan bueno, amor.
Jung Kook lo abraza con sus brazos y piernas, aun delirando por su reciente orgasmo.
Yoon Gi suelta un suspiro y deja un suave beso en el cuello del menor, sacando lentamente su verga del interior de Jung Kook, quien gime y aprieta más sus piernas al rededor del mayor.
—¿Segunda ronda, perrita? —dice Yoon Gi, viendo fijamente aquellos ojos marrones.
—Segunda ronda —Jung Kook sonríe, pensando que quizá mañana no caminará, pero lo valdrá totalmente.
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