OO5
❇ Si no comentan, dejo otra vez en el olvido esta obra. Primer aviso >:)
❇ Romance ; Omegaverse
❇ 2699 palabras
[✏] ; Yoon Gi ha trabajado muy duro estas últimas semanas, por lo que se merecía un rico desayuno.
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Jung Kook sale del baño con su cabello húmedo, pero no se preocupa en secarlo porque hace poco lo cortó y le gusta como le queda cuando se seca por sí solo. Sonríe cuando aún ve a su esposo dormir cómodo en la cama, abrazado a su almohada, la cual está impregnada con su olor; cerezas y vainilla.
Se acerca a la cama y le da un suave beso en la frente a Yoon Gi, le acomoda sus cabellos rubios atrás de su oreja y se va feliz a la cocina. Ve el reloj cuando llega y se da cuenta que son las 9:23 a.m., tiempo suficiente para hacer un delicioso desayuno.
—Bien, manos a la obra —se anima a sí mismo, sacando unas cuantas cosas de la alacena y otras del refrigerador.
Desde hace semanas que Yoon Gi ha trabajado muy duro en la pequeña empresa que él mismo creó; trabajando por hasta catorce horas diarias en la última semana y saltándose algunas comidas del día. Eso a Jung Kook le molesta de sobre manera, pero Yoon Gi se defiende diciendo que ya pronto terminará el proyecto que lanzará a su microempresa al existo, solo era un poco más de trabajo y paciencia.
Jung Kook confía plenamente en su Alfa y está dispuesto de también ayudarlo en cualquier cosa que necesite durante ese tiempo de arduo trabajo; como, por ejemplo: cuando llegue de la oficina tenerle la cena lista, preguntarle cómo está y como se siente, platicar con él y felicitarlo por su esfuerzo, pero -por, sobre todo- darle un apoyo moral que solo Jung Kook es capaz de ofrecerle como su Omega. Son pequeñas cosas para el ojo de cualquiera, pero son de un gran impacto para el Alfa porque lo animan a seguir.
Jung Kook apaga la estufa con una brillante sonrisa, ya terminó el desayuno, solo falta poner el café en las tazas y ya podría ir a la habitación para despertar a Yoon Gi. Pero antes de tan siquiera sacar las tazas del mueble, siente como alguien lo abraza por la cintura, dejando su rostro entre el espacio de su cuello y hombro, donde está su marca.
—¿Por qué no te vi junto a mí cuando desperté? —dice en un murmullo la voz detrás de su espalda, para después comenzar a repartir besos en la piel expuesta del cuello, embriagándose con el olor de su Omega.
Y hasta ese momento Jung Kook se da cuenta que la cocina se llenó del olor de Yoon Gi, de una manera muy penetrante. Las piernas le comienzan a temblar y respira más profundamente el olor de su Alfa que le encanta, es menta; fría y refrescante, así como el inicio de la primavera.
El celo de su Alfa ha llegado.
—Y-Yo solo vine a hacerte el desayuno, amor —jadea y se sostiene con fuerza del mueble, también a él empezándole a afectar el celo de su esposo.
Yoon Gi no contesta y solo se concentra en tomar con fuerza la cadera de su Omega y frotar en su trasero su creciente erección. Jung Kook gime y comienza a gotear, sintiendo la temperatura subir por todo su cuerpo.
El Alfa sigue repartiendo besos y pequeñas mordidas, disfrutando de los ruiditos que salen de los labios de Jung Kook. Y da un último beso atrás de la oreja, antes de alejarse un poco de él solo para quitarle su camiseta.
—Te necesito tanto, bebé —gruñe sobre su oído una vez lanza la prenda a alguna parte de la cocina.
Jung Kook gimotea al sentir una corriente correr por su columna. Yoon Gi se sigue frotando contra sus glúteos, ahora no solo dándole besos por toda la piel expuesta, sino que ahora sus manos viajan desde su pecho hasta su vientre bajo.
—Va-vamos a la habitación, Yoonnie —Jung Kook está más que mojado y con las piernas muy, muy debilitadas, sintiendo que en cualquier momento su cuerpo podría ceder.
—No, aquí... Por favor, te necesito aquí. Ahora —el menor asiente sin poner resistencia.
Yoon Gi gime complacido, abrazando por la cintura a su esposo y solo poniendo un poco de fuerza hace que ambos giren a la barra que separa la cocina del comedor. Jung Kook deja salir un pequeño grito de sorpresa, siendo apretado entre la barra y el cuerpo caliente de su Alfa. El Omega suelta un suspiro al sentir el cuarzo frio de la barra chocar con su estómago, pero no por mucho tiempo, pues Yoon Gi hace que su espalda quede cerca de su pecho para mayor comodidad a la hora de acariciar sus pezones y sus pectorales.
—Cada vez se hacen más grandes —gruñe el Alfa, tomando entre sus manos el pecho del menor, quien está más que sonrojado.
—Es... —suspira y deja ir su cabeza hacia el hombro del mayor, sintiendo como juega con sus pezones—. Es p-porque me estoy ejercitando más.
Termina con la voz rota y sus ojos cerrados, sosteniéndose débilmente de la barra. Yoon Gi sonríe satisfecho con la respuesta porque realmente ama el cuerpo de su Omega; porque su cuerpo no se puede comparar con ningún otro. Y eso lo excita en demasía.
Sus brazos, piernas y abdomen los ama por completo, porque los puede estrujar y morder a su antojo; pero -por, sobre todo- está su pecho, que sí o sí siempre será su foco de atención. Y no solo porque a Yoon Gi la encante esa zona, sino porque su bebé es muy erógeno en esa parte, haciéndola aún más especial.
Yoon Gi ama chuparlos, morderlos, besarlos y jugar con ellos, con sus pezones es igual, hasta que queden rojos e hinchados, como sus labios.
—A-Amor... Ya es-estoy muy mojado —suspira las palabras, sintiendo por sus piernas escurrir su lubricante.
Yoon Gi entiende bien el mensaje de su esposo y sin aviso alguna -de un tirón- baja sus pantalones de chándal, provocando que cayeran hasta los tobillos del Omega. Jung Kook gime al sentir su erección libre del pantalón y su ano se contrae por el repentino cambio de temperatura.
—Cariño, abre un poco las piernas para mí —susurra Yoon Gi en su oído, apretando ligeramente una de sus nalgas.
Jung Kook levanta su cabeza del hombro del mayor y asiente, se acomoda mejor en la barra, con sus codos en ella y las piernas separadas, con el culo arriba. Yoon Gi muerde sus labios ante la imagen de su fuerte esposo sumiso. ¡Carajo! Lo quiere penetrar lo antes posible.
Yoon Gi se apoya, poniendo su zurda en la cintura de Jung Kook, mientras que son su otra mano juega con el lubricante que sigue escurriendo para embarrar tres de sus dedos. Jung Kook gime y tiembla al sentir los dígitos del mayor rozar por su anillo de músculos, pareciera que el que está en celo es Jung Kook y no Yoon Gi; pero -en realidad- siempre ha sido así, con el Alfa calmado y tomándose su tiempo de complacer al Omega y prepararlo lo suficiente para que lo reciba de la mejor manera -sin importar que Yoon Gi tenga apretada su erección entre sus pantalones-.
El Alfa -cuando cree que tiene suficiente lubricante en sus dedos- comienza a frotar la punta de su dedo índice en el anillo de músculos de Jung Kook, quien ya está rogando por lo bajo para que lo metiera. Yoon Gi sonríe y lo mete lentamente para no lastimarlo, aunque su dedo se resbala fácilmente por la cantidad de líquido que hay dentro, haciendo fácil sus movimientos de adentro hacia fuera.
Jung Kook chilla y deja caer por completo su pecho sobre la barra, gimiendo y dejando libre un hilo de saliva escurrir por su mentón. Yoon Gi mete un segundo dedo y hace pequeños movimientos de expansión, para que se estire; aprieta un poco más la cintura del menor, sintiendo como levemente el ano de su Omega se contrae con cada estiramiento. Termina por introducir un tercer digito, ahora solo concentrado en dar estocadas lentas y suaves; que, a ese punto, Jung Kook está destruido sobre el cuarzo, gimiendo, temblando, contrayéndose y sollozando.
A Yoon Gi le encanta como está dejando a su esposo, deseando cada vez más poder joderlo duro hasta que llore; sintiendo punzadas en su pene por ya querer ser complacido.
Pronto, saca sus dedos del interior de Jung Kook, ocasionando que solloce y se sienta vacío; Yoon Gi deprisa baja su short y su ropa interior hasta tocar el suelo, y suspira una vez siente liberado su hinchado miembro. Se muerde los labios y retiene los gemidos en su garganta, a la vez que acaricia su pene de arriba hacia abajo. Está hinchado, rojo de la punta y goteando.
Yoon Gi pasa su dedo pulgar por la hendidura, esparciendo el líquido resbaladizo para lubricar toda su extensión.
—Mierda —jadea cuando siente una ola de placer cubrirle todo el cuerpo, pero eso solo lo anima a ya estar dentro de su Omega—. Bien, cariño, voy a entrar.
Jung Kook asiente con desesperación, enterrando sus uñas en sus palmas cuando siente la punta de Yoon Gi presionar su entrada. Yoon Gi entra por completo en una sola estocada, haciéndolos gemir, casi un grito.
—Tan grande —jadea el menor, con sus ojos cristalizados y sintiendo por completo el pene de su Alfa, de punta a base.
Yoon Gi gruñe y manda su cabeza hacia atrás sintiéndose tan apretado y caliente ahí abajo. Su cabello rubio cae hacia atrás y las gotas de sudor de su frente escurren a la misma dirección; se deleita por otros segundos más con los leves gimoteos del menor, sonríe y se chupa los labios. Pone ambas manos a cada lado de la cintura del Omega y acaricia con sus pulgares la piel, aún sin moverse.
Disfruta como las paredes calientes de su Omega lo absorben por completo, como si siempre estuvieran preparadas para recibirlo. Jung Kook se desespera y por él mismo comienza un leve movimiento en círculos con las caderas, pidiendo entre gimoteos que comenzara a moverse. Yoon Gi sigue manteniendo su sonrisa y aún más que el menor tomó la iniciativa. Regresa su cabeza hacia al frente, pero espera otro largo momento para comenzar con lentos movimientos, saliendo un poco y volviendo a entrar.
Jung Kook para sus movimientos de cadera y se deshace en gemidos sobre el cuarzo; sus ojos se abren por completo al igual que su boca cuando siente una oleada de placer surgir en su vientre bajo. Yoon Gi muerde su labio inferior y gruñe, Jung Kook lo está apretando demasiado.
—Tranquilo, bebé, apenas vamos comenzando —susurra cerca de su oreja y acelera sus movimientos de cadera.
Jung Kook le responde con un gemido gutural, sintiendo por completo el pene del mayor correr por su interior. Sonríe de forma boba y sigue esparciendo saliva por su mentón, amando por completo la forma en como su Alfa lo está tomando, provocando que gima con gusto el nombre de su esposo.
Yoon Gi lo sigue jodiendo a un ritmo medio, pero su lobo se vuelve loco por joderlo en serio hasta que su Omega chille y ruegue por más; mientras lo impregna de su aroma.
—M-más... ¡Quiero más! —Jung Kook balbucea las palabras y se aferra con más fuerza a la barra.
Yoon Gi se separa de la espalda del Omega y decide ir en serio, pasando sus manos de la cintura a la cadera de su esposo; comenzando a dar embestidas más rápidas y duras. Jung Kook y su Omega gritan complacidos por el cambio, abriendo un poco más sus piernas.
El Alfa se vuelve una bestia cuando una gran bomba de excitación se dispara desde su vientre, la cual baja hasta sus testículos y estos se contraen. Arremete con más fuerza en cada embestida, pero siente que aún no es lo suficientemente profundo y eso lo frustra. Entonces decide cambiar un poco la posición, tomando la pierna derecha del Omega para levantarla hasta la barra.
Jung Kook está tan aturdido por el placer, que solo nota el cambio de posición cuando Yoon Gi vuelve a arremeter contra él y da justo en su próstata, provocando que se derrumbe en lágrimas y gemidos guturales. Yoon Gi gime satisfecho y suspira con fuerza el aire inundado con feromonas y olor a sexo.
Los gemidos y sollozos del Omega combinados con el obsceno sonido de sus pieles chocando, son como música para los oídos de ambos; incitándolos a llegar a un explosivo orgasmo que los consuma por completo. Ambos lo desean con mucha fuerza, dejándose ir por su instinto que los rasguña desde su interior.
—Alfa... Alfa, estoy cerca —gimotea con dificultad el Omega de Jung Kook.
—E-está bien, Omega, libérate —susurra el Alfa de Yoon Gi, bajando una mano hacia el pene desatendido de su esposo para darle unas cuantas caricias.
Para ese punto, Jung Kook ya puede sentir cada vez más cerca un delicioso orgasmo que lo destruirá de punta a punta. Su cuerpo se prepara, con su espalda arqueada y todo su cuerpo temblando por la excitación; además de que su ano gotea más liquido resbaladizo para recibir el nudo de su Alfa. Yoon Gi también lo puede sentir, con sus bolas apretándose con cada segundo que pasa y sus colmillos cambiando su tamaño, listos para ser clavados.
El Omega en un momento se paraliza, para al siguiente, sumergirse en un éxtasis que lo arrasa totalmente, que lo hace temblar de pies a cabeza conforme mancha la mano de su Alfa con su esperma. Yoon Gi siente que está a punto de llegar cuando las paredes calientes del Omega lo abrazan con fuerza y hacen un poco difícil su movimiento. Pero al final lo consigue, enterrando sus uñas en la piel de Jung Kook mientras da una última embestida, en busca de introducir su nudo y su semilla.
Jung Kook lo recibe con un chillido, sus ojos llenos de lágrimas y su lobo aullando contento. Pero pronto un pequeño grito de sorpresa sale de sus hinchados labios cuando siente como Yoon Gi clava sus colmillos sobre su marca, reafirmando su unión. Yoon Gi se librera dentro de su Omega y una vez siente el sabor de la sangre de Jung Kook, para de morder y procede a lamer la herida, buscando sanarla.
—Te amo, te amo, te amo —repite entre balbuceos Jung Kook, sintiendo aún correr en su interior las hileras calientes de espermas esparcidas por su esposo.
Yoon Gi se abraza con fuerza al debilitado cuerpo de su Omega e intenta respirar con normalidad, aún sanando la herida con lamidas y pequeños besos.
—Yo también te amo, pequeño.
Jung Kook sonríe feliz y cansado, intentando recuperar el aliento. Yoon Gi, por otro lado, sube sus besos hasta la cabellera castaña de su esposo y aspira todo lo que puede del dulce olor de su Omega.
—¿Crees que quede en cinta?
La pregunta de Jung Kook sale involuntaria de sus labios -una vez recupera el aliento-; sin embargo, es una pregunta que también se hace su Omega en su interior, aun sintiendo el nudo hinchado de su Alfa atrapado en su interior.
—Me alegraría mucho si fuera así —Yoon Gi sonríe y se abraza más al cuerpo de su esposo, con su lobo aullando con la idea de tener un cachorro—. Eso me animaría muchísimo más a seguir trabajando para darles lo mejor del mundo a ambos.
—Yoon Gi... —el corazón del Omega se estremece por lo dicho y no puede evitar llorar, porque -en definitiva- Yoon Gi es su Alfa y él es su Omega—. Te amo tanto, Yoon Gi.
—Yo también te amo muchísimo, cariño. Pero vamos —saca su miembro del interior de Jung Kook una vez se deshace el nudo y lo carga para llevarlo a la habitación de ambos—, aún estoy en celo y en verdad quiero que cargues a mi cachorro en tu barriguita.
—P-pero, el desayuno...
—Tú eres mi desayuno, bebé.
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