OO4
❇ songfic ; drama
❇ 3442 palabras
❇ Idea de: may_sweet_ ( gracias por tu gran idea, bubu <3 )
[✏] ; Esa noche era para olvidar a su ex, bailar, embriagarse y tener sexo.
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—¡Vamos, Kookie! —Jimin toma de los hombros a su amigo y los mueve con fuerza—. ¡No puedes estar por el resto de tu miserable vida en este sofá!
—¡Hey! ¡El punto es que lo saquemos de ese sofá, no hundirlo más en su tristeza! —grita desde la cocina el mayor de todos, Seokjin.
Por otro lado, se desenvuelve en llanto el pequeño -no tan pequeño- Jungkook, sollozando y haciendo pucheros, con el cabello revuelto y las mejillas rojas y escurridas por sus lágrimas. Porque si se ponía a pensar, su vida sí es miserable y planeaba quedarse en aquel sofá -en el departamento de sus amigos- hasta que diera sus últimos suspiros de vida. Pero al parecer Seokjin y Jimin tenían otros planes.
—P-Por favor déjenme aquí —solloza Jungkook, sorbiendo sus mocos y tapándose hasta la cabeza con la manta que tiene en su regazo—. Quiero seguir llorando, no quiero ir a ningún club.
Hipa y su llanto se escucha más fuerte. Jimin ve a Seokjin salir de la cocina y se encoje de hombros, ya no sabiendo qué hacer. En todo el departamento se escucha el intenso lamento del menor, cosa que ya no soporta Seokjin y hace que frunza el ceño. Deja su vaso de agua en la barra de la cocina y con pasos grandes camina hacia ese cúmulo de depresión en el sofá.
—¡Quítate! —cuando Seokjin no pide las cosas con educación y un por favor al final, significa que verdaderamente está molesto.
Jimin enseguida se levanta del suelo y da un brinco para irse hasta el sillón de la otra esquina de la sala; porque nadie quiere meterse con un Seokjin enojado. El mayor toma la manta con ambas manos y la tira con fuerza -un poco más de la necesaria-, destapando así al menor.
Jungkook se hace bolita y cubre su rostro al sentirse desprotegido. Jimin estira un poco su cuello e intenta ver a Kook, pero no puede porque Seokjin lo cubre por completo.
—Contaré hasta tres para que te levantes de este apestoso sofá, Jungkook, y vayas al baño a darte una ducha; si no lo haces, me veré en la penosa necesidad de llevarte hasta a él por las malas —Jungkook no hace coso, ni siquiera voltea a ver a su hyung—. Uno... Dos... —Jungkook aun no quita las manos de su rostro, realmente importándole poco que Seokjin lo levante del sofá y lo lleve al baño; total, seguir llorando lo quede hacer en cualquier lugar—. Tres...
Seokjin toma a Jungkook al estilo princesa y lleva al menor hasta al baño, escuchando por detrás de su espalda la risa escandalosa de Jimin. Jungkook se deja llevar como si fuera un muñeco sin vida, aun con ambas manos en el rostro y dejando en lo alto sus sollozos incontrolables -lo cuales le provocan hipar y que su pecho se agite-.
Llegan al baño y Seokjin cierra la puerta detrás de ellos, Jimin se queda afuera, pero sin ánimos de interrumpir, mejor toma la decisión de irse a cambiar de ropa, porque sí o sí irían a un club esa noche.
—Bien, Jungkook, tenemos que hablar —dice Seokjin, una vez deja al menor sentado en la tapa del inodoro; y es hasta ese momento que Jungkook quita sus manos de su rostro -un poco más tranquilo-, pero aun con la mirada baja—. Jungkook, quiero que me veas a los ojos mientras te digo esto... Por favor.
El tono de Seokjin es calmado y eso hace que Jungkook le haga caso, solo que un puchero en sus labios se hace presente. El mayor suspira y se pone de cuclillas frente al menor, toma sus manos y les da un ligero apretón antes de comenzar a hablar.
—Sé que aún te duele y está bien sentirse mal, Jungkook. Pero necesitas comenzar a superarlo —Jungkook se muerde el labio inferior, tratando de no llorar, pero su corazón es necio y se oprime en dolor—. No puedes y no debes llorarle a Taehyung toda lo que te resta de vida, Kookie. Debes de seguir y no derrumbarte.
Jungkook solloza ante la mención de su exnovio y su puchero se deforma en una mueca de tristeza, quiere -otra vez- echarse a llorar.
—P-pero, hyung-...
—Pero nada, Jungkook —lo corta enseguida el mayor, ahora tomando con ambas manos el rostro enrojecido del menor para quitar con sus pulgares las lágrimas que resbalan por él—. Hoy iremos a un club, te darás un baño, te vestirse sexy, beberás hasta emborracharte, encontrarás a alguien que esté bueno para que bailes y si se puede, tendrás un buen polvo. Pero, sobre todo, no estarás pensando en él, ¿sí?
Jungkook baja la mirada y piensa por un momento; es verdad que no puede pasar toda su vida llorando y lamentándose porque su relación con Taehyung terminó. Pero deben de entenderlo, Kim Taehyung fue su primer amor y su primera relación estable; de la noche a la mañana no se podrían olvidar tres años de relación.
Pero aun así con todos eso pensamientos en su cabeza, Jungkook asiente para Seokjin, aceptando ir a aquel club. Porque ya era suficiente de estarle llorando a Kim Taehyung, ya han sido tres semanas que le lloró; ahora es momento de ser el Jungkook de antes, uno feliz y contento con su vida.
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Cuando entran al club su corazón se agita y su mirada danza por todas las personas que están bebiendo y bailando. La música retumba en sus oídos y por un instante se siente como un completo inexperto en su primera joda y eso lo hace sentir ansioso; pero aun así en su mente están las palabras de Seokjin: esa noche era para olvidar a su ex, bailar, embriagarse y tener sexo.
—Perfecto, iré a la barra para hablar con Joonnie —cuando voltea, Jimin ya no está ahí junto a ellos.
Bien, ahora solo son Seokjin y él.
—Hyung, ¿vamos a-...? —detiene su grito cuando se da cuenta que Seokjin le señala su teléfono con una llamada entrante, y sin más, el mayor se va a la zona abierta para los fumadores.
Perfecto, ahora solo era él.
Bien, no entres en pánico, solo ve a la barra, pide un trago y después irás a bailar a la pista. Se repite los pasos de su plan en la cabeza, pero antes de tan siquiera dar un paso, su mirada cayó sobre una pareja que está bailando entre la demás gente. Es Taehyung y su nuevo novio, bailando muy pegados entre besos y caricias.
A Jungkook se le rompe el corazón en un segundo, pero aun así no puede apartar la mirada de Taehyung, quien tiene una gran sonrisa en sus labios mientras sigue divirtiéndose con su pareja. Pero, por más que duela y que aún sienta algo por él, no lo puede odiar, ni siquiera le podría guardar rencor o algo parecido; ahora solo le podría desear lo mejor y seguir con su vida.
Aparta la mirada y cambia de destino, se dirige al baño del club, necesita llorar y desahogarse -cosa que no lo haría frente a personas desconocidas-. Cuando llega se encierra en un cubículo y deja a su llanto salir, tiembla un poco y se sostiene con la puerta, recargando su espalda en ella. Intenta tranquilizar su respiración para calmarse y lo logra poco a poco.
Poco después de que las lágrimas paran y se siente mejor, sale del cubículo, frotándose un poco los ojos y sorbiendo su nariz, no prestando atención a su alrededor.
Nunca creyó que precisamente esa noche se encontraría con él. La vida sí que lo odia.
—¿Jungkook? ¡Wow! Nunca creí... —se interrumpe así mismo al darse cuenta del estado del menor—. ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?
—¡Metete en tus propios asuntos! —contesta de manera brusca, siguiendo su camino al lavamanos.
—L-lo siento —Jungkook detiene la acción de echarse agua al rostro y ve por el espejo al chico de voz conocida y se da cuenta de quien es.
Se siente avergonzado y cierra la llave del agua, pasa sus manos mojadas una última vez por su rostro y voltea al chico que aún seguía viéndolo.
—No, yo... Lo siento, yoongi hyung, yo... —mira hacía sus pies, avergonzado por la actitud tan arisca que tomó momentos antes—. No he estado bien, perdón por desquitarme con usted.
—Claro, no te preocupes —le sonríe para tranquilizarlo y pasa una de sus manos por su cabello azabache, haciendo contraste con su hermosa piel pálida—. Pero dime, que te tiene de tan mal humor al punto de hacerte llorar.
Jungkook se ruboriza y los nervios lo invaden. Yoongi se recarga en la pared junto a la puerta y su mirada se mantiene sobre el menor, esperando alguna reacción de su parte. Jungkook levanta la cabeza y se topa con aquella imagen frente a él, dándose cuenta de que aquel hyung no ha cambiado en lo absoluto desde la última vez que lo vio.
Min Yoongi es un hyung que conoció en la universidad, en el curso de pintura hace casi cuatro años; se podría decir que fueron amigos, pero después de que Jungkook se hiciera novio de Taehyung, Yoongi y él se distanciaron un poco.
—Mi relación con Taehyung terminó... Bueno, él terminó conmigo —dijo al fin Jungkook, con los ánimos por debajo del suelo y evitando chocar su mirada con la de Yoongi.
—¿En serio? Qué idiota —chasquea la lengua y mira a otro lado por un segundo.
Alguien entra al baño y la música de afuera se escucha con más claridad por un segundo antes de que la puerta se cierre. Jungkook regresa en sí y recuerda que había dejado a Seokjin sin avisarle, debe salir antes de que se preocupe y arme un drama. Camina hacia la puerta, dispuesto a irse.
—Lo siento, hyung, pero tengo que... —pero antes de tan siquiera llegar a ella, Yoongi lo toma de la muñeca.
—Espera, Jungkook —el menor lo voltea a ver, sorprendido por lo repentino que fue—. Por favor, déjame invitarte un trago, para que no te quedes con un mal sabor de boca y pases un buen rato.
Le sonríe de una forma que a Jungkook le hace recordar las veces que salían cuando aún eran un poco más cercanos. Lo piensa por un instante y al final asiente, quizás no sería tan malo tomar algo de alcohol y olvidar todo lo que a su mente atormenta.
—Perfecto, vamos —Yoongi sonríe más grande y -sin aún soltar su muñeca- lo guía fuera del baño.
Jungkook siente latir su corazón como un loco y no entiende por qué. Llegan a la barra y Yoongi pide dos mojitos, una de las bebidas favoritas del menor. Mientras esperan, Yoongi revisa rápido algo en su teléfono y Jungkook da una mirada rápida alrededor, buscando a alguno de sus amigos, no los halla y termina sacando su teléfono para revisar si no tiene mensajes, pero para su sorpresa, no hay nada.
Cuando el chico atrás de la barra le entrega su pedido a Yoongi, este guarda su teléfono y paga; le da uno de los mojitos a Jungkook, quien lo toma y agradece en un murmullo.
—Salud —Yoongi levanta su vaso hacia Jungkook y después le da un largo trago.
Jungkook también le da un largo trago, hasta ahora dándose de la sed que tenía.
Y con sus bebidas en la mano, van a sentarse a unas sillas cerca de la barra. Pronto, las bebidas de ambos se van como si estuvieran tomando agua, ocasionando que el alcohol comience a hacer efecto y la incomodidad de antes se vaya. Conversan y se ponen al día, recuerdan algunas vivencias pasadas y ríen, ahora tomando algunos shots de tequila.
Jungkook -cuando termina su tercer shot- cierra sus ojos y se deja llevar por la música que suena en el club, aún sentado en la silla, simplemente moviendo su cabeza y un poco su torso. Realmente está pasando un buen rato.
—¿Quieres ir a bailar? —pregunta Yoongi, un poco cerca de su oído.
El menor abre los ojos y le regala una sonrisa, Yoongi se la corresponde y lo toma de la mano para llevarlo a la pista. Cuando llegan, Jungkook es el primero en moverse al ritmo de la música, moviendo principalmente sus caderas y viendo entre pestañeos a Yoongi.
Yoongi se queda como idiota con cada movimiento que hace Jungkook y no sabe si se siente caliente por el alcohol que tomó o por estar viendo al menor, pero no se queda atrás y también comienza a bailar junto a él, tomándolo por la cintura. Jungkook se siente bien y se deja ir, ahora pasando sus brazos por el cuello del mayor y acercándolo un poco más a él.
Jungkook se olvida por completo de Taehyung y el cómo llegó a aquel club, lo único que tiene en mente es que está bailando junto a Yoongi.
Y -por otro lado-, Yoongi está que no cabe del éxtasis que siente. ¡Por Dios! ¡Está bailando con el chico que ha sido su crush en los últimos años! Realmente fue una sorpresa para él encontrárselo en el baño de aquel club. Que, si no hubiera ido esa noche al club, Yoongi aún pensaría que Jungkook tiene novio, pero al parecer ahora el destino -por fin- está de su lado.
Juntos sincronizan sus movimientos, haciéndolos lentos y disfrutando del contacto. Se miran de manera lasciva, se rozan con sus piernas y se calientan. Jungkook sonríe y comienza a jugar con los labios contrarios, los acaricia con los propios, pero nunca los funde en un beso y eso hace que se desespere Yoongi. Lo está seduciendo, y eso lo hace malditamente sexy.
Sus alientos chocan y se mezclan, huelen a alcohol y eso les encanta a ambos.
Yoongi presiona el agarre en la cintura del menor y ahora es él quien guía el baile; mientras que Jungkook aún sigue tentándolo con sus labios.
—Bésame —pide el menor sobre la boca contraria.
Yoongi sonríe y no se hace del rogar; junta sus labios en un beso hambriento, que desde el primer instante toma el control. Jungkook jadea con gusto y se deja besar, sintiendo en su lengua el sabor combinado del tequila con el mojito en la boca del mayor.
Sus cuerpos se juntan un poco más y ambos aprovechan el contacto para comenzar a acariciar; Jungkook lo hace con pequeños toques en el cuello y cabello del mayor, mientras que Yoongi baja sus manos para tocar la cadera y parte de los glúteos de Jungkook.
El beso sigue y solo se interrumpe por segundos para tomar aire y después volver a juntarlos. Ambos están más que calientes, y lo confirman las erecciones que tiene cada uno guardada en su pantalón.
—Vamos al baño, Yoonnie —jadea entre el medio del beso, sintiéndose completamente embriagado por el mayor.
Yoongi niega y rompe el beso, su respiración está agitada; jadea y su pecho se agite. Y el menor no está mejor que él.
—Mejor vamos a mi auto.
Jungkook asiente y lo sigue cuando el mayor toma su mano. Yoongi lo guía hacia la salida del club, con el corazón bombeando más rápido y las pupilas dilatadas. Ambos se sienten más que calientes por dentro y por fuera, pero quién dirían que un baile lo encendería de esa forma.
Cuando llegan al auto de Min, ambos suben deprisa, pero más tardaron en acomodarse en los asientos que el beso fogoso que de nuevo comparten.
Jungkook es el que había tomado la iniciativa para iniciar con aquel contacto, tomando el rostro del mayor con ambas manos y obligándolo a no romper el beso; aunque tampoco es como que Yoongi quisiera terminarlo.
El beso es mucho más intenso de los que se dieron adentro del club; este es mucho más rudo, con sus lenguas peleándose por ser la ganadora, con sus dientes chocando y con un hilo de saliva escurriendo por sus mentones, pero no les importa.
Yoongi pone su zurda en los muslos del sexy chico frente a él y los aprieta, mareándose por la excitante melodía que se forma gracias a los chasquidos del beso y los leves gimoteos del menor.
Rompen el contacto con un jadeo y la respiración errática, se miran directo a los ojos dilatados, esperando por más.
—V-Vamos a mi departamento —Yoongi sonríe y asiente, le da un último beso corto al menor y emprende camino.
Salen del estacionamiento del lugar, mientras Jungkook se enfoca en dejar húmedos besos y pequeñas mordidas en el cuello blanquecino de su acompañante. Yoongi cambia la velocidad del auto y disfruta de las caricias del menor, su mirada se mantiene fija al frente, pero eso no evita que con su mano siga tomando los muslos del menor y le dé fuertes apretones.
Jungkook le gime en el oído y deja por un momento los besos en el cuello para simplemente recostar su cabeza en el hombro de Yoongi y ahora solo dejar algunas caricias en su pecho.
—Llegamos —susurra Yoongi, apagando el motor cuando llegan al estacionamiento subterráneo del edificio del menor.
Jungkook sonríe y tarda menos de dos segundos en montarse sobre las piernas del mayor y atacar sus labios en un hambriento beso. Yoongi le sigue el paso y toma la cadera de Jungkook con fuerza, enterrando sus uñas sobre la tela de su pantalón.
—Te necesito, Yoonnie —gime sobre el beso y lo mira a los ojos.
Yoongi se queda sin aliento y se da cuenta que Jungkook está más que caliente, frotando su trasero con su erección y jadeando entre murmullos su nombre; sus labios rojos, hinchados y brillantes. Pero sin duda su mirada es algo que desconcierta a Yoongi, tiene lujuria y necesidad en ella, pero lo que sobre sale es un brillo de tristeza.
—No, espera. Jungkook, para —el menor detiene el beso y todo movimiento de caderas para prestarle atención, desconcertado por las repentinas palabras de Yoongi—. No podemos hacer esto, lo siento.
—¿Qué? ¿Por qué, hyung? —se escucha triste y eso hace sentir mal a Yoongi—. ¿Hice algo mal?
—No, Jungkook, pero no quiero que mientras lo hagas conmigo pienses en alguien más —Yoongi lo mira fijamente y toma entre sus manos el rostro de Jungkook—, porque eso me haría sentir muy mal.
Jungkook se muerde el labio e intenta negar que estaba pensando en otra persona, pero de su boca no sale palabra porque no le quería mentir a Yoongi.
—Lo siento, hyung —susurra con vergüenza y baja la mirada, siéndose una de las peores personas del mundo.
—No te disculpes, bonito —acaricia con su pulgar la mejilla del menor—. No tienes la culpa de aún sentir algo por alguien y querer olvidarlo. El que debería pedir disculpas sería yo por aprovecharme de ti —Jungkook escucha atentamente a todo lo que le dice Yoongi, sorprendido por lo último—. Lo siento, Jungkook, pero realmente no pude evitarlo; me gustas desde la primera vez que te vi y me dejé llevar.
—Hyung —Jungkook levanta la mirada y mira con sorpresa al mayor.
—Perdón por decírtelo de esta forma —desvía por un momento la mirada, avergonzado y con las mejillas un poco rojas—. Pero realmente me gustaría que me pudieras dar una oportunidad para demostrarte que conmigo puedes ser feliz.
Jungkook sigue en shock, procesando todas y cada una de las palabras del mayor. Aunque antes de dar una respuesta, se acomoda de nuevo en el asiento de antes y lo piensa por un momento.
—Yo... Lo siento, pero realmente no sé qué decir —su mirada baja hacia sus manos que están entrelazadas sobre su regazo—. Estoy muy sorprendido... Aunque, algo dentro de mí, me dice que quizá deba intentarlo.
A Yoongi se le agita el corazón y siente su cuerpo temblar. Jungkook ahora levanta su mirada y se encuentra a Yoongi mirándole de una manera muy bonita a su parecer.
—¿Es en serio? —Jungkook asiente—. Yo... ¡Gracias! —y para sorpresa del menor, Yoongi lo atrapa en un abrazo, apretándolo fuerte contra su pecho—. Te prometo que no te arrepentirás.
Jungkook sonríe y corresponde el abrazo, sintiendo algo dentro de su pecho hacerse cálido.
—Y yo te prometo que haré lo mejor para dejar atrás a Taehyung y solo concentrarme en nosotros.
Yoongi también sonríe y deja salir una pequeña risa de felicidad.
Para Jungkook, esa noche terminó bien; bebió, bailó con un chico sexy, olvidó por unos instantes a su ex y aunque no tuvo sexo, si tuvo de los mejores besos y roces que pudo haber experimentado hasta este momento de su vida -que, sin duda, quiere volver a sentirlo-.
—Jungkook —se separan del abrazo y se miran a los ojos—. ¿Te gustaría tener mañana una cita conmigo?
—Me encantaría, hyung.
Y pensar que Jungkook no quería ir a ese club.
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