Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

TWENTY TWØ

Las flores que YoonGi trató de sembrar por su propia cuenta durante su tiempo libre, lentamente comenzaban a marchitarse. Era de esperarse, no sabía nada de jardinería. Sólo estaba usando la lógica y los consejos poco informados de JungKook.

—Creo que van a morir pronto —pensó en voz alta, mojando con sus propias manos la última flor. Guardaba en los platos de la cocina agua para regarlas todos los días. JungKook no dijo nada, normalmente no lo hacía cuando no lo consideraba necesario, se mantenía sentado en el columpio del árbol ofreciéndole una compañía silenciosa—. Soy malo con esto.

—YoonGi.

—¿Sí?

—¿Qué harás?

YoonGi miró las flores, empuñando sus manos con tanta fuerza que sus uñas se enterraron en la palma de su mano.

—¿Debería intentar plantar más? —propuso, con una sonrisa floja— Antes pensé que cuando JiMin las viera podría recordar algo, pero...

—No estaba hablando de las flores —JungKook lo interrumpió.

—Lo sé —sus labios temblaron y finalmente la sonrisa que se esforzó en contener en su rostro se desvaneció.

Sabía lo que JungKook preguntaba. "¿Qué harás con JiMin?" Quería decir eso.

¿Hacer algo? Podía tomar una decisión cuando su dulce estambre lo había hecho antes. La de hacerlo montar con alguien más.

Evitó pensar en eso toda la noche, durmió fuera de su habitación y por nada del mundo puso un pie dentro. No tenía fuerzas para luchar con JiMin o reclamarle algo, la herida que le hizo sin querer no dejaba de sangrar. Es fácil herir a otras personas cuando uno mismo está herido.

—¿Qué es lo que harás?

—¿Tengo una opción que tomar? Jin tiene razón, yo me ofrecí. Está... Está bien —pronunció dolorosamente, las palabras se clavaron su lengua recias a salir al inicio. Las forzó, negándose a flaquear—. Si JiMin quiere volver lo d-dejaré ir, sé que era mi única condición.

—¿Vas a ceder tan fácil?

—No se trata de ceder —le afirmó, sentándose sobre la tierra. No importaba si su uniforme blanco se llenaba de tierra, nada parecía importar en esos momentos—. No puedo negarle nada a JiMin, a pesar de que me aparte.

Miró el suelo, dónde las florecillas salvajes brotaban con insistencia en más grietas de la tierra. Sentía que podría llorar de nuevo, aunque también sentía un vacío en el pecho profundo.

JungKook se levantó del columpio, haciendo que la tabla se sacudiera hacia adelante y hacia atrás un par de veces.

—Cuando él se vaya, tendrás que montar con alguien más.

YoonGi suspiró ruidosamente. Mirando hacia el frente de la pradera, no podía ver una delimitación entre el césped alto al sol que iluminaba todo con gracia.

Había un clima cálido, pero todavía se sintió frío por dentro cuando lo consideró como una posibilidad real, no un mal sueño.

—Lo entiendo. ¿Buscaremos un compañero para mí? —le preguntó intentando de alguna forma pensar en eso positivamente.

La idea fue tan horrible que le mareó un poco. Subir a un FranXX con otro chico sería tan desagradable si no era JiMin. Se sentiría forzado y siendo muy sincero preferiría tener que intentarlo con una chica, otra vez.

—No, no buscaremos un compañero para ti —le avisó JungKook severamente, YoonGi lo miró extrañado.

De pronto sintió esta era una situación del pasado, donde sería reprendido por su niñero, sólo que el parásito frente a él parecía demostrar su enojo aunque quisiera disimularlo.

—Una chica —concluyó por su cuenta—. Son los Nines, ¿no sería extraño?

Los Nines eran simplemente hombres, traer una mujer sería tan extraño para ellos. No estaba muy seguro que Jin quisiera aprobar algo así y mucho menos el aprendiz FranXX.

—No, YoonGi. Montarás con un hombre.

—Sí, es lo que estaba proponiendo desde el inicio sólo que tú...

—Tú en realidad me perteneces, siempre será así.

—¿Qué? —balbuceó totalmente aturdido. ¿Dé que estaba hablando?

—Si 095 renuncia a ti, no hay forma de que tú seas el compañero de alguien más. Yo cuidaré de ti. —Como JiMin nunca hizo con él, JungKook se aferraba lo suficiente a esa idea y ya tenía las pruebas suficientes para defenderla.

JiMin era débil, JiMin no podía superar la muerte fácilmente. No era lo suficientemente bueno para 003.

—Ah, gracias, aunque no tienes que ser tan amable.

Era cierto que pilotear con JungKook no parecía ser tan terrible, tal vez YoonGi podría acostumbrarse a la idea de que fuera su compañero real, no el sustituto temporal de JiMin.

—No estoy siendo amable —negó con convicción—. Creo que no has entendido como me siento contigo, YoonGi.

—¿Qué hay que entender?

JungKook buscó en su cabeza información que pudiera servir. YoonGi no tenía la información que tuvieron los humanos antes de entrar en los escuadrones, por lo que usar un término complicado únicamente lo volvería confuso y no los llevaría a ningún lado.

—Me siento cómo tú te sientes con JiMin.

Fue la manera más acertado de decirlo, porque pronto lo ojos ámbar de YoonGi se abrieron de par en par y lo miraron profundamente.

—¿Tú...? ¿Este sentimiento?

—Sí, lo he tenido desde siempre —El pistilo lo observó con mucha más curiosidad.

—¿Antes de que perdiera mis recuerdos?

—Sí, siempre... Quise ser tu compañero, creía que JiMin no te merecía y hoy puedo confirmarlo.

Cuando JungKook mencionó a JiMin como si fuera algo debajo de él, YoonGi no pudo evitar sentirse un poco a la defensiva.

—No digas eso —le reprochó, con el ceño fruncido— JiMin no es una mala persona, sólo está apartándome porque está asustado. No es que... No es que lo que yo sienta por él no es recíproco. Sé que es alguien muy receptivo y nunca pasó por nada tan duro.

Él terminó de decir, demasiado asombrado. Porque acaba de decir justamente lo más sensato y la razón por la que no debería estar huyendo del chico, si no a su lado. JiMin lo estaba apartando por lo asustado que debía estar de todo esto, lo conocía.

—No es así, ya lo he visto antes. Es débil —bramó. YoonGi apretó su mandíbula.

—Hablas mucho de lo que sucedió antes, pero yo no lo recuerdo —sentenció con dureza—. Sólo puedo recordar lo que tengo, y tengo que estar para él, como él estuvo conmigo cuando fui demasiado débil.

Intentó ponerse de pie para demostrarse mucho más grande, no sirvió de mucho porque JungKook era realmente alto.

—YoonGi, él no...

—Yo voy a ir a buscarlo, tenemos que hablar —avisó, antes de darse la vuelta y entrar en el refugio para buscar a su chico.

¿Cómo pudo ser tan insensible? JiMin perdió a YongSung en la batalla, conociendo a su dulce estambre estaría cargando con un castigo que no le correspondía.

JungKook gritó furioso viendo la espalda de 003 desaparecer de su campo de visión. No se suponía que resultara de esta forma, no debería haber pasado así. Tenía que arrebatar a YoonGi de los brazos de JiMin, no devolverlo.

Su furia se rompió por el sonido de un caminar firme.

—¿Qué se supone que estás haciendo? —Jin se acercó dando pasos furiosos hasta él. Debía estar bastante fuera de su control, si prefería usar a las palabras reales a comunicarse mentalmente.

—¿No te dijo el aprendiz del doctor FranXX que espiar a otros es del mal gusto?

Por fortuna todavía conservaba gran parte de su sentido ácido. Recibió un enorme golpe mental que lo hizo tambalearse. Su mente zumbó adolorida por un par de largos segundos tratando de recuperar todo sus sentidos.

Torpemente, intentó devolver el golpe. Pero la mente de Jin estaba mucho más lejos de su alcance, cada vez tiraba con mucha más fuerza para hacerle daño.

No recordaba que ese parásito fuera tan fuerte por telepatía, desde hace mucho tiempo

—¡¿Qué es lo que crees que estás haciendo?! —repitió junto con su golpe, haciendo la cabeza de JungKook se echara hacia atrás y su nariz comenzara a sangrar— ¡¿Tienes idea de lo que hubiese pasado si 003 aceptara tu oferta?!

—Lo estoy protegiendo de 095 —gruñó, limpiándose con la manga de su uniforme de parásito la nariz. Una mancha roja quedó impregnada sobre la tela blanca.

—¡Creíste lo mismo en el pasado y recuerda como las cosas terminaron!

—¡No si lo aparto de él! Si lo hago, no será el mismo monstruo que alguna vez fue.

Tenía la oportunidad perfecta para darle marcha atrás al tiempo y revertir sus errores. Por eso YoonGi tenía que ser su compañero.

Jin negó, pasándose las manos por la cabeza.

—Si no están juntos, la humanidad no va a sobrevivir —sentenció con la respiración agitada.

—Puede montar conmigo.

La mente de Jin se tensó sobre la suya, tanto que los pensamientos de JungKook comenzaron a asfixiarse dentro de su mente.

—Aléjate de él, ¿lo entiendes? No me molesta que tengas sentimientos humanos por él, pero no eres un humano. Si interfieres de más...

—¿Vas a matarme? —le preguntó, luchando contra mantener un poco de aire.

—Lo haré si es necesario.

Jin dio un apretón más y su garganta se cerró por completo impidiéndole respirar. Estaba demostrando su punto, la forma tan fácil en la que podría terminar con su vida si quisiera. Ni si quiera parecía estar haciendo un poco de esfuerzo en ello, lo único que mostraba que estaba luchando por telepatía era su falta de su sonrisa sistemática.

Después lo soltó y JungKook se desmoronó sobre la tierra saca tomando bocanadas de aire irregulares. Si arriesgaba su vida por la de YoonGi, que así fuera.


YoonGi tocó la puerta antes de abrirla, no esperó una respuesta. Por supuesto, JiMin se sobresaltó al inicio. Estaba sobre sus dos pies mirando por la ventana.

—YoonGi —murmuró aliviado—. No llegaste para dormir, ¿dónde estuviste?

No pudo evitar preguntarle, se sentía culpable por pensar en abandonarlo pero la mayoría de su todo no quería renunciar a él. Ni si quiera podía dejarlo por unas noches, ¿cómo sería capaz de sobrevivir sin él para siempre?

—No muy lejos, si hubieses bajado las escaleras me habrías encontrado —YoonGi le respondió con tranquilidad cerrando la puerta detrás de él—. Tenemos que hablar, JiMin.

El pistilo se colocó serio. De inmediato el cuerpo de JiMin se volvió tenso.

—¿Hablar? No hay nada de qué hablar —le aseguró tan falsamente que cualquiera habría leído su mentira.

—No puedes seguir ocultándolo más.

YoonGi se prometió que abordaría el tema con calma, conocía a JiMin lo suficiente para saber qué cosas podrían herirlo y resguardarse más. Fue bastante difícil cuando comenzó a mostrarse recio a hablar. Nunca pasó eso antes entre ellos, así que no sabía muy bien como saltar la brecha que los distanciaba.

—No estoy ocultando nada.

JiMin seguía afirmándolo, como si su cara no estuviera volviéndose más pálida. Cómo si pudiera engañarlo con esa expresión tan asustadiza. Su niño realmente estaba aterrado de que lo supiera.

—No puedes decir eso —le reprochó—, siempre me contaste todo. ¿Por qué ahora es distinto?

Fue imposible no sonar resentido. Se sentía más traicionado de lo que estaba tratando de mostrar.

095 mostró vergüenza de sus propios actos, huyendo de su mirada.

—Por favor, YoonGi, no puedo hacerlo...

—Lo escuché. —No estaba en sus planes decir eso, pero la boca de YoonGi corrió más rápido que sus pensamientos.

JiMin se tambaleó, dando pasos falsos hasta apoyarse con una pared.

—¿Escuchaste mi conversación con el parásito de los Nines? —Era obvia la respuesta, sólo que el estambre parecía realmente querer escucharlo.

—Con Jin, sí, lo hice —lo observó hacer una mueca, una extraña mezcla entre el enojo y el miedo—. No quise hacerlo.

—Pudiste no hacerlo —se quejó, con su voz volviéndose más aguda.

Se reprimió a levantarme la voz también, no necesitaban eso en su charla. Que JiMin estuviera alterándose ya era algo que no debería suceder.

—No puede no hacerlo porque se trataba de ti. Le confiaste algo a un extraño algo que a mí me lo ocultaste.

Tenía un punto tan valioso que desarmó a JiMin, le recordaba lo valioso que era para él.

—Tenía miedo que lo supieras... —confesó su dulce estambre por fin, con su voz quebrándose al final de la oración. YoonGi avanzó hacia él, asegurándose de ser lento y sin detenerse tampoco.

Y la pared entre ambos comenzó a llenarse de grietas, si lo hablaban podía venirse abajo. Cualquier

Tenía que hacer la pregunta y encontrar la raíz de los traumas de su niño para cortarla desde el fondo.

—¿Lo que le sucedió a YongSung...? —lentamente pronunció y con mucho respeto.

JiMin se apoyó totalmente contra la madera de la pared y por un momento no dijo nada. Hasta que comenzó a llorar ruidosamente. El pecho de YoonGi se apretó con dolor apresurando su paso hacia él.

—Está muerta.

—¿Estás seguro? —YoonGi no era muy positivo, generalmente ese era el trabajo de JiMin. Lo hacía solo porque la situación ameritaba que fuera viceversa.

—Y-yo la ví...

Corrió a atraparlo, parecía que estaba siendo atacado por los recuerdos y era el momento en que se veía más vulnerable. Ahora que sabía a qué se tenía que enfrentar, lucharía de la mejor forma.

—De acuerdo.

—No, no sabes lo que dices —JiMin se sacudió queriendo ser soltando, viéndose aterrador. Se ganó un poco de espacio por 003— YoonGi, yo la maté.

JiMin había pensado en este momento desde que despertó en la nave de los Nines, ¿cómo lo tomaría YoonGi? A ambos les agradó YongSung, no era demasiado entrometida en su relación y casi siempre hacia a todo el escuadrón reír por sus comunes peleas con TaeHyung que hacían sus días de entrenamiento menos agotadores.

YoonGi no se sentiría profundamente herido por no ser tan cercano a ella. Sin embargo, seguía temiendo su reacción.

¿Lo odiaría? ¿Le diría incompetente? ¿No lo querría como compañero?

En cambio, YoonGi le sonrió suavemente antes de colocar sus labios sobre su frente.

—No te creo —susurró con esa apariencia tan calmada que desarmó por completo a JiMin. Se volvió un mar desordenado de sollozos e hipidos.

—L-lo hice.

—No, no acepto esa explicación. Creo que cuidaste de ella lo más que pudiste, ¿no fue así?

—No, no lo recuerdo —le aseguró, luchando contra murmurar las palabras de la manera más entendible posible— Sé que luchamos y... Después, d-después TaeHyung y SeulGi nos sacaron de la cabina, no lo recuerdo.

YoonGi reprimió la oleada de terror que surcó su cuerpo. Apretó los brazos más protectoramente sobre su estambre. De tan sólo pensar en las cosas que había pasado su chico, no podría soltarlo jamás.

Lo que él vivió con SuRan no se compara ni un poco.

—¿Y cómo puedes decir que la mataste si no lo recuerdas? —le cuestionó, haciendo que JiMin no tuviera respuesta— Exactamente, no puedes.

—¡Pero...!

—No puedes. Te conozco lo suficiente para saber que no harías eso. —Alguien tenía que darle un poco de alivio.

Las lágrimas seguían bajando por la cara de JiMin hasta resbalar por la curva de su mentón y caer. Que no estuviera siendo tan ruidoso era un gran avance.

—¿No crees que soy el peor compañero?

—No lo creo, tengo mucha fe en ti.

JiMin se desplomó perdiendo una gran parte del estrés, su cabeza cayó sobre su hombro.

—Tenía tanto miedo y estaba tan molesto... Quería culpar a alguien, a quién fuera, a los adultos, a los Nines, a mí. Estaba tan confundido, no sabía cómo actuar... Yo, de verdad quería morir.

Su respiración se dificultó por el abrazo de YoonGi.

—No digas eso, te prohibido que lo repitas. YongSung no habría querido esto para ti.

Era cierto, una sonrisa genuina en JiMin se extendió contra la curvatura del cuello de YoonGi. Sí, su amiga habría querido que disfrutara de su nuevo pistilo, habría estado feliz porque ambos estaban juntos y montarían un FranXX.

Recordó eso que era tan importante.

—No tienes derecho a montar con nadie que no sea yo —le advirtió, intentando sonar severo de alguna forma—. Yo soy tu compañero, o ¿todavía puedo serlo?

YoonGi lo miró con cariño, como si necesitara preguntar eso con tanto miedo.

—Gracias a papá —expresó aliviado, comenzando a destensar sus brazos alrededor de JiMin— ¿No vas a irte?

—Si tienes tanta fe en mí no veo porque debería hacerlo. Pero, ¿quieres estar conmigo... Aunque tu vida corra peligro?

No quería poner a YoonGi en peligro, su amor por él era más fuerte que sus deseos egoístas.

—Yo moriría por ti, JiMin —por fin, YoonGi lo dijo. Nunca fue capaz de pronunciarlo, pero después de todo lo que había pasado entre ellos, era alguien más valiente—. ¿Lo recuerdas? Dijiste que también lo harías.

—No —su estambre le detuvo, observándolo con firmeza—. Yo moriría por ti, YoonGi.

Eso era. Su chico estaba comenzando a recuperarse, el inicio era algo. No es necesario ser valiente siempre.

—Ah, estoy tan contento —admitió con un tono completamente satisfecho.

—¿De verdad soy tu estambre? —tuvo que preguntarle una vez más, tendría que hacerlo un par de más para creerle. Sonaba como lo que siempre quiso, tenía amor por YoonGi no importaba como fueran sus papeles dentro del FranXX. Para él, ambos eran pistilo y estambre.

—Lo eres.

Los ojos de YoonGi se veían tan vivos y JiMin notó cuánto los había echado de menos. Pasó tanto tiempo evitando mirarlo porque se sentía culpable, pero ya no más.

Lo siento, YongSung. Pero no puedo seguir haciéndome esto. Te recordaré. Lo aceptó por fin, sintiendo que sus hombros se aligeraban.

TaeHyung lo haría también.

Con dolor recordó que TaeHyung nunca pudo decirle sus sentimientos.

Ella ya debía saberlo. Pensó con esperanza, disfrutando de escuchar los latidos de YoonGi.

Llevaría un poco más de tiempo dormir tranquilo, quitar las pesadillas y subir a un FranXX de nuevo. Lo tomaría con calma, pero volvería vivir.

Tenía motivos para hacerlo.

—YoonGi, lo siento —murmuró en voz baja, muy apenado de su actitud.

—Está bien. Sólo no vuelvas a apartarte, yo escucharé tus problemas.

—Jin es buen consejero —agregó JiMin como un comentario casual. Pensando que podía ser que el parásito de los Nines le pareciera un poco aterrador y también podría ser una buena persona.

—Es una buena persona —concordó YoonGi, rápidamente cambiando de opinión—. Pero mis brazos es al lugar donde perteneces. Ahora, ¿puedo tener un beso? Después quiero asegurarme de que comas mucho.

JiMin asintió, entusiasmado. Sonaba como la mejor de las ideas.

—Está bien, dámelo rápido —demandó girando el rostro instintivamente pata recibir la boca de YoonGi. Él había regresado a su verdadero refugio.

Del otro lado de la puerta de su habitación, Jin acomodó su corbata con una sonrisa satisfecha.

—Bien, parece ser que el error de JungKook inclinó las cosas a mi favor. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro