TWENTY FØUR
El toque que YoonGi le dio en la palma de su mano seguía ahí, quemando y recordándole a JiMin que el hombre con el que estaba no era del todo fiable.
Había escuchado del aprendiz oficial del doctor FranXX muchas veces, cualquier persona lo admiraba por ser el estudiante del hombre que creó los robots que cuidaban de la humanidad. Su nombre era sinónimo de la esperanza y la honradez.
JiMin no se sentía como si fuera así en lo absoluto y confiaba ciegamente en el juicio de su pistilo. En realidad no podía parecerle ni un poco confiable, con esa apariencia sumamente extraña y el ojo robótico que de vez en cuando parpadeaba a destiempo del ojo real.
¿Qué era lo que quería de él? Era un simple parásito que venía de un escuadrón poco destacable.
Empuñó las manos a los costados, preparándose para tener que usarlos en una pelea real en cualquier instante.
El hombre se detuvo después de caminar durante un largo silencio denso, tomando por sorpresa al chico. Estaban detenidos frente a un pasillo sin salida y JiMin no tenía idea de que estaba sucediendo.
¿Estaba siendo atrapado para su caza?
Su corazón sonó tan alto que tenía miedo de que el aprendiz FranXX lo escuchase y notara cuán alterado le estaba poniendo la situación. YoonGi le enseñó muchas veces que lo mejor era que los adultos no notaron que tan nervioso lo tenían las ordenes que le daban.
—095, ¿sabes realmente lo que significa ser el estambre de 003?
El hombre le preguntó mortalmente serio. Rompiendo el silencio y opacando el sonido de sus latidos acelerados por unos segundos.
Después de pensarlo un segundo, respondió lo que creía que podía escucharse más acertado y breve. Podría decirle todo lo que pensaba que significaría
—Significa que tendré que cuidar de él y él de mí.
El aprendiz FranXX lo miró, después estiró sus dedos sobre la pared. No era cualquier sitio, JiMin descubrió que bajo la palma del adulto alguna luminosidad verde parecía hacerle un análisis y luego su ojo falso comenzó a sincronizarse con la luz viniendo del muro. Se trataba de alguna seguridad de bloqueo de última tecnología.
Entonces la puerta se inclinó hacia atrás, en una obscuridad envolvente.
—No es tan sencillo como eso —le advirtió, como si algún peligro estuviera acechándolos en ese rincón de sombras.
La respiración de JiMin se volvió pesada, pestañeó tan rápido como pudo intentando acostumbrarse a la falta de iluminación pero fue más que imposible. No había forma de que pudiese mirar, era estar atrapado en un agujero sin fin y sin ningún rayo de luz.
Levantó los puños, si este sería un ataque que pudiera arriesgar su vida no dudaría en defenderse con todas las fuerzas que pudiera tener.
—Bienvenido, aprendiz del doctor FranXX —alguien dijo con una voz tranquila que consiguió que JiMin lanzara un puñetazo al aire junto con un grito. Pronto notó que nadie parecía tener la intención de atacarlo, así que simplemente bajó las manos pero no deshizo ninguno de los dos puños—. ¿Desea que coloque la iluminación necesaria para su estancia? El sujeto de pruebas se encuentra durmiendo en este instante.
Era una mujer la que hablaba y no tenía un tono alarmantemente robótico como el resto de los adultos. De inmediato logró despertar la curiosidad del estambre rubio.
Como desearía poder distinguir más que siluetas entre la penumbra.
¿Un sujeto de pruebas? ¿En qué clase de habitación estaban?
No tener respuestas lo agobió y mareó levemente. Estaba acostumbrado a no tener nada de información por los adultos desde el Garden, pero nunca le faltó información sobre el tipo de cosas con las que se enfrentarían.
Ahora las personas que decían ayudarlo, podían ser los verdaderos Klaxosaurios.
—No aún, no queremos asustar tan pronto a nuestro invitado especial —la mano del aprendiz FranXX cayó sobre su cabeza. ¿Cuándo se movió para estar tan cerca de él? Contuvo la respiración con pavor, esperando ser apuñalado o atacado de alguna forma— ¿095?
—Sí, señor.
—¿Puedes decir cuánto es que amas a YoonGi?
JiMin intentó mirar donde debería estar el cuerpo del hombre mientras habría su boca, llenándose de sorpresa ¡El aprendiz FrannXX había usado la especial palabra del amor! ¡Amor!
—Quiere decir... —balbuceó, girándose para intentar buscar al aprendiz FranXX. No había notado hasta ahora que el resplandor en la pupila robótica delataba donde estaba mirando. Logró ignorar lo terrífico que podía verse eso gracias a su evidente sorpresa y una pizca de entusiasmo— ¿Amor? ¿Sabe lo que significa tener amor por alguien?
Escuchó al aprendiz crear un ruido. Algo crudo y roto. Era un ruido deprimente.
—¿Si sé lo que es amar? He amado a alguien toda mi vida, pero él ha guardado sentimientos por un cadáver.
—No suena como una buena historia... —concluyó JiMin, frunciendo el ceño. ¿Así que se habría sentido YoonGi cuando se sentía culpable por la muerte de YongSung? Podía ser que fuera de esa forma, sólo que él realmente no guardaba el mismo tipo de amor por YongSung que por su propio pistilo. La intensidad de sentimientos tal vez podía parecerse un poco, no la forma.
—No lo es y tampoco importa demasiado —No sonaba así, realmente se escuchaba como si fuera una herida superficial en la piel. Seguía siendo una herida, sin embargo. Y el saber que este hombre tenía un punto débil, hizo que JiMin bajara todas sus defensas junto su paranoia y comenzara a creer que tenía una intención genuina—. El amor no puede obtenerse como un montón de pruebas. Eres afortunado por saber que YoonGi tiene el mismo amor por ti.
JiMin sonrío, claro que lo sabía. Y por eso estaba tan satisfecho con las cosas como estaban ahora, ambos se tenían el uno al otro y sus sentimientos estaban floreciendo igual que las flores en el huerto en que ambos estaban trabajando duro.
—YoonGi me hace realmente muy feliz.
—¿Qué tan feliz?
—Mucho —contestó sin dudarlo.
—Bien, JiMin, escucha atentamente la siguiente pregunta —el chico asintió obedientemente aunque el adulto no pudiese verlo—. ¿Cuánto es que deseas montar un FranXX con YoonGi?
—Yo... Con mi vida.
—¿Cuánto es lo que vale tu vida?
Los labios de JiMin que estaba estirados en una sonrisa se congelaron. ¿Qué clase pregunta era esa?
—Mi, mi vida... —murmuró sin comprenderlo. ¿Aquello podía ser medible? Podría ser, pero no creía que él fuera un buen juez. La muerte de YongSung todavía era algo que le dejaba un trago amargo de culpa que siempre se atascaba en su garganta y lo hacía preguntarse qué clase de compañero era. Uno que había dejado morir a su pistilo y no debería olvidarlo del todo.
Y si YoonGi juzgara el valor de su vida, tampoco podría ser un buen juez. Su pistilo sólo miraba luz en él y un talento enorme para montar FranXX que no creía tener del todo.
—Una última pregunta —sonaba como una petición, así que JiMin le concedió el permiso rápidamente para que pudiese terminar con este extraño cuestionamiento que sólo estaba volviéndolo ansioso y paranoico.
—Sí, señor.
Sin dudas, no esperaba que aquello, lo que el aprendiz FranXX dijo fuera completamente aterrador.
—¿Vale la pena tu vida si puedes montar un FranXX con YoonGi?
No encontró las palabras, pasmado de la sorpresa. Con escalofrío corriendo por toda su espalda encontró el ojo del adulto brillando con intensidad en la negrura. Se sintió como si se tratara de una señal antes de su muerte y todo su cuerpo se tensó tan duro que dolió.
—¿A-a qué se refiere...? ¿Qué es lo que quiere decir?
—Luces en su totalidad —ordenó el aprendiz FranXX en lugar de responderle. No, lo haría. Sólo que no con palabras, se lo mostraría para que JiMin pudiese verlo con su cuenta.
El parásito pegó un grito, cubriendo sus ojos lastimados por la repentina luz. Estuvo cegado por un largo instante donde sólo pudo escuchar su respiración fuertemente
—Como ordene, aprendiz del doctor FranXX —la voz femenina y dulce respondió.
—JiMin, abre los ojos.
—No—escupió, avanzando hacia atrás. Su espalda rozó contra el pecho que probablemente era del aprendiz FranXX. Saltó lo más lejos de ese cuerpo que pudo, avanzando a ciegas.
Aunque estaba totalmente seguro que no podría salir de esa habitación a menos que el aprendiz FranXX lo quisiera y dudaba que lo hiciera.
—¿Por qué no lo harías?
—Porque me asusta... ¡Me asusta lo que quiera mostrarme!
Sintió que sus pantorrillas golpeaban de lleno contra una superficie completamente dura y a juzgar por el sonido metálico se trataba de una de las camillas de enfermería. ¿Qué era lo que había ahí? Sus dedos temblaron, dudoso si mirar o mejor no saberlo.
—Es normal que al inicio puedas asustarte —explicó, colocando las manos detrás de su espalda y dándole un vistazo a la persona sobre la camilla—, pero, es mejor si lo sabes ahora. Será mejor que saberlo cuando sea demasiado tarde y no podamos dar marcha atrás.
JiMin tomó una respiración honda. Tenía que hacerlo, por YoonGi.
Levantó las manos temblorosas de sus ojos, liberando su vista del bloqueo sus pupilas cayeron lentamente sobre la silueta reposando en la cama de hospital.
Era un hombre o era lo que parecía quedar de él. Estaba delgado hasta los huesos, tan blanco como una hoja de papel y en un su piel corría una extraña macha rojiza, trepando desde su cara hasta al resto de su cuerpo.
La boca semiabierta del hombre atrapaba una pesada y pausada respiración, eso se veía difícil y lacerante.
Lo menos espeluznante en el sujeto debían ser los cables viniendo dentro de su piel y conectados a las máquinas en las paredes. Un líquido escarlata se deslizaba dentro de ellos, tomaba una pausa y volvía a iniciar, con un intervalo de segundos.
Era sangre bombeando para las venas del hombre, el estambre rubio reconoció demasiado fuera de sí.
Sin duda estaba luchando por su vida y JiMin no podía decir que estaba ganando contra la muerte. El hombre pronto tendría la mirada ausente que las aves que encontró tenían, o la de YongSung.
No había nadie más en la habitación, por lo que dedujo que la voz amable era el sonido automático del sistema de control
—¿Qué esto? —Él mismo se sorprendió de lo segura que sonó su voz mientras su interior estaba temblando de miedo. Esa imagen era tan perturbable, se uniría a la lista de recuerdos que su cabeza traería durante las noches de pesadillas.
—Es un estambre —¿Un estambre? ¿Cómo es que él terminó de esta forma? ¿Fue atacado por una horda de Klaxosaurios?—. Se encuentra aterrador para ti, puedo verlo. Él sabía lo que sucedería e hizo lo que tenía que hacer. Montó con un pistilo y las cosas sucedieron así.
JiMin lo miró con sus ojos rojos ampliándose.
—¡¿Qué clase de pistilo fue con quién montó?! ¡Eso no es posible!
El aprendiz FranXX, levantó la cabeza al techo.
—Alguien como YoonGi.
Alguien como YoonGi.
—¿Qué? No, no puede ser... Significa que... Yo...
Él estaría en esa camilla pronto, podía saberlo por todas las pistas que le dio el aprendiz FranXX durante toda la conversación.
—Ella es un pistilo, distinto a YoonGi y de alguna manera igual—explicó confusamente para JiMin.
—¿Por qué es parecida a YoonGi?
El hombre dejó caer su cabeza sobre su hombro y evaluó el rostro del estambre. Se veía bastante asustado, eligió la opción de no decirle todo. Si conseguía que JiMin se asustara de YoonGi tendría que manipular sus recuerdos y eso era una trampa para la perdición de la humanidad, tomaría sólo la mitad del riesgo.
—Es mejor que no lo sepas, 095 —la mirada del chico se volvió cautelosa ante él y supo de inmediato que tenía que compensarlo para tener su confianza de nuevo— Puedo decirte que ellos son especiales, ¿creíste que todos los hombres podían montar un FranXX sin una mujer? No, únicamente los Nines y, ¿por qué crees que funcione para este escuadrón, JiMin?
Los ojos de JiMin volaron al hombre en la camilla, después regresaron a él.
—No lo sé.
—Porque son especiales —respondió en su lugar— y ser especial trae consigo muchos riesgos.
—¿Cómo sacrificar tu vida?
—No es de esa forma, ella es más peligrosa que YoonGi —mintió descaradamente sabiendo que se escuchaba como algo creíble por la forma en que el cuerpo del chico liberó algo de tensión—. Sólo quiero mostrarte esto, no significa que pueda pasarte de la misma manera, me encargaré de protegerte. Sin embargo montar un FranXX, con tu amado YoonGi puede traer riesgos extraños.
—¿Sólo por ser especial?
—Es el precio que debes pagar por pilotear con la persona que amas —afirmó con una discreta sonrisa sin dientes. Pudo distinguir que había golpeado en un punto clave en la mente de JiMin—. Me encargaré de protegerte, cada vez que montes con YoonGi, vendrás conmigo y te evaluaremos.
—Oh.
¿Podría su vida pagar el precio suficiente de pilotear un FranXX con YoonGi?
—Tú y YoonGi son nuestras mejores armas, no dejaremos que les suceda nada.
Al menos el aprendiz FranXX estaba siendo totalmente honesto sobre eso, simplemente no le dijo que tan lejos llegarían por mantenerlos juntos.
—¿Puede... Puede venir YoonGi conmigo a los exámenes? —le propuso tímidamente. Sí, de esa forma estaba yendo bien. El chico estaba aceptando.
—No, no puede saberlo. Si sientes que tu salud empeora debes venir de inmediato a mí.
—¿Por qué no?
—¿Crees que va a permitir que piloteen juntos si sabe que puedes hacerte un solo rasguño?
Eso era cierto, YoonGi se lo prohibiría.
—No... —JiMin empuñó las manos. No le gustaba esto, no quería más secretos entre YoonGi y él, pero, ¿qué otra opción tenía? Si se negaba probablemente los separarían y no estaba seguro de poder sobrevivir un tiempo más sin su chico.
Tenía que aceptarlo.
—No sucederá nada —le aseguró el aprendiz del doctor FranXX. Esperando una respuesta, esperaba no haberse equivocado. Era otra alternativa que debía intentar—, hemos tratado con esto mucho tiempo.
En el pasado JiMin nunca le dijo lo enfermo que se estaba poniendo, la enfermedad amarilla sobre su cuerpo sólo pudo ser detectada una vez que estaba demasiado avanzada. Ahora las cosas eran distintas, mantendría su orbe real sobre el humano y esperaría que no toda la historia se repitiera.
—Yo —una lucha interna atravesó en las pupilas de JiMin y después de un destello, la duda se acabó en ella—, está bien. Hago esto por YoonGi.
El aprendiz del doctor FranXX sonrió ampliamente. Sí, lo tenía todo dentro de su bolsillo. No cometería los mismos errores.
—Es un hecho, tendré los mejores médicos para ti.
JiMin meneó la cabeza de arriba abajo, medio aturdido aún.
—Ah, y JiMin. Si notas algo extraño en 003 necesito que me lo cuentes rápidamente, ¿entiendes? Simplemente como un protocolo de prevención.
—Oh, de acuerdo, señor.
YoonGi esperó a que JiMin subiera a la cama de su propia habitación antes de dar dos palmadas y apagar la luz, dejando el alumbrado a cargo de la antigua lámpara en la mesa de noche. De inmediato sintió como el chico rodaba hacia a él, escondiendo su rostro en su brazo.
—¿Día cansando?
—Ha sido uno de mis días más cansados que he tenido en mucho tiempo —confesó con un suspiro, cuando su pistilo comenzó a trazar sus mechones con cuidado ronroneó complacido empujándose contra sus dedos. Podía sentir todo el estrés acumulado durante su extraña charla con el aprendiz FranXX filtrándose de su cuerpo.
Realmente no puedo vivir sin él. Si moría, extrañaría el tiempo con YoonGi, pero le entregaría su vida con gusto. Le mostraría su corazón y le daría el puñal por sí mismo.
Valía la pena enfermarse a muerte si podía quedarse un poco más de tiempo con su amor.
—También tuve un día extraño —comentó YoonGi deteniendo las caricias en su cabello, el estambre lloriqueó ante la pérdida. Sólo quería ser acariciado por su compañero de vuelo y olvidar todas las preocupaciones que estaban acumulándose.
Un poco más lento recordó que el pistilo había dicho algo.
—¿Por qué un día extraño? —YoonGi desvió los ojos de él, nerviosamente— ¿YoonGi?
—Pasó algo extraño con JungKook.
JiMin enderezó su cabeza, para observarlo con interés.
—Todos aquí son muy extraños —él comentó con una sonrisa, esperando que su parásito favorito dejara de verse tan nervioso. YoonGi se contagió un poco de su sonrisa, aunque no lo suficiente.
Después de un instante, tuvo la explicación del nerviosismo de su pistilo. No fue una buena respuesta.
—Él me dio un beso.
—¡Lo sabía, sabía que se trataba de otra SuRan!
—JiMin... —YoonGi intentó calmarlo, un poco más tranquilo. La reacción de su estambre fue menos explosiva a lo que esperó.
—No, no puedes darle un beso —demandó, haciendo una mueca. La idea no le gustaba, porque JungKook era extraño y porque YoonGi era su amor—, sólo puedes hacerlo conmigo.
—No tenía planeado hacerlo de nuevo.
—¡Sabía que no me gustaba JungKook —refunfuñó deseando haber escuchado su presentimiento sobre el chico mucho antes. El parásito de ojos ámbar miraba de una forma que no le agradaba a su chico.
—No dejaré que lo haga otra vez, lo prometo.
Si 003 lo decía, entonces 095 le creería y confiaría en él. Aunque no en JungKook.
JiMin se volvió firme, tomando el rostro de YoonGi. Plantó un beso firme sobre su boca, uno que decía que estaba molesto porque otro chico hubiese estado ahí también. Luego otro y otro, hasta que su pistilo estuvo sonriendo contra sus labios.
En algún momento en particular, él sintió algo distinto. Fue una cosa que lo hizo detenerlo.
—YoonGi, en tu boca hay algo raro.
—¿Qué? —la sonrisa de su pistilo se perdió, tratando de llevar los dedos a su cara.
JiMin dio un par de palmadas regresando la luz a su habitación, tomó con cuidado el labio superior de YoonGi y descubrió su dentadura. No debería haber nada distinto, la encía rosita de su pistilo se veía bien y sus dientes pequeños.
Pero, no sus caninos.
La punta de ellos era terriblemente largos para ser normal.
—¿Por qué tienes colmillos?
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