THIRTY SIX
Lo primero que YoonGi hizo fue encargarse de echar a Jin fuera de la cabina de su FranXX, extendió la mano de su robot y le dio el líder de los Nines al FranXX de JungKook. Ese era su problema ahora, JiMin y él no podían cuidarlo porque tenían su propia preocupación.
Dirigió su atención a la reina.
—No debió entrar en mi mente y mucho menos romper la conexión que tengo con JiMin. Eso me hizo débil —dijo seriamente, sintiendo la reconfortante presencia de JiMin en su mente que le dio la valentía suficiente para enfrentarla.
Ella lo miró con sincera curiosidad, moviendo sus extrañas pupilas por todo su robot.
—¿Dónde está el Klaxosaurio que dejé salir?
—Justo aquí, es lo que soy. Como soy un humano, estoy seguro que puede sentirlo.
YoonGi sabía que irradiaba una energía distinta, un aura de un poder armonioso se cernía alrededor de él.
Teniendo una idea, para probar su nuevo potencial se levantó de su puesto como pistilo con mucha lentitud.
—¿Qué estás haciendo? —JiMin le preguntó, bastante alarmado y sorprendido. Los controles que estaba sosteniendo desaparecieron, tuvo que usar los botones del asiento que estaban ahí para un uso manual en caso de emergencia.
El pánico en su rostro mostraba todos sus sentimientos contradictorios. Debía temer que fuera abandonado en la lucha, pero esas no eran las intenciones de su pistilo.
—Intentando algo nuevo —Buscó la mirada de JiMin y una vez que la encontró se encargó de darle una sonrisa esperanzadora que pudiera tranquilizarlo. Su compañero de vuelo se la devolvió igual de entusiasmado, aunque no estaba seguro de lo que tramaba—, como pensé. Tengo el suficiente poder para pilotar el FranXX sin tener que usar mi posición como pistilo.
—¡Eso es maravilloso!
Su estambre le alabó, transmitiendo un sentimiento dorado a través de su lazo mental.
—El balance entre un humano y un Klaxosaurio es lo que me ha hecho tan fuerte —Encendió el comunicador para dirigirse a la reina— y no sólo se trata de eso, que JiMin sea mi compañero balancea todo mi poder. Él cayó enfermo antes porque todo dentro de mí estaba embotellado, con su amor lo he balanceado y ahora no herirá a ninguno de los dos.
"Siempre pensé que eras demasiado poderoso". JiMin dijo a través de su lazo, enviando algunos recuerdos sobre cuando HoSeok era su niñero y YoonGi comenzó a fallar en las misiones.
Todo el escuadrón pensó que era débil y SeulGi lo despreció tanto como podía. JiMin nunca lo hizo.
Te agradezco. Por siempre creer en mí, cuando todos querían verme muerto. YoonGi se sinceró con su compañero, eligiendo hablar por mentalmente o sus palabras no habrían sido muy entendibles gracias al nudo en su garganta. Su estambre siempre fue su todo y eternamente lo sería, sin importar que sucediera.
—¿Estás tratando de demostrarme que los humanos pueden amar, hijo de Klaxosaurio y hombre?
—¡Eso es lo que quisimos mostrarle desde el principio! —JiMin exclamó, lleno de tensión. Pero no interrumpió su conversación YoonGi, fue demasiado inteligente.
—Es verdad, ha conocido el egoísmo y la crueldad —YoonGi frunció el ceño, pensando que la reina de los Klaxosaurios no era la única que había conocido la obscuridad de los adultos. JiMin y él eran una horrible prueba de ello—. Pero aquí quiero mostrarle el amor.
Caminó hacia JiMin, compartiendo una mirada cariñosa.
No tienes que tomar los controles. Le sugirió a su copiloto y observó como rápidamente su petición estaba hecha. JiMin curioseó con la mirada, pareciendo demasiado sorprendido por ser capaz de mantener el FranXX de esta forma.
Sólo los dos juntos podrían hacer algo como eso.
—¿Por qué buscarías hacer algo así? —La reina le cuestionó y YoonGi sabía lo que debía responder.
—Sé que lo vio cuando entró en mi mente, el motivo por el que busco que confíe en nosotros.
JiMin sujetó su mano con mucha fuerza, muy ansioso para intentar mantenerse quieto.
—No creí que esos recuerdos fueran reales.
La reina admitió, relajando su postura de defensa. YoonGi quiso gritar y celebrar que estaban convenciéndola con pasos pequeños, más no lo hizo porque podría parecer demasiado brusco.
—Lo son, JiMin y yo —tiró de sus manos juntas, sabiendo que la reina con su vista de Klaxosaurio podría ver ese pequeño movimiento a través del cobre de la cabina—, buscamos justicia. A los parásitos no nos enseñaron que los Klaxosaurios eran como nosotros. Sólo querían algo que les pertenecía, si los hubiésemos sabido le puedo asegurar que no...
Ella lo interrumpió con una pregunta difícil.
—¿Están dispuestos a traicionar a los humanos?
YoonGi no lo llamaría una traición. Después de todo lo que hicieron, los adultos no merecían un sentido limpio de lealtad.
—Queremos que los adultos paguen por lo que hicieron y los Klaxosaurios puedan volver a tener su vida en paz —JiMin respondió por él a través del altavoz—. Si quiere llamarle a eso traición, es lo que queremos.
Destellaba seguridad en sus ojos rubís cuando habló y YoonGi pensó que por esos motivos JiMin era su estambre destinado. Nadie más tendría el coraje para hablar con la reina de los Klaxosaurios de esa forma y mucho menos rebelarse a pesar de estar tan adiestrado.
—Lo que mi estambre dice es cierto —YoonGi agregó con una sonrisa suave—, queremos a las aves fuera de sus jaulas para que puedan volar en paz.
Sabía que era una metáfora que JiMin entendería y bastó con compartir una mirada para comprobarlos
Todas las aves que miraron alguna vez, en libros y con alas rotas. Gaviotas, colibrís, golondrinas. Tenían que ser liberadas.
La reina los miró y tocó el núcleo con tristeza.
—No quiero acabar con este núcleo —murmuró arrastrando las palabras. 093 y 095 perdieron casi toda la esperanza de convencerla con el cambio de tema. Hasta que ella continuó hablando— y si tengo que hacerlo para detener la muerte de los míos lo haré. Aunque es suficiente para mantenernos, los humanos podrían querer más.
—Y la lucha seguiría para siempre —YoonGi opinó tristemente. Conocía la ambición y así funcionaba.
La Klaxosaurio se irguió como alguien de la realeza lo haría.
—Por eso ayúdenme a destruirlo.
YoonGi no podía con la alegría de saber que JiMin y él lo habían logrado. Habían hecho a la reina cambiar de opinión.
—¿Qué se supone que están haciendo, 093 y 095? —Jin gruñó, él parecía haber entrado en la cabina del FranXX con JungKook y TaeHyung.
Ellos por supuesto que habían olvidado que los Nines seguían ahí. YoonGi se congeló temiendo lo peor. Por el contrario, su estambre tuvo una reacción totalmente distinta.
—¿No puedes verlo por ti mismo? —respondió JiMin, empuñando las manos— ¡Ya tenemos suficiente de los adultos y sabemos todo lo horrible que han hecho! Nos estamos rebelando.
Rebelarse. YoonGi nunca pensó que podrían llegar a hacer algo así, pero era lo que hacían.
Estaban cansados y no permitirán más vidas ser tomadas ante sus ojos.
Se escuchó a Jin jadear asombrado. No tuvo nada de elegante ese sonido
—¿Cómo te atreves, niño insolente? ¡Tendrás una pena de muerte!
—Estoy seguro que ellos ya lo saben, Jin —JungKook respondió con un tono contenido de furia. Era obvio que le molestaba que YoonGi estuviera siendo arrastrado en todo esto.
No detuvo a Jin de sus exclamaciones furiosas.
—Una vez que hagamos explotar a todos los Klaxosaurios de este lugar, los tomaremos como culpables y los llevaré personalmente ante el aprendiz del doctor FranXX y al mismo doctor.
093 temió que eso pudiera pasar, no quería imaginar las cosas horribles que podrían hacerlos. Conservarlos como mascotas después de borrarles la memoria ya no sería una opción.
Alguien los interrumpió.
—¿Hacen una referencia a los únicos humanos que estaban al bordo de una nave? —La reina preguntó con una verdadera intención de saber.
—¿Qué...? —El líder de los Nines balbuceó sin entenderlo.
YoonGi entendía por qué. En el plan original, el doctor FranXX y su aprendiz estarían en una nave de camuflaje justo por encima del nido. Manteniéndose al tanto de la pelea y al mismo tiempo con la opción de interferir si las cosas iban desfavorables para la humanidad.
—Hice que mis hermanos explotaran esa nave, no quedó nadie con vida —La reina dijo y Jin enmudeció.
—E-el aprendiz FranXX... —balbuceó y fue doloroso escuchar su voz desgarrada.
YoonGi tiró de la mano con JiMin con más fuerza. No sentía remordimiento por la muerte de los dos científicos, sólo serían para siempre en su memoria dos hombres egoístas.
Entender que no existían más era un alivio, nadie en la tierra tenía mismo el ingenio para maquinar algo contra los Klaxosaurios.
—¿Qué haremos ahora, líder? —Le cuestionó uno de los miembros de los Nines.
Jin no respondió. Parecía demasiado asombrado para hacerlo.
—Sin su niñero no sabe que hacer —JiMin comentó para YoonGi, con una sorpresa triste—, no me esperaba esto de Jin.
Él quería decirle que pensaba igual, hasta que fue interrumpido. Repentinamente, un sonido agudo rompió el silencio en el aire.
—¿Qué es eso? —093 miró a su compañero esperando una respuesta. No pensó que fuera tan mala, JiMin abrió mucho los ojos. La alarma era evidente ellos.
—Es el detonador...
—¡Líder, ese es el sonido del detonador! —le recordó un miembro de los Nines.
—¡Ya lo sé! —Jin gruñó— Acabemos con los Klaxosaurios y la reina.
Debió saber que su orden era poco probable de cumplir, mirando a todos los Klaxosaurios que quedaban y la reina. La apuesta era poco probable de ganar.
YoonGi notó que JiMin y él tenían que hacer su último movimiento al mismo tiempo. Así que se dirigió a la reina.
—Por favor, escape mientras nosotros nos encargamos del núcleo.
—¡No se lo permitiremos! —Jin gritó hacia ellos, era seguro que intentaría luchar con ellos. Eso era perfecto, la prioridad era mantener a la reina a salvo.
—Líder, esto es ridículo —NamJoon opinó, volviéndose hacia Jin— Vamos a morir todos y no podremos acabar con el núcleo.
—¡¿Qué importa eso?! ¡Puede que el aprendiz del doctor FranXX ya no esté, pero...!
—Si él ya no está, ¿quién está guiando el plan?
NamJoon tenía un punto tan cierto que logró que todos los pilotos de refuerzo dejaran de luchar contra los Klaxosaurios por un momento.
—Es una orden —dijo Jin.
—No viene de un adulto, ¿por qué deberíamos seguirla?
—¡Porque el único propósito de los parásitos en la vida es matar Klaxosaurios! Para eso fueron creados.
—Eso no es cierto —JiMin dijo, mientras golpeaba el núcleo con el arma de su robot—. Nosotros somos más que marionetas controladas por los adultos, tenemos sentimientos, ¡podemos ser libres!
El siguiente sonido de advertencia del detonador sonó, como algo estridente. Todos soltaron un grito, aterrados porque sabían que la siguiente alarma sería antes de la explosión.
—¡Los parásitos que quieran vivir síganos! —HyeJin gritó, ignorando las quejas del líder de los Nines.
YoonGi sonrió encantando. NamJoon y HyeJin siempre serían los líderes prefectos, los parásitos serían guiados por una pareja confiable.
—YoonGi, nosotros no podemos irnos —JiMin le recordó alarmado—, si lo hacemos. ¿Quién destruirá el núcleo?
Asintió. Sabiendo que su estambre tenía mucha razón.
—Nos quedarnos sólo un instante más.
Tendrían que hacerlo si querían acabar con la fuente codiciada de deseo. A pesar de lo arriesgado que era eso.
—JungKook, avanza hacia los traidores —YoonGi retuvo el aliento, era evidente que Jin no iba a dejarlos ir tan fácilmente sin importar qué sus vidas estuvieran en riesgo.
Sólo que nadie esperaba que JungKook hiciera algo más que seguir sus órdenes.
—No, Jin, nos vamos. No tiene caso sacrificarnos, todos estamos en desventaja. Mucho más teniendo a YoonGi en el bando contario.
—¡JungKook!
—No arriesgaré a TaeHyung, hay un chico inocente entre todo esto —El FranXX comenzó a avanzar con Jin gritando. Se detuvo al inicio de la cueva y JungKook usó el altavoz— ¿No puedo hacerte entender que esto es arriesgado, YoonGi?
El llamado sonrió nerviosamente. Lo entendía, desearía no hacerlo.
—No, haremos esto por el bien de todos.
—Siempre tuviste un buen corazón. Gracias y sal de aquí pronto.
Esas fueron las últimas palabras que YoonGi escuchó de JungKook.
El robot desapareció, con los Nines fuera de la escena. 093 y 095 pudieron dirigirse a la reina.
—Tiene que escapar, majestad.
—Lo haré, me queda encargarme del hombre de la humanidad que llaman Papá.
—Oh —JiMin hizo ruidito sorprendido. YoonGi lo estaba también, no pensó que la reina tendría toda una estrategia que implicaba a los adultos de máxima autoridad.
—Sólo así la guerra acabará, su ayuda nunca sería olvidado por todos nosotros. Cuando salgan de aquí, recibirán mi ayuda a cambio de su sacrificio.
—¿Sacrificio? —093 repitió, frunciendo el ceño suavemente. Era extraño escuchar a la reina como si supiera algo que ellos no.
No obtuvieron una respuesta. La reina desapareció y los Klaxosaurios huyeron entre las grietas del suelo.
—¡Tenemos que acabar con el núcleo! —JiMin le recordó, volviendo a concentrarse mentalmente para hacer el FranXX romper el corazón de Magna.
—¿Cuánto tiempo nos queda?
—Nos queda —Su estambre miró hacia el detonador y envió una ola poderosa de pánico en su lazo mental, que se sintió como un tsunami— ¡Un minuto, no lograremos salir de aquí a tiempo!
YoonGi ya estaba sacudiendo el FranXX para avanzar hasta que vio su trabajo sin concluir.
—No terminamos de romper el núcleo.
—Si no lo hacemos, todo lo que hicimos será en vano —La voz de JiMin tembló cómo sus manos—, tenemos que...
—¿Qué? —YoonGi preguntó, aunque conocía la respuesta— ¿Quedarnos? ¡Estás demente, tienes que vivir!
A él no le importaría sacrificarse, pero su dulce estambre merecía una vida libre lejos de los adultos. Dónde pudiera ver dos pájaros volar. ¡Estaba loco si pensaba que YoonGi lo dejaría morir tan fácilmente!
—No, no me iré sin ti. Los dos sabemos que es lo correcto.
Las manos de JiMin sostuvieron las suyas.
—¿No tienes miedo de morir?
Sonriendo, su estambre le dio la respuesta antes de hablar.
—Tengo miedo de vivir sabiendo que nunca seremos libres.
Sus ojos rojos estaban llenos de lágrimas y YoonGi supo que los suyos también, porque comenzaba a mirar borroso. Parpadeó, riéndose histéricamente.
—¿Por qué siempre me convences a hacer locuras?
Nunca sabrían la respuesta, porque ellos tenían la mitad del tiempo. Entonces la lanza del FranXX golpeó el núcleo en una de sus venas vitales y toda la magna naranja estalló en la cubierta de metal.
—¡Lo logramos! —JiMin gritó, arrojándose a sus brazos. YoonGi lo recibió, apretándolo tan fuerte que era un poco difícil respirar para ambos. Un último abrazo antes de que todo terminara— Justo a tiempo...
El conteo de los últimos diez segundos inició. YoonGi nunca pensó que la muerte pudiera ser tan repentina y a pesar de todo el sufrimiento que significó vivir para él, estaba tranquilo. Logró hacer lo correcto y perdería la consciencia en el lugar al que siempre perteneció, en los brazos de JiMin.
—Siempre serás mi amor —le dijo a su estambre, con las mejillas húmedas.
—Tú siempre serás el mío.
JiMin no titubeó mientras tiraba de su rostro y presionaba sus labios juntos.
En un beso de muerte.
El FranXX de JungKook mantuvo la vista fija en el borde del agujero del nido.
Su corazón se apretó lastimosamente dentro de su pecho cuando la explosión inició. Fue un resplandor azul y la tierra alrededor de le entrada de la cueva de los Klaxosaurios voló hacia el cielo de nubes grises.
Salió de su puesto como su pistilo y se dejó caer sobre sus rodillas. Llorando amargamente.
YoonGi había muerto, lo sabía.
TaeHyung tocó suavemente su hombro.
—¿Necesitas un abrazo? —Debió haber alejado a TaeHyung con una patada, pero estaba tan desecho que se encontró asintiendo. TaeHyung se agachó para consolarlo y JungKook se permitió ser débil— Todo estará bien, a partir de ahora las cosas irán mejor.
JungKook lo sabía.
El sacrificio de 093 y 095 había cambiado el rumbo de toda la humanidad.
Él se encontró con la mirada a dos aves emprendiendo un vuelo a la par, entre toda la destrucción se veían demasiado unidas.
Con sus alas yendo el mismo ritmo, la pareja avanzó hacia el cielo entre las cenizas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro