17; conciencia
Gracias a que el teléfono de Soobin tenía a su madre como número de emergencia, Kai logró contactar a los padres de ambos desmayados. Les hizo saber que estaban bien, porque sentía que aún eran capaces de respirar, pero que no podía levantarlos por mucho que los sacudiera.
—¡Mi cielito! —La madre de Soobin fue la primera en llegar corriendo al amparo de su hijo, alarmada—. Oh por dios, ¿qué pasó?
—Lo siento, señora, íbamos a recoger mandarinas pero-
—¿A qué? —cuestionó, llevándose una mano al pecho—. ¿Y tú cómo lo conoces? Dios, no, mi hijo no debería estar haciendo esas cosas con tanto descuido...
Kai tomó lo que consideró como una decisión inteligente al alejarse de la señora, optando por mantenerse al margen. Además, debía averiguar por qué Yeonjun y Taehyun seguían desaparecidos, así que estuvo a punto de salir...
—Uhm, Miyoung, quizás deberías dejar que el chico hable.
... pero la curiosidad frente a la discusión entre los padres recién llegados le ganó.
—¿Qué? —La madre de Soobin alzó una ceja, volteando hacia la madre de Beomgyu—. Sunhee, nuestros hijos están desmayados, no sé si te diste cuenta-
—Cariño, tranquila, dejemos que el chico hable —sugirió su marido.
—Oh, ¿ahora la defiendes a ella?
—¿Y dónde se escondió Taehyun? —El padre del mencionado interrumpió, tras haber chequeado alrededor de la cabaña.
—Salió con Yeonjun hace un rato —explicó Kai, tomando la palabra de nuevo—. Es mi amigo, ¿debería ir a buscarlos?
—¡No! —Miyoung fijó su mirada de enojo en Kai—. Como dicen, primero habla. Por favor.
—Bueno, Soobin y yo íbamos a recoger mandarinas, porque su amigo dijo que prefería quedarse aquí, pero-
—¿Alguien tiene agua de azahar? —interrumpió la señora.
—Cariño, shh. —Su marido le sonrió a Kai—. Continúa, por favor.
—Pero él le dijo a Soobin que quería hablar un momento, entonces salí para esperarlos, y me quedé afuera por unos minutos. No los espié porque eso está mal. Sólo sé que cuando Soobin salió, estaba un poco raro, cerró la puerta de golpe y parecía mareado, pero me dijo que estaba bien. —Tomó un suspiro, más tímido al darse cuenta de que tenía las miradas de todos encima—. Y... De repente se desmayó, así que lo traje de vuelta, eso.
La madre de Soobin se llevó una mano a la frente de forma dramática, suspirando. Parecía a punto de llorar, por lo que su esposo tuvo que abrazarla para que se calmara un poco.
—Cuando volví, le pedí ayuda a Beomgyu, pero se quedó inmóvil un rato y luego se desmayó también...
—¿Y por qué tiene algo en el labio? —preguntó Sunhee.
—Oh... De eso no estoy muy seguro, Soobin y Taehyun lo trajeron para curarlo.
—Gracias por todo, hiciste bien en llamar. —La madre de Beomgyu le sonrió antes de acercarse a su hijo, con lo que Kai esperaba quedar tranquilo, pero la madre de Soobin tenía otros planes.
—¿Cómo se conocieron y tú quién eres?
—Uhm... —Como no pensaba decirle que le arrojó una piedra a su precioso hijito, tardó un momento en hallar la respuesta correcta—. Soy Kai, me alojo aquí los fines de semana. Así nos encontramos.
Fue en ese momento en el que por la puerta de la cabaña pasaron dos nuevas figuras, precisamente de los actores faltantes, Taehyun y Yeonjun.
—Hey, ya volvim-
El rostro del menor entre ambos se tornó pálido al entrar en contacto con la mirada de sus padres, quienes se alejaron de la escena principal para conversar con su hijo.
—¿Dónde estabas y por qué tu ropa está mojada? —reprochó su mamá, hasta que se fijó en la gran mancha de sangre sobre su camisa y sus ojos se abrieron aún más—. ¡Taehyun! ¿Qué pasó?
Ahora sí, como ya había dado toda la información que tenía, Kai optó por alejarse poco a poco de la escena. Buscó tomar la mano de Yeonjun para que ambos pudieran salir de allí y no se vean involucrados en dramas familiares que no les correspondían.
—Qué raros son algunos papás —le señaló al mayor a través de signos, una vez que estuvieron fuera de la cabaña, sentados en una de las bancas.
—¿Qué pasó? —preguntó Yeonjun, del mismo modo.
—No estoy seguro, pero se desmayaron de repente.
—Taehyun también, creí que se había ahogado, pero al parecer fue sólo un desmayo.
Al mencionar aquello, Yeonjun pareció tensarse un poco, manteniéndose quieto. Kai tampoco estaba muy seguro de qué decir al respecto, porque eran coincidencias muy extrañas, y tenía un tema más urgente por atender.
—Entonces... —llamó su atención, optando por hablar en vez de utilizar los signos—, Taehyun es el primero que te escucha, ¿no?
Solía sentirse especial, porque Yeonjun era capaz de escucharlo. Era la única persona cuyo timbre de voz podía registrar, y por eso se hicieron tan cercanos cuando recién se conocieron. Aún así, Kai se dispuso a aprender lenguaje de señas como el resto de sus conocidos, para mantener su selectiva capacidad auditiva como secreto, para que no cuestionen su vínculo, y, sobre todo, porque le importaba.
Ahora que Yeonjun había conocido a alguien que no solo tenía la misma capacidad, sino que también lograba escucharlo, Kai sentía que su magia comenzaba a perderse.
Por suerte, el rubio tomó su mano y negó con la cabeza, sosteniendo su mirada.
—Sólo es muy bueno leyendo labios, como yo —explicó—. Lo siento por escapar, me asusté y no supe qué hacer en ese momento, porque también creí que logró escucharme, pero no, era sólo una broma.
—Eso es cruel... —murmuró Kai, en parte aliviado por saber que su conexión seguía siendo especial, pero aún inseguro, porque a través de las señas era incapaz de identificar matices que le darían a entender que le estaba mintiendo.
—Un poquito, pero no lo hizo con malas intenciones. —Yeonjun lo dejó allí, ofreciéndole una sonrisa.
—Tendré que creerte —suspiró el menor, volteando hacia la cabaña un instante—. Ah, espero que se vayan pronto. Soobin me cae muy bien, pero su mamá... sin comentarios.
—¿Te gusta? —preguntó, sonriendo al darle un suave empujón en las costillas, ante lo que Kai tuvo que protegerse.
—Nah, apenas nos conocemos, no me voy a enamorar en un día.
Acostumbrado a la comodidad del cuerpo contrario, Kai se apoyó sobre el hombro de Yeonjun, procurando deslizar sus manos hacia su abdomen, su zona segura. Como siempre, el mayor lo sostuvo en un abrazo de lado, brindándole el confort indirecto que necesitaba.
A diferencia de lo que esperaba, sin embargo, Yeonjun se alejó un par de segundos después, pidiéndole que se enderezara para ponerse de pie.
—Iré a pescar —avisó, mientras daba algunos pasos hacia atrás—. Cuando despierten y se vayan sus padres, avísale a los chicos, por favor, por si quieren venir.
Aunque quería interrogarlo más, Kai sólo asintió lentamente, observando cómo Yeonjun daba la vuelta a la cabaña para recuperar su caña de pescar antes de dirigirse hacia el lago. Por algún motivo que no podía poner en palabras, sentía como si su corazón fuese apretado por un puño.
Entre ellos, las voces solían ser prescindibles. Siempre estuvo cómodo con la idea de que jamás sería capaz de oír su voz, pero se divertía imaginando cómo sonaría, desde el timbre más grave hasta el más agudo. Siempre supo que era quien tenía una ventaja sobre el resto del mundo al ser escuchado y comprendido. Siempre creyó que, eventualmente, cuando le dijera "te amo" por primera vez, recibiría uno silencioso de vuelta.
Ahora, ya no estaba tan seguro.
.˚愛 ༘┊͙【 kiss me, heal me 】 *ೃ༄
Al encontrarse con sus padres, a Taehyun no le quedó mayor opción que inventar una historia sobre lo ocurrido, ignorando cualquier atisbo mágico que pudo haber experimentado. Tuvo suerte de que el pánico de los desmayos de sus compañeros haya sido suficiente para dejar una sombra sobre cualquier suceso extraño adicional, porque, de lo contrario, estaba seguro de que a sus padres no les hubiese bastado su explicación improvisada.
—Entiendo, pero será mejor que volvamos a la base del campamento —decidió su madre, mientras lo peinaba con una mano—. No puedes andar así, necesitas ropa nueva.
Taehyun apretó los labios para contener el impulso de negarse vehementemente, aunque éste ya se asomaba por la superficie. No podía irse tan rápido, no se había despedido apropiadamente de Yeonjun.
—Pero-
—Sunhee, Miyoung —interrumpió su madre, volteando hacia sus amigas—, ¿qué piensan hacer?
—Volveremos a casa ahorita mismo —anunció la madre de Soobin de inmediato—. No pienso dejar a mi cielito expuesto a todos estos peligros.
—Yo voy a esperar un rato, puede que Beomgyu se recupere. —Sunhee lo tomó con mucha más calma, para horror de la preocupada madre de Soobin—. No quisiera que despierte a medio camino y tenga que dar media vuelta para regresar.
—Yo nunca más vuelvo a este lugar —reforzó Miyoung, antes de dirigirse a su esposo—. Cariño, lleva a Binnie al auto, yo iré por nuestras cosas.
El resto de padres no intentó contradecirla, ya que nada podía interferir entre una madre sobreprotectora y un hijo herido. Incluso a Taehyun le pareció algo intimidante, así que no se atrevió a intervenir en defensa de sus amigos.
Rápidamente, la multitud se comenzó a dispersar. Los padres de Soobin llevaron a su hijo fuera de la cabaña, mientras que la madre de Beomgyu le pidió ayuda a los padres de Taehyun para poder llevar a su hijo de vuelta al campamento, incómoda con tener que ocupar una cabaña ajena. Por supuesto, los padres de Taehyun accedieron, a punto de salir, hasta que su hijo carraspeó suavemente para llamar su atención.
—¿Me puedo despedir de mi nuevo amigo? —consultó, más tímido que de costumbre—. No llegué a darle mi número...
—¿Esta gente tiene teléfono? —Su padre rió, alzando los hombros—. Normal, pero hazlo rápido, ya tenemos que volver al campamento.
Tras agradecer con un rápido gesto de la cabeza, Taehyun corrió en busca de Yeonjun, asumiendo que debía estar cerca esperando a que pase el caos. Sin embargo, cuando salió, notó a Kai en una de las bancas por su cuenta, sin rastro alguno del mayor.
—Disculpa... —Se le acercó, tomando asiento a su lado—. ¿Sabes dónde está Yeonjun?
—Fue a pescar —le respondió Kai, directo, sin voltear en su dirección—. Ya debe estar lejos, fue hace tiempo.
—Oh, gracias... Entonces, ¿le podrías pasar mi número?
Con esa pregunta, logró que el menor fijara su mirada en él, con una expresión neutra, indescifrable. Sólo asintió como respuesta, lentamente, sin sacar ningún celular o papel como para apuntar el contacto.
—¿No tienes lapicero? —preguntó Taehyun, mientras rebuscaba sus bolsillos como si no supiera que cualquier rastro de material que podía tener allí adentro estaría arruinado por el agua del lago—. Uhm, bueno, si quieres te lo puedo dec-
—Yeonjun me gusta.
El corazón de Taehyun se hundió ante la confesión directa de Kai.
—Nos conocemos desde hace varios años, y realmente... realmente agradecería que me dejes armarme de la valentía que necesito para confesarle cómo me siento.
A diferencia de su mirada ominosa, su voz no era agresiva ni amenazante, no parecía tener malas intenciones. Al contrario, provenía de un lugar de vulnerabilidad, o al menos eso era lo que Taehyun recogió del pequeño quiebre en su tono.
—Si me dice que no siente lo mismo, lo tendré que aceptar, pero quiero que lo diga por sí mismo —murmuró Kai, bajando la mirada—. Y creo que es lo mejor para todos... Tú estás con Beomgyu, ¿no?
—Mhm. —Taehyun asintió, apretando los labios—. Sí, tienes razón.
Kai le ofreció una débil sonrisa antes de ponerse de pie, acercándose para tomarlo en un inesperado abrazo. Durante los primeros segundos, Taehyun se mantuvo inmóvil, hasta que se permitió soltar la tensión de sus hombros y rodear la cintura contraria con los brazos, aún inseguro.
—Si supiera que a Yeonjun le gustas, yo sería el que no se interpondría —dijo Kai—, pero... Me aseguró que un día es muy pronto para enamorarse.
Aunque se intentó mentir a sí mismo, y aunque no se hubiese acercado a relatar explícitamente que estaba interesado en Yeonjun como más que un amigo, Taehyun estaba seguro de que Kai había sido perfectamente capaz de ver más allá de su casual curiosidad.
Además, realmente tenía razón. Él ya tenía novio, y se había ubicado a la defensiva por haber percibido atisbos de la conexión que dicho novio tenía con otro chico, en un esfuerzo por conservar su relación. Creía que Soobin estaba siendo injusto al insistir en la supuesta magia que compartía con Beomgyu, porque, por supuesto, no creía en el destino ni en las almas gemelas. Ahora, probablemente como castigo cósmico, estaba precisamente en la misma posición que Soobin, sin explicación lógica para el sentimiento doloroso e inexplicable en el pecho que lo atraía a un chico al que alguien más quería.
Acarició la espalda de Kai antes de separarse, tomando un leve suspiro de derrota.
—Es cierto —afirmó, con una minúscula sonrisa—, un día es muy pronto para enamorarse.
Considerando la conversación como terminada, miró hacia atrás, con la intención de correr al alcance de su madre, quien lo esperaba a unos metros de distancia.
—Adiós, supongo...
—Espera.
Kai sacó una libreta y un lapicero de su bolsillo para comenzar a escribir, tomando desprevenido a Taehyun. En cuestión de segundos, arrancó la hoja para entregársela, con un número celular apuntado junto a un mensaje que no se molestó en leer aún.
—Creí que-
—Te haré saber si yo pierdo y tú ganas —le dijo Kai, sonriendo más amplio, sin elaborar su explicación—. Ve, te esperan.
Dudoso, Taehyun tardó unos segundos en reaccionar, bajando la mirada hacia la hoja de la libreta para leer el mensaje completo.
"No forcemos el destino".
VOLVIIIIIIIOOOOOOOOOOOOÓ
Publiqué el año pasado, me fui en tremendo hiatus sin avisar y ahora volví con un capítulo medio de relleno/paso, perdón 😭😭😭😭😭 Prometí que actualizaría antes de que acabe abril, así que aquí estamos siiii
No falta tanto para el final, así que espero que todo se pueda resolver!!
Btw hola tyun perdón tkm pero hacer sufrir o villanizar a mis bias es mi pasión jajajsdja... yuki revísate los problemitas challenge
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