Capítulo 1.
POV de Magnus.
"Era una hermosa mañana en aquel bosque que sin saberlo era nombrado Idris, a lo lejos se podría ver un chico oliendo flores, era él.
Él ángel del bosque.
Ese ángel cuidaba de cada flor, cada flor tenía un significado, era cada latido que el joven moreno, con ojos esmeraldas con dorado, que ahora estaba dormido debajo de un árbol, había tenido por el ángel de ojos azules y cabello azabache del bosque.
Como recompensa por cada latido dado este ángel fue a despertar al dueño de todo eso con un beso. Un suave beso que fue fugaz, pero frío, aunque esos labios habían hecho que el moreno despertada.
Magnus vio a su alrededor, y ¿donde estaba ese ángel que lo había despertado?
No estaba, pero la huella de ese beso seguía ahí, con él y su corazón que dio una nueva flor.
A lo lejos vio algo moverse ¿era el unicornio de Idris? ¿Acaso era presidente miau?
No lo supo.
Porque aquel ángel volvió a robar su atención, era silencioso, pero a la vez algo en él le gritaba a Magnus "Hey, estoy aquí".
Sus labios volvieron a acercarse, había una nueva flor y el ángel del bosque lo iba a agradecer... "
Una hoja callo en la cara de Magnus justo cuando el abría sus ojos de aquel galante sueño, que culminó con el chirrido de la campana del colegio que anunciaba que Magnus llegaría tarde, otra vez.
Aunque siempre llegaba temprano a la escuela, siempre llegaba tarde.
La clase sería de la más aburrida si su grupo fuera aplicado, ahora justo algo decía la maestra Cat sobre el estudio de una materia, pero mi mente lograba a divagar en aquí ángel del bosque que si tenía nombre y apellido.
Alexander Lightwood.
Ese era el nombre de aquel chico que me había gustado desde hace ya tantos años, 6 años para ser exactos.
Aunque Tessa siempre me hacía favores de dibujar mis sueños este en especial no se los he contado, no a ella ni a Izzy.
Ese era otro caso "Isabelle Lightwood" era la hermana de Alec, bueno, su media hermana, y por la poca comunicación ni siquiera se dirigían la palabra desde... Nunca, no desde que la mamá de Alec se había casado con Robert, y Robert había dejado a la mamá de Izzy.
No se llevaban bien, Izzy se había salido de casa hace mucho tiempo y ahora había vuelto a la escuela, siendo mi mejor amiga.
-Magnus... Te llaman - ¿a mi? Mire mi celular instintivamente, aunque la voz que vino después de la de Izzy supe que no era una llamada de celular.
-¿En que piensa el pequeño Magnus tan temprano? - Cat, esa maestra era muy buena conmigo, aunque... Yo con sus exámenes no tanto.
-De seguro solo está cansado, Magnus trabaja con su padre - Ese sin mirarlo supe que era Raphael, Raphael Santiago, mi incondicional amigo siempre defendiendome.
Auqnue siento que tal vez exista algo más, pero... Alexander Lightwood es para mi.
Lo sé.
-Vamos chicos... Vienen a estudiar, debemos estar llenos de energía, podríamos dar más de lo que somos... - ¿y que podríamos ser Alexander y yo? Él claramente es mi ángel en este infierno, literal.
La escuela era Edom, ¡ERA UN REINO DEL INFIERNO!
Y no sólo por el nombre.
****
-Vamos Magnus ¿dile a Tessa que tu nunca te canarias de comer los fideos de tu papá?-Esta vez Izzy estaba subiendo un poco de peso, pero ¿un amigo le dice gorda a su mejor amiga? No lo creo.
-Claro que no, son deliciosos--era cierto mi padre Asmodeus hacia los mejores fideos chinos de todo este lugar.
-? Lo ves? No puedes decirme que deje de comer las cosas que mi novio prepara - Simon, ese fue el problema con su familia, ella se fugó con Simon Lewis, solo porque ella salió de su casa después del engaño de su padre.
-Vamos chicas, ¿Tessa tienes tiempo hoy para un dibujo? - Tessa me miro como con desaprobación ¿era mi culpa que el ángel fuera perfección pura?
-Claro, Magnus... ¿Esta vez que fue? - Tessa sacó un blog, porque siempre le había gustado dibujar, así que... Comence a platicarle, también incluyendo a izzy a veces me daba mejores consejos que mi imaginación.
-¿Ya viste quien si regreso para el último año? -¿Por qué el mundo parecía odiarme? Esa era la verdadera pregunta, pues Lydia había regresado de su viaje europeo, aunque había dicho que estudiaría ahí,, REGRESÓ!- Y parece necesitar tu ayuda maestro de las sodas.
Esa reputación me la había creado por poder sacar las sodas de una máquina vieja de refrescos, siempre se atoraba.
Mi imaginación era grande, entonces me sentía como si fuera una batalla.
Esta era la Lydia que había intentado darle un beso a Alexander antes de irse.
Era la Lydia que siempre se interpondrá entre mi hombre y yo.
La Lydia que podría golpear un día si se acercaba mucho a mi Alexander otra vez.
Trone mi cuello, y di unos cuantos golpes a la máquina con mi puño, muy leves, incluso mis anillos se escucharon más que lo que verdaderamente fue el golpe.
Di 4 pasos hacia atrás y le di la patada justo en el centro.
La soda callo y Lydia solo pudo balbucear un gracias.
¿Quien es mejor ahora?
-Lo hice chicas.. - mi atuendo poco común hacia que no me perdiera en la comunidad estudiantil, y mis anillos eran sello personal.
Aun así las chicas parecían no haberlo visto.
-¿hiciste algo? - Se rieron las dos, dios.
Estas chicas me volverían loco un día.
-Oh cállense, ¿vieron los resultados? - Cada mes la escuela hacia un examen para posicionar a los alumnos, tener los 500 aciertos era ser el número uno.
Siempre Alexander lo era.
Sin en cambio yo... Yo siempre era el penúltimo lugar, solo arriba de Raphael.
-Si, Alexander volvió a quedarse en primer lugar... - murmuró Tessa viendo su libreta, imaginando mi dibujo sobre el sueño.
-¿Ese chico es humano? - ese comentario vino de Izzy, apesar de no querer a su padre, Alexander para ella era cualquier otro mortal.
-En definitiva no... Él es un ángel.. Del bosque.
Me lanzaron una servilleta.
-Ouch... - pero me quede callado.
A lo lejos oí el murmullo que me hizo voltear, era Alexander Lightwood.
Tan perfecto como siempre, mirando solo la soda y parecía no ser consciente de todas las chicas que venían detrás de él, y uno que otro chico.
¡ERA MÍO! Aunque claramente ni siquiera supiera de mi existencia.
Su soda se trabo, oh no.
No ahora.
Me trate de esconder pero Lydia claro que me vio.
-¡MAGNUS BANE! Alec necesita tu ayuda.
¿Acaso el mundo si me odiaba? ¡NO PODIA HACER MI ACTO ENFRENTE DE ÉL! Cada vez que lo veo me congeló, esto saldría mal.
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