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epilogue

ᵈᵒˢ ᵐᵉˢᵉˢ ᵈᵉˢᵖᵘᵉˢ

— ¿cuándo vas a traer a Sunghoon a cenar? — preguntó el señor Kim, cuando terminó de masticar su comida mirando al joven.

Sunoo había comenzado a toser exageradamente debido a que no se esperaba aquella pregunta.

el pelirubio quería morirse ahí mismo.

ni siquiera estaba seguro de porqué le había dicho que al fin estaban saliendo.

luego, Kim bebió un poco de su agua y cuando se sintió mejor, habló.

— no lo sé, papá — admitió susurrando — últimamente está muy ocupado — no era cierto. sólo no quería tener a un Sunghoon incómodo en una cena con su padre.

su progenitor soltó una leve risa.

— eres muy malo mintiendo, Sun — habló negando levemente con la cabeza.

Sunoo estaba consciente de ello.
la verdad es que mentir jamás se le dió. siempre reía o se ponía nervioso y eso en seguida lo delataba.

— de acuerdo, — se rindió el joven y suspiró pesado — lo traeré el viernes. pero no te prometo nada — le advirtió y el señor Kim asintió sonriendo.

Sunoo no estaba seguro en qué mierda se había metido pero iba a intentar que su pareja no aceptara o estuviese ocupado.
aunque, si de algo estaba seguro, es que si este viernes Park no podía, tendría que ser otro día porque Sunoo conocía perfectamente a su padre.

no iba a descansar hasta que tuvieran aquella cena.


— ¡Sung! — exclamó el pelirubio llamando la atención del aludido.

era hora del almuerzo y el menor había estado buscando a su pareja por horas. o bueno, éso creyó.

Park estaba con sus amigos y al escuchar a su novio volteó en seguida y lo vió, dirigiéndose a él. Sunghoon no lo pensó dos veces, y se levantó de su lugar caminando hacia su amante de cabellos rubios.

— bebé, ¿qué pasó? — preguntó cuando llegó en frente del menor.

— ¿tienes planes para el viernes? — inquirió Kim — dime que sí — juntó sus dos manos, rogando mientras cerraba los ojos.

Sunghoon soltó una leve risa.

— ¿quieres que hagamos algo el viernes pero quieres que esté ocupado? — cuestionó aún medio riendo, con una ceja alzada.

Sunoo respiró hondo y se armó de valentía.

— le dije a mi padre que salíamos y bueno, — hizo una mueca, sin mirar al castaño   — quiere que cenemos los tres el viernes.

Park abrió los ojos de par en par.

Sunghoon no sabía qué decir. no tenía una mala relación con el padre de su novio pero una cosa era cuando fueron amigos y otra es ahora que están saliendo.

el mayor podía sentir los nervios crecer en su organismo y ni siquiera iba a ser la cena ésa noche.

— si no quieres ir está bien, Sung — sonrió tranquilizándolo, pues notaba lo nervioso que Park comenzaba a sentirse. tomó la mano del mayor y lo miró a los ojos — le diré que no puedes y cuando estés listo, tenemos ésa cena. tal vez ni quieras ir ningún día pero mi padre no me va a dejar en paz hasta que vayas.

ahora fue turno de Sunghoon respirar hondo, negando la cabeza.

— no, Ddeonu — con su mano libre, la llevó hasta el cabello del menor y lo acarició levemente — este viernes voy — habló firme.

— ¿estás seguro? — lo miró algo atónito.

Sunghoon asintió y le sonrió leve.

aquel viernes finalmente había llegado.

y, si no fuese porque Sunghoon tendría una cena con el padre de su novio, estaría contento de que al fin llegara.

pero no era así, los nervios lo estaban consumiendo apesar de que aún faltaban horas para aquella cena. sin embargo, la sola idea de pensar en que se iba a presentar ahora como pareja del pelirubio le daba incluso escalofríos.

el día pasó más rápido de lo que esperó por lo que, en un abrir y cerrar de ojos, ya se encontraba en su casa de nuevo después del colegio.

la cena era a las ocho y Sunghoon comenzaba a sentir ahora más que nunca como el tiempo volaba.

estaba seguro de que ése día, el tiempo definitivamente estaba en su contra.

— ¿vas a cenar? — preguntó la señora Park a su primogénito quien bajaba de las escaleras.

Sunghoon negó con la cabeza.

— cenaré en casa de Sunoo — contestó.

— pasas mucho tiempo allá — habló la señora en un susurro y se dirigió de nuevo a la cocina.

el castaño tomó una gran bocanada de aire, siguiendo a su madre llegando a la isla de mármol blanco, donde tomó asiento en una de las periqueras.

Sunghoon no le había dicho que estaban saliendo. tenía que decirle pero cuando le dijo que era gay pasaron muchísimo tiempo sin hablarse. incluso sentía que su progenitora culpaba al joven de que su padre se haya ido de la casa.

Park aseguraba que no era culpa de él, debido a que se había ido un par de meses después de haberles contado, sin embargo a veces cargaba con aquel sentimiento y se sentía horrible por ello.

si su padre estuviera con ellos, a Sunghoon no le hubiera preocupado que se enteraran que salía con su mejor amigo.

pero no, su padre se había ido y ahora temía lo que su madre pudiera decirle.

— estoy saliendo con Sunoo, madre — admitió sin mirar a la aludida, jugando con sus dedos.

la señora Park se mantuvo en silencio varios minutos, no sabía qué decir. estaba atónita y hasta había dejado de cortar las cebollas.

Sunghoon, al ver que no decía nada, se apresuró a hablar.

— no importa si no me apoyas, sólo necesito que toleres mi relación con él y que sepas que lo amo. — alzó la vista, encarando a su madre quien ya se había dado media vuelta para mirar a su primogénito — espero que si llega a venir a casa no lo insultes, que no lo mires mal y ni lo odies. porque si vas a odiar a alguien, que sea a mí. él no tiene la culpa de nada — había dicho esto último en un susurro.

sunhee había abierto la boca varias veces para decir algo pero no encontraba las palabras perfectas, volviéndola a cerrar.

suspiró pesada antes de al fin hablar.

— siento lo que dije aquella vez, Sunghoon — se disculpó antes de proceder — se ve que lo amas mucho. me alegra que hayas encontrado a alguien que te haga feliz. aún me es difícil aceptarte pero no dejarás de ser mi hijo en ningún momento, ¿de acuerdo? y quiero que sepas que siempre te he amado y siempre va a ser de esa manera. me disculpo por todo, Sunghoon — admitió ahora sin mirar al joven, estaba muy apenada para siquiera mirar a su hijo.

el castaño se acercó a su madre sonriendo levemente, con algunas lágrimas amenazando con caer. al llegar a ella, la abrazó fuerte y esta no dudó en corresponderle, depositando un pequeño beso en la frente del menor.

la cena en casa de los Kim era incómoda. o éso creía Sunghoon, pues se removía en su asiento mientras comía la pasta que el padre de su pareja había preparado.

a veces el señor Mingyu le hacía algunas preguntas al castaño, aunque estaba seguro que ya conocía demasiado sobre él. pues su hijo le contaba varias cosas o el mismo Park le decía.

Sunoo veía a su amante nervioso, por lo que colocó su mano derecha en el muslo del mayor, intentando tranquilizarlo y regalándole una leve sonrisa.

— cuida mucho a mi niño, por favor — suplicó el señor Kim, mirando al mayor de los jóvenes.

— claro que sí, señor Kim. — asintió frenético, mirando al aludido quien sonrió de oreja a oreja.

— dime Mingyu, me haces sentir viejo — bromeó, haciendo reír levemente a Sunghoon y el último volvió a asentir.

cuando terminaron de cenar, Sunghoon se había quedado a dormir en casa de su pareja pues estaba lloviendo fuerte, pareciendo que no iba a detenerse en algún momento cercano.

Park pensó que no había sido tan mala cena, supuso que era debido a que conocía a Sunoo desde hace tiempo y su relación con el señor Kim era realmente buena. tanto que hasta llegaba a asustar al castaño.

se encontraban en la habitación del menor, ya con el edredón tapando sus cuerpos, pues comenzaba a hacer frío.

— creí que iba a morir allá abajo — habló el mayor en un susurro, medio riendo.

el pelirubio soltó una carcajada.

— mi papá te ama, deberías de saberlo — admitió Sunoo, aún con una sonrisa.

— no sé qué hubiera sido de mí si no hubiésemos tenido tan buena amistad. probablemente me hubiese echado de tu casa.

Sunoo sonrió con ternura a su novio y le plantó un corto beso en los labios, para después rodear el cuello del mayor con sus manos, juntando más sus cuerpos, sintiendo la calidez del otro.

— ¿siempre has sido así de tierno? — se burló el más bajo.

Sunghoon lo miró con falsa indignidación, tocando su pecho y en seguida, con una sonrisa maquiavélica, comenzó a hacerle cosquillas a su pareja, contagiado por las risas del menor.

— p-perdón — habló como pudo entre risas —  bebé~, ya~ — rogó, retorciéndose bajo las manos de Park quien en seguida se detuvo.

— me encanta que me digas bebé — admitió y se inclinó un poco, para así poder juntar sus labios con los de Sunoo, quien gustoso le correspondió el beso.

— te amo, Sung — dijo el menor, separándose un poco del más alto.

Sunghoon sólo se limitó a sonreír y antes de juntar sus labios en un nuevo beso, habló: — yo más, Ddeonu.

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