𖦹 ' 01
Hace tres años...
𖦹
Pov. Jimin.
El aire en la sala se sentía denso, cargado de risas nerviosas, murmullos y la expectativa creciente que solo podía surgir de un juego como este. El círculo estaba formado por los habituales del grupo: amigos, conocidos, y una que otra cara nueva que se colaba en las reuniones de Ryujin. Nadie estaba ahí por accidente. El único propósito era empujar los límites, derribar paredes y ver hasta dónde alguien estaba dispuesto a llegar.
En el centro del escenario improvisado, Ryujin se pavoneaba como una reina, su sonrisa afilada mientras me miraba. Su cabello caía en ondas perfectas, y sus ojos brillaban con malicia pura. Estaba claro que ya había planeado mi desafío mucho antes de que mi turno llegara.
-¿No te atreves? -repitió, haciendo que su voz cortara el aire como un látigo.
Suspiré profundamente y miré de reojo a Jungkook, que estaba sentado a mi lado con su postura habitual: relajado, como si nada en el mundo pudiera moverlo de su calma perpetua. Levanté una ceja hacia él, como preguntándole si acaso había una salida para esto. Su única respuesta fue un ligero movimiento de los labios, casi una sonrisa, como si supiera que tampoco había escapatoria.
Ryujin no dejaba opción.
-Pongan lo que quieran -respondí finalmente, cruzando los brazos y enfrentándola.
Ryujin brilló con victoria. La sonrisa que esbozó era venenosa, su voz un canto de sentencia:
-Te reto a besar a Jungkook.
Mi estómago dio un vuelco instantáneo.
Debería haberlo visto venir. Ryujin tenía un talento especial para encender chispas entre Jungkook y yo, como si necesitara vernos explotar para su entretenimiento personal. Pero esto era otra cosa. Este reto era distinto. No solo cruzaba una línea que ni siquiera sabía que existía; parecía diseñado para desenterrar algo que ni yo mismo entendía del todo.
-¿De verdad, Ryu? -dije, mirándola con escepticismo.
Ella se encogió de hombros, una imagen de inocencia fingida.
-Es inútil tratar de medir pollas con Kook -murmuré, mi apodo habitual para Jungkook escapando de mis labios con facilidad-. Va a ganar siempre.
Jungkook arqueó una ceja, su expresión casi divertida, aunque mantuvo esa sonrisa mínima y calculada que siempre me volvía loco.
-Eso ya lo sabes, ¿no? -dijo ella. Rodé los ojos.
-Qué graciosa, Ryu.
-Yo también se la chupo mejor que tú -respondió Jungkook con una frialdad que no esperaba, y un segundo después, no pude evitar soltar una carcajada. Era tan típico de Jungkook, tan él. Decía las cosas más absurdas sin cambiar un ápice su expresión, como si el mundo entero fuera una broma privada en la que solo él estaba invitado.
-¿De verdad puedes decir eso con la cara seria? -respondí entre risas.
-¿Por qué no? -dijo, encogiéndose de hombros y mirando directamente a Ryujin. Su postura era relajada, pero sus palabras eran una declaración silenciosa: no le daría el gusto de incomodarlo.
Ryujin chasqueó la lengua, claramente impaciente.
-No tenemos toda la noche, chicos. A la acción.
Jungkook giró hacia mí, sus ojos encontrando los míos. Había algo extraño en su mirada, algo que no podía descifrar del todo.
-Diez segundos -dijo Ryujin. Él asintió, pero su respuesta fue directa hacia mi.
-Méteme la lengua en la boca y te la arrancaré de un mordisco. -No pude evitar reírme ante su amenaza, pero también sabía que estaba buscando suavizar algo que ni siquiera sabía cómo procesar.
-Eso no es lo que dijiste cuando puse mi...
Y entonces sucedió.
Sus labios chocaron contra los míos con una fuerza que no esperaba. Fue como un relámpago atravesando mi cuerpo, cada músculo congelado y, al mismo tiempo, ardiendo. El primer contacto fue desconcertante. No porque no esperara un beso, sino porque no esperaba esto.
Sus labios eran suaves, sorprendentemente delicados. Sus movimientos eran calculados pero naturales, como si estuviera trazando un mapa que solo él entendía.
No se sentía como una broma. No se sentía como un reto.
Era... algo más. Algo peligroso.
Mi corazón latía con tanta fuerza que podía jurar que cualquiera en la habitación podía escucharlo. Traté de no pensar, de no sentir, pero no pude. Cada pequeño roce entre nosotros enviaba una oleada de sensaciones por todo mi cuerpo. Mi mente gritaba que esto no debía significar nada, pero mi cuerpo no estaba de acuerdo. Jungkook no se apartó ni un segundo. No apresuró el beso, pero tampoco lo prolongó más de lo necesario.
Era perfecto en su ejecución, como si estuviera diseñado para desarmarme completamente. Cuando finalmente se apartó, mis pulmones se llenaron de aire como si hubiera estado bajo el agua.
El beso cambió.
Lo sentí en el instante en que Jungkook tomó la iniciativa, rompiendo cualquier control que yo pensaba tener sobre la situación. No esperaba que él hiciera algo más que fingir, que siguiera el juego sin comprometerse, como siempre hacía. Pero cuando su lengua rozó mi labio inferior, la realidad y las reglas del reto se desvanecieron, y algo más se apoderó de mí.
Una chispa se encendió dentro de mí, recorriendo mi cuerpo como un incendio descontrolado. Mi mente, hasta hace un segundo razonable, se sumió en un caos que no podía controlar. Los bordes del mundo se desdibujaron, y lo único que importaba era la sensación de su boca contra la mía.
No era solo un beso. Era deseo puro, crudo y visceral.
Mi respiración se aceleró y mi cuerpo respondió de maneras que no quería analizar, mi corazón latiendo como si tratara de escapar de mi pecho. En mi mente surgieron imágenes que no debería estar imaginando: piel contra piel, su respiración contra mi cuello, sus dedos hundiéndose en mi cabello mientras su cuerpo se alineaba con el mío.
Era aterrador, pero también intoxicante.
No me di cuenta de cuánto tiempo había pasado hasta que Jungkook se apartó. Su rostro seguía tan cerca que podía sentir su respiración contra mi piel. Por un momento, nuestros ojos se encontraron, y algo en su mirada me dejó sin aliento.
Intenté apartar mis pensamientos sucios, enterrar la oleada de calor que me inundaba, pero fue inútil. Me sentía demasiado expuesto, como si cada cosa que había imaginado estuviera escrita en mi cara para que él la leyera.
"Cálmate," me dije a mí mismo, pero ni siquiera eso funcionaba.
Ryujin, Dante y el resto del grupo seguían riéndose y lanzando comentarios al azar, pero era como si estuvieran a kilómetros de distancia. La burbuja que nos rodeaba a Jungkook y a mí era demasiado intensa.
Finalmente, se separó del todo, llevándose consigo la electricidad que aún chisporroteaba en mis labios. Lo vi llevarse una mano al cabello y peinarlo hacia atrás con un movimiento nervioso.
-¿Alguien más está embarazado por eso? -bromeó Dante desde el otro lado, rompiendo la tensión con una risa incómoda.
Las risas resonaron en la sala, pero yo apenas podía procesarlas. Ryujin, con los ojos aún abiertos de par en par, inclinó la cabeza hacia un lado y dejó escapar un silbido bajo.
-Bueno, bueno. Eso fue... inesperado.
-Oh, vete a la mierda -masculló Jungkook, sacudiendo la cabeza como si intentara borrar todo lo ocurrido-. Solo cumplí con otro estúpido reto.
Su tono era casual, pero algo en su voz me hizo mirar hacia él con cuidado.
-Si. -Tragué saliva y asentí, forzándome a sonreír-. Solo un estúpido reto.
Pero sabía que era mentira. Lo supe en el instante en que volví a sentir el peso de su mirada sobre mi.
Intenté concentrarme en algo más, cualquier cosa, pero la realidad era implacable. Dentro de unos meses, Jungkook y yo compartiríamos habitación en la universidad. Pasaríamos horas juntos, bromeando, estudiando, viviendo bajo el mismo techo. Y ahora, con esto... no sabía cómo iba a mirarlo sin que mi mente viajara de nuevo a este momento.
El grupo seguía hablando, pero las palabras eran ruido blanco para mí. Dante continuaba bromeando sobre "la química" que acababa de presenciar, y las chicas intercambiaban comentarios en voz baja que no llegaban a mis oídos.
Mi mirada encontró la de Jungkook una vez más.
Lo vi inhalar profundamente, como si buscara recuperar el control, y luego giró hacia Ryujin, tratando de desviar la atención.
-¿Cuál es el siguiente reto? -Preguntó con fingida indiferencia.
Ryujin sonrió, claramente encantada con el caos que había creado.
-Creo que después de ese espectáculo, necesitamos algo menos... emocional.
El grupo estalló en carcajadas nuevamente, pero yo apenas escuchaba. mente atrapada en un bucle. Mi corazón aún latía con fuerza, reproduciendo cada segundo de ese beso.
No, era solo un reto.
𖦹
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