— ¡Los ganadores son los Lakers! ¡Ganando 88-70! Felicidades campeones. — me levantó de mi asiento, con mis brazos al aire a la vez que grito. Miró a Paige y está celebrando de la misma forma, nuestras miradas conectan y una risita tímida escapa de sus labios.

La abrazó levantándola del piso, mientras giró en mi lugar, mi nariz está en su cabello, olía a frutas tropicales, nada más dulce. Ella suelta una risita tímida que me hace sonreír. La vuelvo a dejar en el piso con cuidado, sus ojos conectan con los míos y me doy cuenta de la cercanía que tenemos en este minuto. Su nariz choca con la mía y estoy a punto de besarla por segunda vez en el día, de tener el segundo mejor beso de mi vida. Pero ella aparta su rostro y eso me hace fruncir el ceño, está mordiendo su labio inferior y sus manos se han alejado de mi pecho, para sostenerlas entre sí.

— No quiero que tú creas que soy una chica fácil. — apenas la oigo. ¿Qué acaba de decir? ¿Una chica fácil? O claro que no. Ella es la chica más increíble que he conocido.

— No creo que seas una chica fácil— corro un mecho de pelo que oculta su ojo izquierdo, colocándolo detrás de su oreja — Creo que eres la chica más bonita, graciosa y la mejor fan de los Lakers que he conocido. — ella ríe moviendo su cabeza.

— Aun así, lo que estamos haciendo no está bien. No soy una buena en esto, ni siquiera puedo hablar contigo sin avergonzarme. Soy demasiado insegura pero de alguna forma tú me haces hacer cosas que la Paige normal, no haría y... No sé si estoy preparada para esto. — se suelta completamente de mi agarré y se aleja. Sus amigas me miran y van detrás de ella. ¿Qué mier*da acaba de pasar?

— ¿Qué onda bro? — pregunta Ryan. Me encojo de hombros.

— No lo sé, pero está chica me ha dejado colado como no te imaginas, no dejaré que escape tan rápido. Espérame afuera ¿de acuerdo? — le entregó las llaves de mi auto — No tardo.

— ¡Suerte! — le escucho gritar antes de ir tras Paige.

{*}

La veo salir con sus amigas del estadio. Corro más rápido y estoy justo al lado de ella. La tomó del brazo sorprendiéndola a ella y a sus amigas.

—Escucha...— digo antes que ella hablé— Me importa una mierda que no estés segura de esto, porque yo estoy bastante seguro que no puedo dejarte ir así como así, sabiendo que ahí en ese partido, he conocido a la chicas más asombrosa, que ahí tuve el mejor beso de toda mi jodida vida desde que tengo uso razón, y por qué ese beso no solo fue fascinante, también me hizo sentir mariposas de mierda, que tan cursi como suene es la verdad, y que hace mucho tiempo no me pasa con alguien. Y sobre todo, que no he podido parar de pensar en probar esos labios otra y una y otra vez. — Ella muerde su labio inferior — No puedo dejar a la chica que ha venido a apoyar el mismo equipo que yo. — Le sonrío. Ella está sonriendo de igual forma, me abraza envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello. — ¿Qué dices? — susurró en su oído. — ¿Lo intentarías conmigo? Iremos lento lo prometo. — Ella asiente con su cabeza.

— Entonces comencemos todo de nuevo. — Aclara su garganta y me da su mano derecha. — Hola que tal, me llamo Paige Peterson, tengo 19 años y vengo de San Francisco. ¿Y tú? — Me rió, pero le sigo el juego.

—Me llamo Justin Bieber, tengo 21 años y soy de aquí. — Tomó su mano y la beso. —Mucho gusto Paige, creo que seremos grandes amigos.

— Lo mismo creo yo. — Me sonríe y es inevitable no besar su mejilla.

Quien iba a pensar que un juego de Los Lakers me sorprendería de tal manera. 

                                                                           Fin.