El hombre tiburón retrocedió un poco al oír aquellas palabras, era claro que ese joven era muy extraño, pues lo normal sería que estuviera aterrado por su físico. 

Itachi encantado por lo que estaban presenciando sus ojos, estiró sus manos con la intención de tocarlo. 

-¿Puedo?- preguntó el Uchiha. 

El mayor lo pensó un momento, para después soltar un gran suspiro resignado. 

-Esta bien, pero solo un poco- 

Con cuidado, el menor pasó sus manos sobre el rostro de su salvador, notando que su piel era suave y helada, sin mencionar que sus facciones estaban muy marcadas, lo que le daba un toque varonil. 

Poco a poco descendió hasta el cuello, para terminar en el pecho del más alto. 

-Nunca había conocido a alguien como tu, casi pareces sacado de un libro- comentó el Uchiha para dejar en paz a su anfitrión. 

Ese comentario le sacó una carcajada al tiburón, pues el chico no dejaba de darle cumplidos. 

-Tu tampoco pareces de este mundo, con esa cara angelical, cabello puro y ojos profundos, eres casi como un ser que cayó del cielo- 

Las mejillas de Itachi se tiñeron de un ligero color rosado, pues se sentía avergonzado. 

Ambos se miraban con intensidad, pero un fuerte ruido alertó al menor, pues su barco seguía en problemas. 

-¡Mis amigos!- gritó el chico con la intención de lanzarse nuevamente al agua para ayudarlo, pero fue sujetado por el mayor. 

-Si entras al mar ahora mismo mis lindas mascotas no dudaron en comerte- 

Itachi quiso quitárselo de encima, hasta que algo en su cerebro le ayudó a procesar la nueva información. 

-¿Eres tú el que está detrás de este desastre?- preguntó el más bajo para de un manotazo liberarse del agarre. 

Con una enorme sonrisa en el rostro el sujeto de piel azul decidió responder. 

-Ustedes entraron a mi territorio, apuesto que querían tomar mis tesoros, por eso hice que mis lindas criaturas los atacarán- aclaró el tiburón. 

-¡Alejalos, le diré a mi capitán que detenga su búsqueda!- dijo Itachi con voz firme. 

-¿Y a cambio que me darás?, porque nada esta vida es gratis y mis servicios son de verdad costosos- señaló el mayor con un tono burlón que hizo enfurecer al joven. 

Harto de tanta insolencia, a Itachi no le quedó de otra más que enfrentarse a su salvador. 

Con la ira a tope, el menor sacó nuevamente la espada desafiando al tiburón. 

-Oh, ¿así que lucharemos a muerte?- 

-Si es por salvar a mis compañeros, con gusto te arrancaré la cabeza- sentenció el chico poniéndose en posición de ataque. 

-Muy bien, en ese caso, acepto el duelo- dijo el mayor hundiendo su mano en el agua para sacar una espada que parecía estar hecha de escamas. 

Los dos hombres se miraron un momento para luego empezar a blandir sus armas. 

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El tiburón estaba impresionado con su rival, para ser alguien tan joven era todo un experto en el combate cuerpo a cuerpo, simplemente un prodigio. 

Itachi también estaba impresionado con los movimientos del más alto, eran veloces y certeros, si se distraía un poco era claro que sería su fin. 

Luego de un rato, ambos se veían agotados, sus respiraciones agitadas y su falta de fuerzas los delataban. 

El Uchiha apretó los dientes para luego abalanzarse sobre su contrincante, clavándole la espada en el hombro.

-Wow, eso no lo vi venir, supongo que he perdido- comentó el mayor divertido por la situación, ya que en todos sus años era la primera que alguien de verdad lograba herirlo hasta hacerlo sangrar. 

Poco a poco el chico de grandes ojeras saco el filo de su arma de aquella piel para dedicarle al sujeto una mirada asesina. 

-Te he vencido, así que ahora dejaras en paz a mis amigos- 

-Lo que órdenes- entonces el hombre cerró los ojos mandando una señal a sus preciadas mascotas para que dejaran de destruir el barco. 

Casi de inmediato, el ruido de la pelea paró, indicando que ese tiburón había cumplido su parte de trato. 

Itachi le dedicó una reverencia como agradecimiento y justo cuando estaba por irse la voz de su salvador volvió a escucharse. 

-Mi nombre es Hoshigaki Kisame, y fue todo un honor conocerte pequeño espadachín- 

El menor detuvo sus pasos para contestarle.

-Yo soy Uchiha Itachi y espero volver a verte- tras decir eso, el joven se lanzó directo al agua. 

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Mientras tanto en la nave, Hidan y Deidara lloraban a cántaros. 

-¡PAREN SU MALDITO DRAMA, MOCOSOS SIN CEREBRO!, ¿¡QUE NO VEN QUE TENEMOS ENORMES PROBLEMAS AQUÍ!?- gritó Kakuzu. 

Pero eso solo hizo que el llanto aumentará. 

Sasori que acaba de subir, se acercó a los menores para darles consuelo. 

-Saben muy bien que al ser piratas hay muchos riesgos, no es la primera vez que perdernos a un tripulante, ¿por qué se ponen como bebés?- al pelirrojo no le quedaba del todo claro su berrinche. 

-¡Porque es estúpida comadreja era nuestro hermano!- gritaron los chicos al mismo tiempo, cosa que cabreó al moreno, que apretó su puño derecho con la intención de darles una paliza. 

El tesorero estaba a nada de matarlos, cuando los gritos de Tobi hicieron que todos los miembros le prestarán atención. 

-¡Lo veo, Tobi puede verlo, es Itachi-sempai y está vivo!- dijo el buen chico dando varios saltos de alegría. 

De golpe todos se asomaron para ver que ahí en el mar, el Uchiha luchaba por mantenerse a flote. 

-¡Lancen una maldita cuerda!- dijo Kakuzu. 

Hidan se apresuró para poder atrapar a su amigos, que rápidamente subió hasta dar con ellos. 

-¿¡DONDE CARAJOS ESTABAS COMADREJA IDIOTA!?, ¿¡SABES LO ASUSTADOS QUE ESTÁBAMOS!?, ¡HM!- el joven de las explosiones soltaba chispas por la ira, pero en el fondo estaba más que aliviado de ver a su hermano sano y salvo. 

Como respuesta el Uchiha abrazo a sus compañeros agradecido de que también estuvieran bien. 

-Lamento haberlos preocupado, pero tuve que vencer a un demonio de tiburón- soltó Itachi confundiendo a los jóvenes. 

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