Me enamoré por las estrellas que se reflejaban en tus ojos
Los incesantes golpes contra el metal comenzaban a lastimar sus tímpanos.
Cualquier cosa que estuviera atrapada dentro de aquel contenedor sin duda estaba desesperada por salir de ese lugar y no era para menos. No había ni una sola luz que le pudiera servir de ayuda para orientarse.
Hace bastante que había chocado con este planeta, pero había quedado inconsciente y con varias heridas, no solo de provocadas de la caída de gran altura sino también heridas aun abiertas de una anterior lucha.
No sabía en donde estaba, que paso con su nave, que era esta cosa en la que se encontraba encerrado y por qué estaba encerrado. No entendía nada de lo que estaba sucediendo, solo sabe que al momento de despertar ya se encontraba aquí.
Trato de pedir ayuda, grito lo más fuerte que podía, trato de hacer de todo, incluso llegando hasta el punto de roer aquel metal con sus dientes, pues estos contaban con la característica de ser filosos, era un aspecto muy marcado de su raza, de su gente.
Su gente... Su tierra, su mundo, su planeta. Su todo estaba bajo ataque.
Habían tenido la dicha de conocer a una nueva raza, a simple vista parecían amables y se dejaron guiar bajo esa mentira. Todos cayeron ante la nueva raza que prometía tratados, joyas, lujos y una enriquecedora cultura, fueron engañados totalmente.
No es que su raza, Riot, sea una raza estúpida... Solo muy amigable y pacifica... Un poco tonta pero no estúpida. Sin embargo, a veces suelen dejarse llevar por una que otra cosa, muy inconsciente o conscientemente sabían que a la largo provocaría alguna clase de daño, pero nunca podrían haber imaginado que sería este tipo de daño, uno que causo la extinción de todos los Riot.
Pero no era momento para lamentaciones, debía salir de este lugar, averiguar en donde estaba, si puede escapar de aquí, necesitaba volver aun si todo lo que viera fueran ruinas o un espacio vació donde otrora gravitaba su planeta, necesitaba saber si era el único o había más de su gente. Pero sobre todas las cosas, necesitaba averiguar las razones de la raza Vort, ¿por qué los atacaron? Entones... Si el objetivo de ellos era exterminarlos por completo, él tendrá el mismo objetivo.
Que sean una raza totalmente pacifista no significa que no saben pelear o portar armas. Se podría inferir -y quizás asegurar -que los Riot son una de las razas más fuertes de la galaxia.
Continúo golpeando, con menos fuerza, lo que el creía era la probable puerta. Estaba cansado, una vez que estuvo despierto y notado su situación se apresuro a buscar una solución, no contaba con comida ni agua. Era como si lo hubieran encerrado en este lugar con el propósito de que muriera muy lenta y dolorosamente.
Cuando esta idea cruzo su mente, la creyó sin chistar.
Seguiría con sus alocados pensamientos de no ser que escucho el primer sonido que no provenía de él.
Era muy débil para escucharlo, pero eso no representaba dificultades para él, tenía un buen oído y hasta podía jactarse de ello.
El sonido parecido a cuando alguien caminaba por la hierba -hierba alta en especial -le hizo tener esperanza y esto solo aumento al escuchar una divina-no, una maravillosa, tampoco, ¡ah! Una voz de ensueño, tan grave; masculina, suave, perfecta. Por unos momentos casi creyó que estaba muerto y en donde se encontraba era el cielo, es que esa voz tenía que ser la de un ángel.
—¿Hola?
¡Esta era su oportunidad!
—¡Si, aquí, por favor ayudame!
Golpeo un poco más la puerta para hacer notar su urgencia de salvación.
Y eso pareció funcionar, ya que no tardaron en escucharse más golpes contra la cosa en la qué estaba encerrado. Tal vez aquel otro ser sabe como abrir esta rara jaula y él estaría muy pero muy agradecido con la otra parte, sería su salvador.
Poco a poco, una pequeña franja de luz fue a dar con su mano, el inmediatamente noto esto y, ¿cómo no hacerlo? Ya bastante tiempo había estado encerrado junto a la oscuridad, sus ojos acostumbrados a la penumbra volvían a tener aquel hermoso brillo ante el más pequeño y casi insignificante rayo de luz, porque si había aunque sea una pequeña y breve luz significaba que el podía tener por muy pequeña qué fuera, una esperanza.
Su corazón cada vez más frenético al mismo tiempo en que la luz que entraba eliminaba cada vez más y más y más aquella oscuridad y se sentía tan cálido contra su piel, inundaba sus sentidos de manera tan reconfortantemente bien.
Y ahí lo vio, parado en la puerta de aquella "jaula", a su hermoso salvador, a quien le debe su vida, su gratitud, a quien le entrego todo de si mismo.
Aunque bueno, el saludo que dio no fue el más adecuado. Saltar de forma sorpresiva enfrente de la persona que te salvo, agregando un abrazo casi asfixiante y después desmayarte sin tener algún sentido de defensa o precaución... Sin embargo, no fue totalmente malo.
> Si bien no esta dentro de lo que yo imaginaba, no estoy totalmente insatisfecha, aun así siento que falto un poco más.
Siento mucho si esto no es lo que esperabas :')
Por otro lado, gracias por seguir leyendo ❤.
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