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¿Los cafés tienen número?

Lunes 22, Febrero.

Los días pasaban demasiado lento, incluso el caminar de una tortuga podría considerarse más rápido.

Las noches también se antojaban eternas.

Su insomnio no ayudaba con eso.

Mañana comenzaría otro día más en su trabajo, una pequeña cafetería, agradecía estar ahí, era un buen y agradable comienzo, además de que estaban comenzando a venir más gente, no es que les fuera mal los demás días ni nada por el estilo, es solo que la reputación del café está alzando vuelo, eso al parecer causo una alegría inmensa al gerente y a su jefe.

Pero es por esta misma razón que ahora está cargado de trabajo, no es lo único que hace, también estudia, está en su último año, pero tiene que ser independiente... No tiene otra opción más que serlo.

Ganar su dinero no estaba mal al principio, era todo un lujo, pudo gastarlo a su antojo, después ya no era lo mismo, tenía que limitarse con algunas cosas, como salir con sus amigos, quienes al igual que el estaban en un modo de estrés total, pero suponía que para ellos era peor... No eran muy buenos en los estudios, pero al menos lograban pasar.

Los trabajos de la escuela aumentaban con cada segundo, es como si con eso los profesores lograrán quitar parte de la vitalidad de sus alumnos.

Creía en esto firmemente, los profesores se veían cada vez más rejuvenecidos.

Martes 23, Febrero.

Ahora mismo se encontraba en su trabajo, no pregunten cómo demonios hace para dividir su tiempo entre el trabajo y la escuela, el mismo no está seguro, pero joder que agradecía en sobremanera que pudiera hacerlo, sino en estos momentos, probablemente ya estaría dos metros bajo tierra.

Todo seguía igual que siempre, los clientes habituales, las casi siempre mismas mesas sucias, necesitaba que algo cambiara.

Miércoles 24, Febrero.

Tal vez rezo mucho la otra vez y probablemente se apiadaron de su pobre persona porque ahora mismo estaba viendo a la persona más caliente que ha visto en toda su vida.

Fue como amor a primera vista.

Lastimosamente, actuó de forma tonta y torpe, una mala impresión, comenzó mal, muy mal. Pero estaba bastante seguro de que podría, tal vez, mejorar esa mala primera impresión.

El hombre frente a él era alto, musculoso, guapo, masculino y caliente.

Su voz era magnifica, no la describirá, esta seguro que podría tener uno o más orgasmos al recordarla, podría terminar desviándose de su propósito principal.

No tuvo oportunidad de pedirle su número, pero esto no le preocupaba, había dejado su número escrito en uno de los cafés... Solo esperaba no equivocarse.

____

— ¡Ha perdido Bakugo! JAJAJA no pensé que estaría vivo para ver algo así.

— ¡Cállate, maldito extra!

Las risas sonaron en todo aquel departamento, así como las maldiciones.

Aquel grupo de adultos había realizado una apuesta días anteriores, la apuesta era ir por el café, siempre tenían esto como fin, sin su dosis diaria de cafeína ninguno de ellos funcionaba.

En esta ocasión, fue Bakugo quien perdió, aunque, para ser más exactos, le tendieron una trampa ¿Cómo fue que cayó en ella? Digamos que fue... Suerte.

Jueves 25, Febrero.

Esta es la segunda vez que lo veo venir, luciendo perfecto y masculino.

Por supuesto, pidió su gran orden de café, no era sencillo pensar en cual de los tantos cafés debería colocar su número, así que solo escogió uno al azar. Si colocaba su número en todos se vería muy sospechoso ¿No? 

Sábado 27, Febrero.

Ayer y el día de hoy también logro verlo, quería preguntar sí el chico había notado su número, pero se sintió bastante nervioso bajo la mirada rubí de aquel hombre, por lo que no se atrevió a decir nada.

Tal vez... Sea mejor olvidar la idea de seguir escribiendo su número, ahora que lo piensa, probablemente se confunda ¿Verdad? La probabilidad de que el hombre o cualquiera que tenga el café con su número piense que ese número era del local y no de uno de los empleados era bastante alta.

Con un suspiro, se rindió en su intento de enamorar a aquel rubio cenizo.

Sabía que eso no era de hombres masculinos, sin embargo, era de hombres masculinos saber detenerse.

Lunes 1, Marzo.

En este día una nueva persona entro por la puerta. Un hombre bastante atractivo y atrayente, de mirada sería y rostro estoico, exudaba un aire frío pero él era caliente.

El hombre se acerco al mostrador y pidió la misma cantidad de cafés que aquel rubio, la única diferencia es que el rubio pedía uno diferente y el resto eran iguales.

Quedo sorprendido cuando este hombre de cabello y ojos heterocromáticos le pregunto por aquel café en el que escribía su número.

Su mente se había quedado en blanco, sin tener palabras para responder de forma coherente, así que termino balbuceando, claramente, había respondido con la verdad, esperando a que lo peor sucediera.

Pero termino aun más sorprendido de lo que estaba, aquel hombre se presento, incluso le dio una tarjeta, antes de que se fuera, menciono algo sobre que iba a llamarlo y que esperaba que contestara.

Se sonrojo mientras veía a Todoroki Shōto salir del café.

Martes 2, Marzo.

El día de ayer había quedado completamente aturdido y no pudo pensar de forma correcta durante todo su trabajo y aun después de salir de su trabajo tampoco pudo calmarse, se podría decir que estaba, incluso, mucho más nervioso que antes.

Hoy igual se encontraba en su trabajo, tratando de concentrarse en los pedidos, eso funciono en las primeras horas de su trabajo, pero al parecer la vida estaba empeñada en golpearlo, por lo que después de esas horas tranquilas, el hombre de cabello bicolor había llegado, con una disculpa también.

Estaba bastante nervioso, era la primera vez que algo como esto le suceda así que no estaba muy seguro en como reaccionar, vamos, el hombre frente a él probablemente tenga a muchas mujeres detrás, podía asegurar que también contaba con un gran trabajo estable en el que ganaba demasiado bien.

Y él... Él solo era un joven estudiante de universidad que trabajaba a medio tiempo en un humilde café.

Viernes 5, Marzo.

Él hombre no dejo de ir al café, a pesar de que ahora ambos hablaban por teléfono y mensajes, estaba completamente preocupado por su nulo sentido de peligro, en estos pocos días en los que ha estado en contacto con el bicolor nunca se sintió incomodo, como menos, nervioso, pero no parecía pasar a más de eso.

Todoroki se comportaba como un caballero, aunque en la mayoría del tiempo permanecía serio y con su rostro inexpresivo cuando se veían en el café; además, ya se sentía en confianza con el hombre, por lo que no había tanto problema en mantener las interacciones.

Es solo que siempre que el bicolor llegaba a la cafetería el incontrolablemente se sonrojaría y pondría nervioso, sus manos sudarían más de lo que normalmente harían y su cerebro se apagaría peor que en un examen. Por suerte, tal vez, al contrario no parecía molestarle en absoluto su actitud, era bastante paciente y amable, aunque diga las cosas con extrema honestidad, creía que eso lo hacía más peculiar de lo que era.

Cree que, después de todas esas platicas, ahora tienen una linda amistad.

Sábado 6, Marzo.

Wow, no podría creer que después de tanto tiempo su relación no solo no haya desaparecido, sino que incluso mejoro bastante, se volvieron más cercanos y la confianza parecía aumentar con el paso de las horas.

A veces, cuando alguno de los dos estaba demasiado ocupado con algo se daban un tiempo, lo cual era demasiado perfecto, sin embargo cuando eso ocurría se sentía un poco más solo, tal vez se este acostumbrando demasiado a la presencia del otro.

En esta ocasión el hombre parecía que no iba a llegar, no faltaba mucho para que el café cerrara, con un suspiro salió de detrás del mostrador. Metió el letrero que estaba afuera, lo limpio y lo coloco a un lado de la puerta. Limpio cada una de las mesas y subió las sillas.

Realizo sus debidas tareas antes de por fin cambiarse su vestimenta y salir del local por la puerta delantera, usualmente salía por la puerta de atrás, pero en esta ocasión prefería no hacerlo, el gerente y su jefe estaban en la habitación de arriba, por lo que no quería encontrarse con ellos y recibir un sermón o un discurso sobre responsabilidad o algo así.

Antes de siquiera poder caminar unos cuantos pasos, su camino se vio obstruido por un auto que le hizo doler el riñón.

Al ver a la persona que estaba en el asiento del conductor soltó un jadeo involuntario, no esperaba que él viniera especialmente por él.

Se sintió nervioso al subir al asiento del copiloto, pero se tranquilizo después de que el contrario iniciara una conversación que duro todo el camino hacía su pequeño departamento, solo una vez basto decirle para que el otro aprendiera su dirección.

El de cabello bicolor bajo del auto al igual que él, ambos se quedaron un momento ahí en un cómodo silencio.

Trato de decir algo sin que el ambiente se volviera incomodo, tal vez despedirse estaría bien ¿Pero de que forma? Normalmente abraza a sus amigos o les da una palmada en sus hombros, pensando en esto, hizo una posición extraña que hizo reír de forma hermosa al contrario.

Quito su extraña posición, rascando con vergüenza su mejilla.

Al final, se despidió de forma rápida con un beso en la mejilla del bicolor... Solo que su ángulo no fue el correcto ya que sintió una suavidad extraña pero deliciosa cochar contra sus labios.

Se separó de forma rápida, como si aquel corto contacto hubiera sido electricidad.

Con un balbuceo inentendible corrió a su departamento.

Martes 30, Marzo.

No ha hablado con Todoroki desde ese día y al parecer el contrario tampoco quiere hablar con él.

Es decir, le ha enviado varios mensajes pero no ha contestado ninguno, eso lo tiene de un pésimo humor.

Para terminar con eso, el bicolor tampoco ha venido al café ¡Ni siquiera los domingos! Si, Kirishima sacrificó sus domingos con tal de poder ver a ese hombre, pero parecía que incluso eso no serviría de nada.

Estaba bastante desanimado, tanto que incluso su gerente se sintió mal por él, así que lo corrió del café y le dio tres días de descanso, ahora sufriría más.

Miércoles 31, Marzo.

Estaba en su apartamento, totalmente sin hacer nada. Acostado en su cama sin ningún pensamiento pasando por su mente, no tenía forma de distraerse... Tenía muchas formas de distraerse pero no tenía ganas de moverse.

Aunque pensando bien, quizá debería moverse, no, debe moverse, no hizo las compras para poder sobrevivir estos tres días que no iría al café, regularmente come ahí por eso no se preocupa por llenar la alacena al tope... O al menos un poco.

Con pereza sale de su habitación, el sol parece esconderse al igual que su buen estado de ánimo, el cual desapareció junto con Todoroki.

Vago por las diversas tiendas, sin comprar nada en específico, solamente como un transuente.

Llegó hasta un centro comercial y se sorprendió al ver la distancia que ha recorrido hasta el momento. Sin pensar más en aquello se adentro en aquel centro comercial y volvió a vagar por las diferentes tiendas, en ocasiones encontraba una que otra cosa que le llamo la atención, deseando comprar alguno de esos artículos pero llorando después de ver el precio, trato de mantener una cara de indiferencia para que no se notará demasiado su pobreza y paso a los siguientes artículos.

Al menos esto le estaba ayudando un poco a sobrellevar aquella... Espera ¿Estaba por decir "ruptura"? Oh dios, está mal de la cabeza, algo debió de afectarlo.

Todoroki y él no tenían esa clase de relación, solo tenían la relación de amigos, solo eso... Y solo eso le dolía, no entendía bien a su estupido corazón, ¿Cuando demonios fue que se enamoró? No espera ¿De verdad estaba enamorado? Es decir, se han conocido por poco tiempo, el suficiente para llamarse solo amigos ¿No? Él es quien está malentendiendo las cosas, no debería pensar en eso, de igual forma ¿Cómo podría alguien como Todoroki enamorarse de un pequeño universitario como él?

Probablemente solo sea amistad, si, tal vez Todoroki se sintió bastante incómodo con el beso por esa razón no ha estado asistiendo al café o mandando mensajes o llamando a su teléfono... Bien, quizá se deprima a este paso.

Esta enamorado de ese bicolor.

Y ese mismo bicolor está ahora enfrente suyo.

Oh dios ¿Le dio un golpe de calor o algo así? No espera no hay sol ¿Un golpe de... Nublado? Demonios, ¿en qué está pensando?

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- Oh, hey... Uh, hola Todoroki ¿Co-cómo estás?

- Kirishima Eijiro.

- ¡Presente! No, perdón, no quise, ah... ¿Si?

- Me gustas.

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