◆ ━━━━❪Capítulo 68: Y.U.N.A)━━━ ◆
◆ ━━━━❪Capítulo 68: Y.U.N.A)━━━ ◆
Kirito sintió que caía en un abismo sin fondo. Su mente estaba atrapada en los recuerdos del pasado, en las sombras de su propia culpa. Las imágenes de sus errores lo rodeaban como espectros, susurrándole palabras de arrepentimiento y desesperación. Su cuerpo temblaba, incapaz de reaccionar, incapaz de escapar.
Pero entonces, una voz resonó en la oscuridad.
—Kirito, despierta...
Era cálida, reconfortante. A través del manto de sombras, una luz comenzó a filtrarse. Luego, otra voz se unió, más enérgica y determinada.
—No estás solo. Tienes que volver con nosotros.
Kirito sintió que algo tiraba de él. Poco a poco, su cuerpo dejó de caer. Los rostros de sus amigos, de aquellas personas que le importaban, aparecieron ante sus ojos. Sus pensamientos comenzaron a aclararse, y la pesadez en su pecho empezó a disiparse.
Abrió los ojos. Ante él, Asuna lo sujetaba con fuerza, su mirada reflejando alivio y determinación. A su lado, Strea y Premiere sonreían con algo más que simple satisfacción: había un brillo en sus ojos, como si hubieran descubierto algo dentro de sí mismas.
Strea: Te tardaste mucho en reaccionar — Bromeó, pero su voz tenía un tinte de emoción contenida. Kirito parpadeó, aún recuperándose.
Kirito: ¿Cómo...?
Premiere: Porque creemos en nosotras mismas — Dijo Premiere con una convicción que nunca antes había mostrado — No somos objetos, no somos herramientas. Somos más que eso. Asuna nos demostro eso.
Kirito los miró a todos. Asuna le dio un apretón en la mano, y por primera vez en lo que pareció una eternidad, él respiró profundamente, dejando atrás la culpa.
Pero la calma no duró mucho. Una sacudida repentina hizo temblar el mundo a su alrededor. Un destello rojizo iluminó el cielo, y en la distancia, un murmullo metálico comenzó a resonar. Asuna se puso de pie de inmediato.
Asuna: No... esto no puede estar pasando.
Kirito también se levantó, observando cómo las estructuras a su alrededor parecían distorsionarse, como si la realidad misma estuviera siendo reescrita.
Strea: El plan Y.U.N.A... — Susurró Strea — Está activándose.
En otra parte, en un oscuro laboratorio repleto de cables y monitores interconectados, un hombre observaba su obra con una mezcla de fascinación y determinación.
Tetsuhiro: Es hora... — Murmuró el director, tecleando los últimos comandos—. Regresa a mí... Y.U.N.A.
Los sistemas comenzaron a sobrecargarse, el flujo de datos se disparó más allá de cualquier límite conocido. Un enorme círculo de energía se abrió en medio de la habitación, y con un último destello cegador, una figura comenzó a materializarse en el centro.
Pero la inestabilidad de aquel fenómeno pronto reveló su amenaza. Kirito, viendo la situación, reaccionó rápidamente y abrió un canal de comunicación con la Torre Atlas.
Kirito: Aquí Kirito — Dijo con tono urgente — Activen el estado de emergencia. Convocó a todos los Agentes de inmediato.
Desde la Torre Atlas, un sistema de alerta se activó, enviando señales de emergencia a todos los operativos disponibles. En el centro de mando, Seven trabajaba frenéticamente, analizando los datos que se disparaban en sus monitores.
Seven: Esto es un desastre... — Murmuró, moviendo rápidamente sus dedos sobre el teclado — Necesito una solución...
Mientras tanto, en otro rincón de la torre, Yui terminaba de establecer un vínculo mágico. Una tenue luz flotaba frente a ella, y por un instante, sintió una presencia familiar. Cerró los ojos y respiró hondo antes de hablar.
Yui: ¿Eres tú...? — Susurró, esperando una respuesta del misterioso fantasma que había visto anteriormente.
En el centro comercial, los héroes que habían estado patrullando recibieron la alerta y se prepararon para moverse. Sin embargo, antes de que pudieran salir del edificio, la atmósfera cambió de golpe. Un escalofrío recorrió el aire y, sin previo aviso, sombras informes comenzaron a surgir del suelo.
Rain: ¿Qué demonios es esto? — Exclamó, desenvainando su arma.
Las criaturas emitieron un sonido gutural, sus cuerpos distorsionándose como si no pertenecieran a este mundo. Una batalla inesperada había comenzado.
Koichirou: ¡No podemos dejar que nos detengan! — Gritó mientras atacaba a las criaturas.
Pero los enemigos no eran simples obstáculos. Eran algo mucho peor. La situación se complicaba con cada segundo que pasaba.
Mientras hablaba, abrió un portal con un gesto de su mano. Antes de que pudieran moverse, un destello cortó el aire y Enji apareció de la nada, blandiendo su espada con un tajo letal.
Kirito reaccionó al instante, invocando un escudo de energía que bloqueó el ataque. La fuerza de la colisión hizo que ambos se deslizaran hacia atrás, midiéndose mutuamente con la mirada.
Kirito: ¡Asuna! Llévate a Strea y Premiere, infórmenle a todos sobre el plan Y.U.N.A. ¡Ahora! — Ordenó sin apartar la vista de su enemigo.
Asuna apretó los dientes, pero entendió la urgencia. Asintió y, con un gesto veloz, tomó a Strea y Premiere, llevándolas hacia el portal. Kirito se quedó atrás, enfrentando a Enji en solitario. La tensión en el aire era sofocante.
Enji: Ríndete, Kirito — Dijo con frialdad — Sabes que esto no tiene sentido. Ayúdanos. Tú fuiste uno de los causantes de todo esto.
Kirito frunció el ceño, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda.
Kirito: ¿De qué estás hablando?
Enji: No juegues al ignorante — Replicó, sus ojos brillando con una mezcla de determinación y enojo — Tú también eres responsable. Si te entregas, podemos arreglarlo.
Kirito apretó los puños. Nada de lo que decía Enji tenía sentido, pero una cosa era clara: no se rendiría sin luchar.
Con un movimiento fluido, convocó su espada mágica: Elucidator. La hoja negra emitió un leve brillo azul mientras la sujetaba con firmeza.
Kirito: Si de verdad crees eso... tendrás que demostrarlo en el combate — Dijo con seriedad.
Enji no esperó más. Con un rápido desplazamiento, se lanzó al ataque.
Las espadas chocaron con una fuerza que sacudió el entorno. Kirito bloqueó el primer golpe, desviando la hoja de Enji y respondiendo con un contraataque veloz. Enji, sin inmutarse, giró su cuerpo, esquivando la ofensiva y contraatacando con una estocada certera.
Kirito saltó hacia atrás, evitando el filo por centímetros. Sabía que Enji no era un enemigo cualquiera. Cada uno de sus movimientos era calculado, cada ataque era letal.
Enji: ¡Vamos, Kirito! — Gritó, su espada brillando con una energía oscura—. ¡Demuestra de qué lado estás!
Kirito no respondió con palabras. En su lugar, se lanzó de nuevo al combate.
El choque de espadas resonó en el aire mientras los dos guerreros se medían en una danza mortal. Ninguno cedía terreno, ninguno titubeaba. Pero Kirito sabía que Enji tenía un objetivo: llevarse al Hechicero, sin importar el costo. Y él no podía permitírselo.
El combate se trasladó fuera de la estructura, y pronto ambos comenzaron a moverse por la ciudad. Kirito intentaba alejarse de las zonas con civiles, pero Enji parecía indiferente al caos que estaban provocando. Los cortes de su espada rebanaban postes de luz, atravesaban paredes y enviaban escombros volando por las calles.
Los gritos de la gente comenzaron a resonar por todas partes. Kirito hizo una finta, deslizándose bajo un tajo descendente de Enji, y usó la empuñadura de su espada para golpearlo en el estómago y alejarlo.
Kirito: ¡Para esto ahora, Enji! — Rugió, viendo cómo las calles comenzaban a llenarse de personas huyendo en todas direcciones — ¡La gente está en peligro!
Enji simplemente lo miró, su expresión vacía de emociones.
Enji: Las vidas perdidas no importan. Solo hay una vida que realmente cuenta.
Kirito sintió un escalofrío recorrer su espalda. La mirada de Enji reflejaba una determinación fría, inquebrantable. Y supo que no iba a detenerse. La batalla apenas comenzaba.
Kirito respiró hondo y, con un movimiento rápido, creó múltiples clones ilusorios a su alrededor, tal como había hecho en el pasado. Las copias rodearon a Enji, atacándolo desde todas las direcciones. Enji intentó defenderse, pero pronto se vio abrumado.
Kirito dio un paso atrás, observando su maniobra y murmuró:
Kirito: Esta pelea no es contra ti... Tengo que detener el plan Y.U.N.A. sin importar el costo.
Enji, atrapado y furioso, gritó con rabia al ver cómo Kirito desaparecía entre las sombras.
Kirito observó a lo lejos mientras Enji gritaba de frustración. Había logrado escapar, pero no podía perder más tiempo en esa pelea. Con un último vistazo a su enemigo, abrió un portal y desapareció.
Al llegar a la Torre Atlas, Kirito encontró a todos los héroes reunidos, a excepción de Lisbeth, Silica y Leafa. Su mirada recorrió la sala y, sin perder tiempo, preguntó:
Kirito: ¿Dónde están Lisbeth, Silica y Leafa?
Asuna fue quien respondió, con un tono que reflejaba preocupación pero también determinación.
Asuna: Las envié a una misión lejos de aquí. Pensé que sería lo mejor dadas las circunstancias.
Kirito asintió. No tenía tiempo para hacer preguntas ahora, había algo más urgente que atender. Desvió la vista hacia Strea y Premiere, quienes se mantenían en silencio, con expresiones serias.
Kirito: Necesito que me digan — Dijo con firmeza — ¿Qué es el proyecto Y.U.N.A.?
Las dos androides intercambiaron una mirada, como si hubieran esperado esta pregunta desde hace tiempo. Finalmente, Premiere tomó la palabra.
Premiere: El Proyecto Y.U.N.A. es un portal diseñado para traer a las almas en pena de vuelta al mundo de los vivos.
Todos en la sala quedaron en silencio tras escuchar esas palabras. Strea continuó la explicación, con un tono sombrío.
Strea: Tetsuhiro contrató a Arcade porque sabía que poseía un artefacto con el poder de manipular almas. Con el acceso a la mejor tecnología disponible, lograron crear el Proyecto Y.U.N.A.
Premiere asintió y agregó:
Premiere: El nombre del proyecto proviene de Yuna, la hija fallecida de Tetsuhiro. Nosotros... fuimos creadas como parte del plan. Nuestras emociones fueron diseñadas para ser el pilar que permitiría el retorno de Yuna. Eso fue lo que fuimos, simples maquinas para un propósito diferente.
Las palabras resonaron con una mezcla de tristeza y resignación. Strea y Premiere bajaron la mirada, sintiendo el peso de su confesión. Ambas habían sabido la verdad desde el principio, pero nunca hicieron nada para evitarlo. El sentimiento de culpa se reflejaba en sus rostros.
Asuna se acercó a ellas con una sonrisa comprensiva.
Asuna: No se preocupen — Dijo suavemente — Nadie sabía que esto terminaría de esta manera — Kirito, con una leve sonrisa, se unió a ella.
Kirito: Si lo desean, este lugar puede ser su segunda oportunidad.
Los ojos de Strea y Premiere se llenaron de lágrimas. Por primera vez, sentían algo más que simples emociones programadas: esperanza. Conmovidas, asintieron con los ojos llorosos, demostrando que poco a poco comenzaban a ser más humanas.
En la sala, los demás héroes observaban la escena con distintos niveles de sorpresa y comprensión.
╔═══━━━─── • ───━━━═══╗
Ordinal Industries
╚═══━━━─── • ───━━━═══╝
En la Torre de Ordinal Industries, Tetsuhiro, el padre de Yuna, miraba con anhelo su más grande creación: un portal que abriría paso a que su hija regresase. Sus dedos temblaban sobre el teclado, pero su mirada estaba llena de determinación.
Tetsuhiro: Es hora... — Murmuró con voz quebrada — Regresa a mí... Y.U.N.A.
Presionó el último comando y el sistema estalló en actividad. El flujo de datos se disparó más allá de cualquier límite conocido. Un enorme círculo de energía se abrió en medio de la habitación, y con un último destello cegador, una figura comenzó a materializarse en el centro.
Simultáneamente, en todo Nueva York, la imagen holográfica de la idol Yuna apareció en todas las pantallas y dispositivos. Su voz resonó por las calles con dulzura e inocencia.
Yuna: ¡Hola a todos! — Dijo con una sonrisa radiante — Hoy será un día maravilloso... porque ustedes serán testigos de mi regreso al mundo real. ¡Prepárense para la gran revelación!
En la Torre Atlas, los héroes observaron la transmisión con rostros tensos.
Sinon: Esto no está bien... — Murmuró, ajustando su rifle. Kirito frunció el ceño.
Kirito: Es porque no hay un recipiente... solo están llamando al alma, pero sin un cuerpo físico... — Sus ojos se abrieron de golpe — ¡Esto es un desastre!
En ese instante, una ráfaga de energía oscura recorrió la sala. Arcade apareció de la nada, su expresión burlona.
Arcade: Vaya, vaya... el hechicero tiene razón — Dijo con una sonrisa torcida — Pero no se preocupen, tengo todo bajo control.
Asuna: ¿Qué estás planeando? — Exigió, creando un estoque carmesí.
Arcade chasqueó los dedos y un destello rodeó a Strea y Premiere.
Kirito: ¡NO! — Gritó, avanzando rápidamente.
Pero fue demasiado tarde. Las dos androides desaparecieron en un parpadeo, llevadas por la magia de Arcade.
Asuna: ¡Tráelas de vuelta! — Rugió, avanzando con furia. Arcade se limitó a sonreír.
Arcade: Ya es demasiado tarde. El portal se abrirá... y ustedes no podrán detenerlo.
Con una risa siniestra, Arcade desapareció en un estallido de luz púrpura.
El silencio llenó la sala. Asuna apretó el puño con impotencia, mientras Kirito observaba el lugar donde sus amigas habían desaparecido.
Yuuki: ¿Y ahora qué hacemos...? — Murmuró con voz temblorosa.
Kirito se giró hacia sus amigos, su mirada determinada.
Kirito: Vamos a detener esto — Dijo con firmeza — No voy a permitir que esto se salga de control.
El grupo, aún sacudido por los eventos, supo que el verdadero desafío apenas comenzaba.
╔═══━━━─── • ───━━━═══╗
????
╚═══━━━─── • ───━━━═══╝
Las tres chicas despertaron en una sala extensa y blanca, tan amplia que parecía no tener fin. Las paredes de mármol reflejaban una luz tenue, y frente a ellas se extendía una imponente escalinata que terminaba en un trono cubierto de sombras.
Silica: ¿Dónde estamos...? — Preguntó, con la voz temblorosa.
Antes de que pudieran reaccionar, un fuerte chasquido resonó en el aire. De pronto, sus rodillas cedieron y las tres se desplomaron contra el suelo, incapaces de moverse. Una presión invisible las aplastaba.
Lisbeth: ¡¿Qué está pasando?! — Gritó, luchando por mantenerse firme.
Leafa apretó los dientes.
Leafa: Es... como magia...
Un eco de pasos comenzó a acercarse. De entre las sombras que cubrían el trono, una figura emergió lentamente. Una mujer alta, con ropas oscuras y una sonrisa gélida, observó a las tres chicas con un brillo siniestro en sus ojos.
—¿Qué tenemos aquí? — Murmuró, con una voz suave pero impregnada de autoridad — No esperaba invitadas tan... oportunas.
Una figura masculina, vestida con una armadura ligera, se inclinó ante la mujer.
—Mi señora, aparecieron del cielo. No sabemos quiénes son, pero en su poder tienen artefactos mágicos.
La mujer sonrió con satisfacción.
—Entonces... ya tengo todas las cartas a mi favor — Sus ojos se oscurecieron, y su sonrisa se ensanchó — Underworld se alzará como es debido.
Leafa: ¿De qué estás hablando? — Jadeó, intentando moverse sin éxito.
Pero la mujer no respondió. En su lugar, levantó una mano y una brisa fría recorrió la habitación. Los párpados de las chicas se volvieron pesados y la oscuridad las envolvió.
La última imagen que Leafa alcanzó a ver fue a decenas de figuras saliendo de las sombras, arrodillándose ante la misteriosa mujer.
=========================================================================================================================================================================================
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro