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Día 1: Poprocks!

Advertencias: ¡No quirks AU!/Aged up/Actors AU.

Katsuki despertó con el sonido de la puerta de su habitación siendo abierta. Se hubiera alterado de no ser porque recordó que su novio había regresado apenas el día anterior por la mañana de su tour por Europa y América. Tenía la suerte de no tener que preocuparse por la prensa detrás de él si alguien se quedaba en su hogar por la buena seguridad del fraccionamiento privado en el que vivía. Cuando joven, jamás hubiera esperado que cumplir sus sueños incluiría también estar escapando de tantas personas con cámaras y atesorar cada segundo de su vida personal.

Gruñó ligeramente cuando una mano se posó en su hombro para "despertarlo", y lentamente abrió los ojos encontrándose con su pelirrojo novio sosteniendo un pequeño cupcake con glaseado naranja y una pequeña vela que procuraba no se apagara.

- Feliz cumpleaños - susurró en un canturreo el menor, agachándose para dejar el cupcake en la mesita de noche y juntar sus labios con los de su novio, quien terminó por romper el perezoso beso por una sonrisa forzándose en su rostro. Por más que quisiera, cuando estaba con su novio no podía no sonreír... aunque ya lo había dejado de reprimir. Después de todo, en una relación de siete años no tenía mucho caso.

- Gracias, Ei - susurró Katsuki después de haber apagado la vela en un soplido suave, tomando de la camisa a su novio para jalarlo hacia la cama. En segundos, Eijirou estaba sobre él y ambos habían comenzado un beso con intenciones claras de hacerlo algo más.

Las manos de Bakugou, de forma traviesa, se colaron por la ropa de Eijirou una acariciando su espalda hasta llegar a su nuca y la otra acariciando ya los glúteos de su pareja. Kirishima por su parte se apoyaba con uno de sus brazos para no dejar que todo su peso cayera sobre el cuerpo de su novio y su otra mano se encontraba acariciando el torso desnudo de Bakugou. Cómo amaba que su novio durmiera sin camisa.

Se separaron unos segundos jadeando para después unir de nuevo sus labios por otros largos segundos hasta que Eijirou comenzó a dirigir estos por la barbilla ajena, hasta que comenzó a dejar pequeños mordiscos y besos húmedos en el cuello del rubio, quien dejó escapar un suspiro placentero al mismo tiempo en que la mano en la nuca de su novio comenzaba a jugar con las hebras rojizas.

Juguetón, Kirishima comenzó a bajar sus besos al pecho de su novio, dándose el lujo de hacer los suficientes chupetones para formar un corazón entre la clavícula y pectoral derecho de Katsuki, haciendo que este jadeara por lo bajo sacando sus manos de la ropa ajena para quitarle la camisa, a lo que Kirishima tuvo que detener su creación, observando los tonos rojizos comenzar a aparecer en la piel de su novio en, efectivamente, la forma de un corazón.

Bakugou lanzó la camisa ajena hacia el lado vacío de la cama y entonces vio su propio cuerpo. Alzó una ceja divertido y después lamió sus labios en un gesto provocador que pronto hizo a Kirishima lanzarse de nuevo a esos labios. El labio inferior del pelirrojo fue apresado entre los dientes de Katsuki unos segundos y después se separaron unos segundos para admirar el perfecto rostro ajeno, sonriendo ligeramente para después continuar su sesión de besos.

Sin embargo, el teléfono de la casa comenzó a sonar, haciendo que ambos se molestaran ligeramente, puesto que estaban dejando de lado las sensaciones por el irritante sonido. Katsuki gruñó y se giró para tomar el teléfono, viendo que se trataba de Mina, por lo que le aventó el teléfono a Kirishima para que el menor contestara. Tomó su cupcake y quitó la vela para comenzar a comer el dulce postre mientras veía a su novio contestar, aún algo enojado porque le hubieran interrumpido. Fue ahí también cuando observó la pantalla de su teléfono con al menos veinte mensajes de sus amigos más cercanos, y no precisamente para felicitarlo. No se había enterado por tenerlo en silencio.

- ¿Sí, Mina? -. Eijirou se acomodó en la cama, sentándose sobre sus piernas mientras su mano libre pasaba por su propio cabello.

Bakugou se movió con cuidado en la cama mientras comía el cupcake y alcanzó el teléfono de Kirishima para ver exactamente lo mismo, varias notificaciones.

- ¿Qué quiere?

- No sé - contestó en un susurro Kirishima -. ¿Para qué prender la tele en ese canal, Mina? Ambos sabemos que es una porquería... Está bien - soltó un sonido gutural y pronto tuvo el control en sus manos ya que Bakugou entendió. No le tomó más de 10 segundos encontrar el canal y, cuando lo hizo, soltó los dispositivos que tenía agarrados y Bakugou apretó la envoltura del cupcake en sus manos. Tuvo la suerte de habérselo acabado.

- En últimas noticias, se filtró de quien parece ser el actor Bakugou Katsuki besando al inconfundible Kirishima Eijirou, vocalista de la banda Riot... - la presentadora del programa de chismes de la farándula se inclinó en su asiento con una mirada coqueta -. ¿Cuánto tiempo llevan en una relación? ¿Por qué no han dicho nada? ¿Será que están avergonzados de ellos mismos? Si fuera yo lo estaría, ¿no que muy masculinos?

Los demás presentadores del programa rieron ligeramente ante el comentario y comenzaron a especular sobre su relación, siendo muy grotescos e irrespetuosos.

- Los voy a demandar - sentenció Bakugou, saliendo de su cuarto. El ambiente tan romántico que habían creado en un principio había sido pisoteado tremendamente por unas palabras de una desgraciada que todos en el medio conocían como buscapleitos.

- Lo lamento, Mina - balbuceó Kirishima, apagando la televisión y retomando su llamada con su amiga. Mina se disculpó por la situación aunque no fuera su culpa y pidió a Kirishima que mantuviera la calma, que ya resolverían ese problema, aunque también le pidió que cuidara a Bakugou, lo cual el pelirrojo ya estaba planeando hacer -. Maldita gente, justo en su cumpleaños, ugh -, dejó escapar un suspiro y Mina también -. Te dejo, iré a verlo.

Y tras decir aquello y dejar que Mina se despidiera, colgó el teléfono y lo dejó en su lugar, saliendo del cuarto con rapidez, en busca de su novio en la gran casa. No fue realmente difícil cuando escuchó un sartén siendo colocado bruscamente contra la estufa eléctrica que Katsuki tenía. Conocía a su novio, cocinar era para Bakugou como llorar para muchas otras personas. Así se desahogaba. Su novio no era tanto de llorar. Podría contar con los dedos de sus manos las veces que le había visto llorar en sus años de relación y sumando también los de amistad, lo cual alargaba el tiempo a unos once años. Eran amigos desde la secundaria, cuando Kirishima tocaba en su cochera y Bakugou obtenía siempre el papel estelar en las obras escolares.

- Maldita imbécil - masculló su rubio novio cortando ágil y furiosamente verduras que pronto saltearía dejando escapar su estrés -. ¿Cómo diablos...?

- Las redes están estallando con nosotros - balbuceó Kirishima, viendo en su teléfono la foto con detenimiento -. Esta es de ayer en la fiesta.

- Fiesta privada con todo el cast en donde todos sabían que no éramos públicos por una maldita razón - complementó el rubio, cortando con más fuerza las zanahorias, hasta que se desesperó y enterró el cuchillo en la tabla de madera al menos un centímetro -. Alguien debió tomarla y enviarla a esa maldita cadena por mísero dinero.

El pelirrojo se acercó a su amante y pasó sus brazos por la cintura de Bakugou, pegando su pecho a la espalda ajena y comenzando a dejar suaves besos contra la nuca del cumpleañero.

- Sin duda fue algún idiota, corazón - respondió, acariciando el abdomen de Katsuki con el fin de calmarle un poco, lo cual logró cuando observó la mano de su novio relajarse contra el mango del cuchillo -. Piénsalo así, realmente no hay mucho que hacer mas que aceptarlo, y si no lo aceptan ellos, ¿qué es lo que siempre dices?

Katsuki se quedó en silencio un momento, y después apoyó su cabeza contra el pecho de su novio.

- Se pueden ir mucho a la mierda - susurró, siendo apretando un poco más por su novio, quien sonrió cálidamente y lo volteó para darle un beso.

- ¡Se pueden ir mucho a la mierda~! - repitió el menor acariciando los rubios cabellos ajenos, viendo una sonrisa suave en la cara de su novio -. Tú y yo somos inseparables, ¿no? No sería muy "poprocks" de nuestra parte dejar que algo tan insignificante como insufribles presentadores de un programa tonto nos quiebre, ¿no?

Bakugou cubrió su rostro con sus manos mientras ahogaba una risa. Ni siquiera recordaba ese apodo. Maldición.

- Creí que eso había quedado en el pasado.

- ¿Cómo se supone que deje en el pasado eso? - preguntó Kirishima, colocando su cabeza en el cuello de su novio, para después pasear su nariz en caricias que provocaban cosquillas en el rubio, quien le alejó empujándole sin mucha fuerza.

- Teníamos 16 años, fue algo...

- Fue algo lindo, Kats. Jamás había tenido una amistad tan fuerte como contigo, y "poprocks" solo me hizo pensar que estaríamos juntos para siempre. Así nos bautizamos infantilmente y me gusta. Nos queda mucho, ¿sabes, Blasty?

- Eres tan tierno, empalagas - susurró Katsuki, colocando sus manos en la mandíbula de su novio, para después inclinarse a besarlo con suavidad -. Te amo. Ahora déjame terminar de hacer el desayuno.

- Hecho.

Antes de soltarlo, Kirishima le dio un beso en la nariz a su novio y se dirigió a los bancos que había en la isla de la cocina, apoyando sus brazos en esta mientras observaba encantado a su novio cocinar un rico estofado.

No pasó más de una hora cuando ambos estaban sentados juntos con platos y vasos frente a ellos, comenzando a comer con sonrisas ligeras. El silencio cómodo se vio interrumpido por el teléfono de la casa y Katsuki suspiró rendido, levantándose de su asiento para ir a la sala por el teléfono. Estaba casi seguro qué era lo que pasaría.

- Ah, hola, 'Zawa - habló caminando de nuevo a la cocina mientras Kirishima le escuchaba, comiendo un poco más lento como si aquello incrementara su atención -. Sí, no sé quién haya sido... ¿Tú sí?

Kirishima le vio asombrado y entonces Katsuki le comentó que lo pondría en altavoz, ya que Aizawa estaba con Hizashi -el manager de Kirishima-, para resolver el lío en que se habían metido por esa foto. El pelinegro aceptó y pronto el teléfono fue dejado en la barra para que los cuatro hombres pudieran hablar.

- Tan pronto la foto fue filtrada todo el elenco comenzó a hacer su búsqueda porque les tiene cariño, chicos - explicó el hombre conocido como "Present Mic".

- ¿Y?

- Y encontraron que fue uno de los camarógrafos de la película, porque "quería vengarse de Bakugou por ser tan desagradable", ¿Minoru Mineta te suena, Bakugou? - comentó Aizawa de forma cansada. A veces era tedioso ser el manager de un famoso actor joven con temperamento.

- ¿Ese idiota? - preguntó Katsuki, apretando entre sus manos sus palillos -. ¿Ese imbécil filtró la jodida foto?

- Con razón se ve de un ángulo algo bajo - se burló Kirishima, haciendo a su manager reír, aunque pronto escucharon por la línea un golpe suave y un quejido de Yamada.

Conforme los minutos pasaron, los cuatro llegaron a la conclusión de que lo mejor sería dar toda la historia y explicar con lujo de detalle, pero que se presentaran como oficiales en la premiere de la película de Bakugou esa misma noche y que, por mientras, el rubio disfrutara de su vigésimo quinto cumpleaños con su pareja. Los managers se encargarían de aceptar una entrevista para Kirishima y Bakugou en un programa de espectáculos que hasta ahora no había hecho ningún comentario de mal gusto respecto a la foto filtrada, a lo cual la joven pareja accedió, y de paso buscarían el modo de cancelar aquel que les había expuesto tan irrespetuosamente. Mineta por su parte ya estaba recibiendo lo que merecía.

Se despidieron y Katsuki dejó de lado el teléfono de casa, inclinándose ligeramente hacia su novio, para ser recibido por los brazos de Eijirou en un abrazo reconfortante. Ambos habían recién terminado de desayunar, así que tenían al menos unas ocho horas antes de tener que arreglarse para la premiere de la película.

Kirishima tomó los platos y se tomó el tiempo de lavarlos mientras Katsuki observaba la espalda de su novio con una mirada lasciva de la que el pelirrojo no era consciente. Después de un rato se volteó, dándose cuenta de cómo Katsuki le miraba, por lo que cruzó sus brazos dejando que sus músculos se tensaran ligeramente.

- ¿Aún hambriento? - se burló el pelirrojo.

- No te había tenido físicamente en casi seis meses, ¿tú qué crees? - contestó el rubio, rodando los ojos mientras se levantaba de su asiento para acercarse a Kirishima y abrazarlo por el cuello mientras acercaba sus caderas a las del menor.

- ¿Y ayer?

- Ayer solo nos besamos hasta que nos dormimos, hoy quiero el paquete completo, Ei~ - susurró el rubio de forma seductora contra el oído de su novio, quien rápido tomó las caderas ajenas para después pasarlas a sus muslos y cargarlo para dejarlo sobre la isleta y comenzar a besarlo.

Las manos de Katsuki acariciaron con suavidad la espalda de su amante, olvidándose de a poco todos los problemas que les generaba su relación siendo ya pública. Poco a poco se fueron entregando al toque del otro y acabaron haciendo el amor en la cocina, en la sala, en su cuarto. No querían separarse, y no se cansaban del tacto ajeno, no cuando habían estado tanto tiempo separados. En serio se habían extrañado tanto.

- Eso fue genial - jadeó Eijirou, acostado junto a su novio, mientras ambos, desnudos, intentaban regular sus respiraciones -. Te amo, Kats - susurró girándose para ver a su novio con una sonrisa ligeramente cansada.

Bakugou se giró también para estar de frente a Eijirou y talló su ojo izquierdo con pereza, para después sonreírle a su novio y darle un beso en la frente, y otro, y otro, hasta cubrir su cara entera de besos lentos que Eijirou finalizó atrapando los traviesos labios con los propios.

- Yo también te amo, tonto - contestó, acomodándose en el pecho ajeno para dormir un rato -. ¿Te parece si dormimos y cuando despertemos pedimos pizza para comer? - balbuceó cerrando sus ojos mientras su voz iba flaqueando hasta hacerse un suave susurro que hizo a Kirishima sonreír.

- Claro.

El pelirrojo se acomodó con su pareja, acariciando los rubios cabellos hasta que él mismo acabó en brazos de Morfeo.

Horas después, quizá tres antes de que tuvieran que ir al estreno, despertaron con el sonido del teléfono de Katsuki, que inteligentemente había colocado una alarma para que tuvieran tiempo de comer y arreglarse, y quizá hacerlo en la bañera si bien les iba en cuanto a tiempos. El rubio tomó su teléfono para parar el ruido al tiempo que Kirishima se incorporaba en la cama, sentándose para tomar su teléfono y pedir así la pizza en lo que Bakugou checaba sus notificaciones y de paso las felicitaciones.

Observó un mensaje de Mina bastante sugestivo sobre cómo estaba pasando su cumpleaños y se sentó en las piernas de Kirishima, para después mandarle una foto a su amiga más cercana, dejándole ver únicamente de los torsos hacia arriba, donde múltiples chupetones y mordidas adornaban a ambos. Cuando el pelirrojo vio para quien era la foto, se dio la libertad de posar dando un beso en el cuello de su pareja mientras escuchaba la confirmación de su orden en el teléfono. Mina respondió con una foto de ella misma cubriendo su boca y arqueando las cejas, lo cual hizo reír a Bakugou.

Bakugou se bajó de sus piernas para tomar su ropa interior y colocársela, viendo cómo segundos después su novio hacía lo mismo.

- ¿Qué se supone que hagamos en lo que llega la pizza?

- ¿Cuánto dijo que tardaría? - preguntó el rubio, mordiendo su labio inferior mientras se daba una idea.

- Entre 30 y 45 minutos.

- ¿Te parece uno rápido en la ducha? -. Bakugou guiñó un ojo a su pareja para después dirigirse al baño anexo a la habitación contoneando ligeramente las caderas, a lo que Kirishima abrió ligeramente los ojos y alzó los hombros, dispuesto a seguir a su pareja. Definitivamente esa era una de sus partes favoritas de las giras, cuando acababan. Así podía regresar con su novio y... bueno, y ponerse al corriente con toda la actividad física que no hicieron en el tiempo que él no estuvo.

La pizza llegó cuando ambos habían terminado de colocarse ropa sencilla. Básicamente pantalones de algodón y camisas sencillas. Kirishima fue el que se dirigió a la puerta para recibir la pizza de Shōji, el guardia en turno, por las políticas específicas de ese fraccionamiento.

- ¡Gracias, Shōji! - exclamó tomando la caja de pizza, para después observar una respetuosa reverencia del guardia.

- No es nada, Kirishima, es agradable tenerte de vuelta. Oh, y felicita a Bakugou de mi parte - respondió el guardia, para después comenzar a alejarse cuando el pelirrojo asintió y cerró la puerta de su casa.

- ¡Bebé, ya está la pizza~! - exclamó, para después ver a Bakugou salir por el pasillo hasta llegar con él a la cocina con un ligero sonrojo -. Y Shōji te desea feliz cumpleaños.

- Bien... ¿Y el apodo por qué?

- Me nació, casi nunca te digo así, a menos que te esté cantando - comentó el menor, mientras abría la caja de pizza. Ambos se sentaron para comer y tomaron una rebanada de pizza cada quien, disfrutando del silencio tan cómodo en el que solían sumergirse.

Kirishima, desde que empezó a juntarse con el rubio en secundaria, aprendió que este no era realmente de muchas palabras a menos que estuviera en un escenario. Y, aunque Kirishima fuera de platicar mucho, se adaptó al silencio de Bakugou y lo supo interpretar. Ahora ambos sabían cuándo era momento de callar y disfrutar y cuando de hablar hasta que la boca se les secara, porque evidentemente, Bakugou también se había abierto ante Kirishima con el paso del tiempo.

Sin embargo, ese día el teléfono no paraba. Esta vez fue el teléfono de Bakugou el que comenzó a vibrar contra el mármol de la isleta. El rubio gruñó ligeramente y, sin ver de quién se trataba contestó y lo colocó en altavoz.

- ¿¡Haaah!? ¿Por fin se les cayó su pequeño secretito? Ya era hora, ¿no? ¡Qué descuidado de su parte haberse besado cuando había alguien que te odiaba, Bakugou! ¡Pero no lo culpo! - una risa histérica fue cortada cuando Bakugou colgó la llamada con una mirada tan neutra que Kirishima tuvo que removerse en su asiento de la incomodidad.

- Ugh, no extrañaba la voz de Monoma - balbuceó Kirishima, tomando su siguiente rebanada de pizza. Bakugou rodó los ojos y apagó su teléfono. No quería más interrupciones ese día. Tenía que admitir que era el cumpleaños más raro, pero excitante, que había tenido en toda su vida. Y, a ese punto, lo que menos le importaba era gritarle al mundo "¡A ver, pedazos de mierda! ¡Soy gay por ese maldito idiota pelirrojo de Riot y me vale un carajo lo que piensen!".

- Créeme, nadie - contestó el rubio, terminando su primer pedazo -. Ni siquiera sé cómo Shinsou lo aguanta.

- El amor... - Kirishima le dio una mirada de reojo a su novio mientras ladeaba la cabeza y alzaba los hombros, terminando por sentir un golpe en el brazo que le hizo desbalancearse en su asiento -. ¡Solo decía! - explicó riendo. Bakugou rodó sus ojos y le enseñó el dedo medio agarrando otro pedazo de pizza. El pelirrojo le aventó un beso y ahí acabo de nuevo su plática.

Dios, Kirishima no sabía cómo podía irse tanto tiempo si era prácticamente adicto a su novio. Juntos se la pasaban siempre en ambientes tan hogareños, que ambos resultaban algo complicado tener que viajar por sus trabajos, pero sabían que el otro estaba dispuesto a pasar un tiempo solo porque estaban ahí para crecer juntos de todos los ámbitos. Sin embargo, eso no quitaba que se extrañaran bastante.

El reloj en la cocina marcó las 8 PM y ambos supieron que lo mejor era comenzar a arreglarse. Se habían acabado la pizza, así que Bakugou dobló y tiró la caja mientras Kirishima se adelantaba, tomando en cuenta que él se tomaba más tiempo arreglándose, todo por su cabello. Su tonto y adorable cabello, como Bakugou describiría. Aún podía recordar esas hebras azabaches revolverse exageradamente cada que tocaba en su cochera. Y cómo estas con el paso del tiempo, se volvieron abruptamente rojas de un día para otro. A veces extrañaba los tiempos en que ninguno de los dos era famoso.

Regresó a la realidad después de unos minutos y fue a su habitación, para observar unos segundos a Kirishima tan ensimismado con su cabello. Sonrió ligeramente y entró hacia el armario en la habitación, que era prácticamente otra habitación anexa llena de ropa de ambos.

En lo que buscaba el dichoso traje que iba a usar, sus ojos captaron el primer traje formal que usó voluntariamente, para la graduación de preparatoria. Kirishima llegó a su casa ese día sabiendo que Bakugou no tenía intenciones de ir a dicha fiesta. Para esas fechas, ambos sabían de lo mucho que se gustaban.

El pelirrojo había llegado vestido de traje y con una bolsa y una rosa, las cuales le entregó tan pronto le dejó pasar y Mitsuki se encontraba burlándose de su hijo por lo fácil que cedió cuando le pidió que lo acompañara a dicha fiesta. Estuvieron quizá una hora y media en el gimnasio de la escuela por lo mucho que habían insistido sus compañeros en hacerlo a un estilo "americano" y, tan pronto pudieron, se escaparon del lugar. Esa noche caminaron sin rumbo por la ciudad y acabaron en un centro recreativo hasta casi las 11 PM. También fue su primer beso ese día. Una semana después, estaban saliendo ya. Tuvieron la suerte de hacerlo en vacaciones, así no tenían a todos detrás de ellos y, como siempre habían sido reservados con sus amistades, aunque fueran populares, realmente pocas personas sabían.

Y, en un pestañeo, ambos se encontraban firmando autógrafos cuando caminaban por las calles con sus amigos.

Terminó encontrando el traje blanco que estaba hecho a su medida y la correspondiente camisa negra que usaría debajo, una lisa de cuello largo. Tomó las piezas y se dirigió al cuarto para empezar a cambiarse, sintiendo la mirada de su novio sobre él.

- Si tomas una foto te durará más - se burló, fajando la camisa en su pantalón. Sin embargo, cuando se volteó, observó el flash del teléfono de Kirishima -. ¿Huh?

- Me adelanté.

El pelirrojo le guiñó y después pasó lentamente su lengua por su labio inferior. Bakugou, sonrojado, se giró para seguir vistiéndose y arreglándose. Caminó al baño para echarse un poco de perfume y después buscó entre sus cajones una cadena de oro que no tardó en ponerse. Se vio al espejo y sonrió en su reflejo. Tomó un poco de cera para el cabello y tranquilamente comenzó a pasar sus manos por su cabello, dejando que este se asentara naturalmente.

Pasaron no más de veinte minutos cuando ambos se encontraban colocándose sus zapatos porque Sero había llegado junto con Kaminari en un convertible muy lindo, perteneciente al rubio que recién había llegado, aunque Sero era el que conducía.

- Entonces, ¿cómo se sienten con lo que pasó? - preguntó el pelinegro, que portaba un traje azul con camisa de botones negra, con los primeros dos botones sueltos.

- Pues... yo diría que bien -. Kirishima arremangó su saco rojo y las mangas de su camisa blanca con cuidado, no estando verdaderamente acostumbrado a usar ropa formal. Permitió a Bakugou ayudarle con su brazo izquierdo.

- Qué jodido fue eso - balbuceó Kaminari, subiendo sus pies al tablero de su auto en lo que salían del fraccionamiento hacia el cine donde se haría la premiere. El pantalón de su traje negro se arrugó un poco y dejó que sus calcetas de Pikachu se vieran, lo que hizo que Sero se riera ligeramente. El amarillo en sus calcetas combinaba con el amarillo de su cabello y su camisa -. Bro, no te burles.

- ¿¡Trajiste tus calcetas de la suerte!? - exclamó Kirishima, asomándose del asiento trasero para ver dichas calcetas. Kaminari frunció el ceño.

- ¿Qué tiene? - preguntó cruzando sus brazos.

- Nada, nada - Kirishima regresó a su asiento y rió por lo bajo, dejando que Sero cambiara el ambiente a uno más ameno con música.

Katsuki se inclinó en el hombro de su novio. Sus manos entrelazadas eran el único interés de Katsuki, mientras curioseaba ligeramente con sus dedos los diversos anillos en los dedos del pelirrojo. Le gustaba que Kirishima usase tanta joyería a veces. Se veía jodidamente bien.

Después de un rato andando, Bakugou se acomodó mejor y vio de frente a su novio.

- No cambiará nada después de esta noche, ¿cierto? - preguntó, apretando más fuerte la mano de Kirishima.

- No tiene por qué cambiar entre nosotros, y si cambia, no será para mal, Kats - susurró de vuelta el menor, dándole un suave beso en los labios a su pareja, quien correspondió lentamente.

Después de un par de movimientos, sus labios profundizaron el beso sin intenciones de llegar a más. Solo tenían la necesidad de sentirse seguros en los brazos del otro. Querían aferrarse a esa sensación para llenarse de confianza en el momento en que sus pies abandonaran el auto. Querían disfrutar de ese momento antes de entrar a la boca del lobo de lo que significaban los múltiples reporteros que estarían ahí por una razón específica: ellos.

Pero, claro, Kaminari era Kaminari.

- No vayan a hacerlo en la parte de atrás de mi carro, sé cómo son cuando alguno de los dos vuelve a casa - comentó tranquilamente viendo su teléfono. Era interesante ver las redes sociales tan encendidas por el beso entre Kirishima y Bakugou. A Kaminari le divertía mucho, ya que sus seguidores sabían lo cercano que era a ambos y que no hubiera comentado nada, solo alteraba más a las personas.

- Eres un idiota - susurró Bakugou, recuperando su poca compostura y arregló su traje, ya que los brazos de Kirishima se habían encargado de desacomodarlo. Aunque en el momento no le importó.

- Ya casi llegamos - interrumpió Sero, observando a lo lejos la multitud de cámaras -. ¿Están listos?

Y, tras decir eso, una sonrisa determinada se escapó de los labios de Kirishima, mientras que Bakugou hizo lo mismo aunque se veía impresionantemente confiado.

Una chica muy bien arreglada estaba parada cerca de la entrada con un micrófono. Ella, junto a otros dos chicos, eran los únicos reporters permitidos para acercarse a los actores y acompañantes. Se estaba transmitiendo en vivo. Los demás en realidad estaban ahí por el escándalo de la mañana.

Salieron del auto y un encargado se encargó de llevárselo mientras los cuatro caminaban hacia la entrada. Kaminari fue interceptado por uno de los reporteros, por lo que se detuvo para hablar con él, y Sero al ser su acompañante hizo igual, para no dejarlo solo. De paso él fue entrevistado rápidamente.

Sin embargo, fue la chica la que logró obtener una charla con la aparente pareja que traía a todos verdaderamente alocados. Curiosamente, esa chica pertenecía al programa en el que, según Aizawa, tendrían una entrevista mañana. Parecía ser agradable.

- ¡Bakugou, Kirishima! - exclamó, saludándoles con una pequeña reverencia de forma respetuosa que ambos correspondieron, deteniéndose sin molestia -. Creo que ya saben que es lo que les quiero preguntar, pero tienen a todos y todas a la espera de una respuesta, ¿tienen algo que decir respecto a la foto filtrada?

El micrófono fue acercado a ambos y Kirishima, astutamente, fue el primero en acercarse a dicho objeto, pasando su brazo por la cintura de su pareja.

- Por mi parte, solo tengo que decir que estoy de algún modo aliviado. Si bien no es la manera en la que me hubiera gustado darlo a conocer, al menos ya no tenemos que escondernos para besarnos - respondió con una sonrisa divertida que hizo a Bakugou rodar sus ojos. Sabía lo tonto que era su novio y le causaba gracia, pero no iba a reírse frente a una cámara.

- Ya lo oíste - complementó Bakugou, girándose para ver a la cámara en vez de la chica -. Quien filtró la foto ya tiene lo que merece, y no le sirvió de nada si pensó que nos iba a afectar -, alzó los hombros, regresando su vista a la reportera -. No me voy a alejar de este tonto de aquí solo por algo así. Somos inquebrantables.

El brazo de Bakugou se pasó por los hombros de Kirishima y la reportera sonrió enternecida.

- Me alegra escuchar eso, y estoy segura que a muchos y muchas también. Esperamos saber más de su historia, pero por mientras, Bakugou, háblame un poco de tu papel en esta película.

Y, con ese momento así de breve, Kirishima se permitió respirar hondo y relajarse. No tenía más que esconder. Podía amar a su novio donde quisiera y le importaba muy poco la opinión de gente estúpida. Había pasado por tanto con Bakugou, y era verdad lo que el rubio había dicho, eran inquebrantables. La entrevista a su novio acabó y Kirishima le dió un beso en la frente para después despedirse de la conductora y comenzar a caminar hacia el cine. Kaminari y Sero ya habían entrado.

- ¿Sabes que eres un idiota? - preguntó Bakugou, a un par de minutos de entrar a la sala.

- Y soy tu idiota, lo sé - contestó Kirishima, deteniendo su andar antes de llegar a la sala. Jaló a Bakugou para tomarlo de la cintura con un brazo, mientras que su otra mano tomaba el mentón de su novio -. Y eso nunca va a cambiar, así como nosotros nunca dejaremos de ser inquebrantables.

Bakugou fue el que juntó sus labios fugazmente y rió ligeramente.

- ¿Poprocks?

- Poprocks.

Y, tras eso, entraron a la sala.

¡Lol! No sé qué acabo de hacer. Olvidé que esto empezaba el 20, así que esto me tomó tres días, lo cual fue muy poco tiempo tomando en cuenta que un os suele llevarme una semana o más. Esto no suele pasar en el mundo del espectáculo, pero finjamos que sí para la trama de la historia. Ksksks. ¡Nos vemos mañana, con suerte, para el segundo día de esta hermosa week! Espero les haya gustado.

La verdad siento que está algo apresurado, cuando acabe la week, si hay tiempo, mejoraré los OS. Ahora, tengo que decir que AMO este au. El actors AU es precioso.

¡Bye~ nos leemos después, corazones!

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