Capítulo 2
Capítulo 2: Reino de Pica
Dos años antes.
Llevaba un aproximado de cinco meses dentro de la caballería y a medida que avanzaba el tiempo mejoraba constantemente. Entrenaba mucho con Morgen, era muy amigable, pero bueno... también estaba el más molesto Yami. Es otra historia.
Suspire con cansancio para luego sentarme bajo la sombra de un árbol, tome un poco de agua y mire al frente. El espeso bosque dejaba volar la imaginación.
Pensaba en muchas historias de amor que pudieron haberse creado, así también como el mismo horror y desesperación.
- No eres como el resto- escuche desde las sombras. Dirigí mi mirada desde donde la voz había salido para luego ver como la silueta de un hombre se asomaba. Con cierta cabellera blanca.
-Tu tampoco, Nacht- dije con tranquilidad. Su rostro indiferente me miraba con cierta curiosidad reflejada en sus ojos.
- Me refiero, a que por más que seas tan buena con todo y todos los que te rodean, todavía... puedo percibir el que hay algo más.
- Tal vez por el hecho de que, por más cantidad de luz que haya en mi, siempre abra, en algún lado oscuridad- respondí simple.
- Para tener trece años ya sueñas muy filosófica- hablo tranquilo.
- Y tu para tener catorce... tienes demasiado olor a cigarrillo- dije haciendo una mueca de asco.
Se acercó más a mi posición para luego sentarse a mi lado y mirar también el bosque. Estuvimos un tiempo en silencio tranquilo y como. El tiempo pasaba pero no nos movimos de nuestro lugar.
- Puede que no posea oscuridad o sombra en mi interior- hable rompiendo el silencio- puede también que nunca lo tenga- el sólo se quedaba callado- pero... es como si mi mente y cuerpo buscase eso que falta.
- Una... curiosa atracción hacia la oscuridad- afirmó.
Luego de eso no volvimos a hablar en lo que quedaba de la tarde. Sólo disfrutábamos de la compañía del otro, hasta que se hizo tarde y tuvimos que volver.
A partir de allí, supe que había entablado una curiosa amistad inquebrantable con el Faust, la cual ningún diablo podía romper.
Eso creímos.
Semanas después.
-¡¿Enserio?!- pregunté con emoción gritando, las palabras de Julius habían iluminado el día.
- Así es- afirmó mirándonos a todos con su típica sonrisa- entre los reinos se llegó a un acuerdo, haremos pequeños eventos de intercambio.
- ¿Ya se sabe a donde iremos?- pregunto William. Por más que no se notará en su rostro, había emoción en su mirada.
- Nos tocó Corazón y Pica- dijo tranquilo- ya decidimos quienes irían y a donde.
Nos explicó más el tema y mi sorpresa, emoción junto al desagrado se unieron. Me tocó ir al reino Pica, pero para mi desgracia, Yami estaba también en mi grupo.
Preparamos nuestras cosas necesarias y luego de cenar, nos dispusimos a descansar. Efectivamente nos iríamos al día siguiente. Cuando cerre los ojos para dormir, la puerta de mi habitación fue tocada levemente, por lo que dirigí mi vista hacia allí.
- Pase- dije alto. A los segundos la puerta se abrió y dejo ver a mi hermano mayor- ¿paso algo?- pregunté curiosa.
- Algo asi- murmuró cerrando la puerta.
-¿Qué sucedió?- este se sentó en la cama y me miro- ¿te preocupa el que me vaya del reino sin tu compañía?- pregunté casi afirmandolo.
- Como no estarlo si tu hermana menor se va a otro reino y sin un Grimorio- soltó, sonreí por su preocupación.
-Estare bien- acaricie su espalda para llamarlo com hacia el conmigo más pequeña- además William y el idiota de Yami, estarán conmigo. También dijiste que irán de otras caballerías y escuche por ahí que también irá Nozel.
- Deberías comenzar a llevarte bien con Yami, no es tan malo- hablo divertido. Hice una mueca.
- Ni en quince años- hable con desagrado, soltó una risita y acaricio mi cabeza.
-Creeme cuando te digo que no soy el único preocupado- hablo sonriendo, lo mire sin entender- no se que traes con Faust, pero que antes hable conmigo. Me sonroje ante su suposición. Este se rió, por lo que lo golpee en el hombro con fuerza.
-So-solo somos amigos- hable entre tartamudeos, baje la mirada y jugué con mis dedos- ¿Qué te dijo?
- Quería que cambiarlas de lugar con Morgen, así podría cuidarte- explico.
- El no diría eso- dije sonroojada.
- Bueno, lo dijo a su manera e indirectamente- soltó una risita- sólo prometeme que harás lo que te digan y no te enteras en problemas.
- Lo prometo- uni nuestros meñiques, siempre nuestras promesas eran así- pero...¿puedo hacer amigos?- pregunté con cierta duda.
- Depende con la clase de persona que son- beso mi frente y se levantó de la cama en donde se había sentado anteriormente- descansa.
Salió de la habitación dejándome otra vez sola, no sabía que pasaría en un futuro, Pero algo en mi, decía que no debía ir al reino de Pica, pero por otro lado...
Cerré los ojos cayendo en los brazos de Morfeo, esperando al día siguiente. Al despertar nos vestimos y tomamos nuestras pertenencias para ir a las fronteras, primero iríamos a la más cercana, que era con Corazón.
- Procura no pelear con nadie- le susurre que teñido, este rodó los ojos y sonrió de lado.
- Tn, aún eres muy joven para tener novio- se burló mi hermano. Me sonroje ante lo dicho y lo mire con enojo.
-¡Qué es mi amigo!- grite. Note a William y Nozel ocultar pequeñas sonrisas de diversión.
- Es hora de irse- varios chicos de otras caballerías mágicas comenzaron a subir al barco, entre ellos Nacht y Morgen.
Minutos después el barco zarpó y ahora nos dirijiriamos a la frontera con Pica. En el camino, sobrevolando una aldea, la cual tenía el cráneo de ese diablo hacia quinientos años atrás.
-¿Qué aldea es está?- pregunté al mayor.
- Es la Aldea Hage, para algunos es la zona olvidada- contestó.
Asenti, por eso no la conocía. A medida que nos acercabamos a la frontera, el frío no se hizo esperar, por lo que no dude en tomar el abrigo que había guardado. Algunos hicieron lo mismo.
Comenzamos a subir una montaña donde la.nieve se hizo presente. Llegamos hasta donde tres hombres del Reino de Pica nos esperaban, estos a su lado tenían tres carrozas hechas de roca.
- Buenas- saludo amigable uno de ellos, Julius se acercó a saludar e intercambiaron algunas palabras- buen nosotros somos pertenecientes al reino Pica y somos los encargados de llevarlos tras la zona cuantosa.
- Pediremos que se separen en grupos- dijo otro. Así lo hicimos.
-Ve con William y Yami- dijo mi hermano cuando se acercó, asenti y me dispuse a ir con los nombrados, Pero me detuvo- espero que la pases bien- saludo como despedida, lo abrace con una sonrisa y me subí al carruaje.
- Bien, en marcha- la carroza comenzó a moverse y dejamos tierra, eran flotantes por lo que sobrevolariamos aquella zona.
A medida que avanzamos, note que las carrozas se rodearon de mana para protegerlas, entendí el por que cuando el primer tornado apareció.
Esta zona estaba cubierta de mana fuera de control, por lo que era difícil cruzar. Me resulto interesante la forma peculiar que nos separaba del reino Pica.
-Se dice que que aquí se desató una guerra hace muchos años, entre los cuatro reinos y el mana acumulado quedo- dijo William.
-Eso sí no lo sabía- admiti mirando alrededor, habíamos cruzado varios tornados y se formaban más, había rayos y agua en el suelo, la cual se movía precipitada.
Sin duda alguna disfrutaría este viaje, el único problema presente, era mi corazón desenfrenado, mis manos temblaban y tenía nerviosismo. No sabía que nos esperaría, pero estaba lista para enfrentarlo.
A lo lejos ya podía verse tierra firme. Llegamos al Reino de Pica.
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