Los días luego de aquella noticia habían pasado con rapidez. Se hicieron semanas y luego meses, así hasta pasar un año sin saber nada sobre el reino de Pica o los hermanos Zogratis. Había conseguido mi grimorio, ahora con mis dieciséis años miraba el horizonte.

Suspire mientras volvía mi vista al grimorio en mis manos. 

El sol iluminaba en mi dirección haciendo que el libro en mis manos brille. Este último mes no había sido del todo bueno, menos con los preparativos de la coronación.

Aún recuerdo cuando Julius me había citado para darme una noticia. Creía en vano que se trataba sobre alguna información de los reinos vecinos. No me había esperado lo que en realidad era.

- ¿Que?- pregunté incrédula.

- Como escuchaste- sonrió este- van a coronarme como Rey Mago- abrí la boca de la sorpresa.

- ¡No es cierto!- grite emocionada- ¡Mi hermanos será el nuevo rey mago! - salte para abrazarlo por la felicidad.

Ese había sido su objetivo hacia mucho tiempo y me alegraba que pudiera cumplirlo. Aún así, sabía que había algo más que querría decirme.

- Tn- me llamo al separarnos, lo mire con una sonrisa, pero esta se borró al ver como me miraba con algo de tristeza en sus ojos.

- ¿Qué?- pregunté algo asustada.

- Con mi título, tu serás nombrada princesa- asenti por eso- dejarás de ser un caballero mágico para tomar otras responsabilidades.

- ¿¡Que!?- pregunté alejandome- no, no pueden...

- Fue desicion mía- dijo este- quiero mantenerte a salvo y que estés en un gremio no ayudaría con tu seguridad.

- Sabes que puedo cuidarme sola- le dije.

- Lo se pero...

- Mamá y papá me apoyarían y...- me tomo de los hombros y me miró con seriedad.

- Ellos ya no están- dijo lo más relajado posible- quiero mantenerte a salvo.

- ¿A salvo? - pregunté irónica- quitandome de la batalla, de los entrenamientos para convertirme en una niña rica de sociedad como siempre debió de ser?

- En un mes será la coronación- no hablo más del tema, mis ojos habían comenzado a lagrimear- disfruta lo que queda de tiempo.

No dije más nada y con lágrimas cayendo por mis mejillas salí corriendo de su oficina, pasando de largo al resto de miembros.

Al salir del edifico sólo corrí cuando me choque contra otra anatomía, un poco más alta a mi. Cuando me puse de pie este me miraba de forma sería.

- ¿Lo sabías?- le pregunté al albino.

- Tn...

- ¿Lo sabías?- le exigi una vez más. Me miraba con algo de tristeza.

- Yo lo apoye con esa desicion- contesto. Lo mire incrédula y sólo volví a correr.

Otra vez en el presente miraba el sol ocupándose de a poco. Frunci el ceño ante aquel recuerdo. Con Natch no volvimos a dirigirnos la palabra luego de aquello.

Miraba la tapa del Grimorio en mis manos. El reflejo lo hacía brillar como había dicho antes pero. Ladee la cabeza un poco cuando lo moví.

- Es extraño- murmure. Según el reflejo y como giraba y le daba la luz, pareciera que el trébol del medio cambiaba, en lugar de tres hojas había seis.

- ¡Tn!- escuche un grito en el bosque. Baje la vista mirando en la dirección del grito.

-Aquí estoy- respondí mientras comenzaba a bajar. Una vez cerca del suelo salte quedando frente al chico.

- Morgan- dije en saludo.

- ¿Como estas?- pregunto este.

- Dentro de lo que se puede- conteste alzando los hombros.

- Nos asignaron una misión- sonreí ante esa noticia- iremos nosotros dos junto con Yami- mi sonrisa se borró.

- Noooo- me queje.

- Es eso o te quedas- sonrió el contrario. Bufe y comenzamos a caminar. Una vez llegamos a las instalaciones entramos- prepara tus cosas y salimos en cinco.

Asenti y camine hacia mi cuarto. Allí me coloque la capa de caballero mágico y me coloque botas más comodas.

Note el aleteo de un ave cerca de la ventana por lo que abrí los ojos con sorpresa y me acerqué rápidamente abriendola. Me asomé mirando en varias direcciones pero no vi nada.

- Que tonta eres Tn- me murmure para mi misma- seguramente ya se olvidó de ti- sonreí con amargura- o... tal vez este...

La puerta fue tocada con brusquedad por lo que rodee los ojos y la abrí encontrandome con un Yami de dieciocho años apoyado en la pared.

- No vamos- dijo simple alejándose.

- Como digas musculitos- conteste.

- Princesa- dijo este de burla.

- ¡No me llames así!- dije con enojo. Este río satisfecho.

- ¿Por qué no?- pregunto divertido- dentro de poco deberemos dirigirnos a ti de esa forma- frunci el ceño. Me sonroje un poco pero mire hacia otro lado.

- Cuando llegue el día que deban decirme así, ahí lo hacen- murmure- pero ahora no, por favor- el contrario se quedó callado- aún... Quiero disfrutar de la poca libertad que me queda.

Sentía su mirada en mi, cuando gire para verlo este estaba pensativo viéndome. Asintio y siguió caminando a mi lado.

- Como quieras- volvió la vista al frente. Sonreí y no fue necesario decir más nada. Aún así... tenía un mal presentimiento.

Llegamos donde Morgan nos esperaba. Allí sólo nos vimos y salimos para comenzar a ir donde la misión.

Ninguno de los tres esperábamos lo que sucedería.