Secundaria “U.E Richard Patrick Estrada”. Una gran escuela en donde está sembrada el terror y el pánico. El miedo los tiene atrapado en cada salón, pasillo, incluso el patio de receso hasta que llega la hora de ir a sus casas y poder respirar aliviados de seguir vivos. Sin embargo, los estudiantes de dicha institución tienen la posibilidad de asistir sin tragedias siguiendo estas simples reglas comunicada en una gaceta institucional:

•No molestar a Kira.
•No le toques ni un pelo a Kira.
•No hagas contacto visual con Kira.
•No hablar mal de Kira.
•No te cruces en el camino de Kira.
•No te acerques a Kira.
•Si Kira se cayó graciosamente, por lo que más quieras no te rías.
•No te burles de Kira.
•No te quejes si Kira hizo algo que no estás de acuerdo.
•No toques nada de las pertenencias de Kira.
•Si Kira tiene algo que es tuyo no se lo pidas devuelta.
•Nunca te quedes tú y Kira solos en un salón u otro espacio del plantel.
•Si Kira hizo algo bien, no la felicites.
•Si Kira hizo algo mal, no la critiques.
•Si Kira entro al baño, salgan de ahí rápido y no entren hasta que ella salga.
•No hagan ruidos que molesten a Kira.
•No te metas en los asuntos de Kira.
•Y si hay una víctima, no te metas, no intentes llamar a la policía. Espera a que Kira termine y notifica lo a cualquier docente y/o responsable en la institución.

Estas reglas son para los estudiantes, profesores y obreros de la escuela sin
excepción alguna.

Firma el Director
Alexis Linares

De seguro te preguntas “¿Porque tantas reglas extrañas tienen en esta escuela?”, “¿Si es un gran peligro por qué las autoridades no hacen nada al respeto?”, “¿Por qué sigue estudiando allí una amenaza como ella?” Pero las preguntas más importantes son… "¿Quién es Kira?” Y “¿Por qué hay que alejarse de ella?”.

En respuesta a las dos últimas preguntas… Kira es una chica de 15 años de edad, cursante del noveno grado. Por fuera luce como una estudiante más (se supone), cabello
negro tan largo que llega mucho más abajo de la cintura, su fleco largo cubre sus ojos. Por completo, muy callada, de cuerpo muy frágil a simple vista; pero a lo que hay que tenerle miedo es a su cuchillo lleno de sangre que siempre lleva a todos lados.

Nadie sabe de dónde sacó ese cuchillo, o por qué siempre anda con eso. Lo que sí es seguro, es que lo mejor para todos es no meterse en esos asuntos, sino quieres ser una víctima más. Ella no ve a nadie como su amigo, mejor dicho, no le gusta que nadie interactúe con ella, porque por alguna razón la ve como una amenaza y decide matarla. Aunque nadie entiende sus razones y tampoco quieren averiguarlo.

Cualquiera pensará que es imposible saber qué razones tiene para ser así, intimidar, matar... También es imposible creerme los secretos que guarda su vida íntima, aquellos
problemas por los cuales terminé metido hasta la última célula de mí cuerpo. Vivo… mas no entiendo cómo…