Es hora del almuerzo, pasé toda la clase comunicándome con Kira por notas, conocerla fue algo raro. Hacia preguntas tipo "¿Tomas agua?" a lo que le respondía que sí obviamente y luego se alegraba de tener algo más en común, no sé si intentaba hacer que la conversación no muriera o simplemente se debe a la falta de amigos. En fin, al terminar la clase ella tomo su camino a no sé dónde, y está bien, porque tampoco quería tenerla encima todo el dia. Aunque debo admitir que me cayó bien, más por el simple hecho de que el profesor no me podía llamar la atención por pasar notas en clases. No sé, pero ahora estoy viendo muchos beneficios que me podrían mejorar la vida.

Me dirijo al comedor a ver que hay en el menú para el almuerzo, espagueti y albóndigas, y claro que con escasa o, mejor dicho, nada de salsa. Siendo sincero, esperaba que me salieran con otra tontería, no sé, tal vez asustarme diciendo que lo que como es carne humana o algo por el estilo, aunque claro, me burlo del comportamiento extraño de este lugar. Tomo mi comida y mi tenedor de plástico junto con un vaso de avena, típico de estas escuelas y su rara combinación de comidas. Con la bandeja en mis manos me dirijo a la mesa solitaria más apartada para comer tranquilo, o eso quería, porque al darme cuenta, se comienzan a sentar Jonathan, Denis, la rubia y la morena por turnos seguido uno después del otro.

-¿Te estás arriesgando demasiado? -dice la morena siendo la última en sentarse mirándome esperando una respuesta, se me hace muy extraño que sea una pregunta y no una advertencia.

-Nos pareció ver a todos que estabas pasándote notas con Kira, ¿Eso es lo que hacían? -cuestiona la Rubia muy seria.

-Sí, ¿Y eso en que les afecta? Se supone que soy el único que corre "peligro" -respondo seco haciendo comillas con mis dedos y me concentro en comer.

-¿Entonces le quieres dar más razones para qué te mate? Bro, que no te haya hecho nada, no significa que puedas tratar con ella -interviene Denis, pareciera que todos me están reclamando.

-Que no les haya cerrado la maldita boca a golpes, no significa que pueden seguir hablándome cosas que no les importa, y aun así lo hacen -Tomo mi bandeja y me levanto para irme a otro lugar lejos de ellos.

-Tú cupo estaba disponible porque Kira se encargó de Melanie, una compañera que no ha sido vista de nuevo en la escuela y tampoco ha vuelto a casa desde hace dos semanas -agrega la morena.

No quiero escuchar que cosas me tengan que decir, pues triste por Melanie, pero no me importa esa información, yo me largo.

-No es muy inteligente por lo que se ve -menciona Jonathan en susurro, pero lo logré oír.

La ira toma control de mí, efectivamente solo hace falta una ofensa así de pequeña para dejar en evidencia mi lado más tosco. Volteo hacia el grupo y fijando mi blanco en Jonathan, lanzo mi bandeja de comida sin pensarlo. Todos en esa mesa se agachan tras el susto que le di con el objeto, pero si algo me caracteriza es mi mala puntería, por lo que la bandeja vuela lo suficiente por arriba que no era necesario agacharse. La bandeja con mi almuerzo aterriza en otro objetivo de la mesa siguiente, dejando en shock al desafortunado y asombrados a los acompañantes de dicha mesa que le salpicaron ciertos restos.

El chico quien recibe mi ataque de comida, se agita analizando el acontecimiento, hasta que cae en cuenta y sus ojos se clavan en mí. Conozco esa mirada, es la misma que yo pongo cuando quiero acabar con el causante de mi estrés. Mientras sus amigos intentan quitarle la comida de encima al este estar ocupado viéndome, se levanta y camina hacia mí molesto.

-¡Oye! ¿Cuál es tu problema? -Al acercarse, noto que me supera en altura y en masa corporal. Si cree que puede desquitarse conmigo porque me ve inferior, entonces está equivocado.

-Tú calma te, que mi problema es con otros. Eso solo fue un accidente y ya -le explico serio y firme.

-¿Y te la vas a dar de imponente después de lo que hiciste? -Me empuja y como lo veía venir me aseguro de no terminar en el suelo y me mantengo de pie -. Esta me la vas a pagar -Me señala en amenaza.

Al diablo, este tocó fondo con empujarme y más con las ganas que tengo de desquitarme con alguien. Pues lastima de no poder sobrevivir al menos un día, ya estoy metido en tremendo problema que no voy a dejar pasar.

-Ven y cóbrate los golpes.

Me le lanzo encima en una embestida en el cual él me atrapa, me da un golpe en las costillas, luego un rodillazo en el estómago y me tira al suelo. Viene hacia mí a golpearme en el piso, así que lo empujo con mis pies y me levanto rápido. Parece que la venganza se paga con la misma moneda, porque al darme cuenta, un golpe con una bandeja me recibe en la cara, es de aluminio, pero, aun así, el impacto dolió. Recuperándome rápido, me cubro de la bandeja deformada con una mano y con la otra le doy un golpe directo a las costillas, suelta la bandeja con el dolor y me levanta para lanzarme por encima de una mesa por la cual deslizo y caigo al suelo lastimándome el brazo izquierdo.

El golpe al caer me desconcentra, al ver a mi rival dirigiéndose hacia mí me hace mantenerme en guardia, pero sorpresivamente alguien se le lanza encima tomándolo por el cuello y colgando en su espalda. El chico trata de quitarse a la chica que al parecer intenta defenderme dando vueltas y agitándose hacia los lados, yo solo me quedo observando impactado en el suelo al ver ese cabello largo y su cuchillo en la mano. Supongo que aún no se ha dado cuenta con que lo amenazan o quién lo hace.

El chico tropieza y ambos caen al suelo, se voltea boca arriba con consentimiento de Kira que está arriba de él presionándolo con sus rodillas, cuando al mirarla, detiene el forcejeo al estar cara a cara con ella.

-¡NO ME MATES! -grita aterrado, volviendo a forcejear alterado en pánico.

Kira toma fuerte del cuello de su camisa y con su mano derecha toma impulso para clavarlo directo en su cara, pero por suerte para él, detiene su mano a tiempo impidiendo el corte de su cuchillo. Yo no podía creer si lo que estaba presenciando era real, Kira es real, y la intensión con la que hace fuerza con su cuchillo es verídica. A simple vista la víctima tiene más fuerza que ella, pero Kira emite una voz de forcejeo que incrementa cada vez como su fuerza. Cuando el chico comienza a pedir ayuda al ver que está perdiendo, Kira recurre a su otra mano y de un esfuerzo espontaneo, el cuchillo termina introduciéndose en la boca y traspasa la garganta a la nuca en seco, por el cual la sangre comienza a correrse.

Tras jadeos, el chico deja caer sus manos debilitado y ahogándose con el cuchillo y la sangre que no consigue como salir de su boca, hasta que finalmente deja de moverse, pasando a la historia. Kira, a pesar de eso, sigue haciendo presión en su garganta, incluso gira su cuchillo como si disfrutara verlo sufrir más de lo que ya no lo hace, como si eso le fuera a doler más o se desquitara de una rabieta. Entro en pánico total, el silencio se hace presente lo cual me hace suponer que estamos solos, pero no despego mi vista de Kira. Mi corazón esta acelerado, igual que mi respiración, me quedo igual de pasmado al ver a Kira separarse de ese cuerpo y gatear hacia mí con las manos y el cuchillo manchado de carmesí.

-Tranquilo, Justin...-comienza a decir con una voz cansada y suave, pero a la vez desgastada subiendo encima de mí -, mientras estés conmigo... - se acerca a mi oreja y escucho su respiración algo agitada -, nadie te hará daño... -susurra y se recuesta en mi cuerpo atrapándome en un abrazo.

Si antes le tenía miedo, el terror que me invadía ahora era indescriptible. En primer plano, acabo de presenciar de principio a fin una masacre fría de Kira; para colmo, la tengo como amiga, lo que significa que alejarme de ella sin más, significará mí fin completamente; y lo que hizo que mi alma escapara de mi cuerpo completamente... es que yo, en ningún momento, le he dicho mí nombre.

El tiempo en el suelo se hace eterno, siento de esas parálisis del sueño en donde se me sube el muerto, y lo digo por tener a una asesina demacrada manchada de sangre encima. Nadie viene a ver lo que sucedió, el silencio sigue a los alrededores y el cuerpo a pocos metros de mí se comienza a ver pálido. Por más que quiera no pienso moverme, si es una pesadilla, aunque lo dudo, se acabará pronto. No sé cuánto ha pasado, quizás diez minutos, entonces Kira se mueve de un espasmo despegándose un poco de mí, como si algo en ella la hiciera reaccionar haciendo que yo volviera a asustarme después de haberme calmado un poco. Se pone de pie y me da la mano para ayudarme a levantarme, yo sin opciones accedo y me levanto finalmente del suelo.

Sus brazos se aferran a mí brazo derecho y su cabeza la deja caer sobre mi hombro delicadamente, tal parece que no piensa separarse de mí por un largo rato. Soy guiado por ella y no me queda de otra que moverme a su voluntad en completo silencio, preocupado por terminar en cualquier lado. Justo al darme cuenta, terminamos en el salón de la próxima clase, al pasar por la puerta todos voltearon un segundo a nosotros y luego se enfocan en el pizarrón del frente. La única que nos sigue viendo es la profesora con quien intercambio miradas solicitando ayuda, la cual fue ignorada completamente.

Nos dirigimos juntos al lugar de siempre, hasta atrás en una esquina, nuestros bolsos reposan en las sillas donde los dejamos antes de ir a almorzar. Kira me suelta y adelantándose, toma mi asiento y lo pone justo al lado del suyo, juntando pupitre con pupitre. Se sienta y me invita a sentarme igual, con ella, lo más cerca posible; yo sin alma que me abandonó hace unos minutos, automáticamente, como un robot que solo ejecuta acciones indicadas, me siento rígido en mi lugar.

Toma su libreta negra, la cual se encontraba en su mesa, y comienza a escribir cosas que no puedo espiar bien, por lo que deduzco, no es nada de la clase, ya que esta es de matemáticas y solo está anotando palabras y más palabras. Por otro lado, siento que acabo de convertirme en otro estudiante sin vida de esta institución, y en especial, este salón. Más condenado estoy al estar vinculado directamente con la responsable de este terror, como su supuesto amigo, atado a ella hasta el momento que ya no sea de su interés y decida acabar conmigo. Mientras la mayoría esperan sobrevivir o morir en la espera, yo solo tengo, como única opción, esperar mí muerte.