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Capitulo 6

Disclaimer: Los personajes de Haikyuu no me pertenecen; créditos correspondientes a Haruichi Furudate Posible (o mucho) OoC en los personajes. Este fic contiene escenas explícitas, lenguaje fuerte, temas adultos tratados de modo detallado y escenas fuertes; se recomienda discreción.

Pareja principal: OsaYama

Pareja secundaria: AtsuHina, OiSuga, BokuAka, DaiKita, entre otras.

CONSECUENCIAS.

Cuando uno es niño tenemos ese poder que muchos suelen llamar creer. Los niños creemos en la mayoría que nos dicen, por ejemplo en la magia, polvos de hadas, una posion para tener super poderes.

Cuál quier día es especial para ellos, son pequeños seres con unas preciosas almas.

Pará un niño hay ese día más esperando por ellos. ¿Cuál es ese día? Al principio yo pensaba que era navidad, todos aman la navidad más que Halloween. Pero la realidad es que la fecha más esperada por un niño es su cumpleaños.

Donde al solplar la vela de tu pastel puedes pedir un deseo y este se te cumplirá si lo deseas con el corazón.

Bueno es lo que nos sucede cuando somos unos niños.

Aun que no todos los niños, unos tienen la mala suerte de que les quitaran ese precioso poder que ellos posen.

05 de octubre del 2003


Cumpleaños número ocho de atsumu miya y Osamu miya.

Ambos niños se encontraban aún durmiendo, cada uno tienen sus habitaciones propias pero aún así atsumu siempre se colaba a media noche a la cama de su hermano, osamu siempre le dejaba un espacio a su hermano.

La puerta de la abitacion fue abierta, entrando con pasos firmes y demandantes. Un hombre alto, cabello corto Cataño, ojos color cafés y un ceño fruncido en su rostro.

-—Despierten —Les habló el hombre.

Los hermanos se asustaron por el grito que dio el hombre. Ambos niños se sentaron en la cama y se tallaron los ojos para así despertar bien.

—Vistanse y bajen a desayunar —Ordenó —Después comenzarán con su entrenamiento.

—Si señor —Dijeron ambos niños en voz baja.

El hombre que estaba revisando una agenda se dio la vuelta para irse y dejar a los niños que se cambiaran.

El mayor de ellos giro la cabeza al calendario que se encontraba colgado en la puerta de un armario. Notando la fecha que era hoy.

Al contemplar que fecha era hoy se dio la vuelta a su hermano, este le sonrió y entre sus pequeños brazos atrajo en un abrazo a su hermano.

—Feliz Cumpleaños hermano —Fórmula empalagoso el mayor.

—Feliz cumpleaños hermano —Le corresponde de igual manera.

Atsumu y osamu terminaron de darse mimos entre ellos y empezaron a vestirse rápido para bajar, y no ser regañados por su maestro.

Cuándo bajaron al comedor en la mesa se encontraba ya todo servido en cambio como siempre la mesa sola.

Era de esperase.

—Coman niños

Sin otra opción se sentaron juntos a desayunar en silencio. Su maestro se paro a lado de ellos junto con otras personas.

Su maestro sacó su agenda buscando unas páginas.

—Atsumu hoy tienes clases de piano de ocho a nueve, clases de coreano de nueve treinta a las once.

—Odio las clases de coreano —Murmura, moviendo su comida con aburrimiento.

—Después a las once con cinco tiene tiro con arco —Mencionó indiferente —Su madre dijo que necesita mejorar

—No me mencioné a esa señora

—A la una será el almuerzo y a las tres su entrenamiento con el señor Edan.

—De nuevo con esas armas escandalosas.

—Y al final a las siete su entrenamiento de voleibol.

—Genial, hasta las siete hare algo divertido.

—Eso es lo hará el día de hoy joven atsumu. —Aclaró el hombre. —Mientras que usted joven osamu.

Osamu se mantuvo tranquilo, disgustado sus alimentos aún que odiara lo que está comiendo, nada de lo que le sirvieron le gusta, pero su madre es la que ordena que deben comer.

—De ocho a nueve clases de álgebra, de nueve a diez clases de francés, diez a once las de coreano, esgrima once a dose, tres a cinco su entrenamiento con el señor edan, cinco a ocho clases de economía.

—Espere —exclama atsumu —¿Por qué osamu tiene muchas más cosas que hacer? no tiene descanso y no juega vóleibol —Reclamo el gemelo mayor.

—Tsumu... No hagas que te regañen — Interrumpe osamu.

—Su madre así lo ordenó

—Mitsuki apesta como madre —Dijo atsumu con amargura en su voz —Ni siquiera en nuestro cumpleaños nos deja estar tranquilos de tantas cosas estúpidas.

—Tsumu no digas groserías

Su maestro observa ambos niños, notando siempre que tienen esa mirada de tristeza, enojo, hostil en ellos. Esas ojeras, esos moretones en brazos, piernas y estómago por sus entrenamientos con edan. Tener que aprender a usar un arma de fuego, el no es nadie para decir como educar a unos niños pero es triste que esos niños tengan esta terrible infancia.

Con una mirada de lástima hacia los niños se fue del comedor, dejándolos con sus respectivos maestros.

05 de octubre del 2012

El toque del timbre lo hizo volver a su realidad, su mente lo hizo volver al pasado. Con un terrible sabor de boca y un revoltijo en su estómago, siempre que recordaba su infancia y niñez le daban unos ascos.

Sus clases se habían vuelto aburridas, aun que saber que no debe de distraerse, menos en sus clases de inglés donde se le dificultaba más.

—Zero condicional —Mencionó con disgusto en su voz —Que mierda es eso.

Sus comentarios se fueron al olvido cuando toda su clase comenzó a salir del salón, dándole comienzo al descanso.

Osamu y Atsumu se vieron felices por ir a comer, en su camino a la cafetería se le union suna caminando a lado de ellos. Sin decir nada los tres se detuvieron en la entrada de la cafeteria.

Murmullos de las otras áreas y el montón de adolescentes reunidas en un solo punto.

—¿Qué pasa? —Preguntó el rubio teñido. A lo que sus otros dos acompañantes sólo alzaron sus hombros y caminaron a donde estan todos.

Haciendo espacio para poder pasar suna vio la razón del porqué todos estaban reunidos —Otra pelea — Murmuró —Aoba Joshai contra Shiratorizawa.

Todos ahí observaban como el capitán de vóleibol de Aoba Joshai peleaba con el capital de fútbol de Shiratorizawa. El castaño se encontraba a orcagadas de un rubio cenizo, los nudillos de oikawa ya se encontraban ensangrentados junto con un par de moretones en su propia cara, pero en sus expresiones se podría notar el que no estaba dispuesto a parar de golpearlo.

Una mano de oikawa se encontraba sostenido de sus ropas al rubio cenizo mientras que con su derecha no paraba de darle fuertes golpes. Tenía un marcado ceño fruncido al igual que su mandíbula esta apretada.

El Castaño estaba por darle otro golpe al rostro de Yoshida Kenta pero dos pares de brazos lo sostuvieron de un brazo y su torso alzandolo y tratando de alejarlo.

—Tooru calmate —Exclama Daichi, quien había detenidos el brazo de Oikawa.

—¡No! —La respiración de oikawa está muy agitada del enojo que sentía en todo su cuerpo —¡Ese imbecil no merece vivir! ¡No después de haberle echo daño a Koshi!

—Oikawa calmate o vendrá un profesor y te meteras en problemas — Daichi y Kotarou aún daban sus intentos por calmar a su amigo que se había convertido en un moustro.

Todo aquel cercano a Oikawa tooru sabían perfectamente que el castaño es alguien muy calmado y que evita las peleas en cambio si alguien tiene el atrevimiento de lastimar a Koshi Sugawuara nadie podrá salvarse del moustro que es Oikawa.

Nadie lastimaria al Ángel que mantiene al demonio en Calma.

—Me importa una mierda —Espeta hastiado —Si se trata de Koshi todo los demás me importa un carajo.

Todos escuchaban las palabras del capital de Aoba Joshai, admirando el gran amor que le tienen al sub capitán del Karasuno.

Pero a lo lejos de ellos había otra persona que apoyaba a lo dicho por Tooru. No obstante no podía decirlo, no tenía el derecho de ello. Para el eso se considera traición.

Sugawuara acaba de llegar, el no sabía el porqué su novio se encontraba detenido por sus amigos, el por qué de los moretones en su rostro, sus nudillos llenos de sangre y raspones y un poco de sangre escurruendo de su boca y nariz.

—Sawamura, Bokuto sueltenme que ahorita lo acabo —Daba sus forcejeos para liberarse del agarre que tiene

—Amigo calmate —Trato de calmar Bokuto. Es la primera vez que Oikawa se descontrolaba de esa forma —¿Qué es lo que hizo para que estes así?

—Dilo —exigió Tooru —Di lo que hiziste mal nacido —Yoshida se mantuvo callado, no porque no quería admitir lo que hizo sino que también habían involucrado al novio Bokuto Kotarou —Di lo le hiziste a Koshi y Akaashi.

Bokuto di una mirada atenta — ¿Akaashi? —Preguntó el bicolor.

Yoshida temió por lo que fuera a pasar a continuación, ese chico rubio cenizo le tiene un pavor al capitán de Fukurudani, tanto que cuando volteó a verlo empezó a sudar frío, su piel se puso pálida y trago duro la sangre que escurria de su dentadura.

Un chico pelirrojo mostraba igual su enojo en el rubio cenizo, ya que mostraba un ceño fruncido, un gesto que nunca se había visto en Hinata. Oikawa volteó a mirar a Hinata dándole a enteder que hablara.

Hinata fue quien aviso lo que Yoshida Kenta le había echo a su amigos sin que ellos lo supieran.

Todos voltearon a verlo en especial una mirada chocolate, Atsumu con disimulo empezó a caminar a la dirección de Hinata, quedando atrás de él.

—Hinata —Habló Oikawa —Dilo, di lo que me dijiste.

—En la última fiesta de oikawa — Empezó a relatar —Quienes estuvieron ahí sabrán como venían vestidos Sugawuara - San y Akaashi — San —Los mencionado tratando de recordar lo que traían puesto ese día, algo hizo clic en sus cabezas al recordar —Ese sujeto de ahí les sacó fotos debajo de sus faldas —Todos empezaron a murmurar la gravedad de ese asunto, sacarle fotos debajo de la falda de alguien más en Misfits, el lugar donde tu eres libre de usar lo que se te venga en gana, sin prejuicios y discriminación. —Subió esas fotos a todas las redes sociales.

Las fotos que Kenma había encontrado e hizo lo necesario para que eso desapareciera de todas esas aplicaciones. Le llevo tiempo pero logro hacerlo.

Sugawuara y Akaashi se sintieron señalados por miradas acusadoras, sintieron un dolor terrible en su garganta y pecho, dándoles esas terribles ganas de soltarse a llorar. Las lágrimas empezaron a salir de esos ojos chocolates y turquesas.

Ahora entiendo todo>> Pensaron ambos.

—Así que fuiste tu —Habló Yoshida hacia Hinata —Tu me delataste — Yoshida al describir a la persona que lo delató, su enojo se volvió rabia, tanto que camino a donde estaba Hinata dispuesto a darle un puñetazo en su rostro y pudo hacerlo pero una mano detuvo el puñetazo.

Yoshida no sabía el cómo Hinata descubrió que el fue el culpable de subir esa fotos a las redes sociales. Nadie sabía, nisiquera las perdonas más cercanas.

—No querrás hacer eso —la voz hostil del miya mayor resonó —No si quieres una doble paliza —Atsumu le dio una mirada sombría al rubio cenizo, quien este miró a los ojos de Atsumu y quien estaba a lado de él. Su hermano y su amigo suna.

Muchos o muy poco conocían la fuerza y puños de osamu miya. En el boulevard no había nadie que no supiera su nombre y las grandes habilidades que poseía para las peleas. Es por eso que nadie se atrevería a hacerle frete a ese chico peligris, ni a lastimar a su hermano.

El rubio cenizo se soltó con brusquedad chasqueando la lengua y se dio media vuelta para irse de ese alboroto y no terminar más golpeado de lo que ya estaba. Ese era su plan principal pero lo tomaron del hombro e hizieron que voltear a lo que el rubio cenizo vio como derrepente un puño aterrizó en su ojo izquierda haciéndolo caer.

—Uy —Exclamaron todos al escuchar el fuerte puñetazo que acaba de recibir.

—Alguien tendrá que llevarlo a la enfermería.

—Idiota esto solo fue por las fotografías —el ceño fruncido de Bokuto era evidente —Pronto me cobraré las lágrimas que causaste en Akaashi.

Bokuto salió de ahí al igual que Oikawa, ambos vieron salir a sus propios novios pero antes pudieron ver las pequeñas lágrimas que salían de los ojos chocolates y turquesas.

Cada uno se fue a diferentes direcciones.

El alboroto en la cafetería había terminado y todos se fueron a sus áreas por el timbre del descanso dado por terminado.

Atsumu quería abrazar y besar a su novio pero no podía hacerlo, así que simplemente se vieron a los ojos dándose una mirada cómplice.

Cada vez que se veían en la escuela se tenían que guardar las horrendas ganas de demostrar su amor en público. Si por ellos fuera le gritaron a los cuatro vientos lo cuanto que se aman.

Sin embargo no lo hacían, Atsumu tenía miedo de ser descubierto por su madre, el sabía lo que es capaz de hacer si lograba enterarse de su relación con Shoyo.

Tenía miedo de lo que fuera a pasar.

Shoyo sabía que no debía demostrar su amor en público pero aún así no pudo resistirse.

Cuándo Shoyo estaba dispuesto a irse a Karasuno algo en el lo hizo parar su andar, con la mirada gacha giro su rostro a la dirección donde te llevaba a inarizaki. Notando que atsumu también lo miraba, era difícil de desfirar lo que esa mirada quería decirle.

Su corazón latía muy fuerte que sentía que en cualquier momento se le saldría del pecho y correría a atsumu. Aun que el hombre que estaba enfrente de él le había dicho el porqué no podían demostrar su amor en público el ya estaba decidido a lo que iba hacer.

Apretó sus puños y alzó la mirada, admirando al hombre que tanto le a dicho amar. Con pasos seguros avanzó a donde se encontraba el rubio teñido, cada vez sus pasos eran más rápido hasta que al tener un metro de distancia ente ellos Shoyo salto a sus brazos.
Colgándose de su cuello sintió los brazos del mayor aferrándose a su cintura sintiendo la delicadeza con la que lo sostenían.

—Shoyo...

—Lo siento, se que no debemos hacerlo en público —interrumpe, poniendo su dedo índice en los labios de su amado —Pero quise hacerlo en este día, en especial en este día.

Todo aquel que pasaba miraba él como Shoyo se encontraba colgado como koala en atsumu y el como este lo sostenía sin intenciones de querer soltarlo.

Shoyo sostuvo el rostro del rubio teñido con delicadeza, dándole una pequeña caricia con su pulgar —Feliz Cumpleaños Atsumu —Y con eso el menor lo beso.

Sintiendo un montón de emociones en ellos, la adrenalina de la demostración en público, la consolación en el corazón de atsumu, la paz en ambas almas, la satisfacción del tocar sus labios.

Shoyo se separó del beso y le dio un abrazo al miya mayor.

Hermano no olvides la regla miya...

—¿A quien miramos? —Habló una voz tierna.

Osamu dio un brinco del susto, creyendo que se encontraba solo - Nadie

—Hinata y Miya - San se ven muy felices —Menciono admirando el como se demostraban cariño y amor con caricias, besos en las mejillas y algunas palabras ente ellos.

—Si, si lo son —Le dio la razón —Y temo por ello —Susurro para el

—Hacia tiempo que no veía a Hinata así de feliz

—Hinata llegó a la vida de mi hermano para darle Calidez —Admitió Osamu mirando a su hermano con esa estúpida sonrisa — Hinata es el sol de mi hermano.

Mirando a la distancia el como otras personas se daban amor ente ellas les revolvía algo en su ser, asiendo los dudar.

También querían el sentimiento de ser amados por alguien más, el amar alguien, darle amor a base de abrazos, besos, palabras y acciones tan pequeñas pero tan significativas.

Aun que también temían ser lastimados por ese profundo amor que llegarán a sentir.

Osamu lo sabía, sabía que su hermano estaba condenado al dolor cuando conoció a ese chico de pelo anaranjado, cuando llegó a su vida a darle solamente tranquilidad, amor, ese color que les habían arrebatado desde su niñez.

El sabía que esa felicidad se le sería arrebatado.

Giro su Cabeza a admirar a ese chico de pecas notando que sus pequitas ya no las veía. Funció un poco su ceño al no encontrarlas.

El dia anterior estuvo persiguiendo a ese chico por todos lados, no sabía cómo o qué hacía para escaparse le. Hasta que por fin pudo atraparlo en un pasillo y encerrar junto con él en un salón.

No quería asustarlo pero encerio quería disculparse con ese chico y tenerlo de nuevo a su alrededor.

Yamaguchi es alguien terco y algo orgulloso, y después de haber escuchado lo que le tenía que decir desapareció de su vista. Creyó que no lo iba a perdonar pero ahora se encontraba junto a él viendo al tonto de su hermano.

Recordó eso al perderse en ese rostro. Sin darle más importancia a ese asunto siguió esperando a su hermano. Pero en el fondo sabía que quería preguntarle a ese chico el porqué el cero rastro de sus hermosas pecas.

—¡Samuuu! —Espero a que su hermano llegara, notando su mano entrelazada con la del menor —Si tienes planes para hoy cancelalas

—¿Por que razón haría eso? —De todos modos osamu no tenía planes para el día de hoy.

—Está noche iremos a Misfits a celebrar nuestro cumpleaños.

—¿Misfits?

—¿Hoy es su cumpleaños?

—Sierto tu no lo conoces, bueno no importa hoy lo conocerás.

—Si, puedes creerlo yamaguchi —Decía emocionado Hinata —Hoy mi novio y mi cuñado cumplen diesiocho años.

Yamaguchi voleto a mirar a osamu y le regalo una sonrisa —Feliz cumpleaños Osamu - San.

Es demasiado tierno.

Gracias

—Oikawa - San dijo que haría una fiesta esta noche asi que puedo conseguir unas pulceras extras. — Explicó Hinata.

Osamu dudo un poco si ir a ese famoso lugar que tanto le gusta a su hermano. Volteó a mirar a yamaguchi viendo que este se encontraba revisando algunos asuntos en su teléfono.

—¿Tu estarás ahí? —Le preguntó a yamaguchi.

Entre abrió sus labios para responder, pero la mirada de osamu lo puso nervioso —No lose.... Si shimida - San no me necesita entonces estaré ahí.

La pregunta que le hizo osamu a yamaguchi sorprendió a la parejita presente. Ambas miradas chocolate se vieron a los ojos, teniendo esa comunicación que sólo ellos entendían y suponiendo sus sospechas de hacer varios días.

—Bien, hora de irnos romeo —Osamu tomó del cuello de su uniforme a su hermano y empezó a arrastrarlo consigo.

—¡Ay! —Atsumu soltó un quejido — Samu no dejaste que me despidiera de shoyo.

—Lo veras en unas horas no exageres —Le dijo sin interés —Estar separados por cinco horas no los matara.

—Y a todo esto —Tsumu se enderezó —Por que le preguntaste a Yamaguchi si estaría en la fiesta —Preguntó con tono de voz pícara.

Atsumu lo intuía y la intuición de atsumu nunca falla

—Yamaguchi me cae bien

—Te cae bien o te empieza a gustar

—No me gusta, idiota

—Cuanto más lo niegues más entrará en tu corazón

—Nadie entrara a mi corazon

—Eso pensaba yo hermano –Susurro el rubio —Pero si estas perdiendo la Cabeza por ese cuervito de pecas solo dame la señal —Agrega animado — Cómo yo lo hize contigo.

La mayoría del tiempo Atsumu y osamu Miya se encontraban peleando o compitiendo ente ellos pero aún así ellos tenían algunas señales o códigos de hermanos, algo que sólo ellos se entenderían en su propio idioma.

Porque sólo ellos saben que tienen a su padre y algunos trabajadores que están a su disposición, lo están pero lo que tienen entre ellos es mucho más fuerte e íntimo.

Osamu sabía que si estuviera muriendo de rodillas el sería quien lo rescate y Atsumu a la vez sabía que sí el se estuviera ahogando en el mar, osamu le daría sus pulmones para respirar.

Desde su niñez se han tenido el uno al otro, en las buenas, en las malas, en sus miedos, en los traumas que le causo su madre. Y Siempre va ser así, aun que hayan encontrado un amor con quien competir su vida, ellos siempre estarían primero.

—Cariño, por favor sal de ahí

Adentro solo se podían escuchar el llanto de alguien. Aún que trate de tranquilizarse sus lágrimas no coperaban. Tenía tanta vergüenza de salí ahí afuera y que vuelvan a verlo con ese morbo.

Ahora comprendía del porque al llegar a la escuela todos los miraban de ese modo, el porqué esos dolorosos comentarios.

El porqué le pasó eso.

—Vamos, lo resolveremos juntos — Insistió para poder sacar a su novio de ahí —Cómo siempre lo hemos echo.

—No... No quiero salir —Decía entre lágrimas —Tengo vergüenza y escuchar de nuevo esos comentarios.

—Mi amor nadie te va decir esos comentarios —Trato de calmar el llanto de su novio.

—¿Cómo estás tan seguro?

—Porque mi amor si alguien se atreve a decirte algo ofensivo yo mismo me encargaré de romperle la cara. — escucho la pequeña risa de su novio que se rehusaba a salí de su escondite.

Se tallo un poco sus ojos, Con nerviosismo se levantó de donde estaba encorvado y sus manos temblado como la manija de la puerta quitándole el seguro.

Al otro lado de la puerta estaba esperando tranquilamente a que su amado saliera. Al verlo salir lo tomó entre sus brazos, dándole pequeñas caricias en su espalda y cabellos, a la vez que le daba pequeños besos en ellos.

Se separó de su abrazo y se vieron a los ojos, notando lo rojos e inchados que estaban pero no se compraba a la cara del más alto.

—Tu cara esta terrible —Los moretones y cara inchada empezaban a aparecer.

—Y la tuya es hermosa

—No mientas, esta llena de lágrimas y mocos

—Tus mocos son preciosos

—Eres un idiota Oikawa Tooru

—Eres hermoso Sugawuara Koshi

Oikawa tomo de la mano al platinado para calmarlo más, al estarlo ambos caminaron por los pasillos de las grandes instalaciones de esa escuela.

Aun habían personas que miraban a Sugawuara de forma morbosa y vulgar, ambas Miradas chocolates se daban cuenta, el más alto al notar eso los mirada de forma hostil lo que ocasionaba que dejaran de mirar a Sugawuara -Aun que no a todos- pero aún así sabían que tendrán que soportar esa clase de miradas por más tiempo, a lo que olvidaban el tema de las fotografía.

Sugawuara solo esperaba que esas fotos no llegaron a manos de su madre.

Su madre es difícil.

Y el sabía que sí llegaba a enterarse de la clase de ropa que traía puesta, el lugar donde se encontraba y la hora que estaba ahí eso sería un gran problema y no sólo para el sino que también para otra persona.

Tocaron el timbre para el inicio de otra clase lo que significa que Oikawa debe regresar al área de Aoba Joshai y Sugawuara a Karasuno.

Ambos no podían perderse clases, más aún que están por graduarse.

Llegaron donde tenían que separarse. Un camino con diferentes pasillos, lo que cada pasillo te llevaba a un área.

Nekoma.

Karasuno.

Aoba Joshai.

Inarizaki.

Shiratorizawa.

Itachiyama.

Kamomedai.

Fukurudani.

Cuándo se separaron Sugawuara aún escuchaba sus susurros entre alumnos, chiflidos discretos y miradas de forma lujuriosa en todo su cuerpo pero el simplemente las ignoro y siguió su camino a su próxima clase.

Ahora entendía el porqué de ese día. El quería borrar ese recuerdo de su mente porque cada vez que quería cerrar lo ojos para decanzar esas miradas y toques desagradables le llegan a sus cabeza de mil formas.

No quería que Tooru se enterara de lo que ocurrió ese día, Hajime le prometio que no se lo contaría y suga confiaba en su amigo.

¿Cómo se encontrará Akaashi? >>Se preguntó.



(...)



Akaashi no se la estaba pasando mejor que Sugawuara, ni en los últimos días.

El azabache siempre le a gustado ser una persona que sale desapercibida, nunca le a gustado mucho la atención. Pero cuando empezó a salir con bokuto sabía que muchos ojos estarían puestos en el.

Ama a bokuto y enfrentó a su padre para estar con él. Su padre le preguntó si estaba listo para lidiar las consecuencias de estar con bokuto.

Claro que no estaba preparado.

¿Quien está preparado para la vida? Nadie lo está.

Desde que aceptó ser la pareja de bokuto kotaro estaba decidido que bokuto formará parte de su vida.

Si, nunca creyó que algo como esto pasaría en Misfits. Aún así Akaashi sabe que muchas cosas ocurrirán a partir de ahora y está listo para afrontarlo, no lo hará sólo.

Tiene a bokuto a su lado. Seríamos nosotros contra el mundo.

—Nosotros contra el mundo akaashe -
—Le susurro.

Después que Akaashi saliera corriendo y bokuto fuera detrás de él, los ojos turquesa no podían parar de llorar.

El mayor lo alcanzó y lo envolvió en un abrazo. Akaashi se soltó más a llorar, desahogando su frustración, su impotencia y su vergüenza.

No está solo.

—Nosotros contra el mundo Bokuto - San


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