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Capitulo 4

Disclaimer: Los personajes de Haikyuu no me pertenecen; créditos correspondientes a Haruichi Furudate, Posible (o mucho) OoC en los personajes. Este fic contiene escenas explícitas, lenguaje fuerte, temas adultos tratados de modo detallado y escenas fuertes; se recomienda discreción.

Pareja principal: Osamu x Yamaguchi (OsaYama)

Pareja secundaria: AtsuHina, OiSuga, BokuAka, DaiKita, entre otras.

AL DESPERTAR

La luz del sol traspasando por la venta, con una brisa de aire fresco ya que está se encontraba abierta. Removiendo se en la cama, enredado ente las cobijas sin buscar una salida, trató de darse una vuelta para estar Boca arriba pero en lugar de eso rodó de la cama, dando un azoton, saliendo una queja de su boca y otra queja de dolor de alguien más.

Asustado trató de levantarse en medio de la manta enredada en su cuerpo.

—Oye así te despiertas diario —Pregunto osamu Sentándose.

—Am... Yo... Etto —Balbucea, tratando de procesar los pocos minutos que lleva despierto. —¿Dónde estoy? — Pregunta a osamu, que aún se encuentra sentado.

—En mi abitacion —Respondió.

—¿Tu abitacion? —Cuestiona asustado. Jurando a Dios que no haya echo nada de lo que se arrepentirá el día de hoy o mañana.

—No recuerdas nada ¿verdad? Tadashi - kun

—Recuerdo estar con Suna y Ginjima.

—Ajam y que más —Osamu trataba de molestar al pobre de yamaguchi —No recuerdas nada más.

—Ay no, si le dije algo indebido— Yamaguchi hizo una reverencia —Le pido que me disculpe.

Osamu en cambio relajo sus facciones y se soltó a reír, causando duda en las expresiones de yamaguchi.

—Solo te estoy molestando —Aclaro el de ojos grises —Se lo que hace el alcohol —Osamu se levantó del piso —Y déjame alagarte, cantas muy bien.

—¿Cantar?

—Si, anoche estabas cantando

—¿Encerio?

—Si, era algo como —Se aserco al de pecas e inicio a cantar —And years Make everthing alright, you fall on me for anthying you like... And I, no, i'dont mind.

Tadashi escuchaba con atención la voz de osamu sin apartar su mirada atónita de los ojos del contrario.

Yamaguchi ya recordó la letra de la canción y la continuó.

This is the last time... That I will show my faca. One last tender lie and.. Then i'm out of this place —Ninguno dijo Nada, hasta que yamaguchi puso más atención a la abitacion en la que se encontraba.

En las paredes se encontraban varios póster de diferentes bandas, en la esquina de la abitacion un mueble con muchos, demasiados discos CD, que se lograban leer el nombre de las bandas. En otra esquina un modular, para escuchar sus discos pensó yamaguchi. También habían unos cuantos libros y platos amontonados en su escritorio de estudio.

—¿Te gusta el Rock alternativo? — Quiso saber osamu.

—Si, me gusta y veo que a ti te encanta.

—Pará mí es... Relajante. —Yamaguchi camino al mueble de los discos CD —¿Y para ti?

—Pegajosa y es buena para estudiar — Lee el nombre de las bandas y los títulos de los álbumes. —¿Quien es tu favorito?

—Todas son Buenas, creo que no tengo favorito —Tambien empezó a ver sus discos —Pero disfruto mucho a Queens of the stone Age, The killers o Blink - 182 —Giro a verlo. Tadashi seguía contemplando con un brillo en sus ojos los discos de osamu —¿Y tu si tienes favoritos?

—No realmente, pero las mejores que e escuchado son a Good charlotte, keane, the cab —Pausa —O sin olvidar a Green day. Amo a green day.

—¿Quien?

—¡¿Qué?! —Cuestiona atento —¿Cómo que quien? No conoces a Green day.

—Pues no

—Tienes que escucharlos —Admite yamaguchi.

Osamu tomó un disco en específico del mueble y camino al esterio para poder ponerlo en reproducción.

Shongs for the Deaf —Leyó el título del álbum, Yamaguchi.

—Queens of the stone age —Subiendo le el volumen al aparato electrónico.

El de pecas escuchaba con atención la melodia de la guitarra eléctrica y a su vez movía su cabeza delicadamente al ritmo de esta. Osamu sólo lo observaba disfrutar de la música.

Miya Sintiéndose feliz de compartir sus gustos musicales con alguien que no sea su hermano.

Tadashi cansado de estar de pie quizo caminar a la cama para poder sentarse, sin embargo sus pies se enredaron en el edredón que uso osamu para dormir, provocando que perdiera el equilibrio y cayera al suelo, eso sí se llevó consigo a osamu.

El menor cayó en el cuerpo del contrario, tratando de incorporar su cuerpo, sentándose en el vientre del peligris y con sus manos a cada lado de su cabeza.

—Lo siento mucho —Se disculpo, teniendo un sonrojo en sus mejillas por la vergüenza —Te e echo pasar por un mal rato.

Pero en cambio osamu estiró su mano a la mejilla de Tadashi, con la intención de querer acariciarla.

Muy bonitas pecas.

Desde que despertaron osamu tenía ese impulso de quere acariciar las mejillas pecosa de yamaguchi, a simple vista se notaban suaves y esponjosas, quería averiguar si realmente se sentían así. Aunque su otra mano se encontraba en la cintura del menor, con aquel toque sentía que tiene firmesa.

—¡¡Samuuu!! —Su hermano entró de repente a la abitacion. Sobre saltando a ambos.

Con la miarada atenta en su hermano y el amigo de su novio en aquella posición se podría mal interpretar. No sólo es la mirada de su hermano sino también la de shoyo, suna y Ginjima que estaban atrás de Atsumu.

—¿Yamaguchi?

—Tsumu te e dicho que no entres así a mi abitacion —Lo regaño su hermano.

—Te toque por un buen rato

—Tengo hambre —Mencionó suna

Después del momento vergonzoso que pasó yamaguchi, este se levantó con sus mejillas Sonrojadas, tratando de evitar las miradas de cada uno de los presentes, pero la mirada burlona que le daba Hinata lo hacía sentir más avergonzado.

Atsumu le menciono a su hermano que necesitaba ayuda en la cocina, el rubio teñido intentó hacer el desayuno para su novio pero terminó quemando las tostadas y derramando jugó de naranja en todo el piso. Hinata regresó a la cocina para limpiar el desastre del suelo en lo que tsumu convense a su hermano para ayudar, antes que termine quemando la cocina.

Al caminar a la habitación de su hermano se encontró en el camino a suna que venía bostesando, ambos amigos caminaron a la abitacion de osamu, Atsumu tocó varias veces la puerta de su hermano pero sólo se escuchaba su música y desesperado por ser ignorado entró a la abitacion encontrándose con el mejor amigo de su novio arriba de su hermano.

Todos bajaron al comedor para desayunar, excepto samu que entró a la cocina para hacer el desayuno, ya que ninguno de los presentes sabía hacer un simple huevo, eso lo sabía de atsumu, suna y Ginjima.

—¿Quieres una mano?

—¿Sabes cocinar? —Pregunto osamu

—Bueno no soy un chef profesional, pero se lo básico —Yamaguchi se remango para lavarse sus manos, dejando al descubierto sus muñecas y brazos —Bien en que te ayudo —Pregunto sonriente.

El peligris le devolvió la sonrisa, pidiéndole a yamaguchi que cortara las verduras que acaba de lavar. Tadashi tomó el cuchillo y una tabla para empezar hacer lo pedido, osamu limpiaba el arroz con el que haría los ongiris, aun que su mirada no paraba de observar detalladamente la forma en la que el de pecas cortaba las verduras, sus ojos recorrieron a las muñecas de tadashi, notando pequeñas cicatrices en ellas.

Tadashi sintió la mirada de osamu en sus muñecas que por impulso bajo sus mangas.

Antes que osamu pidiera disculpas con el chico, Hinata entró de repente a la cocina, haciendo sobre saltar a ambos chicos.

—Yamaguchi hora de irnos

—¿Qué? ¿A dónde?

—Kageyama llamó, Yachi nos necesita —Con solo eso yamaguchi dejos el utensilio de cocina y se apresuró con Hinata a la salida.

Diciéndole un gracias y lo siento a osamu ambos chicos se fueron.

Con cansancio y dolor en su cabeza logró entre abrir sus iris azules pero a la hora de abrir bien sus ojos, sintió un terrible malestar en su estamogo y su boca empezaba a hacerce saliva, lo que significa una sola cosa.

Vómito.

Rápidamente se reincoporo de la cama donde se encontraba acostado y con su mano derecha tapando su boca buscando donde devolver.

En cambio alguien le puso en frente una cubeta color morado con algo más en su contenido.

El de iris azules estando seguro de ya haber vomitado todo hasta su pobre alma, alzó su mirada a la persona que lo acaba de ayudar.

Pequeño de estatura, delgado, albino y de ojos redondos de color verde olivo.

—¿Mucho mejor? —Pregunto el albino.

—Si, gracias —Se limpio sus labios con el dorso de su mano. Sus iris van visualizando donde se encontraba, una abitacion que nunca en su vida había visto.

—Tranquilo no te secuestre, si es lo que estas pensado —Aclaró calmado —Soy Hoshiumi korai

—Kageyama tobio

Korai le fue explicando calmado el porqué Kageyama se encontraba ahí en una casa y abitacion desconocida, con ropa que no estaba usando el día anterior.

Anoche cuando Kageyama trataba de dar pasos por sí solo y al primer paso cayó al suelo Hoshiumi lo vio y con esfuerzo puedo llevarlo a su casa, ya que en esta ocasión sus padres se encontraban fuera por asuntos de trabajo. Pero al estar en el jardín de nuevo Kageyama tenía ganas de vomitar, así lo hizo, vomitando en un arbusto de él gran jardín de enfrente. Si bien las ropas de ambos terminaron afectadas, más la de Kageyama y solo el pantalón de korai.

Al llegar por fin a la abitacion de korai, se fue acostado en la cama a Kageyama pero solo era el inició, ya que sierto tiempo el azabache despertaba a vomitar al terminar de devolver todo se volvía a dormir.

Hoshiumi se quedó cuidando de Kageyama toda la madrugada.

Con vergüenza agena plasmada en la cara de Kageyama, bajo su mirar tratando de evitar la mirada del albino. Con lo que le acaban de contar no cree capas de verlo de nuevo a los ojos. Se sentía muy avergonzado con el chico que lo cuido la madrugada.

—No eres bueno con el alcohol verdad.

—Bueno... Yo... Creo que me exedi esta vez.

—Y vaya que si

—Lo siento mucho

—No te preocupes por ello —Hoshiumi salió de la abitacion, yendo a por algo y después de cinco minutos regresó con algo en sus manos —Está limpia y seca —Le entregó su ropa de la noche anterior, limpia, planchada y bien doblada —¿Tienes hambre?

—No —Su estómago lo traicionó con su mentira haciendo un ruido de tener hambre. Con sus mejillas Sonrojadas por la vergüenza volvió a bajar la mirada.

—Tu estómago no dice lo mismo - mencionó burlon —Después de todo lo vomitaste todo ayer —Camino a la puerta —Baja en cinco minutos —Dijo riendo.

Kageyama se quedó en la abitacion con sus pensamientos revueltos, tratando de prosesar lo que le acaban de contar y todo lo que le había echo pasar al pobre chico albino.

Decidido se levantó de la cama y tomó las pantuflas que estaban a lado de la cama, calzadolas. Sin saber por donde ir a las escaleras decidío usar su instinto.

Al encontrarlas bajo con cuidado ya que aun sentía un dolor en la cabeza, sin embargo a la mitad de bajar las escaleras sus fosas nasales alcanzaron el olor de café resiente, la mezcla de panqueques, jugo de naranja y un poco de fruta.

Cuándo llegó al comedor se encontró con todo ya estando en la mesa del comedor, tal y como lo había adivinado su nariz. Con pasos lentos avanzó a la mesa y se sentó enfrente del albino que lo ayudó.

Juntando sus manso y repitiendo un gracias por la comida, empezaron a disfrutar.

—¿Por qué me ayudaste? —Quiso saber Kageyama. Aún que se lo agradecía el quería saber el por qué el ayudarlo, pudo averlo dejado ahí pero no lo hizo.

—No creo que podría dormir con mi conciencia gritando me el no hacer nada por ayudar a alguien que lo necesita.

Eso dijo korai, pero había otras razones por las cuales le ayudó, pero no podría decirles cuáles, ya que ¿que sentido tenía al decirlas?, si esta el cien por ciento seguro que no tenía caso.

Con su corazón ahogado decido borrar aquellos pensamientos.

El sonido de un tono de llamaba los distrajo, el tono de llamada del celular de Kageyama, que se encontraba en esa misma mesa pero apartado de sus platos de desayuno.

Desconocido

Decía el contacto.

Deslizando su dedo al botón verde la llames inicio.

—¿Kageyama?

—Si, ¿Quien habla?

—Mmm bueno, soy yachi, trate de comunicarme con Hinata, yamaguchi o.... Tsukishima, pero ninguno me respondió —Dijo con nerviosismo en su voz —La razón por la que te llamo es... ¿Si podrías venir por mi? —Atravez de la llama se logro escuchar un pequeño sollozo de su amiga.

Con preocupación las alertas de Kageyama se activaron, se levantó con brusquedad de la mesa, asustando a Hoshiumi, el azabache le dijo un rápido lo siento y salió de ahí. Tomando sus tenis salió corriendo a la dirección que Yachi le había dicho por teléfono.

Corriendo con rapidez y todo lo que sus piernas daban, la gente solo lo veían de un modo raro o algunas rumoreaba, pero a eso a Kageyama le importa una mierda. Cuando alguien de los cinco necesita de alguien, los cuatro siempre van a estar para ese alguien que necesita ayuda.

Con el sudor escurriendo por su frente logró visualizar a Yachi, sentada en una pequeña banqueta solitaria. Al llegar con ella se detuvo su carrera, la rubia cuando lo vio corrió al azabache, dándole un abrazo y estampó su rostro al pecho de Kageyama. Tobio sostuvo entre sus brazos el pequeño cuerpo de hitoka, escuchando su llanto y pequeños gemidos, sus lágrimas se fueron escurriendo en aquella sudadera que le fue prestado.

Después de un rato Yachi ya se encontraba un poco calmada y fue donde Kageyama trató de comunicarse con los otros tres faltantes.

Dando con Hinata.

—Kageyama

—¡Boke! —Exclamó Kageyama.

—Kageyama no grites así —Se quejo

—Callate y escucha —Ordenó —Yamaguchi o Tsukishima están contigo.

—Solo tadashi

—Bien, dile que se comunique con el idiota de Tsukishima y nos vemos en la dirección que te voy a enviar por mensaje.

—¿Por qué? ¿Qué pasa? —Pregunto asustado por el tono de Kageyama.

—Es Yachi, yo ya me encuentro con ella —Respondió tajante.

—¿Qué le pasó a Yachi? Kageyama — cuestiona asustado.

—Solo traigan sus traseros —Corto la llamada.

(...)

—Tsukki despierta —Habló una voz

—Callate yamaguchi —dijo somnoliento.

—Qué gracioso pero no soy yamaguchi y ya levántate o bokuto no te dejará nada del desayuno.

A regañadientes se levantó de la cama donde se encontraba acostado, pero al momento que piso el suelo, su cabeza le dolía mucho y tenía demasiada sed.

Camino con cuidado a la puerta para ir al comedor, donde ya todos se encontraban desayunado, a todos se refería a ese cuarteto que nunca se separaban, bueno solo cuando estaban en clases, ya que están en diferentes salón de clases.

—Hey tsukki —Exclama el de cabello bicolor. Con una radiante sonrisa en su cara.

—Bokuto - San, por favor deje de gritar —El pelinegro se sostenía su sien con su mano derecha y en su rostro expresa fastidio.

El rubio se sentó a lado de Kenma y quedado en frente de Akaashi. Todos ya estaban disgustado su desayuno a excepción del pelinegro de ojos azules, el solo estaba tomando una taza de café.

Tsukishima junto las palmas de sus manos y agradeció por la comida que tenía en frente, tomando los palillos para empezar a comer, pero antes de eso sintió su boca seca y le dio un gran trago al vaso de jugo de naranja que también tenía enfrente.

Después de un rato, escuchando las veces que Akaashi le pidió a bokuto que bajara la voz por el dolor de su cabeza, a Kuroo advirtiéndole a Kenma que si no se acababa todo el desayuno de su plato le quitaría cada video juego que tenía en esa residencia.

Kei llevaba al menos la mitad de su desayuno.

—También te afecto el alcohol de ayer verdad

—Si, un poco

—Te recomiendo que duermas un poco más, pero de lado por si te dan ganas de vomitar.

—Gracias, supongo

Akaashi estaba dándole recomendación a Tsukishima con aquella cruda que tenía, ya que Akaashi estaba igual por el alcohol que ingerio el día de ayer. Tsukishima estaba por hacer unos de sus comentarios agrios hacia Kuroo y bokuto que no dejaban de molestar con la mirada ámbar que no se alejaba de alguien el día de ayer, antes que empezarán los polvos de colores.

Cuándo su teléfono que se encontraba en su pantalón empezó a vibrar.

Yamaguchi

Dudando si debía contestar o no, a los tres tonos decido responderle la llamada.

—¡Tsukki!

—¿Qué yamaguchi? —Respondió indiferente, tal y como siempre lo es en las mañanas.

—¿Donde estas?

—Con Kuroo

—Ven a la ubicación que te mandare por mensaje

—¿Qué? ¿Por qué debería?

—Por qué Yachi nos necesita —hablo tajante —Tsukishima Kei ven ahora mismo sino quieres que yo mismo vaya por ti.

Yamaguchi solía ser tranquilo, nervios y amable, todo un ángel la mayoría parte del tiempo pero cuando se enojaba o le molestaba algo, ese ángel se convertía en el mismo diablo en menos de cinco segundos.

Y tsukishima a sido testigo de eso muchas veces.

Yamaguchi colgó la llamada, dejando pensando al rubio. Se levantó de la mesa y pidió disculpas que tenía que retirarse, antes que Kuroo y bokuto preguntaran que sucedía Tsukishima ya había salido a toda prisa de aquella casa.

(...)

Con la respiración agitada, las gotas del sudor recurriendo por su frente y nariz, sus piernas sintiendo que ya no podían más, el calor que sentía por el sol que le daba directo a su cara.

Tsukishima sentía que en cualquier momento se demayaria de tanto correr, pero no quería detenerse, no quería hacerlo, no después de escuchar quien estaba en problemas.

A lo lejos logró visualizar las siluetas de Hinata, yamaguchi, Kageyama y Yachi. La femenina aún se encontraba aferrada al torso de su amigo azabache, sus sollozos ya habían parado, pero lo que ahora estaba sintiendo no.

Al llegar junto a los cuatro se agachó, tratando de regular su respiración de la carrera que acaba de tener. Todos lo observaban dar grandes bocanadas de aire, todos excepto Yachi que tenía su rostro escondido en el pecho de Kageyama. Tsukishima al notar eso no pudo evitar fruncir el ceño.

Siendo yamaguchi el único en percatarse de ese ceño fuenciodo de su amigo de la infancia.

—Ya nos encontramos todos -tomó la palabra Hinata -Ya puedes contar lo que sucede Yachi.

Yachi aún seguía en silenció.

—Tranquila tomate tu tiempo — Mención yamaguchi. Acariciando sus cabellos rubios.

Después de unos largos cinco minutos, por fin Yachi separó su rostro del pecho del azabache. Respirando profundo, parándose derecha.

—No lose —Respondió exhaustiva. Dejando a todos sorprendidos. —Nose que ocurrió, cuando desperté ya no tenía mi ropa de ayer —Yachi tiene puesta otro tipo de ropa a la que traía el día de ayer, estaba en otra casa, en una cama de una abitacion que nunca había visto en su vida.

Cuándo yachi abrió sus ojos se encontró con unas paredes color blancas, con muebles que no recordaba aber visto en sus abitacion.

Cayó en cuenta que no estaba en su departamento que compartía con su tía lejana y sus primas. Más bien estaba en una casa, en una cama que no era de ella, al igual que su ropa. Tenía puesta ropa que no era de ella, le quedaba más grande.

Cada vez que trataba de recordar lo que pudo pasar el día de ayer no lo lograba y de tanto forzar se sentía sus ojos húmedos, por las lágrimas que amenazaban por salir. Y de nuevo escondía su rostro en el pecho de Kageyama.

Aun que unos ojos ámbar no podia evitar su mirada reselosa a ese par.

—Los chicos con los que no parabas de bailar -Dijo Tsukishima neutro. — Ellos deben de saber algo.

—Tsukishima tiene razón. ¿Cuál es son sus nombres? —Le dio la razón Hinata.

—Tampoco lose

—¿Qué? ¿Cómo que no sabes sus nombres? —Exclamó el rubio. Asustando a yachi por la voz subida de tono.

—Idiota la estas asustando —Le regaño Kageyama.

—Okey hay que calmarnos, con gritos y discusiones no llegaremos a nada para ayudar a yachi. —Yamaguchi se aserco a yachi para retirar sus pequeñas lágrimas que se encontraban en sus Mejillas —Ahora trata de calmarte yachi - San y trata de recordar con tranquilidad. Alguna cicatriz, si te dijeron donde estudiaban, como lucían.

La femenina se limpio sus mocos con las mangas de aquella sudadera que traía puesta.

—Quiero irme

—A tu casa?

—No, a donde sea menos ahí.

La comodidad de la cama, las almuadas, el refrescante aire fresco que entraba por la ventana, la hacían no querer abrir los ojos y no levantarse de aquella comodidad.

Pero algo le hizo abrir de repente sus ojos y sentarse en la cama.

Al hacerlo se encontró con una sorpresa. No estaba en su abitacion, ni en casa de alguno de sus amigos.

Habían cortinas de una tela delgada color azul, en una repisa habían trofeos aún que no alcanzaba a ver de que era, fotos de un chico pelinegro que supone es su familia, hay varios cómics y mangas en un librero.

Retirándose las sábanas color marrón de su cuerpo, sus delgados pies hizieron tacto con la loseta fría.

Al estar de pie se dio cuenta que ya no tenía puesta la ropa de la noche de ayer. Tenía puesta unos pantalones negros deportivos que le quedaban holgados, al igual que una playera con un dibujos de balones de vóleibol en ella, de igual manera le quedaba holgada.

Tratando de recordar lo que pudo pasar la noche de ayer, su mente jugó con ella pensando lo peor.

Sin esperar a buscar respuestas en esa casa, a toda prisa salió de ahí.

Salió corriendo, no sabiendo a dónde la llevaban sus pies aún descalzos, solamente salió corriendo y con sus ojos húmedos.

Se detuvo en un teléfono púbico.

Llamó primero a yamaguchi, ya que él siempre contestaba el teléfono. Pero por esta vez el no contestó el teléfono.

Las personas que pasaban por ahí solo veían sus pies descalzos.

Trató esta vez con Hinata, debió suponer que no contestaría, ya que su amigo pelinaranja tiene el sueño pesado.

Dudo en llamar a Tsukishima, ya que el chico la regañaria si le contaba lo que ocurría, no quería mentirle pero le tiene un poco de miedo. Talvez se compadezca de ella.

Sono, pero no contesto la llamada.

Todos deben estar durmiendo por la fiesta que tuvieron la noche anterior.

Espero unos quince minutos talvez para intentar llamar a Kageyama, no creyo que el contestaría, ya que de todos el es el que peor se pasaba con las bebidas alcohólicas.

—Si, ¿Quien habla? —Su amigo azabache si contesto. Feliz por eso trato de hablar con él

—Mmm bueno, soy yachi, trate de comunicarme con Hinata, yamaguchi o.... Tsukishima, pero ninguno me respondió.

Después que terminara su conversación, la rubia simplemente se dejó caer, quedando sentada en el sucio suelo de la calle.

Tu los Provocaste a hacer eso

Eres una cualquiera con esa ropa

Tienes buena cara pero demasiado planita, ojala y te desarrolles bien en el futuro.

A puesto que un Doncel es mucho mejor que tu

Si alguien está contigo es porque quiere algo más que tu simple compañía

Eres demasiado tonta para hablar

Te vez patética con ese maquillaje en la cara

Tu estas destinada a estar sola

Si no puedes entrar a una buena universidad entonces casate con un hombre con dinero y dale bebés.

Las mujeres y los doncel solo sirven para satisfacer a su pareja y darles bebés.

Sin un hombre tu o... Las de tu clases no sirven para nada.

Todas esas palabras sonaban adentro se su cabeza, esas palabras que ya había y siempre escuchaba en su propio Hogar, si es que se le podría llamar así.

Su Hogar aún no llegaba.

Pero a lo lejos pudo visualizar una silueta de alguien corriendo y cuanto más se asercaba, más podía identificar de quien se trataba.

Kageyama.

Su amigo, a pesar de mostrar siempre ese ceño fruncido, ella a logrado ver lo que es en el fondo Kageyama Tobio.

Todo lo contrario a lo que él deja que vea la gente a su alrededor.

Solo a las personas que realmente le han calado a su corazón, dejan que vea quien es realmente El rey de la cancha.

Con la oscuridad de la noche no tuvo de otra que ir a su casa, desde hace unos meses se siente insegura y asustada en donde vive. Quisiera decirle a alguien pero tiene miedo que algo mucho peor le pueda pasar.

—Con el tiempo esto pasará...

La madre de yachi murió un año atrás en un accidente de auto y al no saber el paradero de su padre, la rubia quedó al cuidado de sus tíos; la hermana de su madre.

Cuándo se entero de la muerte de su madre quedó destrozada, llorando por meses de la ausencia de su madre. Su tía la dejó estar en su luto, ella también lo estaba por su hermana mayor. Después de eso por alguna razón todo lo veía gris, sus días pasaban demasiado lento, en lo único que está su mente es en acabar la escuela.

Eso era antes de conocerlos.

Cuándo se convirtió en la manager del Karasuno creyó que todo sería igual que siempre. Una simple rutina. En cambio cuando Hinata y Kageyama le pidieron ayuda Para estudiar no dudo en ayudarlos y su simple compañía la hacían sentir mejor que antes.

Con el tiempo estableció una bonita amistad con los cuatro, siempre riéndose de los problemas que causaban Hinata y Kageyama, la poca pasiencia que Tsukishima tenía con ese par, Yamaguchi siempre siendo amable con todos, le gustaba mucho eso.

Kageyama les habló de un lugar donde hacen fiestas muy divertidas, todos aceptaron a excepción de tsukishima que primero se negó pero con la insistencia de Hinata y Yamaguchi lograron convencerlo.

Kageyama los llevó a conocer misfits.

Desde ese dia los fines de semana se reunían para ir a misfits o a otro lugar que organizará alguno de los cinco.

En el corto lapso de tiempo que paso con ellos, se fueron convirtiendo en su hogar, en su familia. Es así como ella los ve y se siente feliz de sus así sea, pero uno de ellos la hacía sentir de alguna manera diferente.

Con ellos a su alrededor se le había olvidado eso pero en un momento de debilidad muchas cosas pueden ocurrir en tu cabeza.

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