Capitulo 11
Disclaimer: Los personajes de Haikyuu no me pertenecen; créditos correspondientes a Haruichi Furudate Posible (o mucho) OoC en los personajes. Este fic contiene escenas explícitas, lenguaje fuerte, temas adultos tratados de modo detallado y escenas fuertes; se recomienda discreción.
Pareja principal: OsaYama
Pareja secundaria: AtsuHina, kagehoshi, entre otras.
UN CUERVO, UN GATO Y UNA GAVIOTA
—Toma
—Gracias Kageyama
Tobio le había dado una cajita de leche a su amiga, a pasado dos meses desde el día de esa fiesta. Dos meses desde que yachi despertó con ropa que no es de ella y en una habitación de una casa que nunca había visto.
En los almuerzos, Kageyama le daba a yachi una caja de leche de cualquier expendedora que encontrarás en la escuela.
Le Recordaba a esa rutina.
Agresivamente le metió el popote a la caja de leche, su amiga lo observaba como se desquitaba con la pobre caja de cartón. Sospechaba que algo le pasaba a Kageyama, pero no quería ser entrometida con la vida de sus amigos, así que no le pregunto por qué su furia con la caja de cartón y mejor se pusieron a conversar de cualquier cosa que se le viniera a la mente, como las clases, las escapadas de Hinata, el miya menor trayendo a yamaguchi en su moto.
La primera vez que lo vieron llegar con Osamu Miya fue algo sorprendente. Porque ellos no fueron los únicos que lo vieron, sino que también los de tercero, Kuro, Bokuto, el hermano de osamu, chicos de Shiratorizawa y Oikawa cuando estaba conversando de algo con Sugawuara. Esa mañana no fue el único día que yamaguchi llegó junto al mayor, sino que así fue los siguientes días hasta la fecha.
Después de terminar su caja de leche yachi se quedó viendo a la nada, como si estuviera perdida en sus pensamientos y así era.
Tobio sabía dónde se encontraba la mente de yachi en estos instantes.
Desde ese día yachi no ha querido hablar de eso o del tema de ciertos moretones en sus brazos, muñecas y cuello de la rubia. Sus amigos sospechaban que algo más pasaba con yachi afuera de la escuela y ese tema es muy delicado para ella.
—¿Dónde está Hinata? —Pregunto yachi
—Seguramente con Atsumu —Respondió el azabache. Siendo costumbre que Hinata siempre este con el
—¿Tsukishima y Yamaguchi?
—Ni idea —Siguió tomando de su caja de leche —Talvez estén estudiando o algo, ya sabes que ellos son muy tranquilos.
Con su respiración agitada, una capa de sudor por todo su cuerpo, sus cabellos pegados a sus rostros, las piernas doliéndoles, sintiendo que ya no pueden más. Pero aun así no quieren, ni pueden parar.
—Más rápido —Pidió el mayor.
—Pero ya.... No puedo más
—Si si puedes, vamos.
—¡Ah!
En la mente de yamaguchi, se imaginaba que su viernes sería un día como todos los demás. Levantarse, ir a la escuela, entrenamiento, terminar sus tareas, ayudar a shimida - San en la tienda y talvez lavar un poco de ropa.
Su rutina de todo los viernes, pero Al parecer no va a poder ir al entrenamiento de hoy.
Ni a sus últimas clases.
—¿Ya podemos salir? —Pregunto el menor.
—No creo, espera cinco minutos más
Yamaguchi se encontraba tranquilo en su casillero para tomar los libros de su próxima clase, Tsukishima ya se había adelantado y el chico de pecas lo iba alcanzar más tarde.
Sin embargo, eso tenía que ocurrir.
Cómo si fuera un rayo, de reojo vio pasar corriendo a dos personas, quienes como si su vida dependiera de ello se metieron dentro de un armario, el armario que usan para guardar las cosas de limpieza.
Después que ellos se escondieran, pasaron tres chicos con el uniforme del área de Inarizaki, pero en la camisa blanca de su uniforme esta toda manchada. No sabe si es comida, pintura o lodo.
Los tres chicos se asercaron a yamaguchi, este nervioso que le pudieran hacer algo, porque por las caras de los desconocidos están realmente molestos.
—¡Tu! —Exclamó uno de ellos.
—S.. Si
—Viste a un par de idiotas pasar por aquí.
—A...
—Se pasó especifico inútil.
—Peligris, castaño. Uno de los gemelos miya y quien está siempre con ellos Suna Rintarou
—Ah nop, nunca había escuchado de ellos.
—Tsk —Chasqueo la lengua, el que supuestamente es el líder. —En la salida tienen que aparecer esos imbéciles. —Camino directo donde lo llevaba a la cancha de fútbol americano.
Al asegurarse que los tres habían salido, fue caminado tranquilo al armario, se recargo a un lado de la puerta —En la pared —sosteniendo sus libros.
—Ya se fueron —Dijo con tranquilidad tadashi.
La puerta del armario se abrió y de ahí salieron dos cuerpos más altos que el. Al igual que los chicos anteriores, sus uniformes se encontraban sucios con quien sabe que.
—Gracias Dashi —Dijo Suna. Sonriendole
—Gracias por cubrirnos tadashi - kun
—No hay de que chicos, ahora vayan a cambiarse. Eso —Señaló con su dedo índice todo lo que estaba en sus camisas y pantalones —Puede que no se quite, sino lo lavan pronto.
—Si, tienes razon Dashi. —Ambos chicos se miraron sus propias ropas.
—Ahora si me disculpan debo ir a clases. —Tadashi giro para irse a su clase.
—Tadashi - kun —Osamu llamo al de pecas, haciendo que este detuviera su caminata. —¿Tienes algún plan para el día de mañana?
—Ah no, creo que no
— ¿Quieres acompañarme mañana al supermercado a comprar algunos ingredientes? —En el lapso que osamu llevaba a Tadashi a la escuela ellos hablaban de cualquier cosa y osamu le contó al menor que le gusta cocinar y crear sus propias recetas.
Lejos de ellos se podría ver a suna dándole una sonrisa pícara a su amigo peligris. Rintarou se había dado cuenta que desde la primera vez que osamu conocí a yamaguchi en la cafetería este llamó la atención del miya menor.
Del como lo a ayudado a estudiar, la química que tuvieron en la cocina el día después de aquella fiesta que tomaron de más, el como yamaguchi curó las heridas de osamu cuando se pelea con sus hermano, La atención que ambos ponen cuando uno de ellos está hablando.
Osamu nunca se había relacionado así con alguien que no haya sido su hermano o el, suna no sabe la razón por la que los gemelos miya no se relacionan con alguien que no sean los hijos de los socios de sus padres.
Suna, aran y ginjima son amigos desde la infancia. Suna es el hijo de un socio de la madre de Atsumu y osamu. El apellido suna es el creador de una marca de ropa muy reconocida, El padre de Ginjima es un arquitecto realmente bueno, quien fue el que hizo los planos de la escuela que actualmente están cursando. Una escuela grande que está dividida en diferentes áreas. Mientras que los padres de Aran son doctores cirujanos en el área de cardiología.
—¿Entonces? —Queré sabe osamu si el chico aceptara o no.
—Yo...
—¡Ahí están! —Grito alguien a la distancia. Los tres chicos que buscan a suna y osamu regresaron y ahora corrían hacia los tres.
— Tenemos que correr, ahora —Aclaró samu.
Suna empezó a correr al igual que osamu, pero este se llevó consigo a yamaguchi, tomándolo de la muñeca empezó a jalarlo y correr.
—¿Quiénes son ellos? —Interrogó yamaguchi agitado por la carrera que aún continuaba.
— Los idiotas del club de Fútbol — Respondió suna —Los club de fútbol y vóleibol de Inarizaki nunca se han llevado bien.
— El portero del club de fútbol empezó a insultar las colocaciones de Tsumu y lees lanzó una charola de comida.
—Uno de ellos reaccionó y también lanzó una charola de comida, y así fue como terminamos batidos de comida y corriendo.
— No podemos pelear o Kita - San nos pondrá castigos por meternos en peleas.
—Kita - San es alguien calmado y sereno, pero cuando se enoja de mucho miedo.
Porque me recordó a Daichi - San, pensó yamaguchi.
Al doblar en una esquina yamaguchi y osamu se escondieron en un salón, que es el de química y Suna siguió corriendo.
Yamaguchi trataba de controlar su respiración y recuperar el aire perdido.
Osamu sólo podía observarlo y su mirada fue a sus muñecas, las cuales se encontraban cubiertas por dos listones de color verde. Desde ese día que se tuvo que retirar y vio aquellas cicatrices en sus muñecas no ha podido evitar verlas cada vez que se encontraba con el chico, su mirada se desviaba de su rostro a sus muñecas.
A pesar de que eso no es asunto suyo, osamu quiere saber que verdad hay detrás de esas cicatrices.
Porque aún que las haya visto una vez, puede notar que esas cicatrices no tienen más de un año de haberse realizado, apenas estaban cicatrizando.
—Mañana a las diez —Dijo yamaguchi por fin. Queriendo salir deprisa de ahí porque estaba seguro de que si seguía ahí adentro con osamu le preguntaría sobre sus cicatrices y él no podría mentirle y terminaría soltando toda la verdad
—A las diez será.
Sus clases de ese día habían finalizado y hoy no tenía entrenamiento, aunque quisiera quedarse a entrenar con kageyama después de clases no podía hacerlo. Había una persona que lo esperaba en casa y le había prometido que ese día pasaría el rato juntos y prepararían la cena para ambos.
Su mirada caramelo viaja a todas esas tiendas de Tokio, ropa linda, joyería, libros, bocadillos, aparatos electrónicos, etc. Pero lo que más le llamó la atención fue una tienda donde vendían cosas viejas o usadas.
En la vitrina se podría apreciar dos preciosos collares de un sol, color dorado con pequeñas pierdas blancas en el centro del sol.
Perfecto para ella.
cuando entro a la tienda se encontró con muchas cosas bonitas y antiguas, como si aquellas cosas representaran algo importante y eso le daba un poco de escalofríos, pero hubo una cosa en especial que no podía quitarle la mirada encima.
—Muy hermosas —dijo una voz ronca. a lado de shouyo había llegado un señor de tercera edad, cabello canoso, ojos rasgados de color esmeraldas, alto y arrugas en su rostro —no es así
—Lo son —respondió shouyo aun mirando las joyas
—¿Te gusta? —pregunto el de ojos esmeraldas —no le has quitado la mirada de encima desde que entraste
—Me da una sensación extraña, no lo sé cómo si —pausa —Como si fuera a llorar
—¿Qué más sientes al ver ese brazalete?
—Dolor, alegría, emoción, rabia —Menciono cada sentimiento que le provocaba ese brazalete que nunca había visto
—Interesante —murmuro el señor -eres alguien especial muchacho. sí me atrevo a admitir podría jurar que eres la rencarnación de tonatiuh
—¿Quien?
—El sol ¿Nunca has escuchado la historia del zorro maldecido y su sol que lo libera de la oscuridad que hay en su corazón?
—No sabía que existía una historia de esas
—Bueno el mundo está lleno de historias
Shouyo se quedó pensando en las palabras del anciano, es cierto que el mundo hay cientos de historias, historias que fueron protagonizadas por diferentes personas y shouyo se preguntaba si esas historias que están en los libros son reales o solo son historias escritas y contadas por personas equivocadas.
Los villanos de una historia mal contada. eso quería pensar de la madre de atsumu. la conoció solo una vez y pudo notar en ella el odio que le tiene a lo que la rodea, trata de entender por qué sus acciones, por qué le hizo y hace eso a sus propios hijos. no justifica lo que les ha hecho, sino que trata de entender cuál serán las razones que lo hace, la raíz de todo eso.
Atsumu le conto lo que su madre les hacía en su infancia, los castigos, las clases duras que los hacia tomar, unos entrenamientos físicos extremos, la frialdad con la que los trataba, miedos que les provocaba a niños de nueve años.
Cosas que no debieron pasarle a niños
— ¿Ya has elegido?
— ¿Elegido?
— Si has venido aquí por ello no es así
—Los collares iguales de soles que están en la vitrina —Dijo shouyo decidido.
El señor le entrego ambos collares en una pequeña caja de cartón color azul. Dolerá, pero regresaras donde alguna vez fuiste feliz le dijo el señor cuando estuvo a punto de cruzar la puerta, unas palabras que lo dejo algo confundido.
Llegando a casa se quitó sus zapatos de fuera y se calzo los de casa, dejo su mochila, la chaqueta negra de la escuela y esa sudadera amarilla en la entrada.
—Bienvenido —Una pequeña muy parecida a él le dio la bienvenida. Con una hermosa sonrisa en sus labios y un gran abrazo.
—Estoy en casa —Le contestó el.
—Veamos un maratón de películas — Mencionó ella cuando se separó del abrazo —de Narnia.
Al escuchar las películas que veremos me emocione mucho, ya que las crónicas de Narnia son mis favoritas. Me recuerdan a mi infancia.
—También podríamos hacernos palomitas con unas sodas.
—Me parece perfecto —Shoyo ama ese plan —Pero primero tienes que hacer tus tareas.
La menor hizo un pequeño puchero a la petición, ya que no le gustaba mucho hacer sus tareas, aunque al final terminaba haciéndolas y en excelentes condiciones.
La menor se adentró a su habitación a hacerlas rápido si quería tener ese fin de semana con su hermano.
Había días que natsu notaba a su hermano con sombras oscuras debajo de sus ojos y un poco delgado.
Desde que su madre los abandono hace dos años Shoyo se ha hecho cargo de ellos. Su padre les sigue depositando dinero cada mes en una cuenta y su abuelo los va a visitar cada vez que puede, ya que él vive en Miyagi.
Pará natsu, Shoyo es más que un hermano mayor, es su padre. A la edad de catorce años la ha cuidado.
—Natsu la cena —Habló Shoyo desde la puerta de su habitación.
—En seguida voy, no tardó
—Bien te estaré esperando.
También aprendió a cocinar, no podían vivir de comida instantánea toda su vida. Demasiado costoso y nada saludable.
la mamá de Kenma le ha enseñado un poco y está muy agradecido por ello.
—Esto huele demasiado bien —Probó un bocado —También sabe bien, cada vez tu comida sabe muy deliciosa.
—Gracias, le doy mucho amor para que quede deliciosa.
Los hermanos Hinata disfrutaban mucho esos momentos donde los dos se olvidaban lo que su madre les hizo.
—Y Bien alguna novedad
—No -negó, pero - bueno si, los moretones de yachi cada vez son más —La mirada de shoyo se podría ver perfectamente la preocupación por su amiga.
—Se que estas preocupado por ella hermano, pero por favor no la presionen a que les cuente lo que ha pasado —La chica dejó sus palillos a lado de su Plato —Talvez aún no se siente lista para hablar de ello, háganla sentir que está a salvo con ustedes.
—Gracias natsu —Le dio una sonrisa a su hermana —No sé qué haría sin ti.
—Probablemente serias un desastre —Admitió con burla su hermana.
Ambos soltaron una carcajada.
Terminando la cena recogieron la mesa, siendo natsu quien lavara los trates de que se ocuparon. Shoyo ayudaba a secar.
Natsu le lanzó unas gotitas de agua a Shoyo, sorprendiéndolo y también lanzando le agua a su hermana, ambos empezaron a lanzarse agua, terminaron con la cara toda mojada, pero con otra sonrisa en sus rostros.
Fueron a sus habitaciones a secarse y cambiarse por sus pijamas. Shoyo esperaba a natsu en el sillón de su sala con dos tazones de palomitas, las gaseosas en la mesita de enfrente, la película y una pequeña caja de cartón color azul cielo en sus piernas.
Shoyo se encontraba entretenido en su celular, enviando mensajes de texto, a juzgar por esas sonrisas y carcajadas se debe de tratar de Atsumu.
Natsu sabía acerca de la relación de su hermano y le alegraba que Shoyo tenga a alguien en quien apoyarse.
Su hermano merece ser feliz.
Se sentó a un lado de su hermano, tomando un puño de palomitas y se las echo a su boca.
—¿Qué dice atsumu - San?
—Cree que hay algo entre tadashi y osamu.
—¿Por qué cree eso?
—Osamu le pidió a tadashi que lo acompañara al super mañana. — Contó Shoyo —Tsumu se enteró y ahora cree que hay algo entre su hermano y tadashi.
—Ajam, ¿y qué más? —Natsu seguía comiendo palomitas mientras escuchaba a su hermano.
—Yo le dije a tsumu que solo son amigos. —Shoyo también tomó palomitas —Pero me contestó esto — Le mostró sus mensajes.
Natsu se sorprendió por las palabras de la pareja de su hermano, pero después sonrió al leer el enamorado de ti.
Entonces natsu se dio cuenta que Shoyo y Atsumu están enamorados, suena cursi, pero ella así lo ve y desea que algún día ellos lleguen a casarse, tengan hijos y sigan estando juntos a la vejez.
—Esto es para ti —Shoyo le entregó la cajita a su hermana.
Natsu la sostuvo y la abrió con cuidado, sus ojos se iluminaron al ver ese precioso collar de sol dorado.
—Yo también tengo uno —En el cuello de Hinata colgaba un collar como el de natsu —Ya que mi nombre tiene el kanji de sol y el tuyo de verano.
—Hermano —Susurro natsu, empezando a humedecerse sus ojitos caramelos. —Eres el mejor —Abrazo a Shoyo.
—Siempre te necesitaré
Las áreas del instituto estaban divididas en diferentes lugares, a las horas de clases cada alumno permanecería a su área correspondiente, pero a la hora del almuerzo, los alumnos de las distintas áreas se reunirían en la gran cafetería, sino deseas comprar ahí simplemente puedes comer tu almuerzo en cualquier área verde.
Y eso es lo que está haciendo el chico albino, comiendo su almuerzo en total tranquilidad en unas de las mesas de la cafetería. Pero al mismo tiempo su vista estaba concentrada en alguien más.
— Se un poco más discreto
— Lo soy
— No, no lo eres. Se está cayendo la baba de tanto verlo.
El albino solo ignoro a su amigo y siguió comiendo y observando a ese chico. No podía apartar su mirada del, aunque quisiera hacerlo.
— Porque no vas a hablarle
— No, así estoy bien —Su corazón se apretó por unos viejos recuerdos
— Claro que no, estoy seguro de que te mueres por hablar con él.
Puede ser que sí, desde el último día que lo vio en esa banca no han vuelto a hablar o toparse. Siempre que Hoshiumi lo ve de lejos, su Cabeza no puede dejar de dar vueltas con lo de siempre. "él ni siquiera te recuerda" "hay chicas mucho más bonitas que tu" Hay doncel más hermosos y mejores".
Cómo el doncel del capitán de vóleibol del área Aoba Joshai y Fukurudani.
A los ojos de korai. Akaashi y Sugawuara son los doncel más preciosos y valerosos que haya visto.
Quisiera tener un poco de lo que ellos tienen para por fin tener el valor de acercarse a Kageyama Tobio. Hoshiumi ha estado enamorado de Kageyama desde los catorce años, desde entonces sus ojos no han podido apartarse de su persona.
Al igual que es doloroso verlo junto con Hinata Shoyo.
Korai sabe perfectamente que Kageyama tobio está enamorado de Hinata, no tienes que ser muy inteligente para saber eso. Cualquiera que viera el cómo Kageyama se le iluminan los ojos al ver a Hinata se daría cuenta.
Eso le rompió el corazón al albino, porque al igual que el, Shoyo es un doncel. Un doncel precioso, amable, cálido, Deslumbrante.
Con solo verlo el transmite calidez como el sol.
— Entonces sólo piensas observarlo a lo lejos.
— Si — Respondió apático. Su amigo no sabía de lo que le había pasado hace tiempo en esa banca y no creía ser capaz de decírselo
— Hoshiumi, amigo mío Claro que nada es fácil y menos lo será con alguien como Kageyama — El castaño también observaba al azabache, que ahora estaba pelando con Hinata — Pero si lo amas lucha por el
— sachiro que te hace pensar que Kageyama va a aceptarme — Dejó sus palillos en la charola — Solo ve a Hinata y veme a mi — Se señaló a él mismo y a Hinata, que estaba sonriendo — Él es mucho mejor para Kageyama. Kageyama está enamorado de Hinata y yo no puedo meterme en medio de ellos.
— ¿Cómo estas tan seguro que Kageyama está enamorado de ese doncel? — Quiso saber el castaño.
— Con solo ver la mirada de Kageyama al Ver a Hinata es más que suficiente — Respondió — Con la misma mirada que yo lo veo a él.
Hoshiumi se levantó con charola en manos, su almuerzo a medio terminar. cuando se levantó y giro para irse choco con alguien, Haciendo que su comida terminará toda batida en su uniforme escolar y la charola en el suelo, le salpico unas gotas al chico que había chocado. Un chico de cabellos rubios y al juzgar por su uniforme es del área Aoba Joshai.
El sonido de la charola goleando el suelo fue estruendoso, provocando que todos voltearon a verlo.
— Idiota fíjate por donde vas
— Yo..
— Sabes cuanto te costará esto
— Lo siento, fue un accidente
— Imbécil — Lo sujeto de sus ropas
— Ya dije que fue un accidente —Empezaba a desesperarse y cuando se desesperaba se asustaba
— Maldito doncel, los de tu especie siempre siendo tan inútiles — Su puño está listo para golpear a korai, hasta que el rubio sintió algo caliente en su cabeza, resbalándose por su nuca.
Alguien le había lanzado su plato de comida a su cabeza.
— Suéltalo — Ordenó una voz a pocos metros de ellos.
Lo soltó con brusquedad, korai cayó con brusquedad al suelo.
— Me acabas de lanzar tu comida a la cabeza.
— No, estaba viendo si la comida vuela — Dijo sarcástico. Provocando carcajadas.
Shoyo ignoro al rubio y camino directo donde se encontraba korai.
— Te encuentras bien — ayudo a Hoshiumi a levantarse del suelo — Este Imbécil pelos de elote ¿no te lastimó?
— Estoy bien
— Genial, ven te puedo prestar un poco de ropa que tengo en mi casillero. Te quedará.
— Malditos doncel, aun no termino con ustedes.
El rubio camino directo hacia Hinata y Hoshiumi, con un ceño fruncido y sus puños apretados.
— Malditos doncel inútiles, como harán para el puto desastre de mierda que hicieron.
Hinata recorrió el físico del rubio con la mirada, haciendo un gesto de disgusto.
— lávalo, Tienes manos ¿No?
— No, ustedes lo harán. Es el trabajo de ustedes los donceles y las mujeres — esas palabras hicieron enojar a no solo un doncel y mujer. — El trabajo de un doncel y una mujer es hacer los trabajos del hogar, eso incluye lavar la ropa y complacer a su pareja.
Otro líquido fue para La cabeza del chico rubio. Una caja de leche sabor chocolate.
Cuando todos voltearon vieron a un chico arriba de una mesa, con la mano estirada de haber lanzado algo.
— Algo más que agregar imbécil — Mencionó.
El chico se bajó de la mesa y se acercó a donde se encontraba Shoyo y korai.
El que había lanzado la caja de leche es casi de la misma altura que los otros dos donceles. Pero este tenía los ojos como los de un gato, el cabello largo hasta la altura de sus hombros y el cabello teñido de color amarillo.
— Ay no, hay que detener a Kenma antes que se meta en problemas —Dijo Yaku quién se preocupaba por si llegaban los docentes
— Déjalo, ese imbécil del Aoba Joshai se lo merece. —Respondió tranquilo kuroo
Con unas servilletas, Hinata y Kenma trataban de limpiar un poco el uniforme de korai.
— Genial otro maldito doncel — Kenma paro en seco sus movimientos, girando lentamente.
— Soy un doncel y eso que
— Los de tu especie me dan asco.
— Entonces que haces aquí, lárgate que tu mera presencia me causa náuseas. — Aclaró Kenma.
El rubio tomó a Kenma de sus ropas, casi separando sus pies del suelo.
— Suéltame — Exigió Kenma.
— No hasta darte tu merecido
— ¡Dije que me sueltes! — Exclama Kenma, dándole un cabezazo al Chico rubio.
Lo Hizo dar dos pasos hacia atrás al rubio con ese golpe, se tomó su nariz sintiendo un dolor en ella. Con rabia en esos ojos, su puño estaba listo para ir directo a Kenma pero alguien se había lanzado al rubio. Derribando lo al suelo.
— No lo toques — aclaró con rabia. Dándole un puñetazo.
El de Aoba Joshai se defendió, dándole un golpe en la mejilla y quitándose los de encima. Al ver el golpe, Hinata contra atacó, también lanzándose y tratando de dar varios golpes en el rostro, lo cual logró.
Hinata también recibió varios puñetazos, al igual que Kenma y hoshiumi, aun así, los cuatro nunca se detuvieron.
Kuroo trató de separar a Kenma de la pelea, sachiro a korai y Atsumu - que había llegado justo cuando Hinata lanzó la comida — a su novio.
Pero los tres donceles forcejeaban para soltarse del agarre y volver a la pelea. Aun cuando sus rostros y nudillos dolían. La adrenalina en su cuerpo les hacía querer volver a esa pelea, aun cuando el del Aoba Joshai es mucho más grande y fuerte que ellos tres juntos.
— Kuroo Suéltame, aun no termino — Los forcejos de Kenma hacían a Kuroo levantar a Kenma.
— Shoyo tranquilo, ya le disté todo lo que se merece.
— No, este imbécil se atrevió a tocar a Kenma y a Hoshiumi — Atsumu al igual que Kuroo cargo a Hinata y trató de llevarse a otro lado.
Hoshiumi si logró soltarse y en cuanto se liberó corrió hacia el rubio, volvió a derribarlo y darle golpes en su cara.
Antes que pudiera defenderse, alguien tomó de la cintura a korai y con facilidad lo levantó, separando lo de la pelea.
Los tres altos estaban aún haciendo forcejeo con los donceles, a pesar de ser Pequeños y delicados poseía una gran fuerza en esos pequeños cuerpos.
— ¡¿Qué está pasando aquí?! — Grito una voz grave.
Parando a los donceles en sus forcejos.
— Ustedes tres — Señaló a Shoyo, Kenma y korai — A mi oficina ahora.
El encargado de hacer patrullaje en los descansos los había visto a lo lejos desde la ventana.
Kuroo, Atsumu y Kageyama los soltaron. Y ahora los tres donceles siguieron a la encargada. Ante las miradas de las otras áreas de ese instituto.
Problemas.
Aun con sus rostros adoloridos, sus nudillos lastimados y llenos de sangre, los tres caminaron derechos.
Muchos dicen que un doncel es alguien delicado como un cristal, pero lo cierto es que muchos de ellos no lo son para nada Y hay pruebas de eso.
Cuando entraron a esa oficina, el encargado les dio una regañada y un sermón que un doncel no debe comportarse de esa manera.
¿Hay reglas y nomas para el comportamiento de un doncel?
Esas regalas y normas son puras mierda. Eso fue lo que trataron de expresar los tres chicos con palabras amables.
Pero aun así.
— Escuchen, no pudo expulsarlos y suspenderlos — Eso sorprendió a los tres, creyeron que la pelea es suficiente para al menos una semana de suspensión — Por desgracias ustedes tres son muy importantes para sus equipos de vóleibol.
Eso era.
— Komemedai, Karasuno y Nekoma han llegado a las nacionales gracias a ustedes tres.
Bueno al menos seguiré entrenando. pensaron korai y Shoyo.
Rayos no quería venir. pensó Kenma.
— Pero aun así tendrán un castigo, lavara los baños y aulas de las áreas que pertenecen. Por dos semanas.
— ¡¿Dos semanas?! — Preguntó Shoyo exaltado.
— Si dos semanas, algún problema con eso joven Hinata.
— No...
— Bien, ahora lárguense de mi vista.
Los tres simplemente salieron, se mantuvieron quietos afuera de la oficina por un minuto, observando a la nada.
— Auch — Se quejo Shoyo — Ahora si me empezó a doler toda la cara y manos.
Los otros dos le dieron la razón a Shoyo.
Siguieron caminado hasta que el pelinaranja empezó a soltar una carcajada, le siguió Kenma y korai. Los tres se retorcían por las grandes risas que tenían.
— Nunca en mi vida creí involucrarme en una pelea. —Dijo Kenma
— Ni yo —Le siguió Korai
— Ni yo —Y después Hinata
— Fue divertido —Admitió korai. Más que divertido al parecer había desquitado todo su enojo, estrés y frustración en el chico del Aoba Joshai
— Supongo que si — Kenma miró la hora en su teléfono — Faltan dos horas para que las clases terminen.
— Vámonos de aquí —Sugirió Shouyo
— ¿A dónde vamos? —Quiso saber el albino
— Primero por un poco de ropa para ti y después a la enfermería.
— Me duele la cara y tengo hambre
— Si, le avante mi tazón de ramen a ese imbécil.
— Mi caja de leche también la lance
— Lo siento — Se disculpo korai — Por involucrarlos en esto.
— No hay problema, entre doncel nos apoyamos — Dijo Hinata — Por cierto me recuerdas soy Hinata Shoyo y él es Kozume Kenma.
— Hoshiumi korai —Le dijo a Kenma
— Bien Hoshiumi sígueme, te prestare ropa.
Fueron al área de Karasuno y al casillero de Hinata, este saco del casillero una sudadera holgada de colores y unos pantalones negros deportivos.
Koari se metió a los baños y fue vistiendo se las prendas prestadas. A korai le dio curiosidad y aspiro el olor de la sudadera.
Fresco
Mandarinas
Y café.
Rara combinación de olores, pero agradable.
Cuando salió del baño fueron a la enfermería a que les tratarán las heridas. La enfermera les ordenó que se sentarán en cada camilla.
Primero trató a korai, quien se había llevado la mayoría de los golpes, el albino se quejaba de dolor al momento que el algodón con alcohol tocó su rostro y manos.
Hasta que escucharon pasos apresurados, a alguien corriendo.
— Aquí viene — Mencionó Kenma.
Dando un azotón a la puerta y entrando a toda prisa. Miya busco con la mirada a Shoyo, hasta que sus miradas se cruzaron.
Shoyo le dio a atsumu una mirada angelical, dándole a entender que se encontraba bien. Atsumu simplemente se acercó a Shoyo, le dio leves caricias a su rostro y El pelinaranja simplemente hizo gestos de dolor al sentir las leves caricias de su novio.
Atsumu al darse cuenta de eso alejo su mano de su rostro de shoyo, se alejó de él y busco con la mirada alcohol, algodón, gasas y curitas. Al hallarlas en un estante los tomo.
Vertiendo un poco de alcohol en el algodón, con lentitud lo acerco al rostro golpeado de su novio
— Auch — Por reflejo tomó la mano de atsumu.
— Si lo sé, duele como el demonio — Siguió pasando el algodón por las heridas.
— ¿Tsumu que haces aquí? — Interrogó — Tus clases aun no terminan — Shoyo le dio una mirada acusadora a tsumu, quien este huyó de su mirada — Atsumu Miya.
— Eres más importante que las clases de historia.
— Tsumu, que te dije acerca de saltarte las clases.
— Si si lo sé, pero entiende por favor, mi amor, eres mucho más importante que una clase o que otra cosa. — Shoyo vio a atsumu con esos ojos llenos de ilusión y amor.
Robándole un beso al más alto. Ambos ahora estaban dándose cariño y besos en medio de la enfermería.
— Podrían por favor parar, me dan asco — Pararon ante las palabras de Kenma.
Hoshiumi solo quedó confundido ante esas acciones de amor que acaba de presenciar. No se suponía que Kageyama y Hinata tenían algo.
— Bien termine — Mencionó el rubio teñido. Bajando a Shoyo de la camilla.
— Me voy con tsumu, Kenma
— Si, solo tengan cuidado
— Si
— Y usen protección — El comentario de Kenma provocó que la pareja se sonrojara hasta las orejas.
— Adiós hoshiumi — Se despido Hinata.
— Adiós Hinata
Todo quedó en silencio cuando la pareja se fue, la enfermera ya había terminado de tratar las heridas de korai y Kenma, ahora ambos iban saliendo de la escuela.
— No le digas a nadie
— ¿Qué cosa? — Preguntó. Confundido por la de repente orden.
— Sobre la relación de Shoyo y Miya
Así que ellos están juntos.
— Mi boca está cerrada
— Bien, nos vemos mañana hoshiumi.
Esos tres sin saberlo se convertirían en un trío sorprendente y raro para los ojos de los demás.
Un cuervo
Un gato
Y una gaviota
Hoshiumi caminaba a su casa, ya era muy tarde ya que estaba oscureciendo.
Kageyama y Hinata no tienen algo más que una amistad, más bien Kageyama está enamorado de Hinata, pero el amor de Hinata ya le pertenece a alguien más.
Un amor no correspondido.
Tal vez y si pudiese acercarse a Kageyama, pero aun así tenía miedo de terminar perdiendo, miedo de terminar dolido por lo que pueda pasar.
El que no arriesga no gana
Esas palabras las había escuchado de alguna parte, pero ya no lo recuerda.
— El que no arriesga no gana
Perdido en sus pensamientos el albino no se dio cuenta que venían siguiéndolo. Korai camino a un callejón donde podría llevarlo a un camino más corto para llegar a su casa.
Escucho unas pisadas atrás de él, cada vez más de prisa y no sólo una persona, sino varias.
Con pánico empezó a caminar mucho más rápido, las pisadas igual empezaron a avanzar más rápido.
Hoshiumi se echó a correr, venían persiguiéndolo, tratando de ver quiénes eran. Hasta que sus ojos verde oliva lo vieron.
El tipo de la cafetería.
Siguió y siguió corriendo, con la desesperación y miedo que lograrán alcanzarlo y le hicieran algo feo.
Choco con un cuerpo alto y duro, el impacto hizo que cayera sentado al suelo. Korai noto con quien había chocado.
Esos ojos zafiros los reconocería de donde sea.
Sus miradas chocaron, la mirada de Kageyama se apartó de Hoshiumi para ver atrás del albino.
El albino por instinto se levantó y se escondió atrás del cuerpo del azabache.
El rubio del Aoba Joshai paro en seco al ver a Kageyama. Kageyama es más alto que el rubio y más fuerte que él.
¿Cómo lo sabía?
— Kageyama pasa algo — Korai no se había dado cuenta de las demás personas que estaba detrás de Kageyama.
— Eso mismo me preguntó, ¿se les ofrece algo? — Habló con superioridad en su voz.
— Al doncel que está detrás de ti
Kageyama vio de reojo a kotai y le sostuvo la mirada a cada uno de quienes venían persiguiéndolo.
— ¿Por qué?
— Porque... Porque.... Por lo que me hizo él y sus amigos en la cafetería
— ¿Eras a quien estaban golpeando?
Los que estaban detrás de Kageyama soltaron una carcajada.
— Kenma y chibi - chan sí que te rompieron la cara — Menciono uno de ellos.
— Claro que sí, después de todo nosotros les enseñamos a dar esos puñetazos.
— Sierto bo
— Oye — Llamaron a korai — ¿Quién te enseñó a dar puñetazos así?
— Mi mejor amigo
— Si que sabe enseñar, también le diste unos buenos golpes a este tipo, sin contar que te zafaste del agarre de Hirugami.
— Bro alguna vez viste a alguien zafarse del agarre de hirugami
— Nunca bro — El de cabello bicolor se acercó a hoshiumi — Déjame felicitarte chico — Le dio pequeñas palmadas — ¿Por qué no lo llevamos al boulevard?
— ¿Seguro?
— Bien, vámonos, Semi está por llegar por nosotros — Guiaron a korai a una salida que lo llevarían a una carretera.
En ese tiempo de conversación entre los dos de tercero y korai, Kageyama se mantuvo callado y su mirada fija en esos tres, esa mirada amenazadora.
— Una advertencia — Habló cuando los tres se encontraban lejos para poder escuchar lo que estaba por decir — No se acerquen a él o sabrán las consecuencias al hacerlo.
El rey.
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