Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

La Flor de la Guerra: Parte 8

Advertencia:

Este capitulo contiene escenas explicitas y +18

Por favor, léelo bajo tu responsabilidad y bajo la edad recomendada.

¡Gracias!



--- 16, Julio, 1936 ---

Después de caer al suelo, la experiencia no hizo más que intensificarse.

La habitación no dejaba de darme vueltas y sinceramente no quería que parase.

Estando encima, Juan no dejaba de acariciarme la espalda mientras subía hasta revolverme  el pelo y darme pequeños tirones, reconozco que me está volviendo loco.

Nuestras bocas no se separaban y mi cuerpo gritaba por algo más que solo unos besos, no podía dejar de rozarme contra su cuerpo, no tenía experiencia ninguna, pero solo dejaba que mis instintos actuaran.

Su miembro se erguía duro y yo lo aplastaba con mi abdomen quería devorarlo, así que me aventuré, no sin antes luchar por escapar de las caricias de Juan y baje por su cuerpo dejando un reguero de besos por encima de la ropa.

Permanecí en su bajo vientre mientras me peleaba con los botones del pantalón y liberé su dura erección, estaba hinchado, rojo y recubierto de venas palpitantes.
El olor era una como un poco salado y muy intenso, incluso algo dulce, no sabría nunca cómo explicarlo con exactitud.

Me quedé unos segundos mirando aquel glande lubricado y palpitante antes de hacer la intención de llevarlo a mi boca, pero Juan me paró.

- Genaro, no quiero que hagas nada que no te apetezca, por favor, si no es lo que quieres para, imagino que esta será tu primera vez y... DIOS

Me metí todo el miembro en la boca hasta que tocó mi campanilla, no quería darle tiempo a pensar más.

Él no me estaba obligando, yo estaba decidiendo y lo quería, lo llevaba queriendo sin saberlo demasiado tiempo.

Empecé a succionar como pude mientras notaba como golpeaba en mi garganta, me ardí y las lágrimas caían por mis mejillas, pero eso solo lo hacía más placentero.

Frente a mi estaba un hombre completamente deshecho por el placer, Juan gemía y se retorcía, me tiraba del pelo a ratos para guiarme mejor y marcar otro ritmo y en mi boca yo notaba cómo se tensaba y se hinchaba cada vez más.

- Genaro, para, sino no podré contenerme, debes parar.

Hice caso omiso y seguí con aquel dulce salado que tenía en la boca, se había vuelto adictivo. No quería parar.

Seguí rozándolo contra mi boca mientras escuchaba de lejos a Juan gemir y quejarse, no sabía exactamente lo que venía, pero que me perdone Dios, como quería escuchar a Juan gritar.

Continué succionando, lamiendo y apretando mis labios contra su erección sin descanso hasta que Juan me cogió de la cabeza anclándome su miembro en mi garganta y explotando en chorros de líquido caliente que se deslizaban sin desenfreno.

- Muy bien... es mi turno - Gimió Juan y entre jadeos y temblores se levantó haciéndome caer de espaldas y entonces el inició su felación hasta que a los pocos minutos también explote en su boca.

Después de recuperarme de mi segundo éxtasis, me incorporé y volví a besarlo, no quería terminar ya.

Gentilmente Juan me acarició la cara y me miró con dulzura.

- Se que cuando es la primera vez que lo pruebas ya no quieres parar, aún quiero esperar para llegar hasta el final contigo, Genaro, quiero que sea especial.

- Es especial mientras sea contigo, Juan. - Lo mire con determinación a seguir, pero se echó a reír.

- Eres demasiado adorable, pero créeme, agradecerás esperar, además creo que querías apuntarte a filas, ¿no es así? - Me miró atentamente como suplicándome que entendiera que por hoy ya había sido suficiente y había cosas aún más importantes que hacer.

Y lo cierto que era así, no podía nublárseme la vista, si me perdía de mi objetivo que era permanecer a su lado, él se iría a la guerra y yo me quedaría abandonado a mi suerte.

Me incorporé y me adecenté, lo miré con decisión y asentí.

- ¿Me ayudarás entonces? No quiero dejarte ir solo, seré tu sombra, quiero protegerte y cuidarte como tú has hecho por mi todos estos años. Juro dar mi vida por la tuya, aquí y ahora.

Juan me miró con un amor que no he vuelto a ver a nadie más en la mirada y me abrazó lo más fuerte que sus brazos le permitieron.

- Pero que me vas a proteger tu, enano, que no tienes ni idea de luchar ni de armas. - Me dijo con voz entrecortada.

- No tendré nociones de nada, pero puedo aprender, solo tienes que enseñarme.

Juan asintió conforme, se limpió las lágrimas y me revolvió el pelo.

Ese mismo día fuimos a alistarme a filas y que me dieran mi cartilla de soldado, Juan había pedido que me dejasen a su cargo ya que él ya poseía por estudios y estatus el rango de suboficial, yo era su soldado.

Ese mismo día me llevo al campo de tiro y estuvo enseñándome las diferentes armas y cómo usarlas, de todas ellas la que mejor se me dio a usar fue el fusil.

Aquella arma endemoniada en mis manos perdía todo el misterio y cuando apretaba el gatillo todas las veces acertaba al centro.

Esperaba sinceramente no tener que gastarla nunca, pero si con ello podía protegerle vendería mi alma al diablo.

Llegando el final del día, Juan terminó por enseñarme algunas llaves de defensa y como golpear con eficacia al enemigo.
Me lleve muchos golpes y acerté algunos pocos, pero todo valdría la pena.

Después del precoz entrenamiento Juan nos guió a una casa de madera camuflada entre un laberinto bares y al entrar no pude más que asombrarme de lo que veían mis ojos.

Todo lo que allí se encontraba eran hombres, pero hombres como nosotros.
Todos estaban o bien invitándose a copas o bien besándose en alguna esquina oscura o simplemente más al fondo detrás de cortinas se aventuraba a ver movimientos que me traían recuerdos más que recientes.

- Genaro, te he traído aquí para enseñarte que hay lugares seguros para gente como nosotros, deben permanecer escondidos y en secreto porque como bien sabes muchos por no decir todos moriríamos sólo por ser lo que somos.

>> Se que puedo confiar en ti y sabrás cómo gestionar todo esto, ahora acompáñame, tengo una habitación privada, durmamos una noche juntos antes de ir al frente.

>> ¿Qué me dices, Genaro, quieres dormir conmigo?

Asentí y ascendimos hacía la habitación cogidos de la mano.

—- Sábado 10, Febrero, 2026 —-

- Y claro, esa noche pasó el resto, ¿verdad?

- Ahí te has equivocado, jovencita - le rectifique a Gin.

- ¿Pero no dormisteis juntos? - Me preguntó contrariada.

- Dormir no es igual a sexo, pequeña pervertida. - Le indiqué divertido.

- ¡Mira quien fue a hablar de pervertido!

Ambos nos echamos a reír.

- Es verdad, fueron buenos tiempos, pero no, aquella noche no pasó nada más.

>> Juan me cuidó y besó cada moretón que me hizo en el entrenamiento. Luego nos acostamos y se abrazó a mi como si me protegiera y yo fuese su bien más preciado.

>> Fue la primera noche que dormí completamente tranquilo y profundo.

- Ohhhhh... Entonces lo que hicisteis fue el amor y antes de que me interrumpas que ya ibas a saltar jajajaj, - era cierto - una cosa es el sexo o follar y otra muy distinta es hacer el amor.

>> Para hacer el amor no hace faltar hacer el acto sexual, cuidarse, mimarse y protegerse también es hacer el amor.

- Entiendo, entonces si, hicimos el amor.
Hicimos el amor antes de ir al mismo infierno, con las luces del alba acudíamos a filas y nos preparábamos para el reguero de muertes en el campo de batalla.

Buenas!!!

Después de dos episodios tan "intensos", ya llegamos a la guerra y avanzaremos más rápido para terminar de conocer la historia de Genaro!!

Espero que os haya gustado y siempre quedo abierta a crítica positiva, opiniones y sobretodo a vuestros comentarios 🔥

Para ver más de mi trabajo y no solo texto os invito a seguirme en IG @Mahoheca.

Nuevo capítulo cada dos días, permaneced atentos!!❤️

Gracias por leer!✨

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro