El Tormento: Parte Final
El taxi nos dejo al inicio de una ruta de senderismo y allí mismo empezó nuestro camino.
- ¿Nos podría haber citado en otro sitio la verdad, no? - Comentó Tatiana.
- Yo solo estoy siguiendo las indicaciones que nos ha dado, además andar un poco al aire libre tampoco nos vendrá mal. - Respondió Fran mientras el aire le desordenaba los mechones de pelo azabache.
- La verdad que se agradece después de haber estado atado en una cama y luego en ese horrible taxi.
Fran se giró a mirarme después de hacer ese comentario y parece que me dio una pequeña sonrisa de lado y continuó guiándonos la marcha.
La verdad que la ruta era bastante bonita, se sentía la humedad en el ambiente, estaba casi seguro que cerca encontraríamos agua. Todas las plantas que habían cercas disfrutaban de un verdadero color verde y muchas eran de la familia de helechos y plantas que solo crecían cerca de sitios muy húmedos.
Por el suelo, con aroma a petricor, podíamos encontrar diferentes tipos de setas y hongos, era una ruta la mar de bonita para hacer en compañía o a solas.
Pasado lo que serían mínimo 30, o quizás 45 minutos, llegamos a la boca de una cueva enorme, aunque no sabía si llamarla ciertamente así, puesto que el paso del tiempo había perjudicado tanto la roca que ahora mismo parecía un arco. La naturaleza es sorprendente.
- Que placer que ya hayáis llegado, me habéis hecho esperar bastante eh jajajaja.
Nos sorprendió oír la voz del anciano de repente saliendo de uno de los laterales de aquel arco.
- Genaro, muy buenas - Saludaron Fran y Tatiana.
Yo me dediqué a solo saludar con la cabeza, por mucho que Gin me dijera que confiase en ese hombre, lo sentía en el alma, pero solo lo había visto una vez y mi confianza no se podía reducir a solo eso, por lo tanto me iba a costar un poco más.
- Lamentablemente, nuestra anfitriona ha tenido que partir de forma precipitada.
- ¿Cómo? ¿Hemos venido para nada? - Saltó Fran con un tono más que molesto.
- No, no es así es solo... - Intentaba responder Genaro.
- ¿No? pero no está - Habló Tatiana.
- Ahora mismo no, pero...
En unos segundo empezaron a discutir y me quedé bastante traspuesto de lo que estaba sucediendo entre ellos, me centré en observar el paisaje, en aquel lugar me sentía... en calma, pero no del todo, era como estar siendo observado en todo momento, las sensaciones eran curiosas.
A lo lejos, entre los helechos colgantes, de repente vi una figura moverse, fue durante un segundo, veloz, efímero. Refregué mis ojos e intenté reflexionar.
(Debes estar cansado del viaje y ya ves cosas, Leo)
Mientras intentaba concentrarme y volver a la discusión de aquellos tres, noté como un frío me subía por la espalda y me helaba todo mi ser.
- Que demonios está...
De nuevo, esta vez más cerca, ese sombra entre la maleza, algo nos estaba vigilando estaba claro... algo... o alguien...
Intenté aceptar lo que estaba pasando y afine mis sentidos, el ser boxeador la verdad que ayudaba con la concentración y teníamos los sentidos de los reflejos más alerta que la gente normal.
Respiré hondo y empecé a intentar seguir aquella figura, era demasiado rápida, ¿qué coño era? ¿por qué nos vigilaba? y antes que nada ¿nos pretendía hacer daño?
La verdad tampoco me iba a quedar allí para comprobarlo.
- ¡Ey! - llamé la atención de aquellos tres que seguían discutiendo - No estamos solos y la verdad, no tengo ganas de salir muerto hoy, así que por favor, si ya habéis terminado de echaros mierda unos a otros y puesto que esa... bruja no esta hoy en casa (si es que a esto se le puede llamar casa). ¿Qué tal si volvemos antes que caiga la noche y nos refugiamos? No se, llamadme loco por seguir querer vivo.
Todos se quedaron bastante atónitos, todos menos Genaro que empezó a mirar a su alrededor como yo anteriormente había hecho.
Me miró fijamente y me asintió.
- Tiene razón, mejor que avancemos donde podamos dormir tranquilos y mañana volvamos.
Todos estuvieron acuerdo aunque Fran, la verdad estaba de bastante malhumor, me acerqué a él y le di un par de golpes en el hombro para intentar reconfortarlo.
Él solo me miró por encima del hombro, me dio un par de golpes en la mano y siguió sin decir nada más, pero le conocía de sobra y sabía que eso le había ayudado.
Seguimos la ruta hasta llegar casi al limite de está y ver al no muy fondo un pequeño pueblo modesto, decidimos avanzar hasta él, pero como si algo tirase de dentro de mi como con unas cuerdas invisibles y heladas, no pude seguir avanzando, me quede congelado cayendo de rodillas y soltando todo el aire de mis pulmones.
Tatiana fue la primera en darse cuenta y vino corriendo hacia a mi.
- ¡Leo! ¿Qué sucede? ¡Chicos, algo le pasa a Leo!
Todos vinieron corriendo a ayudarme, Genaro me empezó a buscar el pulso y a intentar tomarme la temperatura.
-Esta helado... Deprisa Fran, hay que sacarlo de aquí.
Fran corriendo me cargo en sus hombros y todos corrieron hacía el pueblo, lo último que escuche antes de desmayarme fue:
- Buscad a la bruja, ella os ayudara.
Vaya contratiempo, ¿Qué será lo que le esté sucediendo a León? ¿Tendrá solución? ¿Quién habló a León antes de salir de la ruta?
Y sobretodo, ¿Qué pasará con Gin?
¡Para todas estas respuestas y más la historia continuará en Caza de Brujas!
No os lo podéis perder 🔥🔥🔥
Espero que os haya gustado y siempre quedo abierta a crítica positiva, opiniones y sobretodo a vuestros comentarios 🔥
Para ver más de mi trabajo y no solo texto os invito a seguirme en IG @Mahoheca.
Nuevo capítulo cada dos días, permaneced atentos!!❤️
Gracias por leer!✨
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro