Día 4 Blindfolded (Degel x Camus)
Los más serios y reservados suelen ser aquellos que guardan en lo más profundo de su ser sus más intensos deseos... Aries_9322
Lo veía pasar a diario, le fascinaba seguirlo con la mirada y es que aquel joven de cabellos escarlata tenía algo en particular que le llamaba la atención.
Era muy apuesto sin duda pero lo que más le gustaba de él es su seriedad, sobre todo que era muy parecido a él en cuestión personalidad.
Muy misterioso sin duda, despertaba una tremenda curiosidad en él.
Por el lado de Camus también le llamaba mucho la atención aquel caballero de cabellos verdes, desde hace días atrás había notado que lo espiaba detrás de su ventana y eso le causaba mucha gracia porqué en realidad también le llamaba mucho la atención.
El señor Degel era el encargado de atender la biblioteca de la ciudad, le gustaba estar rodeado de ese maravilloso mundo de libros.
Era poca las veces que se le lograba verlo acompañado de alguien más y a pesar de sus treinta y siete años seguía siendo soltero ya que no había persona que realmente le llamara la atención... Hasta ahora.
No tenía mucho que aquel adorable joven de cabellos escarlata se había mudado junto con sus padres a la casa de enfrente.
Cada vez que lo veía pasar sus latidos se alteraban como su fuera un joven enamorado.
En las noches disfrutaba verlo por su ventana ya que tenía la primicia de observarlo cuando se quitaba su camisa frente a sus ojos.
Camus ya se había dado cuenta de aquellas miradas de su vecino, las demás personas decían que aquel señor era un solitario amargado y frío con los demás.
Que era muy extraño verlo esbozar una sonrisa y sobre todo era muy distante con cualquiera que se le cruzara en su camino.
Aquella tarde los padres de Camus tuvieron que salir de viaje; fue el momento indicado para que el joven de cabellos escarlata pusiera su plan en marcha... Iría a darle una visita a su vecino.
Para fortuna de Camus, la lluvia comenzó a caer acompañado de rayos y relámpagos, la luz se había ido en toda la calle.
Con pasos presurosos Camus corrió hasta llegar a la casa de su vecino con aquel pretexto que tanto había ideado desde tiempo atrás.
Cerró su paraguas y lo recargó en la pared, se acomodó su suéter esperando lucir presentable frente a su vecino de cabellos verdes y se acercó para tocar el timbre.
El dueño de la casa no demoró en atender el llamado, pensaba que sería alguno de sus molestos vecinos sin embargo no era así.
Frente a él se encontraba aquel joven que siempre ha admirado desde la ventana de su recámara.
- Buenas noches - Saludó Camus con una sonrisa.
Degel se quedó perplejo al darse cuenta de la adorable visita que llegó en aquella fría noche.
- Buenas noches ¿Te puedo ayudar en algo...?
Degel no terminó de cuestionarlo, en ese momento Camus se abalanzó sobre él abrazandolo como no lo había hecho con alguien más.
- Siento llegar así señor Degel pero... Estoy solo en casa y temo a la obscuridad - Mintió, lo había hecho bien, en realidad Camus es una persona que no se asusta con cualquier cosa.
Degel sentía un escalofrío recorrer por todo su cuerpo, ese jovencito lo estaba abrazando, ese pequeño detalle le gustó, extrañamente lo disfrutó.
- Pasa Camus - Susurró Degel tomando al chico de los hombros, se hizo a un lado para dejarlo pasar.
Cerró la puerta y lo guió hasta la sala, por fortuna Degel tenía varias velas encendidas.
Camus tomó asiento en uno de los sillones, en la mesa de centro se encontraba una botella de vino, una copa y un libro abierto.
- Estaba tomando vino ¿Gustas acompañarme? - Cuestionó el mayor llevando otra copa más.
- Claro, si no es mucha molestia - Susurró el joven de cabellos escarlata.
Degel tomó la botella y le sirvió un poco a su joven acompañante, aunque los nervios comenzaban a traicionarlo.
Le entregó la copa, dejó la botella de vino sobre la mesa y se sentó a lado de Camus.
- Entonces, sabes mi nombre ¿No es así? - Cuestionó Degel retirándose sus lentes, después los dejó sobre la mesa.
- Los vecinos hablan mucho de usted, es evidente que lo sepa, aunque - Le dio un trago a su vino - El mío al parecer se lo sabe a la perfección.
Degel se quedo asombrado, lo había descubierto. Efectivamente cuando lo recibió en la puerta le habló por su nombre.
Dirigió su mirada al rostro del joven de cabellos rojizos, una ligera gota de vino recorría sus labios.
El mayor se fue acercando acortando la distancia entre ellos, tomó el rostro de Camus con suavidad pasando sus dedos sobre sus mejillas.
- Tienes razón, sé tu nombre a la perfección... La hora en la que sales de la escuela, cuando regresas - Susurró cada vez más cerca de él - Cuando te preparas para irte a dormir...
Camus se estremeció ante esa cercanía - También lo he visto como me espía detrás de sus cortinas.
- No tiene caso negar algo que es evidente... Camus tú despiertas en mi sensaciones que jamás logré llegar a imaginar... No sabes como te deseo, pero la edad es muy notoria.
- Soy mayor de edad, yo decido con quien estar... Usted me gusta en demasía señor Degel.
El mayor al escuchar eso, se acercó para poder probar de esos labios que lucían con un ligero tono carmín, ese jovencito era su perdición.
Camus al sentir la calidez de aquel beso, rodeó con sus brazos el cuello de Degel, el aroma sutil con notas de vainilla de las prendas del mayor le daban una tranquilidad única.
No era como todos los demás hablaban, Degel es una persona muy cálida en el fondo.
El mayor fue recostando a Camus en el sillón, se colocó sobre su cuerpo aprisionandolo sin romper ese beso que comenzaba a ser más profundo.
- Degel - Camus dejó escapar el nombre de su amante al sentir que sus besos bajaban hasta su cuello.
- Te veo y te deseo Camus - Susurró Degel levantando la mirada, pasando sus manos sobre su cuerpo de manera desenfrenada.
- Yo... También quiero lo mismo - Susurró cerrando sus parpados dejándose llevar por las caricias de Degel.
- Mencionaste que tienes miedo a la obscuridad... Quizá esto te demuestre que no todo es malo.
Degel se levantó del sillón, tomó una de sus corbatas que colgaba en el perchero y se lo colocó a Camus para privarlo del sentido de la vista.
Camus esperó que Degel terminara aquella labor, nuevamente se acostó en el sillón, sólo podía sentir como las manos del mayor recorrían su cuerpo sin pudor.
Y esto apenas comenzaba...
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Mis copitos bellos tendrán su segunda parte en otro capítulo 🥰🥰🥰🥰 mientras tanto los dejo con esta primera parte y mañana un Hades x Camus
Así que no coman ansias esto apenas comienza 😁 SailorFighter
CapriLady31
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