Día 31 Cuidados tras el orgasmo (Dégel x Milo)
(Corto alterno a la historia Escondidos)
El profesor que enseña en la escuela es muy lindo, eso no lo podía negar; sin embargo había un detalle que no le permitía acercarse de más.
El maestro Dégel era pareja de su hermano Kardia y así mismo daba clases en el grupo de su amado Camus.
— Ese tipo tiene un toque que me hace imaginarlo a cada momento — Susurró Milo dejando escapar un poco de humo entre sus labios debido al cigarrillo que fumaba en esos momentos.
Necesitaba hacer algo para calmar su curiosidad por querer acercarse al profesor de Camus y esa no es una labor muy fácil de lograr ya que aquel francés de cabellos verdes era pareja de Kardia.
Aunque tenía un punto a su favor, esta noche su hermano iría a visitar a ese hermoso francés y la única manera en la que podría lograrlo es que se vaya con Kardia con el pretexto de que Dégel le ayude a resolver una tarea que tenía pendiente.
— ¿Porque interrumpes mi cita con mi copito? — Respondió Kardia molesto abriendo la puerta mientras dejaba pasar a su hermano para poder salir rumbo a la casa del francés.
— Necesito que alguien me ayude a mi tarea y no precisamente puedes hacerlo tú; siempre fuiste un dolor de cabeza en la escuela.
Kardia rodó los ojos molesto, cerró la puerta de su casa mientras ambos caminaban rumbo a la calle para poder tomar un taxi que los llevará a su destino.
En todo el trayecto Milo intentaba idear algún plan para poder acercarse a Dégel, aunque por fortuna días atrás había adquirido un medicamento en las farmacias para poder dormir, si lograba su cometido induciendo el sueño a Kardia al menos tendrá una oportunidad de estar con el joven maestro.
Cuando llegaron ambos fueron recibidos por el francés, aunque Milo notaba a Dégel en disgusto por tener su presencia con ellos.
Aunque últimamente Kardia y el joven profesor han estado demasiado distantes y esta noche no es la excepción.
— Iré unos momentos a mi habitación.
Milo no entendía porque el joven profesor salía huyendo de ellos, Kardia tomó uno de los vasos de agua que se encontraba en la pequeña mesa de la sala.
Sin embargo Milo se había adelantado a este hecho porque había puesto una pastilla en cada uno de los vasos esperando que hiciera efecto en su hermano mayor.
La situacion estaba resultando a su favor, su hermano se llevó su mano a su cabeza al sentirse mareado, se dejó caer en el sillón y a los pocos segundos se quedó profundamente dormido.
Cuando Dégel bajo de la habitación se encontró con Milo quien no dudó en acercarse peligrosamente al joven profesor.
— Usted tiene algo que me encanta — Lo tomó de los brazos acorralando al joven profesor en la pared, su rodilla se coló entre sus piernas sin darle opción de liberarse de su agarre.
— Suéltame Milo — Murmuró molesto el francés — De lo contrario Kardia de enojará mucho contigo.
El griego dejo escapar una sonrisa con malicia, movió su cabeza a los lados para mostrarle que su hermano estaba profundamente dormido en el sillón.
— Eres desagradable — Le respondió intentando liberar sus brazos del agarre del hermano de su pareja.
— ¿Porque debería de hacerlo? Si usted tiene todo lo que un hombre desea... — Milo se acercó al cuello del joven profesor — De solo pensarlo soy merecedor del infierno.
Dégel comenzó a reírse con malicia, si algo que le molestaba en demasía era que siempre fuera tratado como un simple pasivo; Milo pensaba erróneamente de él.
Si tan solo se diera cuenta de las veces que ha podido estar disfrutando de la pareja de Milo, así es, ese joven adorable de cabellos escarlata lo provocaba al punto de volverlo insaciable.
— Si tanto quieres ser condenado en el infierno entonces yo te ayudaré — Dégel logró soltarse del agarre del griego, en un movimiento repentino tomó con fuerza los brazos de Milo y comenzó a guiarlo hasta su habitación.
Al entrar Dégel colocó el seguro a la puerta y sin darle oportunidad a Milo de que reprochará algo a su favor, lo aventó con un poco de rudeza al colchón.
"El cazador salió cazado"
Fue lo que el griego pensó inmediatamente al ver cómo el joven profesor se retiraba su camisa de manera tortuosa ante su mirada.
— Creí que Kardia es el activo de su relación.
— Recuerda que las personas no somos lo que aparentamos, tu empezaste este juego, así que no hay marcha atrás.
Sobre el mueble que tenía a lado de la cama, Dégel tenía una regla que había usado la noche anterior.
Se fue acercando de manera peligrosa al griego retirándole con rudeza sus prendas; si Milo quería probar el infierno, ganado lo tenía.
Sacó de su cajón una pequeña botella de lubricante, se lo mostró con una sonrisa maliciosa.
Con aquellas relaciones con Camus no tenía ningún problema, al contrario con el pelirrojo Dégel podía ser la persona más tranquila y pacífica al estar haciéndolo suyo pero está vez sería todo lo contrario.
No tenía el más mínimo interés de llevar ese momento más allá de su sentir, esa noche solo sería un simple desliz y eso era todo.
Una ligera capa cubría el miembro del griego, ahora que lo pensaba bien, tanto Milo como Kardia eran muy similares en cuestión tamaño, no cambiaba nada salvo sus edades.
Los dos eran como dos gotas de agua.
— Más te vale que cooperes — Dégel se dió paso entre las piernas del griego, tomó un poco de lubricante entre sus dedos ante la mirada nerviosa de Milo — No pongas resistencia y esto te llevará a la gloria.
Pudo sentir como uno de esos dedos invadía su interior, Milo dejo escapar un grito de dolor, sin embargo Dégel aprovechó para llevar otro más a ese estrecho interior.
El cuerpo de Milo se retorcía sobre el colchón pasando sus manos sobre su cuerpo desnudo para calmar esas sensaciones que viajaban como una descarga eléctrica.
Con su mano libre, Dégel tomo el miembro de Milo y comenzó a masajearlo cuando al mismo tiempo introducía sus dedos una y otra vez en ese cálido interior.
— Maestro Dégel yo...
— Shhh — Murmuró el francés sin dejar su labor, paso su lengua entre su ingle haciendo que Milo enredara sus dedos en esa larga cabellera verde.
Si algo tenía que reconocerle es que el francés tenía un toque muy particular para hacerte sentir en el mismo cielo.
El falo de griego comenzó a cubrirse de una capa brillosa, Dégel dejo aquella labor, se incorporó un poco y tomo la regla que tenía sobre el mueble.
De un movimiento le dió la vuelta a Milo dejandolo boca abajo, con la punta de la regla fue pasando por toda esa ancha y dorada espalda esa regla que hacía estremecer a Milo, se daba cuenta que lo disfrutaba porque apretaba las sábanas con fuerza.
Al llegar a la altura de sus nalgas le dió un ligero golpe con la regla haciendo que Milo nuevamente gritara pero de placer.
Dejó ese objeto sobre el mueble y ahora saco un preservativo, si bien con Camus no los usaba porqué realmente disfrutaba de ese pelirrojo en todos los sentidos, con la fama que Milo se cargaba en la escuela no tenía pensado arriesgarse a algo más.
Se colocó aquel preservativo y cuando fue el momento preciso colocó sus manos sobre la cintura de Milo y de una estocada entro en ese cálido interior.
Espero unos momentos que el griego se acostumbrara a ese pedazo de carne, cuando lo sintió un poco más relajado comenzó esas embestidas mientras Milo gemía y gritaba el nombre de la pareja de su hermano.
Llegó el momento que el interior de Milo se contrajo, Dégel dejo escapar un grito con una voz ronca llenando ese preservativo de esa esencia blanquecina.
Inmediatamente Milo se liberó sobre el edredón del francés, algo que realmente le había gustado es la manera en la que Dégel lo hizo sentir orgasmos una y otra vez.
El joven profesor se colocó a su lado pasando sus manos sobre la espalda de Milo calmando su respiración agitada.
— Espero que lo hayas disfrutado porque esto no se volverá a repetir... Mis intereses son otros y no lo pienso cambiar.
Poco a poco el sueño fue venciendo a Milo, ante los cuidados y el tacto con el que Dégel lo trataba era algo mágico porque hasta eso se preocupaba por calmar ese momento entre los dos
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A finales de febrero voy terminando que pena 😅 aunque quise acabarlo en ese mes de octubre no lo logré, tenía varios pendientes y hasta ahora me di el tiempo de terminarlo.
Esta idea me terminó convenciendo
AnabelleMichaelis
Quien dijo que como se hubiera visto si Dégel cedía a las insinuaciones de Milo cuando Kardia y él van a su casa en "Escondidos"
Bueno me imaginé algo así 😁😁😁
Para mí Dégel es una persona seria y muy correcta pero como amante se me hace un persona que disfruta del sexo así que espero que les haya gustado.
(Por eso ese hombre es mi perdición)
Tarde pero seguro y a seguir con mis demás historias.
Los quiero y les mando un gran abrazo 🥰🥰🥰
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