Día 24 Sexo en vía pública (Aspros x Sísifo)
Cómo había sido posible que aquel sujeto de cabellos castaños hiciera lo que se le pegó su gana.
Aquella noche en el bar terminó cediendo ante él por lo tomado que se encontraba en ese momento.
Ese sujeto de risa tierna que no tiene nada de tierno, al contrario detrás de esa sonrisa hay un hombre totalmente diferente dispuesto a todo lo que se le pueda ocurrir.
- Idiota - Murmuró molesto entre dientes.
Se encontraba afuera del bar esperando la hora de salida de aquel sujeto de cabellos castaños. Esta noche no se le iba a escapar, si aquella ocasión le dio todo lo que pudo a más no poder, Aspros estaba dispuesto a demostrar que también puede jugar los mismos trucos de Sísifo.
Mientras esperaba se llevó su cigarrillo a la boca para poder seguir deleitando de ese humo que se escapaba en sus labios con ese sabor a tabaco.
A los pocos minutos el castaño salía del bar a lado de uno de los meseros.
El gemelo mayor se escondió detrás de un poste para evitar que Sísifo se diera cuenta de su presencia.
Después pudo ver que el castaño se despidió de aquel mesero y se dio la media vuelta para comenzar a caminar por las calles obscuras de ese lugar.
Aspros se acomodó sus prendas y comenzó a seguirle los pasos, esta noche le daba porqué le daba una buena dosis de su propio veneno.
El reloj por fortuna marcaba la media noche, era muy extraño ver a los transeúntes merodear por las calles. Las lámparas que iluminaban ese sitio era muy intermitentes y eso era un punto a su favor.
Apresuró sus pasos dispuesto a tomar al castaño en el mejor momento.
De manera repentina colocó sus manos sobre la cintura del contrario quien al sentir ese tacto no pudo evitar dar un ligero brinco asustado.
Estuvo por querer recriminarle ese acto pero Aspros lo acorraló con rudeza en la pared más cercana y sin darle oportunidad de hablar se acercó para besarlo con un toque de rudeza.
- ¡Estás demente! - Gritó el castaño entre aquel beso.
- Disfrutaste aquella noche todo lo que deseaste... Ahora es mi turno.
Aspros tomó con rudeza el rostro del castaño, sin dejar de mirarlo a los ojos levemente llevó su rodilla entre las piernas de Sísifo quien gustoso dejaba que ese hombre hiciera todo lo que se le viniera en gana con él.
- Estamos en la calle... Pueden vernos.
- Eso lo hace más excitante ¿No? - Le respondió esbozando una sonrisa maliciosa mientras pasaba sus manos sobre su cuerpo de manera descarada.
Le desabrochó el pantalón, bajó poco a poco su mano para poder tocar aquel miembro despierto del castaño quien al sentir ese cálido tacto no pudo evitar echar su cabeza para atrás.
Aspros aprovechó el momento para acercarse a su cuello y dejar una marca muy notoria en su piel, ambos eran totalmente adictivos y sus cuerpos se necesitaban.
- De mi no te escaparás.
Con la ayuda de su pie, Sísifo se retiró una parte de su ropa interior junto con su pantalón.
El gemelo mayor lo tomó de la cintura, el castaño colocó sus piernas rodeando la cadera de su amante y con la presión ejercida en la pared le fue de más ayuda para que esos dos caballeros dieran otro paso más al deseo.
Nuevamente se acercó para perderse en ese sabor de esos labios dulces y el sabor del tabaco que había quedado en su boca era el complemento perfecto para seguir perdiendo se en los encantos del castaño.
- De serio y amable no tienes nada -Se burló el gemelo mayor cerca del oído del contrario quien al sentir su cálido aliento no pudo evitar soltar un gemido.
- Tampoco eres muy santo que digamos.
Aspros se bajó su pantalón a la altura de sus nalgas solo para poder sacar de su sufrimiento su falo que ansiaba profanar aquel interior que tanto había deseado.
- No lo soy, también sé jugar de la misma manera Sísifo.
La punta de su miembro rozaba con su entrepierna, como si de un camino se tratara, Aspros lo fue guiando a la entrada del castaño quien al sentir como invadía su interior no pudo evitar enterrar sus uñas en el cuello del gemelo mayor y siendo su piel de tez clara aquellos rasguños eran muy notorios.
- ¡Amo esto Sísifo! - Exclamó el gemelo mayor al sentir la calidez de las paredes que lo envolvían, aún en esta posición para Aspros fue más cómodo el movimiento.
- Aspros...
Los dos mantenían los ojos cerrados disfrutando de esa entrega ante la mirada atónita de algunos peatones que aún caminaban por la calle.
Sin saber que uno de ellos escondido detrás de los árboles estaba grabando esa escena perfecta para que pueda formar parte como un aporte más a la página de vídeos para adultos.
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