Había sido un día tedioso y aburrido para Aioros.
Después de haber tenido una discusión con su hermano por cosas sin sentido se dirigía a su casa.

Cuando llegó a su hogar se dio cuenta que le había llegado un paquete, afortunadamente ninguno de sus vecinos curiosos tuvo la curiosidad de robarse aquella caja, ya le había pasado con sus demás correspondencias pero esta ocasión no.

Lo peor es que no tenía remitente, solo contaba con el nombre del destinatario.
Sin darle mucha importancia tomó la caja y entró a su casa.

Cuando estuvo adentro colocó el paquete sobre la pequeña mesa de la sala y con cuidado lo fue abriendo para ver de que se trataba.

Estaba repleto de bolsas de aire, en la parte superior se encontraba una nota, con cuidado la tomó entre sus manos y la comenzó a leer.

Después de una extenuante semana de trabajo espero que cuando llegue me recibas con aquello que te mandé...
No sabes las ganas que tengo por dejartela ir hasta el fondo.

                                   Aiacos.

- ¿Qué? Yo no tengo tiempo para sus jueguitos - Arrugó la hoja y la aventó de nuevo dentro de la caja.

Se cruzó de brazos porqué Aiacos siempre tenía esa forma peculiar de pedirle intimidad con aquellas palabras grotescas.
Aunque...
Cuando ya están en plena labor,  Aioros ya no le veía los defectos a su pareja.
Al contrario le pedía más.

Alzó los hombros sin darle mucha importancia, tomó aquella caja y la llevó a su habitación.

Algunos días después, Aiacos regresó de su largo y extenuante trabajo como representante de un grupo de música. No negaba que le iba bien, al contrario se llevaba buenas regalías de ello pero descuidaba mucho a su pareja.

Sabía que Aioros era el tipo de personas que no le gustaban los detalles como las flores o chocolates, eso no iba con él.

Desde que tuvo la oportunidad de conocerlo en un concierto del grupo de música que representa, sabía que era su complemento, su otra mitad.
En la intimidad dejaban todo a  la imaginación y sobre todo...
Le gustaba que le hablara con palabras que encendían su libido al máximo.

- ¡Aioros estoy de vuelta!

Gritó Aiacos dejando su maleta en la sala mientras se retiraba su abrigo y lo colocaba en el perchero que se encontraba a lado de la entrada.

- ¡Aquí arriba!

Gritó el castaño, ante esto Aiacos sonrió con malicia y comenzó a subir las escaleras mientras se desataba la corbata de manera lenta.
Al llegar a la puerta, colocó su mano sobre ella; entró con cuidado buscando a su pareja pero no lo veía dentro de la habitación.

- Aioros.

Lo llamó nuevamente, sin embargo al darse la vuelta se dio cuenta que su pareja estaba saliendo del baño portando aquellas prendas que le había enviado por medio del servicio de paquetería.

- No quiero burlas.

Respondió Aioros desviando su mirada con mucha pena.
Aiacos se acercó a la puerta y la cerró, después se fue acercando a su pareja para tomarlo de la cintura con rudeza.

-  Creo que se te olvidó algo conejito - Le susurró cerca de su oído.

Aioros se sonrojó - ¡Eso si que no!

- Vamos mi amor yo sé que quieres.

Lo tomó entre sus brazos y lo llevó hasta la cama.

- Te la voy  dejar ir toda precioso  conejito - Susurró Aiacos acostando a su pareja con rudeza, se abalanzó sobre Aioros pasando sus manos de manera desesperada por todo su cuerpo. 

- ¿Siempre tienes que ser muy vulgar? - Aioros se sentía muy apenado, llevar puesto un traje de conejito lo llenaba de mucha pena, jamás se había prestado para hacer algo así. 

- Cuando la tienes dentro no dices lo mismo - Aiacos se acerco a su rostro repentinamente, comenzó devorando aquellos labios que tanto anhelaba probar después de un largo viaje.

De la boca del castaño salió un ligero gemido, Aiacos sonrió con malicia; se levantó de golpe de la cama y se colocó frente a la mirada atónita de su pareja para poder retirarse sus prendas.
Aioros se mordió el labio al ver el torso desnudo de su pareja, segundo después Aiacos se llevó una mano a su miembro mientras lo masajeaba lentamente.

- Al conejito le falta su zanahoria... Y una muy grande para dejarlo satisfecho... ¡Ponte en cuatro!

El contrario inmediatamente obedeció, se dio la vuelta para dejar sus nalgas a la disposición de su pareja.
Aiacos sonrio al darse cuenta que su pareja tenía en su entrada un plug anal con terminado de colita de conejo muy tupida y de color blanco.

- Esto se pondrá muy interesante - Se relamió los labios, se acercó para retirarle aquel plug.

Notó que no tenía que hacer la labor de dilatarlo, le había quedado perfecto para tomarlo de una buena vez.

Podría ponerme a jugar contigo con esto preciosura pero yo ya no aguanto más.
Sin darle oportunidad de responder, tomó su miembro y de un solo movimiento se dejó envolver por el cálido interior de su pareja.

- Me voy a comer a un rico conejito.

Aiacos comenzó a moverse de manera repentina y le dejó una gran marca rojiza en sus nalgas  al momento de darle una nalgada.

- ¡Aiacos! - Aioros apretó las sábanas y cerró sus párpados al sentir esas estocadas de su pareja.

- ¡Esta cena es un delicia!

Rápidamente salió de su interior, lo tomó de la cintura y Aiacos se acostó en la cama dejando al castaño sobre su cintura.

- Es tu turno de brincar conejito.

Aioros tomó su falo y lo guió hasta su entrada que ansiaba tenerlo dentro nuevamente.
Se acomodó sus orejas de conejo y comenzó a moverse de manera desenfrenada sobre el miembro de su pareja.

- ¡Aiacos por todos los dioses!

- ¡Sigue... Sigue así! Esta noche no dormirás conejito, te lo dejaré ir  con todo...

Mientras tanto afuera se encontraba Aioria dispuesto para arreglar las diferencias con su hermano pero los gritos y gemidos provenientes del segundo piso le bajaron los ánimos.
Lo mejor es no molestar su hermano estaba sumamente ocupado con Aiacos y lo más probable es que no le preste atención por el momento.

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Buenas noches personitas bellas aquí la parte del segundo día, esta pareja va en especial para AnabelleMichaelis
Quien en sus pláticas conmigo me dijo que hiciera esta parejita y por motivo de su cumpleaños le mando un gran abrazo y le dedico este capítulo. 💖💖💖
Mañana nos vemos con Kanon x Camus 😏😏😏😏