31 de octubre /Wangxian/Foodplay

Era el cumpleaños de Wei Ying y Lan Wangji,  deseaba hacer algo especial para él, pero no sabía el ¿Qué? No era bueno para organizar cosas y mucho menos algún tipo de festejo. Además, se imaginaba que un banquete tradicional, no sería del agrado de su pareja. No solo detestaba la comida, si no también lo callados que eran y su aburrida etiqueta. Pocas veces había asistido a una de esas ceremonias y siempre la había pasado mal, reprimiendo su naturaleza para no avergonzarlo.

Llevaban casados varios meses, si es que podría llamar matrimonio a lo suyo. No había sido nada legal, el matrimonio homosexual, no estaba legalmente permitido, ni bien visto. Sin embargo, ellos se habían vestido de rojo y se habían inclinado tres veces en el jingshi. Los que habían presenciado su sencilla ceremonia, habían sido únicamente los juniors, Lan Shizui y Lan Jinyi, además de Mian mian, Jing lin, Wen Ning y Lan Xichen, que salió de su reclusión únicamente para acompañar a su hermano en ese momento.

Quizá lo mejor fuera que le preguntase a esos críos, por alguna idea para alegrar a Wei ying. Si bien lo amaba y conocía bien, no le era fácil pensar en algún obsequio o método de celebración. Sólo se le ocurría darle comida picante y un par de jarras de sonrisa del emperador.

Se acerco a los menores, pero a la era hora no fue capaz de preguntarles nada. era patético para interactuar con los demás. Extremadamente patético.

Y sus divagaciones fueron interrumpidas cuando un sonriente y escandaloso, Wei We Xian entro corriendo a la estancia.

─Han Guan Jun, mira, mira esto me lo han regalado los chicos. ¿a qué es divertido? ¿no te trae recuerdos?

Al ver el regalo, las orejas de Lan Wangji se coloraron de inmediato, pero su rostro se mantuvo sereno e inexpresivo. Se trataba de un libro erótico, como el que le había enseñado Wei ying, cuando adolescentes.

─Esos críos ¿de dónde han aprendido esas cosas?

Miro significativamente a su pareja, pensando si en verdad su tío tenía razón y era una mala influencia para los menores. Bueno después de todo ya había corrompido hasta la medula a su preciado jade y se jactaba de ello, cada que veía al anciano, terminaba diciendo cosas como "Siento haber robado su repollo, sabe delicioso"

─Lan er gege, eres cruel, me culpas a mí, a tu amada esposa. Y en mi cumpleaños, debería dejarte en abstinencia. Ah, así es, aquí se acaba tu todos los días. Es más manzanita y yo nos vamos de gusu,

Dijo con dramatismo y espero por la respuesta de su pareja. La cual no tardó en llegar, un abrazo posesivo y un beso hambriento.

─De hecho estaba pensando en irnos por esta noche, pasar tu cumpleaños fuera y que pudieras hacer lo que quieras, cosas que, dentro de los recesos de la nube, no podrías.

De inmediato una sonrisa traviesan apareció en el rostro de We xian. Se dio cuenta que las orejas de su Lan Zhan, habían vuelto a su color habitual y era hora de colorarlas de nuevo. Así que susurro a su oído.

─Vayamos a la posada dónde nos tocamos por primera vez, cuando estabas ebrio. No llegamos a hacerlo allí, pero casi. Cenemos, bebamos mucho vino y luego en la habitación podemos hacer esto y esto.

Dijo mostrándole algunas páginas del libro erótico. Lan Zhan, podía parecer un Asceta, pero en realidad era demasiado pervertido y fogoso. Agradecía que fuera únicamente así por él y con él. Que fuese totalmente suyo.

En efecto sus orejas volvieron a ruborizarse, pero accedió. Así pues, ambos se dirigieron a dicha posada y tal como lo dijo Wei Ying cenaron juntos. Él había pedido muchos platos picantes y mucho licor. Lan Zhan, se había conformado con te, el cual era de jengibre y un ligero plato de arroz al vapor con setas

Al terminar la cena, se dirigieron a la habitación. La misma que habían pedido aquella ocasión.

─Sabes en algunos lugares celebran una fiesta en este día, algo sobre los espíritus y los muertos o los monstruos. No sé, me queda perfecto que mi cumpleaños sea en este día. Después de todo, soy un ser de leyenda de terror, un tipo oscuro, el gran patriarca Yilinng.

─Hummm

─Soy el maestro del cultivo demoniaco. El inventor del sello de tigre estigio, el abominable...

─Wei Ying.

─Ok, ok, pero debes admitir que soy el caos.

─Tu eres justo, sigues la justicia, sin importar el lado a tomar o el precio a pagar.

Wei Ying, sonrió. Era raro que su esposo dijese una frase tan larga, pero la había dicho por él.

─Vayamos a la cama, quiero a mi Lan Zhan, de regalo de cumpleaños. Quiero hacer esto.

Volvió a mostrarle aquella página. Ellos ya lo habían hecho en un lugar público. Ya lo había hecho reprimiendo sus gemidos, también lo habían hecho estando el atado con la cinta de Lan Zhan, y también lo habían hecho al tiempo que veían una ilusión de sus versiones adolescentes, hacerlo, incluso habían usado a bichen para su placer. Quizá fuera turno de Chenquing.

─Lan Zhan quiero violarte.

─Humm

─Lo digo en serio.

─En realidad, te gusta más que yo te viole.

Cuando terminaron de desnudarse, Lan Zhan, se fijó en las imágenes de aquel libro para saber todo lo que tendría que hacer a su pareja. No tardo en quedarse duro anticipando el placer.

Los besos se dieron de inmediato, las caricias, las mordidas. Era curioso como en un principio Wei Ying, había temido a los perros porque le habían mordido de niño, pero que él, lo mordiese durante el sexo y su amado los disfrutara, y como poco a poco, iba superando su miedo a los perros. Ya no gritaba cuando veía a Hada.

Recostó a Wei We Xian, en la cama en la postura que indicaba aquella novela y coloco los aperitivos y caramelos sobre su cuerpo desnudo. Sobre todo, en lugares estratégicos. Wei ying, no paraba de reírse satisfecho. Una vez la bandeja fue servida se encargó de acercar sus labios a la zona y comer el dulcecillo, dejando un beso o lametón en dónde había estado el postre.

Por último, en aquel bufet erótico, había derramado parte del vino en la piel de su amado para lamerlo y aquella botella de sonrisa del emperador, había ido directo a cierta parte para humedecerla y lubricarla. Luego aquella lengua saboreo con ahincó el agujero, con el sabor de aquel licor. Entendió por qué le gustaba tanto a Wei Ying, era exquisito y más al ser saboreado sobre ese hermoso cuerpo. Finalmente se dio la penetración. Un dulce escozor invadió el interior del alocado Wexian, después de todo el licor en su interior y aquel miembro de gran tamaño hacían un erótico contraste.

─Feliz cumpleaños Wei Ying.