31.-Scratching/Otayuri

Tenía muchos apodos, la verdad era que no le gustaban mucho que se dijera y ninguno era oficialmente aprobado por él. La familia y conocidos del cerdo, incluso, el calvo, ahora le llamaban "Yurio" Su fandom le llamaba "Fairy" el hada rusa. Ese nombre le dejaba un mal sabor de boca, ni que fuera niña. No podrían haberlo llamado elfo o silfo, no, tenían que decirle hada. También le llamaban, ojos de soldado. Y otro era gata, sí, la gata rusa.

Cosa que tampoco le gustaba de nueva cuenta por el "a" si bien era gay, eso no le quitaba el pito. Seguía siendo hombre, biológicamente hablando y mental y emocionalmente, también.

 No era de esos que sentían que nacieron en cuerpo equivocado. No quería ser mujer. Era chico, se gustaba y aceptaba como tal. Pero le gustaban los pitos. Eso era algo suyo y privado, su fandom, ni enterado estaba, pero ya le andaban poniendo apodos.

Aunque debía admitir que lo de gata, no le molestaba tanto. Más bien prefería ser llamado gato. Tigre, el tigre de Rusia, eso era. Aunque había alguien, una única persona que podía llamarlo "gatito" y todas las demás, sin que se enfadara.

Él tenía muchas características de felino, su comportamiento, era muy similar al de los mininos. Y estos le encantaban. No había cosa más bonita que un gatito.

Y algo que tenía en común con ellos, era el gusto de aruñar, o es arañar. Como fuera. Le encantaba dejar arañazos, sobre todo en la espalda de su guapo, joven, sexy, mejor amigo y amante. El único que podía decirle miau y como le viniera en gana, cuando estaban en la cama. Aunque por lo general, él lo llamaba...

─Yura... ¿Vienes ya a la cama?

─Aha, estaba revisando mi correo, pero ya voy. Sabes esas fans, me tienen loco con sus estúpidos sobrenombres.

─Al menos nadie te llama Daddybear, Dadybek o peor tontabek, ya sabes mis fans, mis haters.

─Yo podría llamarte Daddy, ya tienes muchas tipas que te avientan los chones, pero ellas no saben, no saben nada.

Le miró malicioso. No sabían que Otabek, era gay, no sabían que en efecto era todo un semental, ni sabían que su" amigo" era realmente grande y sabía muy bien cómo usarlo. No sabían que bien podría ser un protagonista de yy, pero que le era fiel a él. No sabían que era suyo. Sólo suyo.

─ ¿Qué no saben?

─Cosas, vamos a la cama Beka, hoy me siento muy, muy excitado.

Los ojos oscuros del hombre chispearon con deseo, lo tomo en brazos y lo llevo a la cama, no tardo nada en desnudar ese delicado cuerpo y lamer toda esa exquisita piel. En disfrutar de la flexibilidad del rubio y de lo bien que lo apretaba. De degustar su boca y su sabor exótico, de ver esos ojos normalmente fríos, en un estado febril, de escucharlo gemir y de sentirlo explotar de placer y claro de sentir esas garras suyas, recorrer su espalda arañando, sentir esos arañazos justo en el momento del clímax. Otabek, no se consideraba masoquista, pero debía admitir que amaba eso. Sí debía tener una vena de masoc, para adorar esa sensación, mezcla de dolor y placer, cuando su Yura, hundía las uñas en su piel y aruñaba con frenesí. Era doloroso, pero también sumamente placentero.

Al terminar el acto, le abrazo y beso. Sentía su piel ardiendo y observo las huellas.

─Un tigre me habría tratado mejor.

─Pero cariño, yo soy un tigre.

─Eres un gato y yo soy tu rascador. 

─Un muy sensual rascador, mío, sólo mío.

Dijo el rubio usando las manos para simular arañazos de gato. Otabek sonrió. Adoraba a ese gato sin duda. 

─Feliz cumpleaños Beka.

Dijo el rubio dándole una cajita.

─Gracias

Se sorprendió un poco a ver un reluciente anillo en ella.

─Bueno, vamos a desayunar y luego vayamos a por nuestros disfraces para la fiesta.

─Yura... ¿Esto es lo que creo que es?

─Tu regalo de cumpleaños y hummm, un anillo de compromiso. Ah si no quieres, si no te gusta puedes devolverlo.

─Me lo quedo. En tu próximo cumpleaños, te regalare un anillo también. Y podemos empezar a escoger la fecha de la boda.

─ ¿Entonces no temes casarte con un tigre que te arañe?

─No en lo absoluto. No cuando amo a ese tigre.