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28: Love Language

Ship: Kanon x Milo

Palabra: Mordidas en tu piel.
Universo Alternativo.// Omegaverse.// Normal AU.// Modern AU.
Advertencias: Alpha x Alpha.

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Cortar algunos vegetales para hacer el desayuno, estando aún en pijama, descalzo y con el cabello atado en un moño sin mucho esfuerzo, mientras escuchaba algo de música de fondo. Una típica mañana de domingo.

Estaba tan concentrado en su tarea, que ni siquiera se percató de la escurridiza presencia colándose en su cocina, hasta que sintió una mordida en su hombro, haciéndolo saltar del susto.

- Con un demonio, Milo...- Suspiró, mientras el peli-violeta detrás de él se moría de la risa por su reacción.

Milo y esa santa maña que tenía de morderlo en cada pequeña oportunidad... En cualquier parte del cuerpo que tuviera al alcance.

- ¿Qué haces?- Preguntó cuando se le pasó el ataque de risa, abrazándolo por la espalda.

- El desayuno.- Respondió el peli-azul, intentando reanudar su labor.- ¿Pasó algo?, hoy te despertaste temprano.

- No.- Rió, recargando su mentón en el hombro ajeno.- Solo quería verte.- Añadió, para después morderle juguetonamente la nuca.

- ¿Es en serio?- Sonrió Kanon, dejando de lado los vegetales, para dar media vuelta y mirar al contrario.- ¿Cómo es que tienes energía después de anoche?

- Soy una caja de sorpresas.- Sonrió coqueto, jugando un poco con su alborotado cabello.- ¿Qué?, ¿estás perdiendo aguante?

Apenas dijo eso, Kanon lo atrajo, besándolo con fervor, mientras una de sus manos apretaba su cintura, y la otra se deslizaba de arriba a abajo por su entrepierna, aún por encima de la tela del pantalón de pijama.

- ¿Decías?- Sonrió arrogante el peli-azul, viendo a Milo respirando agitado después de separarse de ese intenso beso.

- Ahora terminas lo que empezaste.- Jadeó el peli-violeta, sujetándose del cuello del mayor.

Kanon solo rodó los ojos con una sonrisa, antes de volver a besarlo. Milo no tardó en enredar sus dedos en su cabello azul, comenzando a deshacer el improvisado peinado, que para cuando llegaron a la habitación, estaba completamente deshecho.

Ni siquiera habían llegado a la cama, cuando las camisetas de ambos brillaban por su ausencia, dejando expuestas varias marcas rojizas y violetas en el abdomen, pecho, hombros, espalda e incluso brazos de ambos.

No era un secreto que los Alphas, especialmente los dominantes, solían poseer tendencias algo agresivas entre los de su misma casta durante el celo. Y que la forma no verbal predilecta de demostrar el amor a sus parejas para muchos, era con mordidas suaves.

Pero ¿qué rayos pasaba cuando dos Alphas dominantes mantenían una relación?... Eso pasaba. Los dos competían por tomar el control de la situación, haciendo todo lo imaginable en una cama. Desde morderse mutuamente, hasta intentar dominar al otro, hasta que uno lograra ganar la pequeña contienda, que a su vez funcionaba como un juego previo.

- Más despacio, idiota.- Se quejó Milo, apretando los dientes, dándole la espalda a Kanon.- No soy un Omega, no voy a lubricar por mi cuenta.

- Perdón.- Se disculpó, dándose prisa a enmendar su fallo.-  A veces creo que pierdes a propósito.- Ronroneó en el cuello de Milo, besando su piel.

Milo suspiró al sentir la boca de Kanon besando la piel de su cuello, para después succionarla. Eso definitivamente dejaría otra marca, pero no le molestaba realmente.

- ¿De verdad lo haces a propósito?- Insistió Kanon con su pregunta, restregando su nariz desde el cuello hasta el hombro de Milo, embriagandose con el aroma a menta.

- Tal vez.- Jadeó en respuesta, algo tímido al verse descubierto.

Kanon soltó una pequeña y tímida risita, para luego besar la espalda de Milo, sin poder resistir la tentación de dejar un par de mordidas a su paso.

- No me quejo. Es excitante ponerte en cuatro.- Murmuró en el oído de Milo.

- Vuelve a decir algo como eso, y te juro que no caminas en un año.- Amenazó con el rostro completamente enrojecido por la vergüenza.

- ¿Es una amenaza o un soborno?- Sonrió con descaro el peli-azul, estirándose lo suficiente para besarlo en los labios.- Eres demasiado sexy en todas tus facetas. No me molesta cuando te tomas las cosas en serio y logras ganarme, sabes usar lo que tienes.

- Eres un sinvergüenza.- Rió el peli-violeta, volviendo a besar al otro Alpha.

Ese beso fue el detonante de la acción. Milo volvió a soltar un par de quejidos al inicio, mientras Kanon hizo un esfuerzo para controlar sus instintos y no lastimar a su compañero, aunque en consecuencia, terminó dejándole unas cuantas mordidas en toda la espalda y hombros.

Pero una vez superada la incomodidad de la intromisión, y con la cantidad correcta de lubricante, ambos se dejaron llevar por sus deseos carnales.

Milo apretaba las sábanas en sus manos, y mordía una almohada con el aroma de Kanon, gimiendo el nombre del peli-azul, gruñendo bajo de vez en cuando al sentir la mano de Kanon acariciar su miembro.

Kanon embestía con fuerza a Milo, mordiendo cuánta piel estuviera a su alcance, guiado por su parte más primitiva. Pero a la vez, llevaba una de sus manos al miembro de Milo, buscando satisfacer la necesidad fisiológica del contrario.

Así solía ser siempre, pero sorpresivamente, Milo le apartó la mano, guiandola en cambio a su pecho.

- Milo...

- No preguntes...- Interrumpió agitado.- Solo házlo así.

Kanon decidió hacer caso a la petición de Milo. Sabía que el menor de los dos era quien más disfrutaba de experimentar cosas nuevas, así que no se le hizo extraño.

Siguió arremetiendo contra su trasero, mientras con sus manos apretaba el pecho del peli-violeta, atreviéndose a frotar entre sus dedos sus pezones, escuchándolo gemir en respuesta.

Milo siempre le había parecido jodidamente atractivo, excitante a más no poder en la cama, pero en esta ocasión, todo se sentía particularmente caliente. Sentir su aroma propagarse y mezclarse con el suyo, dando como resultado un aroma a chocolate amargo con menta fresca, verlo con la cabeza pegada a una almohada, el trasero alzado, deshaciéndose en gemidos de placer, y pidiendo más...

Sentía su climax cerca, sabía que debía salir de él antes de que eso pasara, antes de que el nudo se formara, y estuvo a punto de hacerlo, pero Milo lo detuvo.

- Házlo dentro.- Pidió jadeante, mirándolo a los ojos.

- Sabes que no puedo. El nudo-

- Si los Omegas pueden aguantarlo, yo también puedo.- Interrumpió el peli-violeta.- Por favor... Solo por esta vez.

No podía negarle nada a esa cara. Quizás era una locura que saldría terriblemente mal, pero ya era un poco tarde para arrepentirse. El nudo había comenzado a hincharse, y sacarlo ya sería un poco complicado.

Siguió embistiendolo, esperando que el nudo apareciera, escuchando gemir a Milo, seguramente más por la excitación ante la expectativa que por algún estímulo físico en sí. Cuando su mirada se posó en la nuca de Milo, dónde tanto los Omegas como los Alphas tenían sus glándulas.

Cegado por su instinto, y sin detenerse a pensarlo mucho, mordió esa zona, clavando sus colmillos, sintiendo como si su mente se apagara por unos segundos. Escuchó a Milo chillar, y entonces reaccionó.

Se había anudado en él, y lo había mordido tratando de marcarlo como si de un Omega se tratara.

- Milo...- Preocupado, exclamó su nombre, sintiendo aún el sabor metálico de la sangre en su boca.- Milo, lo siento. ¿Estás bien?

- No te preocupes.- Respondió el peli-violeta, dirigiéndole una mirada acompañada de una pequeña sonrisa sincera.- Estaré bien.

Logró apreciar un pequeño rastro de lágrimas en las mejillas de Milo, había llorado.

- No debí hacerte caso.- Suspiró, sintiéndose culpable por verlo llorar.- Sabía que esto iba a salir mal.

- Soy yo quien tiene tu nudo adentro y una mordida sangrante en la nuca, y no me estoy quejando.- Replicó Milo.- Todo estará bien, Kanon. Nada que un par de analgésicos y algo de hielo no arreglen, tranquilo. ¿De acuerdo?

- De acuerdo.- Suspiró de nuevo, para después dedicarse a besarlo para consolarlo y hacer que se olvidara de cualquier dolor o malestar. Así como lamer la herida para frenar el sangrado, la saliva de los Alphas tenía propiedades antisépticas y analgésicas, y enzimas que favorecían la cicatrización.

Bueno, Milo tenía razón. Afortunadamente, el nudo no lo lastimó, y después de todo, los dos eran Alphas, esa mordida se iría sola en un par de semanas, igual que todas las que se dejaban en cada uno de sus encuentros... O eso creyeron en ese momento.

- ¡¿Qué?!

Un mes después de ese incidente, se encontraban en el consultorio de su médico de cabecera.

La marca en la nuca de Milo había tardado mucho más de lo habitual en cicatrizar, y lo había hecho de una forma bastante extraña. No había dolor, pero se había adquirido un color violeta que no se iba, y además, estaba algo hinchada aún.

Eso los había hecho acudir con su doctor, quién le envió a hacer unos exámenes de sangre al peli-violeta, buscando descartar una posible infección. Pero el resultado ninguno lo vio venir.

- Estoy tan sorprendido como ustedes.- Mencionó el médico, entregándoles las hojas.- Es extremadamente poco común que algo así suceda. A veces, después de pasar mucho tiempo con otro Alpha, el cuerpo puede adaptarse para cumplir la función de un Omega, cómo es tu caso, Milo. Tienes un mes de gestación.

- ¿Y la marca?- Preguntó Kanon, aún sorprendido, al igual que Milo, mirando los resultados sin poder creerlo.

- La marca de un Alpha en otro Alpha cicatriza diferente a la de un Omega, y es más propensa a una infección.- Explicó con calma.- Por suerte, no es el caso de Milo. Solo aceptó tu marca, y ya cicatrizó. No es nada grave.

Ambos Alphas intercambiaron una mirada, y luego el papel... Estaban en serios problemas.

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