II. Alpha!Bruce x Omega!Clark x Alpha!Lex
Pareja: Alpha!Bruce x Omega!Clark x Alpha!Lex.
Advertencias: PregnancyKink/ Shibari / Dacrifilia / Dirty Talk.
Pasó su mano por el terciopelo azul que forraba uno de los cojines, su piel se erizó ante la sensación agradable que aquello le produjo. Sus dedos siguieron marcando un camino en línea recta, pasando a las otras almohadas forradas con cuero, gamuza, tela de peluche, algunas con patrones bordados, otras tejidas en lana, y unas simplemente con telas rústicas lisas. Su sensibilidad a los diferentes tactos se había aumentado a raíz del embarazo, pero no importaba, Bruce y Lex se habían encargado de llenar su nido con todas las telas y texturas que hubieran en el mercado.
Miró hacia su pancita, ya comenzaba a notarse su cambio físico, aunque, tenía que admitir que fue su olor el primero en cambiar y acentuarse para mezclarse entre el petricor que era su original, el olor a tempestad de Bruce junto a un toque de Whisky que había dejado Lex a su paso, todo eso, con un leve sabor a azúcar que desprendía típicamente un omega embarazado.
No fue fácil luego de ser marcado. Las críticas habían caído sobre su persona, llamándolo un desvergonzado por acceder a mantener a dos alfas, cosa que las facciones más conservadoras no creían que fuera capaz de hacer. Además, muchas personas estaban enojadas por sacar del mercado a dos de los alfas más codiciados. Se había arrepentido en varias ocasiones del encuentro fortuito, pero, después de tener algunos más, se había tranquilizado con la decisión y el apoyo. Clark y Lex no eran personas que se molestaran por lo que decían sobre ellos en los medios.
Fue un año extraño, viniendo de aquí para allá de la Mansión Luthor a la Mansión Wayne, hasta que, finalmente, había quedado embarazado y los dos alfas decidieron que lo mejor fue establecerse. Así que fue Metrópolis, porque era más segura, porque Clark era de allí y porque fue más fácil que Bruce viajara en lugar de ser Clark y Lex quienes tuvieran que hacerlo.
—¿Todavía sigues aquí? —Lex entró a la habitación, como siempre, desabotonando perezosamente su camisa, pero que le daba un toque autoritario. Sus ojos se clavaron en el omega que dejó de tocar los cojines. Se encogió de hombros, se había quedado allí toda la mañana porque era sábado y no tenía mucho que hacer para el trabajo — Entonces ¿No has hecho nada en todo el día? —Una sonrisa perversa cruzó por su rostro, Clark no le contestó sino que se quedó viendo como paseaba por toda la habitación.
Lo vio quitarse la chaqueta, quedándose solo en la camisa de abajo, medio desacomodada. Camino descalzó por la habitación, simplemente con esa prenda y el pantalón de dril que llevaba.
—Seguro que no —Clark sonrió cuando el alfa se agachó para adentrarse en el nido que estaba construido a lo largo de la habitación. Estaba este acomodado con varias colchonetas forradas por una sábana en patchwork de distintos tipos de tela solo para su gusto.
—No, solo descansar —Las manos de Lex se apegaron a su mejilla. El omega ronroneó con emoción y se pegó más al toque, dejando que su alfa lo acariciara antes de poder reclamar sus labios con un cariño que, se había acostumbrado, solo era para él.
—Creí que habías dicho que te pondrías a hacer no sé qué —Sus manos viajaron a lo largo de su cuerpo, rozando los pechos de Clark por encima de la ropa, dibujando el contorno de su pequeña pancita, hasta llegar al borde de su camisa —¿Eso no fue una mentira acaso?—Clark gimió en respuesta ante el beso que volvió a robarle el aire. Se dejó quitar la camisa, quedando solo en unos boxer que tenían el trabajo de pegarse a su cuerpo con demasiado descaro y solo cubrir sus partes íntimas, sin llegar más allá de la mitad de su muslo. —Se lo voy a decir a Bruce. Tal vez deba castigarte yo y luego decirle a Bruce que te castigue por mentiroso.
La mano del alfa bajó, rozando su sexo por encima de la tela, pero no haciendo nada más que apretarlo y hacerlo gemir. Con el embarazo se había vuelto más susceptible a los toques, mucho más sensible a las palabras y los roces.
—No —Se quejó, pegándose más al alfa cuando este alejó su toque. Lex hizo un sonido de disgusto, negando levemente y alejándose del necesitado Clark.
El omega se movió disgustado, antes de ver a Lex rebuscar en su lado del nido algo. Lo vio sacar una soga azul; a Clark le gustaba el azul, lo hacía sentir de cierta manera tranquilo y relajado.
Lex enredó la soga en su brazo mientras el omega lo miraba extasiado. Se acercó de nuevo a él y pasó la cuerda por detrás de su cuello jalándolo de nuevo con esta para poder besarlo.
—¿Recuerdas la palabra de seguridad?
—Happy.
No dijo nada más, solo podía sentir el olor de excitación crecer en la habitación. Había un fuerte aroma de poder y satisfacción que recorría el lazo de ambos (Y que seguro Bruce tendría que estar sintiendo también) que los estaba poniendo ansiosos. Pasó la soga a consciencia por algunas partes, sabiendo lo mucho que a Clark le gustaban las texturas en su piel. Giró, ató y apretó en algunas zonas, finalmente, se alejó un poco y se levantó para admirar en la mitad del nido su creación.
La cuerda pasaba con nudos expertos por todo el cuerpo de Clark, dibujando círculos apretados, lo suficiente para hacer gemir a Clark, pero flojos para no lastimarlo, alrededor de sus pechos, que se habían vuelto demasiado sensibles y solo un poco más grandes (para el gusto de Bruce) en el último mes. Lex fue bueno con su pancita creciente, rodeándola también con la cuerda y dejando que esta se deslizara suavemente en ella, dejándolo como el centro del arte para él: Su bebé hecho con Bruce era su mejor obra y, reluciendo así como estaba, lo demostraba. Las manos habían quedado perfectamente sujetas por encima de su cabeza, sin lugar a movimiento alguno.
—¿Divirtiéndose sin mi? —La voz de Bruce le siguió al de la puerta cerrándose. Lex lo miró solo un segundo antes de volver a ver a Clark. El omega, por su parte, miró un poco avergonzado al otro alfa: Estaba allí, con las piernas abiertas delante de ambos, atado, sin poder moverse, y podía sentir como su ropa interior había tomado un color mucho más oscuro mojado totalmente por su mancha. Además, la cuerda también estaba rodeando su miembro erecto y sabía que Bruce lo estaba mirando pervertidamente a ese punto; su olor cada vez más fuerte entre ellos se lo decía.
—Tal vez —Lex volvió a moverse mientras que Bruce comenzó a quitarse la ropa. Este alfa no tenía reparo alguno en quitarse todas y cada una de las cosas que tenía encima. Se quedaba totalmente desnudo, orgulloso de su propio físico, al cual no había ningún motivo por lo que pudiera ponérsele peros. Contrario a Lex, que solía quedarse medio vestido. Clark lo había acusado de tener algún fetiche con eso, pero, la verdad, ser el único vestido en la habitación le confería algo de superioridad a su egocéntrica personalidad.
Lex se movió hacia un sillón puff que había en un extremo de la habitación, se dejó caer en él y se sirvió algo de whisky de un pequeño cajón que tenía siempre allí, por si acaso. Se había dado cuenta que tenía cierta inclinación de voyerista, le gustaba ver a Bruce y Clark hacer todo tipo de cosas en la cama y eso le confería también sensación de poder y de satisfacción.
Los vio, pues, desde allí. Fijándose en cada movimiento, desde el gateo sensual de Bruce hasta llegar a donde estaba Clark, totalmente expuesto y dispuesto para su alfa, hasta los músculos del omega tensarse bajo la tosca cuerda.
El otro alfa, primero, se deleitó en acariciar cada parte del omega que no estaba entorpecida por la cuerda. Por supuesto, que se dejó sus pechos para el final, disfrutando de extender toda su palma y luego presionar sus dedos sacando un leve gemido de Clark. Se inclinó, besando su pancita expuesta y rozando su nariz por el ombligo de Clark, sintiendo el aroma azucarado hacerse más fuerte allí.
—Estoy seguro de que son varios —Su sonrisa tonta volvió a dejar otro beso en su piel.
Clark no dijo nada y, si hubiera querido, los labios de Bruce pasando la lengua por su miembro duro por sobre la tela no lo hubieran dejado. Su lengua húmeda siguió mojando más su ropa interior, si es que aquello era posible. Sin embargo, lo que lo hizo volver totalmente loco, fue sentir como los mismo labios empujaban con su lengua justo en su entrada y, al sentir que la ropa interior se lo impedía, succionó haciéndole perder todo tipo de cordura.
—A-alfa —Gimió desordenadamente, apretando sus manos alrededor de la cuerda que las ataba y lloriqueando porque quería y necesitaba más.
—¿Y cómo se supone que haga lo mío si lo has atado con la ropa interior puesta? —Bruce frunció el ceño hacia Lex, que seguía mirando mientras bebía un poco de su licor.
Lo escuchó suspirar, como que si eso no fuera un impedimento. La copa de cristal tocando la mesita se escuchó luego de ello y Clark, estaba tan perdido en su mente, que no sintió cuando Lex se había vuelto a acercar.
—Así —Sintió los dedos de Lex sobre su sexo, apretando por algunos sitios y, después de un empujón especialmente duro, la tela rasgándose de arriba abajo, justo por donde su entrada se extendía, lo dejó absolutamente expuesto ante los dos, con un leve temblor por el frio que sintió de pronto ante su piel mojada —Te falta un poco de imaginación.
Bruce soltó una risa, que pareció más un bufido. Sus dedos alejaron parte de la tela que seguía impidiendo que pudiera ver toda la parte baja de Clark, empapada y empapada con su mancha. Solo se inclinó y pasó la lengua justo por encima, probándolo, y haciendo temblar al omega. Su lengua se hundió en su entrada, deslizándose solo un poco. En algún momento, Bruce sintió la mano de Lex en su cuello, apretando su rostro contra la entrada de Clark, abrió más la boca dejando que toda esta cubriera los alrededores de la entrada del omega.
—Haz sentir bien a nuestro omega —La orden le hizo sentir cierto escalofríos, sabía que el otro tenía cierta tendencia a mandar y ordenar, a Bruce no le importaba, por algo Lex era el alfa líder de su pequeña manada. Asintió a su exigencia como pudo con gusto, mientras que Lex se divertía mirando las expresiones de Clark —¿Te gusta, Clark? La manera en que Bruce te come el coño.
Clark gimió ante la pregunta, sin poder si quiera poder formar algo decente en su cabeza. Solo podía concentrarse en la lengua de Bruce pasar por los lugares que necesitaba. Cerró los ojos, dejándose inundar por el olor más fuerte de Lex y por la excitación de Bruce. El alfa que todo lo observaba sonrió cuando vio a su omega retorcerse y tensar todo su cuerpo ante el inminente orgasmo que acababa de alcanzarlo.
Soltó a Bruce y este se volvió a erguir solo para ver a un Clark luchando por recuperar algo de su oxígeno.
—¿Quieres ir tú? —Preguntó, mirando con descaro la erección de Lex apretada en sus pantalones. Se hizo a un lado cuando el alfa se movió para ponerse entre las piernas de Clark y desabrocharse la prenda. Esta vez fue el turno de Bruce para mirar.
Lex era más directo, sin tanto juego previo. Solo deslizó su mano por el agujero de Clark, insertando dos dedos en su interior, sacando y metiendo, como que si estuviera en busca de algo. El omega gimió ante los toques, ni siquiera se acababa de recuperar de su propio orgasmo y podía experimentar sus sentidos al borde del colapso. Aún así, gimió cuando se los dedos lo abandonaron dejándolo en el vacío.
No tuvo tiempo de volver a quejarse cuando Lex ya estaba clavándose de nuevo en su interior, brusco, rápido, certero y animado. Los sentidos de Clark se desbordaron, apreciando como cada centímetro de su ser se estiraba al paso de Lex. Las manos toqueteando todo su cuerpo, sin saber ya si eran de Bruce o del otro, los besos de Bruce que de pronto estaban sobre sus labios, los golpeteos en su interior rozando cada vez un punto diferente, hicieron que de sus ojos brotaran un par de lágrimas totalmente pletórico por todo lo que su cuerpo no podía terminar de asumir.
Aquello pareció enloquecer al otro alfa, que comenzó a follar su sensible cuerpo más duro y rápido, haciéndolo chillar de puro placer. La lengua de Bruce sobre uno de sus pechos, succionando, mientras que la otra mano se deslizó para pellizcar su pezón y un golpe certero de Lex fue todo lo que necesitó para venirse una segunda vez, manchando todo con el líquido blanquecino.
—Clark parece que ha llegado ya a su límite —Dijo Bruce, mirando al omega suspirando, con los ojos medio cerrados ya y perdido en algún sitio. Lex no respondió, en cambio, se ensañó en dar un par de estocadas más antes de sacar un poco su miembro y evitar anudar en él, pero correrse en su interior de forma abundante.
—Ahora tú —Dijo con la voz ahogada. Saliendo del interior de Clark —¿Estás de acuerdo, Clark? —Preguntó Lex, moviéndose donde estaba su omega, acariciando solo un poco su rostro.
Ambos esperaron un par de minutos antes de que el omega pudiera asentir nuevamente.
Bruce volvió a moverse de nuevo, mirando la entrada enrojecida e hinchada de Clark desbordada con el semen de su alfa. Se relamió los labios, sus manos se apretaron alrededor de su entrada para estirarla un poco y seguir viendo como los fluidos seguían saliendo de su cuerpo obscenamente.
—Deja de jugar —Ordenó Lex, que ya se había acomodado al lado de Clark, de rodillas, con los brazos cruzados y mirando atentamente lo que hacía Bruce.
El hombre asintió, dejando de perder el tiempo y metiéndose sin más preámbulo en el cuerpo caliente de Clark. Sintió como podía deslizarse fácilmente y no perdió de vista cómo su miembro entraba y salía del omega y más fluidos se escapaban por los bordes. Estaba seguro que no necesitaba mucho más para correrse, solo cerró los ojos, sintiendo las paredes de Clark apretarse a su alrededor.
—Anúdalo —La voz de Lex lo hizo perder un poco los estribos ¿por qué tenía que ser tan varonil y mandón? Suspiró, obedeciendo al correrse dentro de Clark y anudar en él como el otro había demandado.
Bruce se quedó allí, mientras Clark parecía haber entrado en un letargo de sueño. Lex se deshizo lentamente de los nudos para finalmente dejar al omega. Después de unos minutos, Bruce pudo salir, al tiempo que Lex acababa de desatar los nudos y acomodaba mejor al omega.
Era agradable, la forma en como Lex daba un beso a Clark en la frente y luego dejaba uno en su pancita, en un acto que era muy contrario a sus procederes fuera de esa habitación. Aunque era un alfa, ese tipo de imágenes le hacían sentir a Bruce una cosa extraña por dentro que no sabía cómo nombrar.
—¿Quieres uno también? —El alfa de Lex lo miró con burla cuando lo pilló observándolo. Bruce bufó en tono de burla también ante la pregunta tan ridícula. Sin embargo, no se esperó que realmente Lex se acercara y tomara su rostro con delicadeza para besarlo también.
Nunca lo había hecho, en realidad, ambos habían marcado silenciosamente su espacio de alfas en la relación y, por lo general, era Clark quien unía el contacto de ambos.
El beso fue lento, dulce, un poco cariñoso y Bruce se preguntó si fue así como lo sintió Clark cuando alguno de ellos lo hacía.
—¿Eso no estaba en las reglas? —La voz de Clark confusa los hizo girar a ambos para ver al omega medio arrunchado con una cobija mirándolos —Quiero verlo otra vez —Exigió.
Lex no era nadie para no cumplir los deseos de su omega y Bruce no iba a decir que no, por supuesto. Existían por y para el placer de Clark.
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Pues esta fue la continuación de ese otro capítulo que dije.
Me encariñé mucho de cómo me salió este trío amoroso. Me imagino a Lex siendo el Líder de manada todo cariñoso con Bruce y con Clark, pero rudo con la gente de afuera. También me imagino a Bruce siendo todo un alfa dominante fuera, pero dejándose dar cariñitos por Lex.
Imagínenselos, una tarde de pereza, todos arrunchaditos en el nido, con su nuevo cachorro en medio de ellos siendo felices. Tengo que escribir algo así, por Deus.
De verdad sí me encantaría saber qué te pareció este capítulo, porque es, probablemente, el que más he disfrutado escribiendo y espero que también lo hayas disfrutado leyendo.
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