Frotar/Probadores
Pareja: Superbat.
Advertencias: Frotar/sexo Semipúblico/ Probadores.
De absolutamente todas las cosas que podrían salir mal, definitivamente esa era una de las que no estaba en sus planes. Sabía que no tenía que salir de misión con Superman como su compañero, pero claro, allí estaba la mirada furiosa de Diana y la cara de Kal-El pidiendo en silencio que no lo apartara y sucumbió, porque era un idiota.
Nada explicaba porqué en una misión de espionaje, como sus alter ego, es decir, Bruce y Clark, terminaron atrapados en un probador, vestidos como dos adultos idiotas ridículos con gorra, gafas de sol y camisa negra como una mala representación de espías de telenovela, pero bueno, los gajes del oficio, diría cualquiera del vulgo. Ni siquiera supo en qué momento pasaron a ser los objetivos, y claro, no es como que Clark y Bruce pudieran llevar armas en pleno centro comercial y tener una pelea épica, así que los vestuarios para esconderse fueron una idea maravillosa.
—¡Deja de moverte! —Trinó Bruce por lo bajo a Clark que no paraba de intentar darse la vuelta. Y es que, cuando le dijo a los probadores, se refería a que cada uno se escondiera en otro diferente y no los dos en el mismo.
Dos hombres corpulentos como ellos no deberían estar a la vez en un espacio tan reducido como ese.
—Clark —Era incómodo, tenía al hombre justo a menos de un centímetro de él, podía verlo acalorado y sentir su propia respiración — Quieto —Rechinó los dientes, pero a pesar de su advertencias, las manos del súper hombre se movieron para acomodar sus gafas.
—Lo siento —Se disculpó torpemente, apenas pudiendo mover de nuevos su manos que fueron detenidas por las de Bruce.
—¿Qué parte de quieto no entiendes? —Susurró con enojo. Inclinó su cuerpo para pegarlo al de Clark, tal vez si lo acorralaba así dejara de moverse y de ser un total incordio —¿Es que tengo que inmovilizarte? —Ahora era él quien se estaba moviendo, rozando su cuerpo contra el otro, demasiado cerca de una forma que nunca se imaginó, hasta que sintió algo que definitivamente no tenía que haber rozado.
El suave quejido de los labios de Clark hizo petrificarse a Bruce, pero luego sonrió.
—¿Eres así de sensible? —Rodó los ojos, tendría que haberlo visto venir de un Boy Scout como Clark —Patético.
Tal vez debía aprender a callarse sus pensamientos, porque lo siguiente que sintió fue el cuerpo de Clark empujar contra el suyo, obligándolo a pegarse contra la pared a sus espaldas.
—¿Pero qué? —Sus palabras murieron en su boca al sentir los labios de Superman sobre los suyos. Tenía que admitir que alguna veces se había imaginado el momento, aunque siempre pensó que sería algo torpe y poco profesional, pero Clark tenía ciertos secretos que, tal parece, no conocía.
Los labios de Clark no se movieron más, pero sí lo hizo su cuerpo, frotando su erección contra la entrepierna de Bruce, que parecía también estar solo un poco contenta con la cercanía. No iba a negarlo, llevaba varios días sin echar un polvo como Dios manda y Clark no era precisamente un candidato al que desperdiciaría de tener la oportunidad. Y allí estaba su oportunidad.
No dijo nada, pero él era el mismísimo Bruce Wayne y no iba a permitir que su fachada de Playboy quedara en la nada. Si alguien allí se iba a friccionar con sensualidad, era él, no Clark. Así que le siguió el juego, y lo hizo. Pero no solo fue su cuerpo el que se rozó de vuelta contra el kryptoniano, dejándole sentir su leve y creciente erección a la ya bastante dura de Clark, sino que, este último, deslizó sus manos como pudo y se coló entre sus cuerpos para llegar abajo, sorprendiendo solo un poco a Bruce.
—¿Así que Smallville también sabe jugar así? —Preguntó solo para molestarlo, ganándose un apretón de la mano de Clark en sus partes que lo hizo quejarse de gusto, aunque no iba a admitir nunca que era un masoquista de closet.
—En la granja hay mucho tiempo libre, aunque no lo creas —Aquella respuesta lo descolocó, pero no tuvo oportunidad para pensar en ello cuando la mano de Clark comenzó a moverse en deliciosos círculos sobre su polla dura.
—Ya veo —También movió sus manos hacia abajo, buscando, entre el enredo que eran sus extremidades, desabrochar el pantalón de Clark. Lo logró en algún momento y sonrió de forma victoriosa al ver por el reflejo del espejo los calzoncillos azules con logos de s —¿De verdad?
—¡Cállate! —Bruce lo apretó también con su mano, haciéndolo jadear, lo cual lo hizo sentir de nuevo en una escala superior. Clark no se quedó atrás y desabrochó también los pantalones de Bruce dejándolos caer al suelo en un ruido metálico sordo causado por el cinturón.
Clark agarró el pene de Bruce y comenzó a frotarlo al tiempo que el otro hacía lo mismo con el suyo. Comenzó a deslizarse mejor solo cuando los primeros líquidos comenzaron a aparecer por la punta de su polla. Las manos de Clark retiraron en algún momento las de Bruce. Él era allí el que quería llevar el ritmo de la situación. Así que Bruce lo dejó, algo interesante debía haber en esa cabeza kryptoniana que fuera divertido.
Fue cuando Clark agarró ambos miembros y comenzó a mover su mano por ambos de arriba abajo, a veces apretando con algo más de fuerza, pero que a Bruce solo le provocó sensaciones nuevas y placenteras. Entonces, de pronto la calidez de su mano lo abandonó solo para sentir como el cuerpo era el que se movía contra el suyo, rozando sus vientres a la vez que sus duras erecciones.
—Joder, Clark —Los labios volvieron a pegarse a los suyos.
Se sentía bien, la boca de Clark más experta de lo que podría imaginarse sobre sus labios, junto al choque de sus caderas, que friccionaba y apretaba su miembro entre ambos cuerpos hasta la locura. Tenía que preguntar donde había aprendido a mover la cadera así, dónde aprendió a frotarse tan obscenamente contra el cuerpo de desconocidos. De solo pensar en un joven Clark rozándose con otro en las duchas de una secundaria pueblerina sintió que podía correrse.
—C-Clark.
—Bruce —El susurro excitado contra sus labios junto a la mano de Clark que volvía para tocar su pene y comenzaba agitarlo con rapidez y seguridad le hizo perder todos los estribos. Tuvo que morder su labio para no gritar y alertar a alguien, pero lo que más le sorprendió del asunto fue ver los ojos casi sádicos de Clark relamerse al ver la sangre que brotaba de sus labios por la fuerza que estaba ejerciendo.
De nuevo sintió como ambos falos de unían en la mano de Clark. Ya no fue capaz de aguantar más y se corrió en medio de los dos, en un quejido ahogado. Abrió los ojos para mirar a Clark, que seguía echándole un vistazo muy alejado del amable y Boy scout de siempre.
—Aún falto yo —Le dijo, no como una orden, sino más bien como un recordatorio de algo que debía hacer.
—¿Uh? Mala suerte —La sonrisa de Clark ante su respuesta lo hizo poner los pelos de punta.
—Aprieta las piernas.
—¿Eh?
—Tú hazlo —Lo hizo, por curiosidad más que por otra cosa.
Lo vio mover de nuevo su mano entre sus cuerpos, untando en sus dedos algo del semen que antes había manchado a ambos. Bruce juntó sus piernas y luego sintió el dedo de Clark moverse con sus fluidos por la hendidura que quedaba entre estas. Después lo usó como su propio agujero personal.
Debía admitir que era la cosa más bizarra que hizo nunca, pero parecía divertido. Se apretó más, sintiendo la polla de Clark entrar y salir por entre sus piernas, frotándose con rapidez y con fuerza hasta golpear el orgasmo y mancharlo con toda su esencia de una forma realmente sucia.
—Parece que Smallville es más intrigante de lo que parecía —Le dijo, mientras lo vio recuperar un poco de aire y se apoyaba en él.
Clark no contestó, pero por el movimiento de sus manos que viajaban justo a su trasero para apretarlo supo que no era lo único que sabía el kryptoniano. Oh, y la verdad es que tenía todo el día para averiguar cuán desvergonzado podía ser.
Aunque por ahora, lo único que le avergonzaba eran las miradas de las chicas de la sesión de probadores, quienes no tuvieron reparo alguno en hacerles saber que habían escuchado absolutamente todo.
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