V E I N T I U N O
Quizás no era tan mala idea después de todo que SoRa les hubiese enfrentado desprevenidos.
Después de que Taehyung se encargara de ayudar a ChungHa a zafarse de los alfas que la retenían, todos comenzaron a deshacerse de todos los guardias que los habían rodeado mientras SoRa se mantenía en una posición observadora. Sonreía con sorna al ver que su hijo junto a su omega eran un equipo perfecto, en un abrir y cerrar de ojos, ellos habían acabado con la mitad de su ejército, sin embargo, ella tenía preparado un plan extra para poder combatir contra ellos. Uno que precisamente incluía oro y plata, retrocedió su vista al oír el llamado de una de las brujas que trasladó desde Timoría hasta Kakaoti.
—¿Aún no nos necesitas?
—Por ahora no, mi querida Omega – se alejó un poco – pero dentro de muy poco si.
Por su parte, todos los demás estaban exhaustos, la situación era muy demandante y ellos no estaba al cien, pero eso les dió la fuerza necesaria para actuar rápidamente, sobretodo a la pareja, quienes lograron coordinarse con rapidez. Jimin había tomado su forma lobuna llevando en su lomo a su omega, para que hiciera uso de sus poderes y él la pudiera proteger. BonHwa se sentía cansada y con ganas de estar entre los brazos de su Alfa pero a la vez sentía que éste era el momento perfecto para deshacerse de uno de sus principales obstáculos para llegar a JiHwan. Miró a su alrededor y pudo percibir algo extraño, regresó su vista a sus amigos y todo parecía estar en orden, pero algo dentro de ella le decía que iba a ocurrir algo grande.
—¿Qué ocurre? – Jimin le habló por el lazo – ¿Te sientes mal?
—Es...– ella negó con lentitud – un presentimiento, es como si fuese a pasar algo malo.
Lanzó una bola mágica antes de seguir con su conversación. Jimin se encargó de empujar con sus patas traseras algunos tontos guardias que querían tomarlo.
—BonHwa...– un SeokJin sudoroso y exhausto se acercó hasta la omega – son demasiados, cada vez llegan más y más. No creemos resistir tanto tiempo más.
—¿Cómo están los demás?
—NamJoon tiene una herida en el brazo, logró apenas controlar el sangrado – jadeó – ChungHa y RyuJin están en combate con algunos, mientras que Taehyung y HoSeok les cuidan la espalda.
La mente de BonHwa trabajaba a su máxima capacidad, sabía que hacer pero era demasiado arriesgado, sin embargo, un intentaría por el bien de sus amigos.
—Escucha muy bien lo que te voy a decir, SeokJin – ella le entregó la espada de su padre – todos se irán de aquí, incluído Jimin. Pedirán ayuda a Kakaoti e irán a Hilgrand por los pocos o muchos hombres que te puedan ayudar. Sé que Golmora no se negará a cambio de un lingote de oro, sabes que el la reserva hay.
—Ésto es descabellado, BonHwa – golpeó a un beta que intentó atacarlo – no puedes arriesgarte de esa manera, podrían llévate consigo, tomarte como rehén a cambio de la cabeza de Jimin, muchas otras tragedias podrían suceder.
—Mi lazo con Jimin les ayudará – sonrió – estaré bien. Ahora, váyanse.
Se bajó del lomo de Jimin y acarició su pelaje, su corazón dolía y sentía una desesperación profunda, lo miró y le sonrió.
—Estaré bien, tengo poderes, ¿Lo olvidas?
Un grito y un golpe en seco resonó en el lugar. Ambos regresaron su vista al origen del grito y Taehyung tenía una espada en su abdomen, la sangre brotaba con fluidez consternando a los presentes. Todos corrieron hasta él, mientras que Hoseok y Jimin crearon un campo de protección para el alfa herido. ChungHa lo colocó con cuidado entre sus piernas y se disculpó con Taehyung por lo que iba a hacer. Retiró de un sólo tajo el artefacto y rompió parte de su ropa, creando una especie de torniquete para detener un poco su hemorragia.
—Bon...– él intentó hablar pero la mencionada lo calló por completo.
—No te esfuerces, Tae – miró a todos los presentes de manera rápida – bien, todos se irán de aquí. Estarán seguros, con ayuda médica y lejos de la maldad de SoRa.
—Bon, ésto es muy peligroso para tí – susurró RyuJin – no puedes hacerlo.
—Es mi última palabra y no la cambiaré.
Los observó por última vez y salió del campo que Hoseok y Jimin tenían formado. Divisó a todos los que estaban ahí, había personas de todos los rangos, linajes y tamaños y por primera vez en muchos años, sonrió ante tanta adrenalina. Con sus manos, formó un arco color azul junto a sus flechas color verdes y sin piedad alguna comenzó a lanzarlas a diestra y siniestra. Se sentía orgullosa de lo que su padre le había enseñado, tampoco estaba excenta del contacto físico, tuvo que golpear a algunos en el camino. Regresó su vista hacia atrás y sonrió al ver que sus amigos corrían hasta la salida del bosque, incluído Jimin.
SoRa veía con una gran sonrisa en el rostro como BonHwa estaba sola, se había puesto en bandeja de plata para ella, sin embargo, ella deseaba ver a su hijo sufrir por ella. Llamó a una de sus brujas y con un leve ahora todo empeoró. BonHwa observó cómo el espacio en dónde estaban se envolvía en un campo mágico de color rojo, así como todos los guardias retiraban sus ropajes para dejar ver si brillante armadura de oro. Intentó hacer uso de sus poderes y no funcionaban, conjuró en su mente muchas veces y todas fueron inútiles, no obstante no se rendiría, rompió una parte de su ropa y envolvió sus manos en la tela. Con mucha fuerza y temor, empezó a pelear con todos esos hombres, sin importarle que le doblaran en tamaño. Estaba tan concentrada en esos hombres que se olvidó de SoRa, ésta por su parte se encontraba detrás de ella, quien sin dudarlo le tomó por el cabello, le colocó un collar de oro y lo cerró con un candado por la parte de atrás.
BonHwa sentía que algo caliente le recorría su cuerpo, con desesperación tomó el collar y trató de quitarlo de su cuello, pero no servía de nada. Jadeaba y gritaba en busca de que el dolor desapareciera, mientras que SoRa le miraba con superioridad.
—¿No te gusta mi regalo de bienvenida? – rió – no sabía que eras alérgica al oro, cariño.
—M-Maldita p-perra s-sucia – jadeó BonHwa – l-lucha d-de v-verdad.
La vista de la omega comenzaba a nublarse y su cuerpo estaba débil, le rogaba a la diosa luna que le ayudara a combatir ese dolor que le impedía luchar con claridad. SoRa llamó a una de sus brujas y le pidió que hicieran lo acordado, un simple conjuro bastó para que SoRa también tuviese poderes mágicos. Sus ojos eran del color del campo mágico ahora, el fuego se expandía por todas sus manos y su sonrisa se ensanchaba cada vez más. Caminó con lentitud hacia el cuerpo agonizante de BonHwa, ladeó su cabeza y rió al verla tan indefensa y recordar que hace algunos momentos era la omega más poderosa del lugar.
—Cormeum...– susurró mientras sus poderes caían sobre BonHwa. En cuestión de segundos, ella gritó y su corazón se iluminaba con una luz azul aún debajo de su piel. SoRa enterró su mano en el pecho de la omega y sacó su brillante y palpitante órgano.
BonHwa se sentía vacía y como si su alma hubiera abandonado a su cuerpo. Sus característicos ojos azules se volvieron opacos y de color gris, el oro ya no le quemaba y comenzaba a olvidar todo de ella.
—Mi señora, mis palabras eran ciertas...– una mujer se acercó a SoRa – toda la esencia de esa omega se aloja en su corazón, incluidos sus poderes.
—Guarda silencio, por favor – la alfa estaba anonadada y perdida en el corazón de BonHwa – creí que mi hijo era una mina que podía explotar, pero ésta niña es mejor que él.
—¿Qué procede, mi señora?
—Déjame probar...– susurró. Dejó salir un poco de su poder y lo enterró en el corazón de la chica – arrodíllate ante mí.
Sin un ápice de resistencia, BonHwa hizo lo que SoRa le pidió. La alfa rió sorprendida de lo que había logrado, con curiosidad apretó el corazón y notó que entre más ejercía presión, su pulso se iba deteniendo, su brillo y su color se iban apagando y su poder se traspasaba a ella.
—Jimin aprenderá que conmigo no se juega – miró hacia la omega – ambos aprenderán que Park SoRa obtiene lo que quiere.
Nuevamente apretó el corazón entre sus manos, sintiendo como el poder embargaba su ser, no obstante, una luz dorada cegó sus sentidos por momento, así que cubrió su rostro con su brazo. Para cuando abrió de nuevo sus ojos, un gran lobo café y de ojos dorados con verde se hallaba en el centro del lugar, sin el campo mágico y con todos los guardias y brujas inconscientes.
—Siempre me sorprendes, hijo – sonrió – no esperaba menos de tí, ¿Te gusta tu nueva Omega?
Jimin tomó su forma humana y corrió hasta BonHwa, la colocó entre sus piernas y pudo observar su mirada perdida, sus labios resecos, sin color y un gran agujero negro en su pecho.
—BonBon, mírame por favor – suplicó el alfa, ignorando las palabras de su madre – soy yo, Mimi. Maldita sea, reacciona.
—No lo hará si yo no quiero – le mostró el corazón de BonHwa – ahora me pertenece.
Jimin sintió la desesperación embargar su corazón, regresó la vista a su omega y la besó, creyó que sería como los cuentos que leía de pequeño, en dónde el príncipe besaba a la princesa y todo volvería a la normalidad, pero al no obtener tan siquiera una reacción de parte de BonHwa.
—Te dije que ésto era entre tú y yo – las lágrimas de rabia habían salido ya de los ojos brillantes de Jimin – ¿Por qué le hiciste daño? ¡¿Por qué?!
La alfa encogió sus hombros y de un sólo apretón deshizo el corazón de BonHwa. La chica soltó un jadeo y sus ojos se cerraron por completo, mientras que SoRa recibía todo el poder de la omega. Jimin sintió como su corazón dolía y una tristeza enorme invadía su ser. El lazo que habían formado, ya no estaba, se sentía roto y vacío, derrotado por la pérdida de su mate. Gritó con frustración y dejando con cuidado y dolor el cuerpo sin vida de su omega, creó una gran esfera mágica y la envío directamente al cuerpo de su madre. Ella la detuvo con sus manos y la hizo aún más grande, regresándola a su creador, quien la evitó con un campo de protección. Lloraba mientras creaba ese campo que los protegía a ambos. Sus labios no paraban de decir el nombre de su omega con dolor, no obstante, divisó como muchas personas venían hacia ellos, entre esos Taehyung, Hoseok y SeokJin. Los galopeos de los caballos hacian vibrar el piso y no pudo evitar sonreír ante eso. Regresó su mirada a BonHwa y besó su frente, la cual estaba totalmente helada.
—Estarás bien...– juntó su frente con la de ella – estaremos bien.
Para su sorpresa, llegaron en menos de lo esperado, muchos guardias con la bandera de Hilgrand, Kakaoti y Golmora comenzaban a pelear con los de Timoría, quienes hace poco habían recobrado la consciencia. Hoseok y otra persona traspasaron el campo de protección de Jimin, dejando salir un grito ahogado al ver a BonHwa.
—Jimin...– susurró Hoseok.
—Ayúdame a traerla de vuelta, por favor – sollozó – ¡Ayúdame, por favor!
Sus gritos eran desgarradores ante los oídos de cualquiera, incluso su aroma había vuelto a ser solamente de jengibre, el cual predominaba debido a sus feromonas.
—Dame tu mano, ahora – demandó el pelinaranja. El rubio acató la orden y de pronto sintió más fuerza, Hoseok le estaba traspasando un poco de su poder al alfa, con quien unos segundos más tarde deshizo el agarre – eso será suficiente para que tú y tu padre puedan derrotar a SoRa. Nosotros cuidaremos de BonHwa, vayan ya.
—¿Padre? – cuestionó Jimin, en cuanto sintió unos toques en su espalda giró su rostro y la figura esbelta de Yeon apareció en su campo visual – p-papá.
Intentó abrazarlo pero él lo detuvo.
—Tendremos mucho tiempo para abrazarnos de nuevo, Jimin – sonrió – ahora, tenemos que salvar a tu Omega.
El siguiente capítulo estará más cardíaco que éste. Para su relajación, ya lo estoy escribiendo.
Me encanta dejarles con la intriga xd
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