V E I N T I O C H O
El silencio del bosque era abrumador para BonHwa, literalmente sólo podían escucharse las pisadas de su caballo y su respiración. Había utilizado un poco de magia para iluminar mejor el camino que Jungkook le había mencionado en la carta, sin embargo, llevaba un candil como apoyo, pues usar constantemente su magia, le agotaba y no podía tomar siestas ya que iba con el tiempo medido y se estaba arriesgando a que llegara poco después del amanecer. Miraba hacia todos lados, estando atenta a cualquier movimiento sospechoso, su corazón no latía a su ritmo normal desde que salió de Hilgrand, sentía dolor en su estómago debido a los nervios de cabalgar sola en la noche.
Se detuvo un momento para beber un poco de agua, sin embargo, escuchaba pequeños crujidos de ramas, aguantó un poco la respiración y se quedó estática. Unos jadeos y ligeros sollozos le hicieron voltear e iluminar la zona de donde suponía provenía el sonido. Una chica de complexión delgada y cabello negro le miró suplicante, su rostro estaba magullado y su cuerpo lleno de heridas, sus vestiduras estaban rotas y sangraba de su parte baja.
—Por favor, ayúdame...– susurró en cuanto vió a BonHwa – está cerca.
La Omega se bajó del caballo y corrió hasta la chica, con dificultad la tomó entre sus brazos y con cuidado corrió de regreso a su caballo. No obstante, en cuestión de segundos muchos guardias les rodeaban, antorchas frente a ellas le lastimaban los ojos. Uno de ellos, bajó y caminó hasta donde se encontraban.
—¿Quién eres y qué haces en nuestro territorio? – el beta olfateó la zona – no eres de por aquí.
—Voy de camino a visitar a mi...– guardó silencio, intentando hacer la voz un poco gruesa – hermano.
—Identifícate, extraño – BonHwa dejó salir el aire que retenía al ver que si creyeron que era un hombre.
—Soy Jeon JungSeok – hizo una reverencia – lamento haber causado molestias.
—Eres hermano de Jeon JungKook, ¿Cierto? – ella asintió – gracias por aclarar, ¿De qué reino viene?
—Tímoria – mintió – fuí el consejero de la reina SoRa.
Se quería golpear contra un árbol hasta que perdiera la consciencia por el error tan grande que había cometido.
“Eres grande, BonHwa, eres grande”
—Al rey JiHwan le encantará charlar con usted, caballero – el beta carraspeó – por favor, necesito que se aparte de la señorita. Ella es la dama de compañía del rey y necesita volver con él.
BonHwa giró a ver a la chica y ella le miró asustada. Regresó su mirada a los guardias y negó con la cabeza.
—Me temo que eso no será posible – BonHwa suspiró – vendrá conmigo, debo curar sus heridas.
—Es una orden real y no se puede negar – uno de ellos le apuntó con una lanza – apártese, ¡Ahora!
—¡He dicho que no! – BonHwa decidió utilizar su voz de omega, la cual fácilmente podría pasar como la voz de mando de un alfa. Todos se hicieron hacia atrás sorprendidos y temblorosos – les ordeno que se larguen de aquí y le digan a su rey que ésta chica se perdió.
Ellos asintieron sin decir nada y cabizbajos las dejaron solas. BonHwa volteó a ver a la chica y ella se hallaba temblorosa, así que decidió agacharse hasta quedar a su altura y tomarla de las manos.
—Por favor, no me haga daño...– susurró – le ruego que no me haga nada, se lo suplico.
—Descuida, soy de los buenos – BonHwa sonrió – vamos, te llevaré a un lugar seguro.
La chica miró sus ojos y un destello azul en ellos captó su atención, recordando la profecía que todos en Phoenix sabían de memoria.
—Eres tú...– susurró nuevamente – la Omega que nos salvará.
BonHwa contuvo la respiración preocupada.
—¿De qué hablas? Yo...– no pudo terminar la oración cuando con esfuerzo la joven tiró de su amarre en su cabello, haciendo que su cabello cayera de golpe.
—Eres tu, nuestra salvación. Eres la última descendiente del Clan Bae – la chica sonrió – veniste a rescatarnos de la miseria.
—¿Cuál es tu nombre? – BonHwa luchaba por tratar de desvíar la conversación.
—Hwang YeJi, Majestad – jadeó en cuanto BonHwa la elevó hasta que pudiera recostarse sobre el caballo – gracias por ayudarme, reina Bae.
—Por favor, no digas eso – frunció su ceño – estás confundiéndome con otra persona.
—No lo niegue, majestad – YeJi miró a BonHwa – la están buscando por todo Phoenix para entregarla a ese asqueroso ser.
—¿Qué hacías en el castillo? – musitó mientras anudaba de nuevo su cabello.
—Ellos me raptaron para que satisfaciera las necesidades del rey JiHwan – suspiró – el rey está en celo y cada que eso pasa, raptan a chicas del pueblo para la diversión de él. Yo logré escaparme con la ayuda de mi hermano, nadie se percató que él me ayudó, sino no se que le hubiesen hecho.
—¿Tu hermano trabaja para el rey?
—Es su consejero – YeJi movió un poco su cabeza para poder ver a BonHwa – HyunJin lo hizo para darme una mejor vida. Nuestros padres murieron cuando nosotros estábamos pequeños y desde ese entonces, él se ha encargado de darme una buena vida.
Ella suspiró aterrada, sentía que todo se estaba saliendo de control y que ahora no podía retroceder y declinar de sus planes.
—Te llevaré con un amigo en el pueblo, él te cuidará y curará tus heridas.
—Gracias majestad – repitió YeJi – es usted muy buena.
—No me digas así, por favor – musitó BonHwa cansada – yo no soy nadie aquí.
—Yo guardaré su secreto, no tiene porque preocuparse – la chica sonrió – respetaré que no quiera decirme su nombre, pero por lo menos déjeme darle el respeto que se merece.
BonHwa suspiró profundamente, éste sería un viaje bastante largo para ambas.
—¿Por qué hiciste eso, BonHwa? – Jungkook le ofreció un poco de agua a la Omega – ¿Sabes que acabas de ponerte la soga en el cuello?
—No me lo repitas más – masculló – mi instinto era proteger a YeJi y si no decía algo se la llevarían de nuevo con JiHwan.
—Por suerte, pudo conciliar el sueño desde hacer rato y no pudo escucharte.
El canto de los pájaros y el sol lograban meterse en la choza de Jungkook. No se había movido de allí en vista de que su cara aparecía en pergaminos por todo Phoenix. Se maldijo internamente por no haberle hecho caso a Taehyung, él pudo haberla acompañado y ser sus ojos mientras ella se resguardaba.
Su poca paz fue destruida por los guardias que irrumpieron en la morada con agresividad, por instinto BonHwa se hizo hacia atrás, protegiendo el cuerpo de YeJi mientras Jungkook se ponía adelante de las omegas. Su experimentado olfato pudo percibir el aroma que ella comenzaba a expedir, los supresores estaban dejando su efecto y temió por ello. Rebuscó en su bolsillo y pudo encontrar uno, así que con dificultad lo llevó a su boca y lo tragó sólo con saliva.
—¿Qué es lo que desean? – Jungkook estaba totalmente a la defensiva.
—Pueblerinos han informado al palacio que han visto entrar a una omega parecida a Bae BonHwa – espetó uno de ellos – también informaron que un familiar suyo acaba de ingresar al reino.
—En efecto, mi hermano acaba de llegar de Timoría – la voz dura del alfa hacia sentir nerviosa a BonHwa, quién había agachado su cabeza para que no pudieran verle el rostro.
Los guardias lo apartaron del camino y le tomaron de los brazos para que no pudiera intervenir. Llegaron hasta BonHwa y le tomaron de la ropa para levantarla, sujetaron con brusquedad su rostro y ella cerró sus ojos temiendo de que su cabello cayera como cuando YeJi tiró de su amarre en el bosque. Abrió sus ojos en cuanto escuchó el grito del general exigiendo que lo hiciera. Sorpresivamente el hombre retrocedió con la sorpresa impregnada en su rostro y se arrodilló ante ella.
—Comandante, ¿Qué es lo que está haciendo?
—La leyenda se ha vuelto realidad...– susurró el hombre entre lágrimas – la diosa luna cumplió su promesa.
—Eso, ¿Es verdad? – habló uno de los jóvenes – ¿Él es del que tanto me hablaron mis padres toda mi vida?
—Es ella – BonHwa sintió que una ola de calor recorría su cuerpo, su nerviosismo estaba llegando a un nivel máximo cuando vió a uno de ellos desenvainar su espada para colocarla en su cuello.
—Por favor, reaccionen – el hombre presionó más la espada contra su piel – éste hombre es un impostor, esa maldita promesa no existe.
—¿Tienes pruebas de que soy un impostor? – BonHwa se atrevió a hablar – yo sólo he venido a visitar a mi hermano, ¿Eso es un pecado?
—Tus facciones y tu complexión no son las de un hombre – el hombre enarcó sus cejas – ¿Cómo debería llamarte? ¿Jeon JungSeok o Bae BonHwa?
Ella sintió que su alma abandonó su cuerpo, sus piernas empezaban a temblar, sin embargo intentaba no demostrar su nerviosismo.
—No te tengo miedo, ¿Sabes? – ella sonrió con sorna – puedes pensar lo que quieras y amenazarme hasta que te canses, que de mi boca no saldrá otra palabra.
El hombre sonrió.
—Eres tal cual te describió YeonJun – retiró la espada de su cuello y sonrió – que placer conocerte, prima.
—¿BeomGyu? – BonHwa suspiró mientras él negaba.
—SooBin – sonrió mostrando dos lindos hoyuelos en sus mejillas – eres impresionante, Bon.
—Pero...– ella señaló a todos los hombres que le acompañaban.
—Son hombres de confianza, no tienes de que preocuparte – volteó a verlos y rió apenado – está bien, pueden soltarlo.
Jungkook corrió hasta BonHwa y la abrazó.
—¿Estás bien? ¿No te pasó nada? – el alfa recorría con sus manos todo el rostro de la chica.
—Estoy bien, Jungkook, estoy bien.
—¿Y tu alfa, Bon? YeonJun me comentó que habías encontrado a tu mate y...– BonHwa le interrumpió dolida.
—Park Jimin para mí no existe, así como yo no existo para él – frunció su ceño – por favor no vuelvas a mencionarlo.
Él asintió.
—Mi padre me ha mandado a buscar al consejero real de Park SoRa – BonHwa suspiró – y algunos pueblerinos te han visto parecido con el retrato que el dibujante real hizo.
—Todo se me está saliendo de las manos, Soo – BonHwa le tomó de las manos – por favor, ayúdame a llegar a tu padre. Yo asumiré todos los riesgos sola, pero necesito terminar con ésto. Ver a YeJi fue como un detonante para acelerar mi misión.
—Y no lo has visto todo – SooBin se alejó de BonHwa para pedirles a sus guardias que custodiaran los alrededores de la choza – en éstas fechas suelen tomar prisioneros para combatir frente a mi padre, y el que quede vivo es el ganador.
—¿Y cuál es el punto de todo ésto?
—La diversión de mi padre. Tiene una mente tan perversa que es difícil de entender.
—Llévame con él – habló rápidamente – podré analizarlo y obtener su punto débil.
—Es muy arriesgado, BonHwa – Jungkook se apresuró a hablar – él te reconocería de inmediato.
—No lo hará si utilizo algo de magia.
SooBin y Jungkook se miraron fijamente, preocupando a la Omega.
—La magia está penada en Phoenix – intervino el más joven – mi padre sólo ha perdonado a Hoseok y lo hizo porque le convenía. De ahí en fuera, todos han muerto de una manera cruel e inimaginable. No vale la pena que lo hagas.
—Morí y reviví por alguien que no valía la pena – musitó BonHwa en voz baja y con la mirada perdida – si morir le va a permitir a un pueblo ser libre y feliz, estoy dispuesta a correr el riesgo.
Jungkook sabía perfectamente a quien se refería, así que no dudó un momento en caminar hasta ella y posar sus manos en sus hombros intentando reconfortarla. SooBin suspiró.
—¿Te parece bien mañana por la tarde?
—Me parece perfecto, sin embargo, necesitaré de la ayuda de alguien – BonHwa volteó a ver a Jungkook – requiero de una hoja y un poco de tinta, le haré una carta mi mano derecha.
—¿SeokJin? – ella negó ante la pregunta de Jungkook.
—Él cuidará de Hilgrand mientras yo estoy fuera – sonrió – Kim Taehyung será mi sombra, mis ojos y mis oídos mientras me hago amiga del enemigo, mientras confronto a Bae JiHwan.
Lamento no haber actualizado como prometí, mi cumpleaños fue un gran impedimento, así que quise recompensarles con un gran capítulo.
¿Le gustó?
Disfruten la paz, porque de aquí en adelante el drama y la acción no se irán hasta finalizar el libro. :D
Estén atentos hasta en el más mínimo verso, porque estoy dejando pistas de lo que ocurrirá en el futuro.
Amo dejarles con la intriga uwu
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