BonHwa atacaba a diestra y siniestra con flechas, el alfa se había encargado de hacer un campo de protección para la Omega, pues ella se había quedado en un sólo lugar y le preocupaba que mientras atacaba a unos, otros le lastimaran por detrás. Jimin se encargaba de golpear y matar a los guardias a su alrededor, sintió que eran demasiados para vencerlos con su fuerza física, así que dejó salir su forma lobuna con facilidad, de un sólo tajo arrastraba a más de veinte hombres avanzando mucho más rápido hacia la entrada del castillo. BonHwa enfocaba su mente en la última vez que fue al palacio, intentaba descifrar la ubicación de los chicos en base como recordaba el lugar sin tener que toparse con JiHwan. Jimin por su parte, había regresado a su forma humana de nuevo y se había adentrado en el campo de protección con BonHwa, todos se les acercaban a su lugar hasta que lograron rodearlos por completo.

—Son demasiados, Jimin – BonHwa suspiró – estoy cansada y mi magia no podrá recuperarse tan rápido.

—Aún debemos encontrar a YeonJun y Hoseok – Jimin miró a la Omega – hace un momento ví pasar a BeomGyu con SooBin corriendo hacia la salida del pueblo.

—Vamos a poder – BonHwa se atrevió a tomar una de las manos lastimadas y sangrantes del alfa – hagamos un sólo hechizo para distraerlos y podamos llegar al castillo.

—Pero dijiste que...– ella negó.

—Es la única manera de llegar hasta JiHwan y matarlo – se miraron fijamente – vamos a hacerlo.

Se colocaron uno frente del otro, tomaron sus manos entrelazándolas y cerrando sus ojos, dejaron que la magia fluyera en sus cuerpos y se concentrara en sus manos. Los demás chicos llegaron con la respiración agitada a la entrada y con algo de cansancio empezaron a luchar con los guardias que se hayan distraídos y algo heridos. Ambos jóvenes notaron eso y sonrieron ante la valentía de sus amigos, ahora dirigieron sus miradas uno al otro y con voz clara y contundente dejaron caer el hechizo.

—Exstirpo...–una gran explosión de tonalidades diversas cayó sobre todo el palacio, haciendo que muchos de los hombres que resguardaban el castillo desaparecieran en un instante.

Jimin soltó una de las manos de la Omega y tiró de su brazo con suavidad.

—Andando.

Corrieron hasta el interior del palacio, observando todo con cautela, se toparon en el camino con algunos alfas y betas imprudentes y lucharon con ellos sin problema alguno. Sus sentidos se hallaban totalmente abiertos y alertas antes cualquier situación. Pequeñas huellas de lodo hacían un camino hacia una parte del castillo a la que nunca habían entrado, captando la atención de la pareja.

—Debemos seguir el rastro, Bon – Jimin suspiró – quizás sea el camino para encontrar a los chicos.

—No creo que eso sea buena idea – musitó la Omega – ¿Qué va a suceder si es una trampa?

—Quédate aquí si eso te deja tranquila, yo iré.

—Seremos presa fácil si estamos separados – BonHwa regresó su vista hacia las huellas – vamos.

Jimin tomó de nuevo la mano de BonHwa colocándola atrás de él mientras que con su mano libre sostenía una espada. El camino guiaba hasta lo que parecían calabozos, sin embargo, algo dentro de BonHwa no le convencía de que estuvieran en el camino correcto, quiso confiar en que todo era solamente parte del miedo que aún sentía por toparse con JiHwan pero su Omega estaba ansiosa y nerviosa, algo que no era normal en ella, sus piernas las sentía temblorosas y afianzó más agarre con Jimin en cuanto descendieron hacia ese lugar tan tenebroso. El lugar era oscuro, así que BonHwa formó con su magia una luz blanca para iluminar el lugar, los latidos del corazón de BonHwa aumentaron su ritmo en cuanto iluminaba las celdas y había cadáveres ahí, algunos viejos, otros no tan viejos. Siguieron avanzando y BonHwa pudo percibir distintos aromas ajenos a los que ella conocía, ese mal presentimiento incrementó y detuvo a Jimin, colocando su boca en el oído del alfa para hablar con él en voz baja.

—Hay más personas aquí, vámonos...– ella tiró de su brazo – algo no está bien.

—Estamos justo a medio camino – Jimin suspiró – ¿Quieres retroceder? Si tú quieres hacerlo, de acuerdo.

Ella giró su rostro y un pequeño grito escapó de su boca en cuanto iluminó la celda frente a ellos y pudo observar los cuerpos sin vida de YeonJun y Hoseok, sus caras estaban pálidas e incluso sus cuerpos comenzaban a descomponerse.

—Corre, Jimin...– susurró BonHwa con lágrimas en los ojos – es una trampa.

Jimin dirigió su vista hacia los lados y pudo observar cómo había cientos de guardias rodeando ambos lados del pasillo, ambos se tomaron de la mano para intentar calmar sus nervios, caminaban hacia su dirección con escudos y armaduras de distintos materiales, ambos empezaban a sentirse ahogados entre tanta gente en un espacio tan pequeño. Su ataque estaba por comenzar cuando cadenas envolvieron de manera individual los cuerpos de la pareja. BonHwa sabía por dónde iba el asunto, sentía esa misma sensación de ardor, falta de aire y debilidad, Jimin por su parte intentó transformarse o crear un campo de protección pero sentía cada vez más pesado su cuerpo. A lo lejos pudo observar dos siluetas abrirse paso entre las personas que estaban ahí, eran de gran estatura y venían con armaduras cubriendo su cuerpo. Jimin gritó de impotencia al sentirse cada instante más débil, observó a su Omega llorar en silencio y con los ojos cerrados, tratando con las manos de formar algo de magia, su espada se había caído lejos de él y era imposible para el alfa poder alcanzarlo. Las siluetas cada vez eran más claras y BonHwa supo distinguirlas con facilidad.

—¿Qué tal la bienvenida, muchachos? – JiHwan sonrió – mordieron el anzuelo de BeomGyu y en éstos momentos SooBin y todos los demás están muertos. Jamás creí a ese inútil Omega capaz de mentir o hacer algo de ésta magnitud.

—Sucio, mentiroso, ventajoso – habló con voz débil la Omega – s-supongo que SoRa te ha dicho mi debilidad.

—Y la de tu alfa, y no sólo él – sonriendo quitó el casco de plata que portaba la otra persona – ¡También su padre! ¿No es maravilloso, sobrina?

—Ésta vez ya no estoy en celo – jadeó en cuanto el ardor comenzaba a incrementar – puedo tener un combate contigo y sin duda alguna podría matarte en ese momento.

—¿Tú qué opinas, Jimin? – JiHwan no pudo evitar reírse en cuanto vió al alfa casi desfallecer ante la plata rodeando su cuerpo, sin embargo, lo miró con rabia para después dirigir su vista a su padre.

—¿Ésta es tu maravillosa idea para hacer que regrese? – susurró – eres patético, Yeon.

—No quería que sufrirás de ésta manera, hijo – el Omega suspiró – pero no me dejaste elección.

JiHwan aplaudió captando la atención de sus hombres.

—Señores, el espectáculo apenas está comenzando y no lo quiero en un lugar tan pequeño cómo éste, llévenlos a la plaza principal del pueblo – sonrió en cuanto sus hombres los arrastraban lejos de ahí  – ¡Una cosa más! Desháganse de los cuerpos del calabozo, su olor me fastidia y creo que servirán mucho más de abono a la tierra que de lo que sirvieron en su mediocre vida.

No es por alarmarlos, pero el siguiente es el final. :'D

Pero no se preocupen, ya tengo varios capítulos del segundo libro escritos, así que les recuerdo que cuando publique el epílogo, publicaré el siguiente libro. ❤️

Les regalo un poquito de paz antes de lo que se viene, sólo les puedo decir que preparen su corazón para las emociones.