El día esperado había llegado, con mucho esfuerzo BonHwa envolvió sus pechos con ayuda de YeJi, ella misma se ofreció a atar su cabello y a ayudarle a empacar lo necesario en su bolso. Ésta vez, iba acompañada de Jungkook para hacer más creíble el hecho de que eran hermanos, pues según SooBin le había comentado, era un hombre difícil de roer y de convencer.

-¿No te da miedo? - susurró Jungkook - entrar con ese hombre tan perverso.

-He pasado por situaciones terribles, una más o una menos no me afecta - suspiró - además, todos me necesitan.

-¿No deberías esperar a que Taehyung llegue? Quizás el príncipe Jimin...- ella se giró a verlo molesta.

-Jimin no vendrá, por favor, entiéndelo - BonHwa se aproximó más al alfa - él me dejó claro de distintas maneras que no quiere absolutamente nada ni conmigo ni con Phoenix, así que dejemos el tema de Park por la paz, deberías estar concentrado en lo verdaderamente importante.

-Ya no eres la misma BonHwa que conocí...- Jungkook le miró incrédulo - aquella reina amable y amorosa ya no existe.

-Dale las gracias a Park Jimin por hacerme así - suspiró - escucha, esa BonHwa que conociste era ingenua, con falta de cariño y temerosa en su interior. Con él me sentía protegida, creo que eso me hizo demasiado mal, más bien me volví dependiente de su presencia y mi prioridad era mi felicidad a su lado. Reflexioné que fuí egoísta y no pensé en mi pueblo, ellos son mi prioridad ahora. En éstos momentos el amor no tiene lugar en mi vida, estamos en tiempos de luchar, no de enamorarse. Espero que con eso te quede claro que ya no seré la misma de antes.

Jungkook asintió cabizbajo. El ambiente para ellos dos se había vuelto tenso hasta la entrada del castillo, les permitieron la entrada puesto que SooBin se hallaba ahí, él mismo les guió hasta el interior y los colocó en el salón principal. Era hasta cierto punto intimidante estar allí rodeada de guardias que en cualquier momento podrían reconocerla aún cuando se hubiera hecho los cambios pertinentes, además de que estaba totalmente nerviosa por no tener control suficiente sobre su poder, se lamentaba profundamente haberle llorado a aquel alfa inútil, como ahora solía llamarle, en vez de aprovechar los últimos días de Hoseok en Kakaoti.

Las trompetas anunciando la entrada del rey JiHwan le hicieron sudar, sin embargo, Jungkook logró tranquilizarla con un leve apretón de manos y una mirada dulce. Ambos se reverenciaron ante él en cuanto se sentó en su trono. JiHwan rió y levantó a BonHwa del suelo, brindándole un caluroso abrazo, el cual con hipocresía correspondió.

-Jeon JungSeok, que placer conocerte - ella sonrió mientras el hombre miraba a Jungkook cabizbajo y aún en el suelo - no me habías dicho que tenías un hermano tan apuesto y con un rango especial, Jungkook.

-Pensé que debía reservarlo, Majestad.

-Anda, levántate y ve al comedor principal - JiHwan volvió a sonreír - las mucamas te atenderán como te lo mereces, dale las gracias a tu hermano por haberte permitido disfrutar de tan grandioso banquete.

-Gracias, JungSeok - hizo una reverencia que ella no tardó en corresponder - con permiso, rey Choi.

El chico se fue y el alfa ordenó a todos sus guardias retirarse del lugar para poder tener más privacidad.

-Ven, siéntate junto a mí y toma ésta copa de vino - le entregó el líquido y BonHwa la recibió con una sonrisa forzada - supe que mi linda SoRa está muerta, es una lástima que una mujer tan hermosa como ella se halla ido de éste mundo.

-En realidad, todos estábamos felices de su partida - BonHwa suspiró - la tiranía al fin terminó en nuestras tierras.

-Pero así es la mejor forma para gobernar, JungSeok - algo dentro de ella se prendió y sintió un calor que le recorrió de arriba hacia abajo - tienes a todos a tus pies, y con sólo una mirada lo dominas. Además, toda la riqueza es para tí y ellos pueden comerse entre ellos si lo desean pero tu patrimonio está intacto.

-Siempre le aconsejé a la reina Park que hiciera todo lo contrario - BonHwa bebió un poco de su copa - mantener al pueblo feliz le traerá más rendimientos, darles lo necesario, sin llegar a regalarles todo.

JiHwan comenzó reír ante las palabras de BonHwa. Ella frunció su ceño, al parecer lo que dijo fue motivo para que el alfa riera por al menos cinco minutos.

-Eres sumamente divertido, chico.

-No le veo la gracia, majestad - BonHwa dejó la copa a un lado para después sonreír - pero bueno, ¿Para que me necesitaba? El príncipe SooBin me mencionó que deseaba tenerme aquí.

El alfa se levantó de su lugar y comenzó a rondarla a su alrededor.

-¿Crees que no me daría cuenta de tus planes, sobrina? - BonHwa se quedó estática en su lugar - YeonJun y Hoseok en Kakaoti, SoRa muerta, y ahora tu presencia aquí en Phoenix. Dime, ¿Dónde está el alfa del que tanto me alardeó el rebelde de YeonJun que vendría contigo cuando lo encarcelé?

-¿Por qué te robaste algo que no te pertenece? - ella intentó desvíar la conversación - ¿No te generó cargo de consciencia matar a tu propia familia?

-En realidad no, me pareció bastante interesante ver los ojos de mis padres casi salirse de su lugar cuando los estrangulé.

-Eres vil, cruel, despiadado...-BonHwa se levantó para enfrentarlo, sin embargo, algunas punzadas en su vientre le hicieron doblarse de dolor.

Su aroma comenzaba a colarse por todo el lugar, el sudor de su frente era frío y su cuerpo estaba sumamente tembloroso. Odiaba su cuerpo y a su naturaleza en esos momentos, su celo había llegado de imprevisto y eso complicaba toda la situación.

-Parece que a nuestra reina se le está cayendo el espectáculo - JiHwan sonrió - tienes los mismos ojos de miedo de mi padre que cuando lo iba a asesinar.

-El celo n-no será un impedimento p-para destruirte - habló por lo bajo BonHwa - puedo hacerlo.

JiHwan se acercó hasta ella y tomó su mandíbula con fuerza, haciendo que se vieran fijamente.

-Tu no eres nadie aquí, BonHwa - apretó más su agarre - no quieras hacerte la heroína cuando no te queda ese papel. Yo soy el rey ahora, y nadie del clan Bae vendrá a quitarme mi lugar.

-E-Eres un Bae, JiHwan - BonHwa jadeó - no porque ahora te hagas llamar un Choi cambiará tu destino.

El aroma de BonHwa ahora era más fuerte y dulce, aunque había tomado supresores antes de venir, no entendía el porque no hacían efecto. El alfa le soltó y aspiró su aroma, el cual le resultaba agradable y tentador, regresó su vista a la Omega temblorosa en el piso quien hacía el intento de controlarse.

-Ahora que has salvado a mi dama de compañía, no he tenido con quien divertirme - le miró con malicia - ¿Qué tal si nos conocemos más, sobrina?

Un miedo irracional se adueñó del cuerpo de la Omega, ella no deseaba sentirse así ni ser tomada sin su consentimiento en un estado tan vulnerable como lo estaba ella en ese instante.

-N-No me toques...- susurró la Omega - por favor, aléjate.

JiHwan se acercó hasta ella y se agachó hasta estar a su altura, le tomó de las muñecas y las colocó a los lados de su cabeza, la recostó sobre el suelo y comenzó a olfatear su cuello, relamiéndolo con morbo. Las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, se sentía impotente pues durante su celo su voz de Omega era obsoleta y su estado emocional era sumamente variable, no solía ser la omega valiente que era siempre, era temerosa y vulnerable. Intentó pensar en sus padres, en lo feliz que era con ellos y lo mucho que los extrañaba para olvidarse del momento tan desagradable que estaba pasando. El dolor en su vientre se intensificó en cuanto sintió que JiHwan intentó bajar sus pantalones, alzó la camisa que traía puesta y dejó besos en su estómago, ella en ese punto se encontraba totalmente asustada y paralizada por su celo, pateó el cuerpo del alfa pero no sirvió de nada, teniendo en cuenta que el hombre le llevaba al menos dos cabezas de altura.

-Eres tan deliciosa, BonHwa, igual que tu madre - BonHwa sintió asco de sí misma y lástima por su difunta madre - eres tan parecida a ella que me haces recordar nuestra niñez.

-S-Seguramente por eso huyó de aquí - sollozó - no soportó estar con un cerdo como tú.

BonHwa soltó un grito en cuanto sintió el puño de JiHwan aterrizar en su vientre punzante, incluso algo de sangre se deslizaba por sus piernas la cual era absorbida por la tela de su ropa.

-¿No gritarás por ayuda, reina? - rió - es lo que todas mi damas hacen normalmente.

-Sé que alguien vendrá a detenerte - cerró sus ojos pensando en que Jungkook iría o que Taehyung llegaría pronto de Hilgrand - o yo misma me encargaré de destruirte.

JiHwan parecía ignorarla, pues había roto ya su ropa dejando expuesta la venda que cubría sus pechos, el hombre sonrió nuevamente con malicia creyendo que el cuerpo de la Omega le sería entregado en ese momento, empezó haciendo agresivas succiones en la piel de BonHwa, dejándole grandes marcas de tonos verdaseos. Iba a proceder a tomar los pechos de la chica, sin embargo, un gigante lobo café de ojos dorados le embistió en el área de sus costillas hasta impactar en la pared, gruñía y sus dientes sobresalían de su hocico. BonHwa se quedó totalmente atónita ante la majestuosidad del animal y con un nudo en la garganta en cuanto el aroma a jengibre inundó sus fosas nasales.

El lobo había regresado a su forma humana de nuevo, con algunos golpes, raspones y sangre fresca en su piel. Sus ojos seguían brillantes y sus manos hechas puño, se acercó a BonHwa y se colocó frente a ella protegiéndola.

-No vuelvas a tocar a mi Omega en toda tu asquerosa vida...- Jimin habló entre dientes - si en verdad aprecias seguir viviendo.

-¡Aquí está el alfa del que tanto habló YeonJun! - JiHwan comenzó a aplaudir aún en el suelo - ¡Vino a rescatar a su Omega, que belleza!

BonHwa se encogió en su lugar, sollozando aún, odiaba ser la damisela en peligro y no poder salvarse a sí misma. Sintió que unos brazos la envolvieron y enseguida dirigió su vista hacia atrás temerosa.

-No temas, soy Taehyung...- el alfa acarició sus hombros con suavidad - estás a salvo.

-¡Parece que hay reunión de héroes aquí! - JiHwan estaba levantando, posó su vista en BonHwa y relamió sus labios - si de verdad quieres a tu pueblo, entrégate a mí y te lo daré sin objeción alguna. Nunca olvides que eres exquisita, sobrina.

-¡Jamás vuelvas a dirigirte así a BonHwa! - habló furioso Jimin, su voz de mando era sumamente intimidante, haciendo sentir aún más vulnerable a BonHwa.

Una pelea se desató entre ambos alfas, primero a puño limpio y luego en su forma lobuna. Taehyung escondía a la Omega entre sus brazos mientras todo terminaba.

-Sácame de aquí, por favor...- susurró.

-No puedo hacerlo, al menos no ahora - Taehyung acarició su cabello, el cual ahora estaba suelto - sin el aroma de un alfa serás presa fácil allá afuera.

-Hazme una marca temporal, entonces - BonHwa sollozó - pero por favor, ya no quiero estar aquí.

-¡Jimin! - Taehyung gritó al ver que el alfa estaba hecha una furia arremetiendo en contra de JiHwan - ¡Fue suficiente!

Un lobo de mediana estatura se posó frente a ellos, agachándose lo suficiente para que ellos subieran, Taehyung lo analizó y suspiró sabiendo que estaban a salvo y que Jungkook les guiaría hasta un lugar seguro. Jimin giró su vista y con un golpe final dejó totalmente inconsciente a JiHwan. Corrió detrás de Jungkook para poder seguirlo pero muchos guardias se interpusieron en su camino, así que decidió utilizar un poco de su magia y mandarlos a volar con sólo impactar una de sus patas en el suelo, con sus ojos logró hacer que mucha gente se quitara de su camino.

Su corazón latía desenfrenado y muchas emociones se colaron en su corazón. Sintió un deja vú en cuanto él mismo con su magia abrió las puertas del castillo y escaparon juntos, fue exactamente igual que su escape con Taehyung y Namjoon de Timoria. Corrieron entre el bosque para poder perder a los guardias que venían detrás de ellos, lográndolo.

Al parecer la choza de Jungkook tenía una extensión al medio del bosque, en donde llegaron para refugiarse. Estaba de cierta manera más relajado de saber que BonHwa y sus amigos estaban a salvo, pero ahora tenía miedo.

Miedo de enfrentar el rechazo de BonHwa.

¿Qué les pareció? Uwu