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O N C E

-¡Busquen su aroma por todo el mundo si es necesario! ¡Quiero a Park Jimin en esa guillotina lo más pronto posible, señores!

SoRa se había vuelto completamente loca desde que Jimin escapó. No dormía por la noches, esperando a que él regresara u obtuviera noticias de su paradero. Había mandado a cientos de sus hombres a buscarlo por todos los reinos habidos y por haber, pero pareciera como si la tierra se lo hubiese tragado.

-Majestad, es inútil buscarlo - un guardia se acercó a ella - hemos buscado en todos los reinos y no aparece.

La alfa caminaba de un lado a otro como un león enjaulado, su mente trabajaba al cien por ciento pensando en dónde se había metido Jimin, rebuscó por todo el reino e incluso fue a visitar a algunos amigos de él y simplemente no le daban pista alguna. Regresó a su habitación, viendo aquel cuadro que había en la pared. El primer cuadro como una familia real.

-¿Por qué tenías que ser mi mate, Yeon? - miró con rabia el cuadro - SeoHo y yo pudimos formar una gran alianza entre Hilgrand y Timoría y ser felices.

Odiaba a Bae HaNa y a Park Yeon por irrumpir su amor con Bae SeoHo, a la primera por ser la predestinada del amor de su vida y al segundo por ser su pareja predestinada. Aunque fuese un amor no correspondido, ella veía a SeoHo como su más grande amor. Al parecer su mente procesó todo de manera rápida que se percató que al único reino que no habían ido era ahí. Llamó a sus guardias y les pidió que llegaran a la brevedad.

-¿Nos llamó, majestad?

-Acomoden sus caballos y espadas - habló la alfa sonriente - iremos por la cabeza de mi hijo a Hilgrand.

-¡Yah, Jimin, no te burles! - Jimin cubrió su boca con una de sus manos mientras que la otra reposaba en su estómago.

-Bon, no debiste huir si tú madre sólo quería ponerte un vestido.

Ambos jóvenes se encontraban sentados en una zona apartada del bosque, el sol se colaba entre las hojas de los árboles, haciendo relucir más las facciones de ambos. Cada uno pudo observar que en los ojos del otro, a pesar de tener ojos color chocolate, había un destello azul y dorado en los mismos que solo se podían apreciar a la luz del sol o de la luna.

-Mi mamá adoraba que vistiera con vestidos de corset y mucho vuelo - BonHwa arrugó su nariz - prefería mi ropa de arquería, el cuero de color café me encanta.

-Creo que me queda más que claro - Jimin escaneó con la mirada a la omega - tus vestiduras los dicen a gritos.

Ella sonrió.

-¿Podrías contarme más de ti? - BonHwa colocó su mentón entre sus manos - vamos, necesito saber cómo era el pequeño Park Jimin.

-Pues...- él desvió su mirada hacia otro lado - mi infancia no estuvo del todo bien. Mi madre creía que era un títere al cual dirigir y manipular a su antojo, mientras que mi padre me brindó la calidez y amor necesario. Estudios, entrenamiento, estudios, entrenamiento. Esa era mi rutina, en ocasiones solía ir al pueblo, repartía comida, ropa, frazadas, o juguetes de madera que ya no solía utilizar.

Él guardó silencio. BonHwa vió como su manzana de Adán subía y bajaba con rapidez y su labio inferior comenzaba a temblar. Tomó su mano y comenzó a acariciar su dorso.

-Papá solía decirme que llorar no significaba debilidad, sino fortaleza por mostrarse frágil ante los demás - ella le sonrió - si necesitas hacerlo, házlo. Yo me encargaré de limpiar tus lágrimas y reconfortarte hasta que te sientas mejor.

-Al regresar al castillo, mi padre me esperaba con una amplia sonrisa en el rostro, decía que era un gran chico por hacer el bien y ayudar a los que lo necesitan - prosiguió - pero al llegar al comedor principal, mi madre se encargaba de darme una paliza hasta dejarme inconsciente. Jamás le pareció de la realeza ayudar y quien lo hacía, era débil. Tiene muy presente que los alfas somos desalmados y déspotas, pero yo no quiero eso ni soy ese tipo de príncipe.

BonHwa se lanzó a los brazos de su Alfa, enrollando sus brazos en su cuello y enterrando su nariz en la clavícula del otro, disfrutando de aquel aroma que le resultaba tan placentero.

-Le agradezco a la diosa luna por darme un mate como tú - ella cerró sus ojos - ahora creo que no se equivoca en sus decisiones y que nos unió por algo.

Aquel ambiente tan puro y dulce se vió interrumpido por distintos aromas desconocidos que llegaron a la nariz de la omega. Se aferró más a el cuello de su Alfa y trató de concentrar sus sentidos.

-Almizcle, lavanda, tierra mojada - habló BonHwa - ¿Reconoces alguno de esos aromas?

Jimin trató también de mantener su olfato alerta pero no podía distinguir tantos aromas a la vez como ella. Sintió un vuelco en el corazón cuando pudo observar que las tropas de su reino se acercaban.

-Son ellos - Jimin miró asustado a la reina - mi madre viene por mí - se despegó abruptamente de la chica y ambos se levantaron viéndose el uno al otro - sube a mi lomo, podremos llegar más pronto a Hilgrand.

Ella asintió recogiendo del suelo el libro que YeonJun le había dado e hizo lo que Jimin le pidió en cuanto lo vió transformado en lobo. Antes de partir, ella se acercó a su hocico con una pastilla color blanco. Él retrocedió asustado.

-Es un supresor, nos ayudará a escabullirnos sin llamar la atención.

Lo introdujo y el alfa lo tragó con dificultad. Una vez listos los dos, comenzaron el camino, el corazón de ambos latía desbocado, Jimin tenía miedo de lo que pudiera pasarle a ambos, ahora ya no pensaba sólo en él y en sus amigos, ahora tenía una pareja a la cual cuidar y proteger con su vida. BonHwa iba sumamente atenta a cualquier movimiento, para ser más cautelosa, se acostó en el lomo de Jimin. Pudo observar que un círculo brillante de color dorado rodeaba al lobo, permitiéndole moverse con más agilidad y aunque pisara ramas o cualquier cosa que lo lastimara, no le afectaba.

Era como un círculo protector. El alfa corría y corría sin parar y sin mirar atrás.

-¡Hey, tú! - llamó uno de los guardias - ¡Detente!

BonHwa volteó asustada y pudo divisar a un pequeño grupo de guardias correr en sus caballos, ahora detrás de ellos. Regresó su vista al frente y acarició en pelaje de Jimin, susurrándole que fuese más rápido. El alfa sintió terror y comenzó a acelerar sus pasos, la omega pudo observar que el círculo dorado comenzaba a expandirse y cada pisada hacia que los ojos de Jimin brillaran con más intensidad. Regresó su vista hacia atrás y los visualizó más cerca de ellos que antes. Sintió como sus manos comenzaban a arderle, pero nos se atrevía a mirarlas, hasta que sintió una flecha rozar su mejilla, dejándole un pequeño rasguño. Se tocó la cara y pudo ver cómo sus manos brillaban de un azul intenso.

Movió sus dedos como aquella vez en el jardín y salieron exactamente los mismos destellos. Sus ojos se tornaron lentamente de ese azul brillante que tanto le caracterizaba y con sus manos comenzó a hacer círculos, cerró sus ojos tratando de concentrarse, para cuando los abrió, una gran esfera azul se hallaba flotando entre sus manos. Giró su cuerpo y con mucha inseguridad la dejó salir, tirando de los caballos a los guardias.

Se sorprendió de sí misma, pues jamás había podido hacer eso. Jimin seguía corriendo agotado, sin embargo, sintió felicidad en cuanto vió la entrada de Hilgrand totalmente despejada y libre de cuerpos ensangrentados.

-Vamos Jiminnie, estamos por llegar - le susurró la omega al oído - resiste un poco más.

El alfa aceleró aún más su paso, llegando antes de lo esperado a la plaza central de Hilgrand, donde se hallaba el castillo. Ambos pudieron ver a SeokJin en la puerta con una cara de angustia total. BonHwa se bajó rápidamente del lomo de Jimin y corrió hasta el beta.

-Podrías darme...- ella lo interrumpió.

-No hay tiempo para eso, esconde a Jimin y a sus amigos en mi biblioteca, la reina de Timoría viene hacia acá - tomó de su bolso el libro que guardó en el bosque y se lo entregó al beta - resguardalo ahí mismo.

El beta asintió. Jimin ya había vuelto a su forma humana y no pudo evitar acercarse a la omega.

-BonHwa...- ella se volteó para verlo.

-Vete a donde SeokJin te indique, prometo ir en cuanto termine todo ésto - de su bolso sacó dos pastillas más - dáselas a Taehyung y a Namjoon, les ayudará a pasar desapercibidos.

El rubio asintió con el corazón en un hilo. Él se quería hacer cargo de toda la situación pero eso era como ir directo a buscar su propia muerte. BonHwa les había indicado a todos sus guardias que se quedaran detrás de ella y atentos a cualquier movimiento que los otros hicieran. Pudo deducir que la madre de Jimin venía al centro por su gran parecido físico, además de que un olor muy fuerte a almizcle le mareaba y desestabilizaba sus sentidos por completo. Se enderezó un poco y tomó aire. La alfa bajó de su caballo y con aires de superioridad se acercó hasta ella.

-Buenas tardes, señorita - habló con aparente educación - permítame presentarme, soy Park SoRa, reina de Timoría. Supongo que usted es una moza del castillo real, quisiera dirigirme a su rey, ¿Podría llamarlo?

BonHwa soltó una risa irónica.

-No será necesario, majestad - ella hizo una ligera reverencia - soy Bae BonHwa, reina de Hilgrand.

SoRa miró de arriba a abajo a la omega.

-Oh, disculpe mis palabras, majestad - rió con falsedad - para ser una reina, luce bastante cómoda.

-La ropa no me hace ni más ni menos reina, alteza - SeokJin quería extrangular a su amiga por tal conversación, las clases de lenguaje que él mismo le había impartido se habían ido a la basura en ese instante - y bien, ¿Qué es lo que necesita?

-Bueno, ésto es algo serio - la alfa sacó un pañuelo de su vestido y lo pasó por sus ojos - mi esposo ha muerto, y estoy buscando al culpable.

-Mi más sentido pésame, reina Park - musitó con tristeza la omega - ¿En qué podemos servirle?

-Mi hijo, mi adorado hijo - sollozó - mi precioso Jimin, no se qué le habrá ocurrido, me apena decirlo, pero él fue el asesino de su padre.

-Que desgracia, majestad - la rabia recorría las venas de BonHwa, sintió como sus ojos querían comenzar a cambiar su color y sus manos a arder, pero suspiró tratando de aparentar interés en la alfa.

-Necesito saber si él ha venido a refugiarse aquí con otros dos traidores.

-No hemos recibido a ningún forastero - contestó la más joven - ahora estamos bajo una situación crítica pues hemos sufrido un atentado por un reino del cual desconocemos su origen. No tengo cabeza para recibir gente, una disculpa, alteza.

SoRa frunció su ceño.

-Si no es grande el atrevimiento, ¿Podemos revisar la ciudad y su castillo? - la alfa suspiró - esos chiquillos son escurridizos y me temo que se hayan ocultado en sus tierras sin su consentimiento. Timoría no quiere causarle más estragos y problemas de los que ya tiene.

SeokJin iba a intervenir pero cerró sus ojos con frustración al oír hablar a su reina.

-Adelante, si necesitan de mi ayuda, con gusto se las brindo.

Todos se esparcieron por el lugar, siendo SoRa la primera en entrar al castillo. SeokJin se acercó a BonHwa mientras ella dejaba salir un largo suspiro.

-¿Estás demente? - le susurró al oído - ¡Los acabas de meter a la boca del lobo!

-No van a dar con ellos, estoy segura.

Por otra parte, los chicos escuchaban toda la conversación que SoRa tenía con BonHwa.

-Esa chica tiene agallas - Taehyung miró a Jimin - tienes suerte de que ella sea tu Omega.

-Se está poniendo en peligro - Jimin no dejaba de caminar de un lado a otro - si SoRa se entera que es mi pareja, no dudará dos veces en matarla.

Escucharon cómo la puerta de la habitación de BonHwa era abierta, ellos se hallaban en la parte subterránea de la misma. SoRa observaba y olía todo, arrugó su nariz ante el aroma tan desagradable para ella de la omega. Giró su vista hacia arriba y vió un cuadro.

-Ella es la hija de SeoHo y HaNa...- susurró acercándose más al cuadro - eres tan parecida a tu madre, BonHwa. Que repugnante.

Jimin sintió su corazón latir a una velocidad impresionante. No comprendía las palabras de su madre y porque odiaba a la difunta reina HaNa, pero sobretodo, la repugnancia repentina hacia su omega.

SoRa salió del lugar, sintiéndose insatisfecha, es como si ella supiera que Jimin estaba ahí pero no supo encontrarlo. En la entrada se encontró nuevamente a una BonHwa sonriente, así que también forzó una sonrisa.

-¿Han obtenido algún rastro?

-Aún no - sacudió un poco el polvo de su vestido - seguiremos buscando hasta hacer justicia por mi pobre Yeon.

Ella asintió. Poco después se retiraron de ahí y los chicos no tardaron en salir de la biblioteca hasta la entrada del castillo.

-Majestad, gracias por su ayuda - Namjoon se arrodilló - le debo mi vida.

BonHwa lo levantó del piso e incluso sacudió la tierra de su ropa.

-No es nada.

Jimin se acercó a ella por detrás y rodeó con sus manos la cintura de la omega.

-No debiste exponerte así.

-Estuve bien - ella se giró para mirarlo fijamente - he lidiado con peores personas.

La chica se acercó a su amigo y lo abrazó, sintiendo su delicioso aroma entrar a sus fosas nasales.

-Gracias por tu ayuda Jinnie, y también gracias por enterrar dignamente a mi pueblo en mi ausencia.

-No te vuelvas a ir así - Jin acarició sus cabello - me vas a matar de un susto.

BonHwa sonrió. Después de éste pequeño caos iba a proseguir con su plan.

El plan perfecto para recuperar Phoenix.

¡Me disculpo por no actualizar ayer!

Problemas técnicos xd.

Como siempre, espero estén disfrutando de la historia y cualquier consejo o teoría que tengan pueden escribirlo.

Mi mente está abierta a sugerencias.

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