JiHwan reía sentado en su trono con una copa de vino entre sus manos.

—Eres grande, Choi – habló para si mismo – eres grande.

Las puertas de la zona principal del castillo se abrieron abruptamente. YeonJun empujó a los hombres que custodiaban a su padre con rabia. Se detuvo en cuanto estuvo frente al gran alfa, éste dejó a un lado su copa y bajó de su trono para llegar hasta su hijo.

—¡¿Por qué lo hiciste, padre?! – habló molesto el príncipe – ¡¿Por qué?!

—¿A qué te refieres, YeonJun?

—Lo sabes demasiado bien – se acercó más hacia su padre – la matanza que hiciste en Hilgrand, ¿Tan sediento estás de poder como para asesinar a todo un pueblo?

—¡Adivinaste, campeón! – el rey aplaudió – creo que estás entendiendo mi plan, jamás debí subestimarte.

—No, no lo entiendo y créeme que jamás entenderé el nivel de crueldad al que has llegado.

YeonJun se fue de ahí totalmente decidido, corrió hasta los establos y tomó a su caballo, se montó en él, no sin antes llevar algunos pergaminos en su bolso de cuero café.

Estaba ya montado en su caballo cuando sus hermanos le detuvieron.

—¿Qué es lo que haces? – SooBin se colocó frente a él – ¿Vas a huir?

—Voy a hacer lo correcto y lo que debí hacer antes de que mucha gente inocente muriera – YeonJun suspiró – le contaré la verdad a BonHwa, le diré que ella es la verdadera heredera al trono de Phoenix.

—¿Crees que nos hayan abandonado? – Taehyung quebraba algunas ramas para mantener la fogata encendida – se fueron hace mucho.

—Es extraño, ¿No lo crees? – Namjoon miraba el cielo con duda – la luna apareció cuando los ojos de la reina se volvieron azules. He leído muchas profecías, pero ninguna relacionada a la luna.

—¿Podría estar relacionado a su celo? – el alfa tomó su mentón – dicen que los ojos de las omegas cambian de color cuando eso sucede. Pero ahora que lo mencionas, a Jimin le pasó lo mismo.

—¿En qué momento? – el beta cuestionó con cierta incertidumbre.

—Cuando defendió a su padre en el Parlamento, sus ojos se volvieron dorados – Taehyung miró a su amigo quien se encontraba dormido en el suelo – es como si la luna los protegiera y les diera una especie de ayuda.

Namjoon encogió sus hombros con simpleza.

—Lo único que me interesa ahora es que Jimin esté bien – Taehyung asintió.

—Yo también deseo eso.

Vieron que a lo lejos un caballo blanco se aproximaba. El alfa y el beta sintieron el temor recorrer su cuerpo, pues venían por el mismo camino que ellos huyeron de Timoría y por sus mentes pasaba que ya los habían encontrado. Taehyung miró hacia adelante y vió que un caballo negro también se dirigía a ellos. Grata fue su sorpresa cuando vió a SeokJin en el caballo negro y a un joven castaño en el caballo blanco.

—Lamento haberles dejado aquí, pero Hilgrand está en estado de emergencia – habló Jin con la respiración agitada.

—¿La reina está bien? – Taehyung preguntó.

—Si, ella está fuera de peligro, por ahora, pero...– el beta guardó silencio – todos los habitantes de nuestro reino están muertos.

Ambos Kim abrieron sus ojos con sorpresa, mientras que YeonJun escuchaba todo detrás de un árbol.

—¿Cómo pudo ser eso posible? – Namjoon estaba totalmente sin palabras.

—No lo sé, es una nación totalmente desconocida – SeokJin les miró – sólo estaremos en Hilgrand algunos días, BonHwa corre peligro allí.

—¿Han dejado alguna amenaza?

SeokJin se debatía mentalmente si contestarle directamente con Namjoon o simplemente callar, no obstante, necesitaría mucha ayuda y decidió ir directo al grano con la situación.

—Han dejado claro que son deudas pasadas que fueron heredadas a la reina – Jin frotó su frente con su cabeza.

Namjoon se levantó del suelo y dejó algunas palmadas en la espalda de SeokJin.

—Todo estará bien – suspiró – con lo poco que nosotros podamos ayudarte, no dudes en decírmelo.

—Gracias por la ayuda, sólo necesito saber quién cometió todo ésto – SeokJin estaba nervioso sin duda alguna y ambos jóvenes lo notaron – BonHwa no dudará en ir a buscar a la persona que hizo ésta atrocidad y no quiero ponerla en riesgo.

—Yo sé quién organizó todo – todos los presentes giraron hacia el joven escondido entre los árboles. SeokJin no tardó en sacar una daga de su bota y ponerse a la delantera, cubriendo a los demás.

—¿Quién eres y por qué estás espiándonos? – habló amenazante

—Descuida, no deseo hacerles daño – el menor bajó de su caballo e hizo una reverencia – soy Choi YeonJun, príncipe de Phoenix.

—¿Phoenix? – Taehyung preguntó – jamás había escuchado de tu reino.

—Casi nadie sabe de él, más que los que vivimos ahí – el castaño suspiró – necesito hablar con Bon...– detuvo su hablar – con la reina BonHwa.

—Ella está indispuesta para hablar con alguien – Namjoon se atrevió a hablar por Jin – lo que debas decir, tendrás que hablarlo con nosotros.

YeonJun suspiró, ésto sería más duro de lo que pensaba.

—Bien, mi padre mandó a matar a todo Hilgrand, incluyendo a la reina – todos estaban sorprendidos – él está obsesionado con el poder y con los territorios desde lo que ocurrió con mis abuelos, y la tía HaNa.

SeokJin se acercó más a YeonJun.

—¿HaNa? ¿La reina HaNa? – el menor asintió.

—Es difícil para mí comprenderlo, sé que lo que les estoy diciendo es real, porque mi padre me lo contó y porque leí algunos escritos de mi abuelo.

El pequeño alfa sacó algunos pergaminos amarillentos de su bolso, los cuales se los entregó a SeokJin.

—S-Son del rey Seung – Jin miró admirado los pergaminos.

—En uno de ellos escribió cómo sucedieron las cosas, cómo es que Phoenix se fue a la ruina.

El beta rebuscó entre ellos hasta que lo encontró.

He descubierto que mi hijo menor está planeando mi muerte y la de mi esposa, SaRang. Quiso envenenarnos pero no lo logró, ahora que HaNa está aquí de nuevo, me temo que quiera hacerle daño, con tal de adueñarse del trono que le pertenece a ella.

Espero que pronto el príncipe de Hilgrand la despose para que esté lejos de aquí.

—Entonces, ¿La reina HaNa debía gobernar Phoenix? – SeokJin estaba aún más confundido y sorprendido que antes.

—Efectivamente, pero mi padre organizó una revuelta y...– YeonJun guardó silencio – mató a mis abuelos. Quiso hacer lo mismo con su hermana pero no lo logró hasta hace algunos años, quería asegurarse que no quedara ningún otro heredero al trono más que él, pero se ha enterado de la existencia de BonHwa. Envió a gente de Northon para conquistar algunos territorios pero ella se negó, creyó que sería una buena idea hacer algo tan cruel como una matanza como escarmiento. Mis hermanos y yo nunca estuvimos de acuerdo con él y decidí ya no callar más, quiero que BonHwa me ayude a salvar a Phoenix y recupere lo que realmente le pertenece.

Todos guardaron silencio ante tal confesión. Namjoon y Taehyung creían que solo en Timoría había situaciones y trasfondos aterradores, pero ahora estaban seguros de que no.

—Príncipe YeonJun yo...– SeokJin estaba sin palabras nuevamente – ¿Debería confiar en usted?

—Si usted no quiere hacerlo, lo entiendo, pero de verdad sólo quiero ayudar.

SeokJin pensó que haría su amiga en ese momento. Miró a los chicos, no podía dejarlos solos y menos con un príncipe herido, iba totalmente en contra el código real. YeonJun llegó a alterar aún más la situación en Hilgrand, pero una buena corazonada llegó a su cuerpo. Suspiró y cerró sus ojos.

—De acuerdo, iremos todos a Hilgrand – SeokJin miró a  Namjoon – ¿Podrías llevar a Jimin en tu lomo? El andar del caballo podría lastimarlo más.

—Lo haré.

—Yo puedo llevar al joven en mi caballo – YeonJun señaló a Taehyung.

—Bien, andando.

Namjoon dejó salir a un lobo gris de ojos negros, con ayuda de todos acomodaron al alfa en el lomo del beta. Se despertó debido a el movimiento de su cuerpo, pero se sentía muy débil todavía. Taehyung le sonrió a su amigo y acarició su cabello.

—Estamos a salvo, Min. Vuelve a descansar.

Para todos sería un largo y difícil camino.

Perdón por el capítulo tan aburrido, mañana vendrá uno mucho mejor.

¡Disfrútenlo! 💜