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D I E C I S I E T E

Las tres chicas se encontraban sentadas en
una zona apartada del castillo. Era un nuevo día y BonHwa estaba más que nerviosa, pues sería el segundo día que tendría de entrenamiento con Hoseok.

—Vamos, sé que eres buena con tu magia – RyuJin palmeó su espalda – tu amigo ha sabido taparme la boca y bien.

—¿Por lo de la profecía? – RyuJin asintió – oh vamos, ni yo estoy segura de eso.

—Jimin es un ser muy poderoso, BonHwa – por primera vez en el rato, SoRa habló – tienes suerte de tenerlo como predestinado.

—Lo sé, quizás todo lo que vivió en su reino le hizo así – la omega alzó sus hombros – ambos hemos tratado de mantenernos fuertes a lo largo de los años y ocultar nuestras verdaderas emociones, que ahora somos un refugio el uno para el otro.

SoRa sonrió ante la ingenuidad de la chica y por un momento le recordó a ella misma en sus años de juventud. Recordó cuando ella era feliz con el padre de BonHwa, cuando ella se sentía así en los brazos de SeoHo, no obstante, también regresó a su mente aquel momento tan doloroso y que incluso marcó su vida para la eternidad.

—Tengo que cumplir con nuestra naturaleza, SoRa – el alfa suspiró – mi Omega me espera en Hilgrand y tu Omega te espera en Timoría.

Huyamos, SeoHo – habló desesperada la joven tomando las manos del contrario – formemos nuestra propia manada y nuestro propio reino. Nuestros hijos serán poderosos, serían alfas de sangre pura, por favor, no tires por la borda una relación de tantos años.

SeoHo se soltó con suavidad de las manos de la alfa.

—Mi deber es reinar Hilgrand junto a HaNa – él suspiró por segunda vez – lo siento mucho, SoRa.

—¡SeoHo, te amo! – SoRa comenzó a llorar de rodillas en el piso – ¡No me dejes en ésta agonía! ¡No soportaría verte en los brazos de otra mujer!

El alfa se fue del lugar dejando a la chica hecha un mar de lágrimas y sufrimiento. Lloró por innumerables horas bajo aquel árbol de cerezo que estaba a punto de marchitarse. Se levantó y limpió las lágrimas de su rostro con fiereza.

—Lo pagarás caro, Bae SeoHo. Tu maldita familia y tú, tendrán que lidiar con lo que venga – apretó sus puños hasta lograr enterrar sus propias uñas en las palmas de las mismas y hacerlas sangrar – así como yo me encargaré de deshacerme de Park Yeon, por intervenir en mi felicidad.

—Chungie, ¿Estás bien? – BonHwa movió una de sus manos frente al rostro de la pelinegra. Parpadeó y sonrió como si nada hubiese pasado por su mente.

—Todo está perfecto.

—¿Estarás en el entrenamiento? – cuestionó BonHwa.

—Las alcanzaré más tarde, debo acomodar algunas cosas de mi maleta.

Ambas chicas asintieron para posteriormente irse al campo de entrenamiento. Corrió hasta su habitación y rebuscó entre sus pertenencias aquel spray que una de las brujas de Timoría le había dado. Chilló de frustración, pues aunque RyuJin y BonHwa lo hayan notado, el olor a almizcle y fresas comenzaba a mezclarse creando un olor nauseabundo. Suspiró tratando de calmarse, sin embargo, una voz detrás de ella le erizó la piel.

—¿Creíste que de verdad podrías matarme? – Yeon sostenía el bote que tanto había estado buscando con una sonrisa ladina.

—¿C-Cómo es que tú estás vivo? – ella comenzó a temblar – ¡Te maté en la habitación de Jimin!

—¿Quién crees que te dió esa pócima para convertirte en Kim ChungHa? – el Omega río con burla – no eres la única que puede fingir, SoRa.

—¡Sólo eres una alucinación! ¡Vete de mi mente!

—Quien debería irse de aquí eres tú – Yeon se acercó hasta la alfa y la estampó en la pared – sé todo lo que hiciste en Timoría y como trataste de inculpar a Jimin de mi supuesta muerte, pude saber los sucios planes que tienes con JiHwan y cómo quieres destruir a BonHwa por los errores de SeoHo.

—No es algo que te concierna, Yeon.

—Me concierne porque es mi hijo – habló con firmeza el varón – y aún más porque esa chica que también tratas de arruinar es mi reina y es mate de mi hijo, así que si quieres evitarte una muerte dolorosa, declina todos tu planes y regresa a Timoría con honor.

—¿Vas a delatarme? – ella rió – si pude matarte una vez, puedo hacerlo dos veces.

—Yo creo que no, mi querida alfa – le colocó con fuerza el bote con esencia en su pecho para después alejarse de ella – tienes hasta que finalicen los entrenamientos de Jimin para que te largues y le regreses la vida que le arrebataste a la mala a esa chica de Northon. De lo contrario, habrá consecuencias muy malas para ti.

—Vamos Jimin, protege a Namjoon.

Los entrenamientos habían comenzado dos horas atrás y todo marchaba de maravilla. Jimin estaba dominando su poder de protección a la perfección, además de estar desarrollando una fuerza brutal e impactante tanto en su forma humana como en su forma lobuna. Hoseok estaba maravillado de la majestuosidad del alfa, era incluso más grande en tamaño que un alfa habitual y mostraba una imagen imponente pero bondadosa a la vez.

El joven terminó su acto creando un campo de tonalidades doradas que protegía a todos en el campo. Sonrió viendo cómo su omega le aplaudía con efusividad y una gran sonrisa plasmada en su angelical rostro. Se permitió admirar aquellas facciones tan finas que parecía estar viendo a una pequeña muñeca de porcelana como de las que se fabricaban en Timoría. Sus ojos marrones que cuando su magia salía a flote se convertían en un poderoso tono azul rey, le habían cautivado desde el primer instante, y ni hablar de aquellos labios gruesos y esponjosos que deseaba probar, esos que estaban tintados con un bálsamo natural hecho a base de frutos rojos y que le hacían perder la cordura tanto a él como a su lobo interior.

—¿Quieres un cubo para la baba que te escurre de la boca? – mencionó entre risas Namjoon ganándose un pequeño golpe por parte del más bajo – amigo, estás perdido por esa omega.

—BonHwa, llegó tu tiempo de entrenar – Hoseok le habló – buen trabajo, Jimin. ¿Podrías quedarte para practicar con tu Omega?

—Pero, ella no me necesita.

—Por lo que sé, SeokJin y tú son las personas más allegadas a ella, ¿Cierto? – Jimin asintió – serán un detonante para ella, sólo necesito que estés dispuesto a lo que sea para que ella pueda dominar su magia.

Jimin suspiró.

—Bien, haré lo que me pidas.

—Excelente – Hoseok sonrió – andando.

Los cuatro se acercaron al centro del lugar, ellos manteniendo cierta distancia de la chica para que pudiese liberar su poder.

—Múestrame que puedes hacer.

Ella inhaló y exhaló con tranquilidad, cerró sus ojos y trató de concentrarse. Sintió como una ráfaga de aire caliente recorría su cuerpo con lentitud para finalizar aquel recorrido en sus manos. Movió sus dedos y pequeñas chispas comenzaron a salir de ellos, empezó a mover sus manos y sus brazos de manera circular hasta crear una pequeña esfera azul cielo. Abrió sus ojos y se habían transformado en su color característico. Hoseok le miró inseguro, era como si ella no tuviese un don específico que se pudiera detectar tan fácil como Jimin, sonrió y en voz baja les indicó al alfa y al beta colocarse frente a él. Ella frunció su ceño confundida, así que miró al pelinaranja quien le pedía que deshiciera la esfera que mantenía en sus manos.

Órama – susurró para después dejar salir una pequeña neblina color coral. Ella comenzó a toser debido a la acción anterior de Hoseok y por consecuencia su cabeza empezó a dolerle. Sentía una presión enorme en ella, algo que no podía controlar, al abrir sus ojos pudo observar que Jimin era arrastrado por algunos guardias que portaban en sus trajes el escudo de Timoría, sintió el pánico recorrerla e intentó correr hasta él, pero escuchó los gritos desesperados de SeokJin y detuvo sus pensamientos dirigiendo su vista al beta. Eran las mismas personas de Golmora que invadieron Hilgrand cuando ambos eran adolescentes, su corazón estaba dividido y no sabía que hacer.

—Manten tu mente en blanco y piensa en una solución rápida ante la situación – Hoseok caminaba alrededor suyo – ¿Vas a salvarlos a ambos o los dejarás morir por no controlar tus emociones?

—Hoseok, no puedo hacer ésto –dijo la omega al borde del llanto.

—Siente la energía y la magnitud de tu poder – acarició el cabello de BonHwa – imagina que tan grande puede ampliarse tu magia. Visualiza su forma, su color, su aroma, e incluso su sabor. ¿Cómo la utilizarías para salvar a tus seres queridos?

Miró hacia ambos chicos y con sus manos moldeó un arco y flechas de fuego color azul y comenzó a lanzar flechas a diestra y siniestra a todos aquellos que lastimaban a Jimin y a SeokJin, Hoseok sonreía por haber encontrado al fin para que servía esa chica tan poderosa. Observaba como terminaba con cada uno de los guardias que él mismo había creado. BonHwa no podría salir de aquella visión mágica si no derrotaba a cada uno de ellos. Cuando regresó su atención a la omega, de percató que dejó el arco y ahora moldeaba esferas de fuego azul que quemaban el interior de las ilusiones.

—Hoseok, ésto no tiene fin – BonHwa habló cansada – sácame de aquí.

—Extiende tu magia hasta su punto más alto y rompe el campo magnético para que puedan escapar.

Ella soltó un grito frustrada y estiró sus brazos a los lados, creando una especie de luz azulada que se expandió por cada parte de su ser, logrando romper aquella visión tan aterradora. Ambos chicos corrieron de inmediato hacia la omega al verla romper en llanto sentada en el pasto.

—Lo lograste, bonita – habló con voz suave el alfa – estuviste estupenda.

—Fuiste maravillosamente guerrera y luchadora, Bon – SeokJin le sonrió – éste es el tipo de reina del que tus padres hablaban, una que no se rinde y es indestructible ante todo.

—¿Están bien? – ambos chicos asintieron.

—Son magníficos, BonHwa – musitó Hoseok – ahora Jimin y tú deben ser uno mismo. Deberán aprender a complementarse tal y como lo hicieron individualmente, pero juntos los dos, son una bomba de poder que quiero explotar para el bien de ustedes y sus naciones.

—No creo poder más con ésto.

—Ambos son la esperanza de Phoenix – el pelinaranja contestó con euforia – sin ustedes, la miseria seguirá azotando a la ciudad. Por favor no se rindan tan rápido.

—Podremos fallar cualquier día – Jimin sonrió – pero hoy no. BonHwa y yo seremos el cimiento de una nueva era y un mundo mejor. Cuenta con eso.

¿Teorías?

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