D I E C I S É I S
—Jimin nunca podrá perdonarme, BonHwa – Taehyung sorbió su nariz – mi ángel se ha ido y no sé que hacer.
—¿Hablaste con él sobre todo? ¿Le dijiste la verdad?
—Se lo dije y creo que tiene razón, soy cobarde – el alfa agachó su cabeza – a la primera amenaza agaché la cabeza, no fui capaz de resistir.
La omega frunció su ceño, tomó la mano de Taehyung y lo miró a los ojos, conectando la mirada de ambos.
—Cuando mis padres murieron yo era sólo una adolescente, no tenía ni la más mínima idea de cómo dirigir una nación y era muy inestable, emocionalmente hablando – ella sonrió con melancolía – tenía tan solo unos meses desde me presenté como omega y aún no sabía que ocurría del todo. Mucha gente creyó que no debía hacerme cargo de Hilgrand sólo por ser una chiquilla inexperta, cómo ellos solían decirme. Por un momento pensé en hacerle caso al Parlamento y cederle mi reino a alguien más que tuviera la capacidad de hacerlo. Guardaba todos esos sentimientos negativos en mi corazón, lastimándome, hasta que SeokJin se percató de lo que me ocurría.
—Pero él te pudo comprender.
—Al principio no, fue duro conmigo y siempre me recalcó que ahora yo tenía una responsabilidad con el pueblo – BonHwa acariciaba los nudillos raspados del chico para poderlo tranquilizar. Su aroma no le resultaba muy agradable y en ese momento inundaba su habitación debido a que sus emociones alteraron sus feromonas – dejó de hablarme un tiempo cuando sellé la aprobación para ceder mi trono sin pedir antes su consejo, pero algunos días después recapacité de lo que había hecho. Trabajar sola y por mi cuenta era desfavorable para todos, y podría traer consecuencias graves, así que adelanté mi coronación y revoqué la aprobación.
—Eso es...– guardó silencio – inspirador.
—Taehyung, al punto que quiero llegar es que jamás dejes que los comentarios te afecten, Jimin está más que molesto, confundido. Escuchó la parte frívola de tí, y puedo asegurarte que cuando te negaste ni siquiera lo escuchó del todo bien, se concentró tanto en lo negativo que simplemente cerró su mente y sus oídos, formando como una barrera que lo estuviese protegiendo, ¿Si me entiendes?
—Debí ser sincero con él desde un principio, quizás y ahora fuese todo diferente.
—Sólo dale un poco de espacio y tiempo a que abra de nuevo su corazón contigo – BonHwa sonrió – él te ama como el hermano que nunca pudo tener y estoy segura que volverán a estar juntos, sólo sé paciente.
Taehyung le abrazó con las lágrimas a punto de salir de sus ojos.
—Estoy seguro que tus padres estarían orgullosos de la maravillosa reina en la que te has convertido – el alfa acarició la espalda de la omega – gracias por escucharme, BonHwa.
Hoy era el gran día. Habían pasado alrededor de cinco días desde que YeonJun le avisó que Hoseok sería liberado hacia Kakaoti. Desde hace dos días estaban en el reino con RyuJin y esperaba ansiosa por poder conocer a la persona que le ayudaría a canalizar sus poderes y lo más importante, es que podría obtener más detalles acerca de Phoenix.
La tensión entre Jimin y Taehyung era visible, todos, incluso los guardias de Hilgrand lo notaron. Jimin se comportaba frío y distante, mientras que Taehyung lo evitaba con la cabeza gacha, en ocasiones observándolo desde lejos. Le preparó incluso varias de sus comidas favoritas pero el alfa prefería dárselas a alguno de los guardias que no habían comido. BonHwa le reprendía por eso, le argumentó que por muy molesto que estuviera con Taehyung no debía cometer tal descortesía.
—Oye, ¿Tu marido se trae algo con el alfa bonito?
—¿Hablas de Taehyung? – RyuJin asintió – sólo son problemas de amigos.
—Más bien parecieran problemas de pareja – rió la rubia – ¿Estás segura que es tu mate?
—Claro que sí, tonta.
Ambas omegas conversaron por un largo rato tomando un poco de té, sin embargo, cuando percibieron un lindo aroma a fresas no dudaron en correr hasta la entrada del palacio.
—¡ChungHa! – hablaron al mismo tiempo.
Retomaron su correr y por poco tiran a la pelinegra, pues ambas se abalanzaron sobre ella para abrazarla. Las tres sonreían felices de verse de nuevo después de tanto tiempo.
—Dios, eres la belleza exótica de Northon, querida – habló RyuJin – sin duda alguna estás más radiante que nunca.
—Yah, no es para tanto pero el entrenador me ha puesto más rutinas y estoy a punto de enloquecer – la pelinegra volteó a ver a BonHwa – Bon, ¿Y tu mate?
—Está con SeokJin en la cocina – sonrió – ¿Por qué?
—Los rumores se esparcen muy rápido, cariño – ChungHa sonrió con picardía – dicen que está que arde. Dime, ¿Ya te marcó?
—¿Dicen? – cuestionó BonHwa – ¿Quién más sabe ésto?
La pelinegra sonrió nerviosa.
—B-Bueno, en realidad muchos lo saben.
—Chung, ¿Qué está pasando contigo? – RyuJin frunció el ceño – estás rara.
BonHwa sintió un mal presentimiento, era como si esa que estaba frente a ella no fuese su amiga. La sentía como una desconocida. Ignoró sus pensamientos y le invitó a pasar al palacio de la rubia. ChungHa sonrió al ver todo tan resplandeciente y bonito dentro del lugar, muchos aromas llegaban a sus fosas nasales pero supo detectar uno en específico, que le hizo sonreír con malicia.
Te tengo, querido hijo.
—¡Ya llegó! – sonrió BonHwa emocionada – ¡Vamos, Jimin!
El sonido de las trompetas, los caballos y las ruedas de los carruajes en la tierra resonaban por todos los pasillos del palacio, RyuJin estaba a la entrada del lugar para poder recibirlos. Pudo divisar a tres personas con él, sonrió al ver a su primo ahí sin guardias ni nadie que lo controlara, sin embargo, no sabía quienes eran los otros dos. Supuso que alguno de ellos era Hoseok pero no estaba segura, tomó la mano de Jimin y no la soltó para nada, haciéndole soltar una pequeña risa.
—¿Qué te ocurre? ¿Ya no hay más BonHwa valiente?
—Oh vamos, es normal que esté nerviosa, ¿No? – él volvió a reír – ¡Yah, Park Jimin, no te rías!
—Hoy estás muy adorable – soltó su mano para agarrar con suavidad las mejillas de su omega – eres una ternura, Bonnie.
—Lamento romper tu momento meloso, pero el príncipe YeonJun les espera en el comedor – RyuJin les miró sonriente – dejen sus arrumacos para la noche.
—¡Shin RyuJin! – gritó BonHwa sonrojada – ¡No digas estupideces!
Comenzaron a caminar de regreso al interior del castillo, Jimin miró la mano de BonHwa y con suavidad la tomó para entrelazarlas. Ella sonrió y con un poco de timidez dejó un beso en la mejilla de su alfa, sonrojándolo. Al llegar pudo observar con más detalle a ambos chicos, sin importar que las miradas de todos se posaran en nuestras manos unidas.
—Bon, me alegra verte de nuevo – YeonJun le abrazó – mi padre nos ha autorizado una semana aquí, ¿Estás lista?
—Eso creo.
—Príncipe Jimin, un placer – el peliazul hizo una pequeña reverencia.
—El placer es mío, YeonJun.
—¿Y bien? – ChungHa habló captando la atención de todos – ¿Qué procede?
—Bon, te presento a Jung Hoseok y a Jeon Jungkook – ambos chicos hicieron una reverencia la cual la pareja no tardó en devolver – ellos les ayudarán a controlar sus poderes durante éste corto tiempo.
—Reina Bae, es un honor para nosotros servirle – habló Hoseok – supe lo que ocurrió con su pueblo y lo lamento mucho. Phoenix les ha estado esperando por siglos y me siento sumamente feliz de saber que pronto todo mejorará.
—¿Nos ha estado esperando? – habló confundido el alfa – ¿A qué se refiere?
—En Phoenix hay una vieja profecía, una pareja conformada por alfa y omega salvarán al pueblo de la miseria – Jungkook se atrevió a hablar – ustedes son esa pareja que tanto anhelamos.
—Pero, ¿Cómo es que están tan seguros de que son ellos? – RyuJin se cruzó de brazos – hay cientos de parejas de alfas y omegas.
—Se lo demostraré, princesa Shin – Hoseok sonrió – el sol aún no se esconde, ¿Les parece si empezamos hoy con el entrenamiento?
Todos asintieron mientras caminaban hacia el campo de entrenamiento, menos ChungHa. Caminó con lentitud observando todo a su alrededor, los objetos valiosos, los cuadros de la familia real, candelabros, entre otras muchas cosas. Divisó un espejo pegado a la pared y no dudó en acercarse al él. Observó su cuerpo con cautela y precaución de que nadie estuviera cerca, tronó sus dedos e hizo una mueca de fastidio al ver su antiguo cuerpo.
—Vamos SoRa – suspiró la alfa – sólo finge ser una niña tonta y todo saldrá a la perfección.
Volvió a tronar sus dedos y el cuerpo de ChungHa apareció de nuevo en el reflejo, tomó del interior de su bota un atomizador con aroma a fresas y acomodó su cabello, sonrió al espejo y caminó hasta el campo de entrenamiento.
—Ésta será una maravillosa semana – susurró mientras sonreía con malicia.
—¿Qué es lo que puedes hacer, BonHwa? – todos se hallaban observando la escena desde lejos. En el centro solamente estaban Hoseok, Jimin y BonHwa.
—En realidad, no sé que es lo que hago – ella miró sus manos – solamente sale esa necesidad de utilizar mi poder.
Hoseok frunció su celo para después mirar a Jimin.
—Jimin, ¿Podrías mostrarme lo que tienes?
El chico asintió. Suspiró y pocos segundos más tarde dejó salir a su lobo, sus ojos dorados brillaban con intensidad y su tan característico halo dorado alrededor de él hizo asentir a Hoseok.
—Bien, tienes el don de la protección – el lobo ladeó su cabeza – eres un especie de barrera, pocas cosas, situaciones u objetos pueden penetrarla o afectarte de tal manera que bajen tus defensas y por consiguiente esa protección se debilite. ¿Puedes proyectar esa barrera en tu forma humana?
Jimin dejó su forma lobuna para regresar a su habitual figura. Cerró sus ojos en búsqueda de paz y concentración, pero simplemente no podía.
—No puedo hacerlo – el alfa suspiró – realmente ésto sale a flote solo en situaciones de peligro y sólo cuando cambio mi forma, no es algo regular y constante.
—¿Necesitas motivación para que lo dejes salir? – Hoseok sonrió mirando a BonHwa – podemos probarlo.
BonHwa sabía perfectamente por qué camino iba, así que nadamás asintió ante la mirada del pelinaranja. Jimin frunció su ceño confundido.
—No se a que te refieres – Jimin miró como Hoseok iba acercándose cada vez más a su omega, extendió sus brazos y de ellos salió una especie de fuego, el cual le recorría hasta la palma de sus manos – ¿Qué estás haciendo?
Hoseok ignoró las palabras del príncipe y se acercó tres pasos más a BonHwa, ella estaba estática en su lugar, en realidad no sabía cómo reaccionar, sentía miedo y no podía negar que estaba esperanzada a qué Jimin hiciera algo para impedir que la lastimara. Jung dejó salir una bola de fuego color naranja hacia el cuerpo de la omega, quien ágilmente la esquivó. Pronunció algunas palabras y con sus dedos pudo lograr que una prisión de fuego ardiente envolviera a BonHwa.
—¡Basta, ésto no funcionará! – Jimin sintió el pánico recorrer su cuerpo cuando su omega comenzaba a toser desesperadamente en busca de aire, pues el humo del fuego comenzaba a asfixiarla. Los ojos de Hoseok de volvieron de color naranja brillante, los cuales miraron al alfa de reojo.
—¿Piensas quedarte ahí parado esperando a que ella muera? – Hoseok regresó su mirada a BonHwa – ¡Vamos, Jimin!
—¡Pero no sé cómo hacerlo!
Jimin podía ver cómo BonHwa había caído inconsciente, así que sin pensarlo más corrió hasta aquella prisión de fuego, al traspasarla un gran círculo dorado le envolvió, sorprendiendo a todos ahí, permitiéndole así pasar sin obtener alguna quemadura. Ya dentro miró a Hoseok con desesperación.
—Canaliza todo tu poder en tus manos, bríndale protección – habló con serenidad el chico – vamos, házlo.
Jimin miró a su omega y cerró sus ojos, sintiendo como el calor que sentía en todo el cuerpo se dirigía directamente a sus manos, para cuando los abrió pudo ver qué sus manos brillaban con intensidad en tonalidades doradas. Sonrió viendo a Hoseok, él le asintió con aprobación y Jimin colocó sus manos sobre BonHwa, un especie de brillo se instaló en todo el cuerpo de la chica. La cargó entre sus brazos y volvió a atravesar el fuego sin dificultad alguna. Colocó a BonHwa en el suelo y ella abrió los ojos con una sonrisa en los labios.
—Lo hiciste bien, Jimin – él le miró extrañado para luego ver a Hoseok, quien ya se había desecho de aquella prisión ardiente.
—¿Estás bien? ¿No te pasa nada? – ella asintió con tranquilidad al notar el nerviosismo en la voz de su alfa.
—Eres una gran actriz, BonHwa – Hoseok se dirigió a ellos y palmeó la espalda de Jimin – buen trabajo, príncipe Park.
—P-Pero, ¿Qué fué todo ésto?
—Ustedes ahora son uno mismo – Hoseok se sentó a un lado de ellos – son un equipo ahora y debes de actuar de manera rápida en cualquier situación, ella jamás estuvo en peligro porque sólo jugué con mi magia y con tu mente, así como muchos de tus enemigos van a tratar de hacerlo. Eres tan poderoso como la leyenda nos lo planteó, que estoy seguro que al finalizar la semana tendrás dominado tus poderes por completo.
Jimin sonrió, después de todo se sentía feliz de estar fuera de peligro y de tener armas con las cuál defenderse ahora.
Sin embargo, SoRa también sonrió, pues había encontrado la gran debilidad de su pequeño hijo.
Y esa, era Bae BonHwa.
A que no se esperaban eso xd
Díganme, ¿Les está gustando la historia? ❤️
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